• Пожаловаться

Ursula Le Guin: Ciudad de ilusiones

Здесь есть возможность читать онлайн «Ursula Le Guin: Ciudad de ilusiones» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию). В некоторых случаях присутствует краткое содержание. Город: Buenos Aires, год выпуска: 1974, категория: Фантастика и фэнтези / на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале. Библиотека «Либ Кат» — LibCat.ru создана для любителей полистать хорошую книжку и предлагает широкий выбор жанров:

любовные романы фантастика и фэнтези приключения детективы и триллеры эротика документальные научные юмористические анекдоты о бизнесе проза детские сказки о религиии новинки православные старинные про компьютеры программирование на английском домоводство поэзия

Выбрав категорию по душе Вы сможете найти действительно стоящие книги и насладиться погружением в мир воображения, прочувствовать переживания героев или узнать для себя что-то новое, совершить внутреннее открытие. Подробная информация для ознакомления по текущему запросу представлена ниже:

Ursula Le Guin Ciudad de ilusiones

Ciudad de ilusiones: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Ciudad de ilusiones»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

El protagonista de esta dramática novela es un hombre maduro que se encuentra de pronto solo en una espesa floresta, y no puede llegar a saber de dónde ha llegado y quién es. Los ojos de este hombre no son humanos. Las gentes del bosque lo cuidan como si se tratara de un niño, le enseñan a hablar y le transmiten todo lo que saben. Pero nadie puede resolver el enigma de su pasado, y al fin él tiene que partir en una peligrosa búsqueda. Cuando logre llegar a la ciudad de Estoch, descubrirá su auténtica identidad y entrará en un peligroso universo.

Ursula Le Guin: другие книги автора


Кто написал Ciudad de ilusiones? Узнайте фамилию, как зовут автора книги и список всех его произведений по сериям.

Ciudad de ilusiones — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Ciudad de ilusiones», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Para Ramarren era recién ayer que sus compañeros de Viaje habían perecido, y, luchando contra ese golpe, intentó pensar que, como él, podrían haber sobrevivido en algún lugar de la Tierra. Pero en ese caso —y él había sido un afortunado— ¿dónde se encontraban ahora? Los Shing habían hecho grandes esfuerzos por localizarlos, al parecer, cuando descubrieron que podían necesitarlos.

¿Para que lo necesitaban? ¿Por qué habían buscado, lo habían traído hasta aquí, le habían restaurado la memoria que le destruyeran?

Ninguna explicación surgía de los hechos que conocía excepto aquella a la que arribara Falk: los Shing lo necesitaban para que les dijera de dónde venía.

Esto le procuró a Falk-Ramarren el primer motivo de diversión. Si realmente se trataba de eso, era muy gracioso. Habían salvado a Orry por ser tan joven; no entrenado, no formado todavía, vulnerable, dócil, un perfecto instrumento y un informante. Por cierto que había sido todo eso. Pero no sabían de dónde venía… Y cuando lo advirtieron ya habían borrado toda información de las mentes que sí lo sabían y habían dispersado a sus víctimas sobre la salvaje y arrumada Tierra para que murieran por accidente o de hambre o por el ataque de las fieras o los hombres.

Podía suponer que Ken Kenyek, mientras manipulaba su mente a través de psicoconmutadores, ayer, había intentado inducirlo a divulgar el nombre en Galaktika, del sol de Werel. Podía suponer que, en caso de haberlo divulgado, estaría ya muerto o acerebrado. No lo querían a él, Ramarren; sólo querían sus conocimientos. Y no los habían obtenido todavía.

Eso los debía haber preocupado y mucho. El código Kelshak del secreto concerniente a los Libros de la Colonia Perdida había evolucionado juntamente con una refinada técnica de control mental. Esa mística del secreto —o más precisamente de la contención— se había desarrollado a través de los años, desde el riguroso control del conocimiento técnico científico ejercitado por los Colonos originarios, en sí mismo vástago de la Ley de la Liga sobre el Embargo Cultural, que prohibía la importación de cultura a los planetas colonias. El concepto total de restricción era fundamental en la cultura wereliana, y la estratificación de la sociedad wereliana estaba regida por la convicción de que el conocimiento y la técnica debían de permanecer bajo control inteligente. Detalles, como el Verdadero nombre del Sol eran formales y simbólicos, pero el formalismo se tomaba en serio… con seriedad trascendental, pues en Kelshy el conocimiento era religión, la religión conocimiento. Para conservar los intangibles lugares santos en las mentes de los hombres se habían inventado defensas intangibles e invulnerables. Excepto que se encontrara en uno de los Lugares de Silencio y fuera interrogado de cierta manera estipulada por un iniciado de su propio Nivel, Ramarren estaba totalmente incapacitado para comunicar, de palabra o por escrito o telepáticamente, el Verdadero Nombre del sol de su mundo.

