• Пожаловаться

Joe Haldeman: La guerra interminable

Здесь есть возможность читать онлайн «Joe Haldeman: La guerra interminable» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию). В некоторых случаях присутствует краткое содержание. Город: Barcelona, год выпуска: 1978, ISBN: 84-350-0191-1, издательство: Edhasa, категория: Фантастика и фэнтези / на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале. Библиотека «Либ Кат» — LibCat.ru создана для любителей полистать хорошую книжку и предлагает широкий выбор жанров:

любовные романы фантастика и фэнтези приключения детективы и триллеры эротика документальные научные юмористические анекдоты о бизнесе проза детские сказки о религиии новинки православные старинные про компьютеры программирование на английском домоводство поэзия

Выбрав категорию по душе Вы сможете найти действительно стоящие книги и насладиться погружением в мир воображения, прочувствовать переживания героев или узнать для себя что-то новое, совершить внутреннее открытие. Подробная информация для ознакомления по текущему запросу представлена ниже:

Joe Haldeman La guerra interminable

La guerra interminable: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «La guerra interminable»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Iniciada en 1997, la guerra con los taurinos se arrastra desde hace siglos. Pasando de un mundo a otro a velocidades superiores a la de la luz, las tropas de la guerra interminable envejecen sólo unos pocos días mientras en la Tierra pasan los años; una Tierra más y más irreconocible en cada nueva visita. Premio Nebula en 1975; premios Hugo y Locus en 1976.

Joe Haldeman: другие книги автора


Кто написал La guerra interminable? Узнайте фамилию, как зовут автора книги и список всех его произведений по сериям.

La guerra interminable — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «La guerra interminable», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Las mujeres pequeñas siempre sienten el frío más que nadie. McCoy era la más pequeña de la compañía, una muñequita de talle de avispa y un metro cincuenta escaso.

—Ya está funcionando el aire acondicionado. Dentro de poco estaremos mejor.

—Me gustaría… ser un gran pedazo de carne… como tú.

Por mi parte la prefería tal como era.

6

El tercer día, mientras aprendíamos a cavar hoyos, sufrimos la primera baja.

Dada la impresionante cantidad de energía almacenada en las armas de un soldado, no resulta nada práctico cavar hoyos con pico y pala. Sin embargo, uno puede lanzar granadas durante todo el día sin obtener más que una ligera depresión en el terreno; el método acostumbrado es practicar un pozo en el suelo con el láser de mano, poner en él un explosivo de tiempo en cuanto se ha enfriado y, de ser posible, rellenar el agujero. Claro que en Charon no hay muchas piedras sueltas, a menos que ya se haya practicado algún otro hoyo en las cercanías.

El único problema que presenta ese procedimiento consiste en alejarse a tiempo. Se nos había dicho que, para estar a salvo, había que ocultarse detrás de algún objeto realmente sólido o alejarse por lo menos cien metros. Una vez instalada la carga uno disponía de tres minutos para ello, pero no era cuestión de echar a correr. En Charon resultaba peligroso.

El accidente ocurrió cuando hacíamos un hoyo profundo, del tipo que se utiliza para refugios subterráneos. Para eso teníamos que cavar un pozo; después bajábamos al fondo y repetíamos el procedimiento una y otra vez hasta que quedara lo bastante profundo. Aunque dentro de ese cráter usábamos cargas de cinco minutos, ese tiempo parecía muy escaso: había que avanzar muy lentamente, escogiendo el camino hacia el borde del cráter.

Casi todos habían cavado ya un pozo doble; faltábamos sólo yo y otros tres soldados. Creo que sólo nosotros cuatro estábamos prestando atención cuando Bovanovitch se encontró en dificultades. Todos estábamos a más de doscientos metros de distancia. Con el conversor de imágenes graduado a poder cuarenta la vi desaparecer por encima del borde del cráter. Después sólo pude escuchar su conversación con Cortez. En esa clase de maniobras se interrumpían las transmisiones de radio normales y sólo se permitía transmitir al soldado en adiestramiento y al superior a cargo.

—Bien, avance hacia el centro y retire los cascotes. No hay por qué darse prisa mientras no haya quitado el seguro.

—Claro, sargento.

Se oyeron pequeños ecos emitidos por las rocas al entrechocar y transmitidos por las botas. Ella permaneció en silencio durante varios minutos.

—He tocado fondo —dijo, algo jadeante.

—¿Hielo o roca?

—¡Oh, es roca, sargento! Esa cosa verde.

—En ese caso debe usar una carga de poca potencia. Uno punto dos, dispersión cuatro.

—Maldición, sargento, no acabaré jamás.

—Es que esa materia tiene cristales hidratados; se calienta demasiado aprisa y podría fracturarse. Y en ese caso no podríamos hacer otra cosa que dejarla allí, muchacha, muerta y ensangrentada.

—Sí, de acuerdo, uno punto dos, dispersión cuatro.

El borde interior del cráter centelleó con el resplandor rojo del rayo láser.

