Robert Silverberg - Espinas

Здесь есть возможность читать онлайн «Robert Silverberg - Espinas» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Город: Barcelona, Год выпуска: 1990, ISBN: 1990, Издательство: Ultramar Editores, Жанр: Фантастика и фэнтези, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Espinas: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Espinas»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Minner Burris: un maduro astronauta convertido por los cirujanos alienígenas en un ser que ya no es completamente humano.
Lona Kelvin: cobaya de un experimento genético la madre virgen de un centenar de hijos a los que nunca llegará a ver.
Duncan Chalk: un vampiro psíquico que alimenta a través de su imperio del espectáculo a millones de mirones, al tiempo que se alimenta a sí mismo con el dolor y la desesperación de los demás.
Tres personajes, un amor, un odio, un ansia. Y, por encima de todo, una maravillosa historia de amor en los límites de lo concebible.
Espinas

Espinas — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Espinas», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

—¿Un centenar de bebés? ¡Jamás oí nada de eso, Lona!

—Debías estar lejos. Armaron un gran jaleo al respecto.

—¿Qué edad tienes?

—Ahora tengo diecisiete años.

—Entonces, ¿no llevaste dentro a ninguno de los bebés?

—No. No. En eso consistía el experimento. Sacaron los óvulos de mi cuerpo y ahí se paró la cosa, al menos para mí. Naturalmente, conseguí un montón de publicidad. Demasiada. —Le miró con timidez—. Te estoy aburriendo con tanta charla sobre mí.

—No, quiero enterarme.

—No es muy interesante. Salí mucho por las pantallas. Y en las cintas. No me dejaban en paz. No tenía gran cosa que contar, porque no había hecho nada, ya sabes. No era más que una donante. Pero cuando mi nombre se hizo público se lanzaron sobre mí. Siempre había reporteros a mi alrededor. Nunca estaba sola, y sin embargo siempre estaba sola, ¿entiendes? Y no pude aguantarlo más. Sólo quería… un par de bebés salidos de mi propio cuerpo, no cien bebés salidos de máquinas. Por eso intenté matarme.

—Metiendo la cabeza en una bolsa de eliminación.

—No, eso fue la segunda vez. La primera salté delante de un camión.

—¿Cuándo fue eso? —preguntó Burris.

—El verano pasado. Me trajeron aquí y me recompusieron. Después me enviaron de nuevo al este. Vivía en una habitación. Todo me daba miedo. Al final se hizo demasiado horrible, y me encontré yendo por el pasillo hasta la sala de disolución, y abrí la bolsa, y…, bueno…, esta vez tampoco lo he conseguido. Sigo viva.

—¿Tanto deseas morir, Lona?

—No lo sé. —Sus delgadas manos se agitaron en el aire como intentando agarrar algo—. Si al menos tuviera alguna cosa a la que sujetarme… Pero, mira, se supone que no debo hablar de mí. Sólo quería que supieras algo de por qué estoy aquí. Tú eres el que…

—¿Se supone que no debes hablar de ti? ¿Quién dice eso?

En sus hundidas mejillas ardieron unos puntitos de color.

—Oh, no lo sé. Quiero decir que realmente no tengo importancia. ¡Hablemos del espacio, coronel Burris!

—Nada de coronel. Minner.

—Ahí fuera…

—Hay Cosas que te atrapan y te cambian de la cabeza a los pies. Eso es el espacio, Lona.

—¡Qué terrible!

—Eso pienso yo también. Pero no refuerces mis convicciones.

—No te sigo.

—Siento una terrible compasión hacia mí mismo —dijo Burris—. Si me das la sombra de una oportunidad, llenaré esa oreja tuya que parece una concha de malas noticias. Te diré hasta qué punto me parece que se portaron mal haciéndome esto. Parlotearé sobre la injusticia del ciego universo. Diré un montón de estupideces.

—¡Pero tienes derecho a estar furioso por eso! No pretendías hacerles ningún daño. Ellos te cogieron y…

—Sí.

—¡No se portaron bien!

—Lo sé, Lona. Pero ya lo he dicho muchas veces, básicamente hablando conmigo mismo, pero también a quien me quisiera escuchar. Es prácticamente la única cosa que digo o pienso. Y, debido a eso, he sufrido una segunda transformación. De hombre a monstruo; de monstruo a encarnación ambulante de la injusticia.

Ella parecía asombrada. No entiende lo que digo, pensó Burris.

—Lo que intento explicarte es que he permitido que esta cosa que me sucedió se convirtiera en mi esencia —dijo—. Soy una cosa, un objeto a utilizar, un acontecimiento moral. Otros hombres tienen ambiciones, deseos, logros, metas que conseguir. Yo tengo mi mutilación, y me está devorando. Me ha devorado. Por eso intento escapar de ella.

—¿Estás diciéndome que prefieres no hablar de lo que te sucedió? —le preguntó Lona.

—Algo así.

Lona asintió. Burris vio cómo se movían sus fosas nasales, cómo sus delgados labios se curvaban en una mueca de animación. Y por entre ellos se abrió paso una sonrisa.

