Isaac Asimov - Anochecer

Здесь есть возможность читать онлайн «Isaac Asimov - Anochecer» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Город: Barcelona, Год выпуска: 1992, ISBN: 1992, Издательство: Plaza y Janés, Жанр: Фантастика и фэнтези, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Anochecer: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Anochecer»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

El planeta Kalgash está al borde del caos, pero solo unas pocas personas se han dado cuenta de ello. Kalgash conoce únicamente la luz diurna perpetua, pues durante más de dos milenios la combinación de sus seis soles ha iluminado el cielo. Sin embargo, ahora empieza a reinar la oscuridad. Pronto se pondrán todos los soles, y el terrible esplendor del anochecer desencadenará una locura que marcará el final de la civilización. Anochecer , novela basada en un relato escrito por Asimov en 1941, permite al lector experimentar el cataclismo que sobrevendrá sobre Kalgash a través de los ojos de un periodista, un astrónomo, un arqueólogo, un psicólogo y un fanático religioso.

Anochecer — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Anochecer», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

—Sí, señor.

—Bien, entonces no hay necesidad de arrojar la Teoría de la Gravitación Universal por la borda, al menos no en este punto. Lo que necesitamos hacer, amigo mío, es simplemente volver a pensar en nuestra comprensión del Universo, y determinar si acaso no ignoramos algo que debiéramos haber introducido en nuestros cálculos…, es decir, algún factor misterioso que, de una forma completamente desconocida por nosotros, esté ejerciendo su fuerza gravitatoria sobre Kalgash sin que lo tengamos en cuenta.

Las cejas de Beenay se alzaron alarmadas. Miró a Athor con la boca abierta, con una expresión que sólo podía ser calificada de auténtico asombro.

Luego se echó a reír. Primero intentó contenerse encajando las mandíbulas, pero la risa insistió en escapar de todos modos, forzándole a agitar los hombros y a emitir estranguladas tosecillas sincopadas; y luego tuvo que apretar ambas manos contra su boca para retener el torrente de regocijo.

Athor le miró, pasmado.

—¡Un factor desconocido! —estalló Beenay al cabo de un momento—. ¡Un dragón en el cielo! ¡Un gigante invisible!

—¿Dragones? ¿Gigantes? ¿De qué estás hablando, muchacho?

—Ayer por la tarde…, Theremon 762…, oh, señor, lo siento, realmente lo siento… —Beenay luchó por recuperar el autocontrol. Los músculos se agitaron en su rostro; parpadeó violentamente y contuvo el aliento; se volvió por un instante, y cuando se volvió de nuevo era otra vez casi él mismo. Avergonzado, dijo—: Tomé un par de copas con Theremon 762 ayer por la tarde…, el periodista, ya sabe…, y le hablé algo de lo que había encontrado, y de lo intranquilo que me sentía de mostrarle a usted mis descubrimientos.

—¿Fuiste a un periodista?

—Uno de confianza. Un buen amigo.

—Todos son unos bribones, Beenay. Créeme.

—No éste, señor. Le conozco, y sé que nunca haría nada que pudiera herirme u ofenderme. De hecho, Theremon me dio algunos excelentes consejos, entre ellos que tenía que venir absolutamente a verle, cosa que hice. Pero también, en un intento de ofrecerme alguna esperanza, ¿sabe?, algún consuelo…, me dijo lo mismo que acaba de decir usted, que quizás hubiera algún «factor desconocido»: ésa fue su frase exacta, un factor desconocido…, que confundía nuestra comprensión de las órbitas de Kalgash. Y yo me eché a reír y le dije que era inútil llevar factores desconocidos a la situación, que era una solución demasiado fácil. Sugerí, sarcásticamente, por supuesto, que si aceptábamos alguna de esas hipótesis, entonces también podíamos decir que un gigante invisible estaba empujando Kalgash fuera de su órbita, o el aliento de un gigantesco dragón. Y ahora aquí está usted, señor, emprendiendo la misma línea de razonamiento…, ¡no un lego en la materia como Theremon, sino el más grande astrónomo del mundo! ¿Ve usted lo ridículo que me siento, señor?

—Creo que si —dijo Athor. Todo aquello empezaba a hacerse un poco cansado. Se pasó una mano por su imponente melena blanca y lanzó a Beenay una mirada de irritación y compasión entremezcladas—. Tenías razón al decirle a tu amigo que inventar fantasías para resolver un problema no resulta muy útil. Pero las sugerencias al azar de los no expertos no siempre carecen de mérito. Por todo lo que sabemos, hay algún factor desconocido que actúa sobre la órbita de Kalgash. Necesitamos al menos considerar esa posibilidad antes de lanzar la teoría por la borda. Creo que lo que necesitamos hacer aquí es utilizar la Espada de Thargola. ¿Sabes lo que es, Beenay?