—Cuando haya profundizado medio metro, más o menos, súbalo a dispersión dos.

—De acuerdo.

Tardó exactamente diecisiete minutos, tres de ellos con dispersión dos. Era fácil imaginarse lo cansado que tendría el brazo con que disparaba.

—Ahora descanse unos minutos. Cuando el fondo del pozo deje de centellear, prepare la carga y déjela caer. Después salga caminando, ¿entiende? Tiene tiempo de sobra.

—Comprendo, sargento. Caminando.

Parecía bastante nerviosa, pero se justificaba; no es algo muy habitual eso de apartarse de puntillas, dejando atrás una bomba de veinte microtones. Durante varios minutos no se oyó más que su respiración.

—Aquí va.

Hubo un leve ruido deslizante, causado por la bomba al resbalar hacia el fondo.

—Ahora, despacio y con calma. Tiene cinco minutos.

—Sí… sí, cinco.

Sus pasos se oyeron lentos y regulares; después, a medida que iba trepando por la pared del cráter, perdieron algo de regularidad para tornarse un poco frenéticos. Y cuando sólo quedaban cuatro minutos…

—¡Mierda!

Un fuerte ruido, como si algo rascara la roca; golpes y choques.

—¡Mierda, mierda!

—¿Qué pasa, recluta?

—¡Oh, mierda!

Silencio. Después otra vez:

—¡Mierda!

—Recluta, si no quiere recibir un disparo, ¡dígame ahora mismo qué es lo que pasa!

—Me… mierda, me he quedado trabada. Estas jodidas rocas que resbalan… ¡Mierda, haga algo! No me puedo mover, mierda, no me puedo mover. Yo… yo…

—¡Cállese! ¿Hasta dónde está atrapada?

—No puedo mover las… mierda… las piernas. ¡Ayúdeme!

—¡Pues use los brazos, carajo! ¡Empújese! Puede mover una tonelada con cada mano.

Tres minutos. La muchacha dejó de maldecir y empezó a murmurar algo, probablemente en ruso, con voz monótona. Estaba jadeando. La radio transmitía el estruendo de las rocas desprendidas.

—Estoy libre.

Dos minutos.

—Salga con tanta rapidez como pueda —indicó Cortez con voz indiferente.

Faltaban noventa segundos cuando la vimos aparecer, arrastrándose por encima del borde del cráter.

—Corra, muchacha, será mejor que corra.

Ella obedeció, pero a los cinco o seis pasos cayó al suelo; tras resbalar unos cuantos metros volvió a levantarse y echó nuevamente a correr. Nueva caída. Se levantó otra vez…

Parecía alejarse con bastante rapidez, pero sólo se había alejado unos treinta metros cuando Cortez ordenó:

—Bien, Bovanovitch, échese a tierra y quédese quieta.

Faltaban diez segundos; ella no oyó o prefirió alejarse un poco más. Siguió corriendo a grandes saltos desordenados. En mitad de uno de ellos la sorprendieron el relámpago y el trueno. Un objeto grande la golpeó bajo el cuello. El cuerpo descabezado salió girando hacia el espacio y dejó tras de sí una espiral roja y negra de sangre rápidamente congelada. Aquello cayó grácilmente al suelo en un sendero de polvo cristalino que nadie osó perturbar.

Aquella noche Cortez no vino a darnos ningún sermón; ni siquiera apareció a la hora de la cena. Todos nos mostramos mutuamente corteses y nadie tuvo miedo de hablar sobre el asunto.

Me acosté con Rogers (todo el mundo se acostó con algún buen amigo), pero ella sólo quería llorar; lloró tanto y con tanta pena que acabó por contagiarme.

7

—Equipo de fuego A… ¡Adelante!

Los doce avanzamos en línea irregular hacia el refugio simulado. Estaba a un kilómetro de distancia, tras una pista de obstáculos cuidadosamente preparados. Habían retirado todo el hielo, cosa que nos permitía avanzar con bastante celeridad, pero nuestros diez días de experiencia sólo nos permitían un paso largo y cómodo.

Yo llevaba un lanzador de granadas cargado con proyectiles de diez microtones para práctica. Todos teníamos el láser digital graduado en NOS DI, lo que equivalía apenas a un relámpago. Se trataba de un ataque simulado; el refugio y el robot que lo defendían costaban demasiado como para usarlos una sola vez.

Читать дальше

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «La guerra interminable»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «La guerra interminable» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё не прочитанные произведения.


Joe Haldeman: Guerra eterna
Guerra eterna
Joe Haldeman
Arnaldur Indriðason: Silencio Sepulcral
Silencio Sepulcral
Arnaldur Indriðason
Joe Haldeman: Tricentenario
Tricentenario
Joe Haldeman
Joseph Conrad: El Duelo
El Duelo
Joseph Conrad
Отзывы о книге «La guerra interminable»

Обсуждение, отзывы о книге «La guerra interminable» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.