Poseía, por supuesto, un conocimiento equivalente: el complejo de hechos astronómicos que le habían permitido proyectar las coordenadas de la Alterra, desde Werel hasta la Tierra; su conocimiento de la exacta distancia entre los soles de los dos planetas; su clara memoria de astrónomo de las estrellas, tal como se veían desde Werel. Todavía no habían conseguido arrancarle esta información, probablemente porque su mente se encontraba en un estado demasiado caótico cuando fuera recién restaurada por las manipulaciones de Ken Kenyek, o porque quizás, aun entonces, sus controles mentales parahipnóticamente reforzados y las barreras específicas habían funcionado. Con el conocimiento de que quizás hubiera un Enemigo en la Tierra, los tripulantes de la Alterra no habían partido sin preparación. Sólo en caso de que la ciencia de los Shing respecto de la mente fuera mucho más poderosa que la de los Werelianos, no serían aquellos capaces de obligarlo a decir nada. Anhelaban inducirlo, persuadirlo. Por lo tanto, se encontraba en la actualidad físicamente a salvo.

Siempre que no advirtieran que recordaba su existencia como Falk.

Esto lo supo y experimentó un escalofrío. No se le había ocurrido antes. Como Falk no representaba utilidad para ellos, pero era inofensivo. Como Ramarren era útil para ellos e inofensivo. Pero como Falk-Ramarren, constituía una amenaza. Y ellos no estaban dispuestos a tolerar amenazas: no podían correr ese riesgo.

Y allí residía la respuesta a la última pregunta: ¿por qué querían, con tanto empeño, conocer la ubicación de Werel… qué importancia revestía Werel para ellos?

Nuevamente la memoria de Falk le habló a la inteligencia de Ramarren, esta vez con una voz admonitoria, calma, gozosa, irónica. El anciano Auditor de la profunda selva habló, el anciano más solitario sobre la Tierra que viera Falk alguna vez:

—No hay demasiados Shing

Un importante fragmento de información y de sabiduría y de consejo, lo había llamado; y debía ser esa la estricta verdad. Las antiguas historias que Falk había escuchado en la casa de Zove decían que los Shing eran extranjeros que provenían de una región muy distante en la galaxia, más allá de las Hyades, cosa de varios millares de años luz. Si esto era así, probablemente no muchos de entre ellos habían cruzado tan inmensa extensión de espaciotiempo. Sí los suficientes como para infiltrarse en la Liga y destruirla, en función de sus poderes de mentira telepática y demás habilidades o armas que podrían poseer o haber poseído; ¿pero eran acaso muchos los que regían todos los mundos que habían dividido y conquistado? Los planetas eran lugares muy grandes en cualquier escala que se midieran los espacios entre ellos. Los Shing debían haberse diseminado y raleado y asegurado la sujeción de los planetas de modo de impedirles aliarse nuevamente y unirse para la rebelión. Orry le había contado a Falk que los Shing , aparentemente, no viajaban ni comerciaban con velocidad luz; ni siquiera había visto una nave de velocidad luz de aquellos. ¿Se debía todo esto a que temían a sus propios correligionarios en los otros mundos, que se habían desarrollado lejos de ellos durante los siglos de su dominación? ¿O era la Tierra el único planeta que todavía regían, y lo defendían de toda incursión por parte de otros mundos? Imposible decir algo al respecto; pero sí era probable que en la Tierra no hubiera muchos de ellos.

Se habían negado a creer la historia de Orry acerca de que los terráqueos en Werel habían mutado hacia la norma biológica local y, finalmente, habían podido engendrar uniéndose a los nativos. Habían dicho que tal cosa era imposible: eso significaba que a ellos no les había sucedido; eran incapaces de aparearse con los terráqueos. Eran todavía extranjeros, entonces, después de doce mil años; aislados sobre la Tierra. ¿Y de hecho regían la humanidad desde esa única Ciudad? Una vez más Ramarren apeló a Falk y éste dijo: No. Controlaban a los hombres por costumbre, ardides y por el miedo y, también, con armamento, rápidos para impedir el surgimiento de cualquier tribu fuerte o la profundización del saber que los amenazaría. Impedían a los hombres todo. Pero ellos nada hacían. No regían, sólo esterilizaban.

Era evidente, entonces, por qué Werel les significaba una amenaza mortal. Ellos habían sometido con su amenaza la cultura que mucho antes destruyeran y dominaran; pero una raza fuerte, numerosa y tecnológicamente avanzada, con un mito de parentesco con los terráqueos y con una ciencia mental y un armamento igual al de ellos, podría aplastarlos de un solo golpe. Y liberar a los hombres de su yugo.

¿Si le sonsacaban la situación de Werel, enviarían ellos una nave bomba de velocidad luz, como una larga mecha encendida, a través de los años luz, para destruir el peligroso mundo antes de enterarse de su existencia?

Читать дальше
Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Ciudad de ilusiones»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Ciudad de ilusiones» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё не прочитанные произведения.


Carmen Laforet: Nada
Nada
Carmen Laforet
Rodolfo Fogwill: Urbana
Urbana
Rodolfo Fogwill
Anne Fortier: Juliet
Juliet
Anne Fortier
Laurell Hamilton: Delitos Menores
Delitos Menores
Laurell Hamilton
José Saramago: El hombre duplicado
El hombre duplicado
José Saramago
Отзывы о книге «Ciudad de ilusiones»

Обсуждение, отзывы о книге «Ciudad de ilusiones» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.