—Por supuesto, señor. El principio de la parsimonia. Planteado la primera vez por el filósofo medieval Thargola 14, que dijo: «Debemos atravesar con una espada toda hipótesis que no sea estrictamente necesaria», o algo parecido.

—Muy bien, Beenay. Aunque, de la forma que me lo enseñaron a mí, es: «Si se nos ofrecen varias hipótesis, debemos empezar nuestras consideraciones golpeando las más complejas con nuestra espada». Aquí tenemos la hipótesis de que la Teoría de la Gravitación Universal es errónea, contra la hipótesis de que has dejado fuera algún desconocido y quizás incognoscible factor al efectuar tus cálculos de la órbita de Kalgash. Si aceptamos la primera hipótesis, entonces todo lo que creemos saber sobre la estructura del Universo se derrumba en el caos. Si aceptamos la segunda, todo lo que necesitamos hacer es localizar el factor desconocido, y el orden fundamental de las cosas se mantiene. Es mucho más sencillo intentar hallar algo que tal vez hayamos pasado por alto de lo que resultaría establecer una nueva ley general que gobierne los movimientos de los cuerpos celestes. Así, la hipótesis de que la Teoría de la Gravitación es errónea cae ante la Espada de Thargola, y empezamos nuestras investigaciones trabajando con la explicación más sencilla del problema. ¿Qué opinas, Beenay? ¿Qué dices al respecto?

La expresión de Beenay se volvió radiante.

—¡Entonces no he invalidado la Gravitación Universal después de todo!

—Todavía no, al menos. Probablemente te has ganado un lugar en la historia científica, pero todavía no sabemos si es como invalidador o como originador. Recemos para que sea lo último. Y ahora necesitamos pensar intensamente, joven. —Athor 77 cerró los ojos y se frotó la frente, que estaba empezando a dolerle. Había transcurrido largo tiempo desde que había hecho auténtica ciencia por última vez, se dio cuenta. Durante los últimos ocho o diez años se había ocupado casi por entero de asuntos administrativos en el observatorio. Pero a la mente que había producido la Teoría de la Gravitación Universal todavía debían de quedarle uno o dos pensamientos, se dijo—. Primero, quiero echar una mirada más detenida a esos cálculos tuyos —indicó—. Y luego, supongo, una mirada más detenida a mi propia teoría.

10

El cuartel general de los Apóstoles de la Llama era una estilizada pero suntuosa torre de resplandeciente piedra dorada que se alzaba como una brillante jabalina sobre el río Seppitan, en el exclusivo distrito de Birigam de la Ciudad de Saro. Esa esbelta torre, pensó Theremon, debía de ser una de las más valiosas piezas inmobiliarias de toda la capital.

Nunca se había parado a considerarlo antes, pero los Apóstoles tenían que ser un grupo abrumadoramente rico. Eran propietarios de sus propias cadenas de radio y televisión, publicaban revistas y periódicos, poseían esta tremenda torre. Y probablemente controlaban todo tipo de otros bienes que eran menos visiblemente suyos. Se preguntó cómo era eso posible. ¿Un puñado de fanáticos monjes puritanos? ¿Dónde habían conseguido meter sus manos en tantos cientos de millones de créditos?

Pero, se dio cuenta, industrialistas tan conocidos como Bottiker 888 y Vivin 99 eran declarados partidarios de las enseñanzas de Mondior y sus Apóstoles. No le sorprendería saber que hombres como Bottiker y Vivin, y otros como ellos, eran fuertes contribuidores al tesoro de los Apóstoles.

Y, si la organización tenía al menos un décimo de la antigüedad que afirmaba tener —¡diez mil años, decían!—, y si habían invertido juiciosamente su dinero a lo largo de los siglos, entonces no había forma de decir lo que los Apóstoles podían haber conseguido a través del milagro del interés compuesto, pensó Theremon. Su fortuna podía ascender a miles de millones. Podían ser propietarios en secreto de media Ciudad de Saro.

Valía la pena echar una mirada al asunto, se dijo.

Penetró en el enorme vestíbulo de entrada, lleno de ecos, de la gran torre y miró maravillado a su alrededor. Aunque nunca había estado allí antes, había oído que era un edificio extraordinariamente espléndido tanto por fuera como por dentro. Pero nada de lo que había oído le había preparado para la realidad del edificio de los cultistas.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Anochecer»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Anochecer» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Anochecer»

Обсуждение, отзывы о книге «Anochecer» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x