—¿Sabes una cosa, coro… Minner? Conmigo sucede un poco lo mismo. Me refiero a ser una víctima y todo eso, y sentir tanta pena por ti. A mí también me hicieron algo malo, y desde entonces todo lo que hago es regresar a ello, pensar en el asunto y enfurecerme. O ponerme triste. Y lo que realmente debería estar haciendo es olvidarme de ello y empezar con alguna otra cosa.

—Sí.

—Pero no puedo. En vez de eso sigo intentando matarme, porque he decidido que no puedo soportarlo.

—Sus ojos fueron bajando lentamente hacia el suelo—. ¿Te importa que te pregunte si…, si has…, si has intentado alguna vez…?

Una pausa.

—¿Matarme desde que sucedió esto? No. No, Lona. Lo único que hice fue pensar y darle vueltas. Se llama suicidio lento.

—Tendríamos que hacer un trato —dijo ella—. En vez de que yo sienta pena por mí y tú sientas pena por ti, deja que yo sienta pena por ti y tú siente pena por mí. Y nos diremos mutuamente lo terrible que ha sido el mundo con el otro. Pero no nos lo diremos a nosotros mismos. Me he confundido un poco al expresarlo, pero, ¿sabes lo que quiero decir?

—Una sociedad de simpatía mutua. ¡Víctimas del universo, unios! —Se rió—. Sí, lo comprendo. ¡Buena idea, Lona! Es justo lo que yo…, lo que necesitamos. Quiero decir, justo lo que tú necesitas.

—Y lo que tú necesitas.

Parecía satisfecha de sí misma. Estaba sonriendo desde la frente hasta el mentón, y Burris se sorprendió ante el cambio que sufría su aspecto cuando aparecía ese brillo de autosatisfacción. Daba la impresión de hacerse uno o dos años mayor, de adquirir fuerza y seguridad. Y hasta femineidad. Por un instante, ya no era flaca y patética. Pero entonces el brillo se desvaneció y Lona volvió a convertirse en una chiquilla.

—¿Te gusta jugar a las cartas?

—Sí.

—¿Sabes jugar a los «Diez Planetas»?

—Si me lo enseñas, sabré —dijo Burris.

—Iré a buscar las cartas.

Salió dando brincos de la habitación, su pijama revoloteando alrededor de su delgada figura. Volvió un instante después con una baraja de naipes de aspecto cerúleo y tomó asiento en la cama, junto a él. Cuando el cierre superior de su pijama perdió polaridad, los veloces ojos de Burris se posaron en ella y percibió fugazmente un pecho blanco, pequeño y firme, dentro de la prenda. Lona pasó la mano por el cierre un instante después y lo volvió a abrochar. Burris se dijo que no era totalmente mujer, pero que tampoco era una niña. Y, un instante más tarde, se recordó a sí mismo: esta muchacha delgada es la madre (?) de cien bebés.

—¿Has jugado alguna vez a esto? —le preguntó ella.

—Me temo que no.

—Es muy sencillo. Primero doy diez cartas para cada uno…

16 — Pese a sus plumas, el búho tenía frío

Estaban en la central de energía del hospital, mirando a través de la pared transparente. Al otro lado, algo fibroso se agitaba y daba vueltas mientras iba recogiendo energía del pilar más cercano y la pasaba al banco de transformadores. Burris estaba explicándole que de esa forma la energía era transmitida sin cables. Lona intentaba escucharle, pero la verdad era que realmente no le importaba demasiado enterarse de todo aquello. Resultaba difícil concentrarse en algo así, tan distante de su experiencia. Especialmente con él a su lado.

—Todo un contraste con los viejos tiempos —estaba diciendo él—. Aún puedo recordar una época en que las líneas de cables con un millón de kilovatios cruzaban los campos, y hablaban de aumentar el voltaje hasta un millón y medio de…

—Sabes tantas cosas. ¿Cómo tuviste tiempo de aprender todo eso sobre la electricidad, si también tenías que ser un navegante estelar?

—Soy terriblemente viejo —dijo él.

—Apuesto a que todavía no tienes ni ochenta años.

Ella bromeaba, pero él no pareció darse cuenta. Su rostro se contorsionó de esa forma tan extraña, con los labios (¿había que seguir llamándolos labios?) desplazándose hacia sus mejillas.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Espinas»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Espinas» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Robert Silverberg - He aquí el camino
Robert Silverberg
Robert Silverberg - Rządy terroru
Robert Silverberg
Robert Silverberg - Poznając smoka
Robert Silverberg
Robert Silverberg - The Old Man
Robert Silverberg
Robert Silverberg - The Nature of the Place
Robert Silverberg
Robert Silverberg - The Reality Trip
Robert Silverberg
Robert Silverberg - The Songs of Summer
Robert Silverberg
Robert Silverberg - The Secret Sharer
Robert Silverberg
Robert Silverberg - Good News from the Vatican
Robert Silverberg
Robert Silverberg - The Pope of the Chimps
Robert Silverberg
Отзывы о книге «Espinas»

Обсуждение, отзывы о книге «Espinas» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x