José Somoza - La Caverna De Las Ideas

Здесь есть возможность читать онлайн «José Somoza - La Caverna De Las Ideas» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

La Caverna De Las Ideas: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «La Caverna De Las Ideas»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Una novela enigma. Un desafío de ficción, diversión y espejismo, donde nada es lo que parece y donde hasta el simple hecho de seguir leyendo puede resultar arriesgado.
La caverna de las ideas es una obra griega clásica que narra una intrigante historia: diversos asesinatos ocurridos en la época de Platón. Cuerpos mutilados de efebos son descubiertos en las calles de Atenas, crímenes inexplicables que no parecen seguir ningún orden lógico. Heracles Póntor, el Descifrador de Enigmas, se encargará de resolverlos con ayuda de uno de los filósofos de la célebre Academia platónica, Diágoras de Medonte.
Pero el propio texto de La caverna de las ideas, que el lector tiene ahora en sus manos, también esconde secretos: sus traductores desaparecen o mueren, y el actual se enfrenta a un enigma milenario que desborda su capacidad de juicio y en el que se imbricará tanto la novela como la percepción de cada lector.

La Caverna De Las Ideas — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «La Caverna De Las Ideas», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– Sí, maestro. Al menos dos.

– Así pues, ¿Trámaco acostumbraba a cazar en solitario? Quiero decir, hijo, ¿era una decisión normal en él, aunque le preocupara cualquier otro asunto?

– Sí, maestro.

Una terrible embestida combó la puerta. Se escuchaban arpaduras de pezuñas, bufidos, el poderoso eco de una enorme presencia exterior.

Eunío, completamente desnudo -salvo la cinta perfecta que albergaba sus cabellos negros-, extendía con calma sobre sus muslos un ungüento color tierra.

Diágoras, tras una pausa, recordó la última pregunta que debía hacer:

– Fuiste tú, Eunío, quien me dijo aquel día que Trámaco no asistiría a las clases porque había ido a cazar, ¿no es cierto, hijo?

– Creo que sí, maestro.

La puerta soportó un nuevo embate. Saltaron miríadas de astillas sobre el manto de Heracles Póntor. Se oyó un mugido de rabia.

– ¿Cómo lo supiste? ¿Te lo dijo él mismo? -Eunío asintió-. ¿Y cuándo? Quiero decir: tengo entendido que partió de madrugada, pero la tarde anterior había estado hablando conmigo y nada me reveló sobre su intención de marcharse a cazar. ¿Cuándo te lo dijo?

Eunío no respondió enseguida. El pequeño hueso de su nuez embistió su torneado cuello.

– Esa… misma… noche, creo, maestro…

– ¿Lo viste esa misma noche? -Diágoras enarcó las cejas-. ¿Solías reunirte con él por las noches?

– No… Me parece que… fue antes.

– Comprendo.

Hubo un breve silencio. Eunío, descalzo y desnudo, con la doble piel del ungüento brillando en sus muslos y hombros, colgó cuidadosamente la túnica del gancho que llevaba su nombre. Sobre una repisa instalada encima del gancho se hallaban algunos objetos personales: un par de sandalias, alabastros de ungüentos, un rascador de bronce para cepillarse tras los ejercicios y una pequeña jaula de madera con un diminuto pájaro en su interior; el pájaro agitó las alas con violencia.

– El paidotriba me espera, maestro… -dijo entonces.

– Claro, hijo -sonrió Diágoras-. Nosotros también nos vamos.

Obviamente incómodo, el desnudo adolescente dirigió una mirada de reojo a Heracles y volvió a disculparse. Pasó por entre los dos hombres, abrió la puerta -que, casi destrozada, se desprendió de sus goznes- y salió de la habitación. [24]

Diágoras se volvió hacia Heracles esperando cualquier señal que le indicara que ya podían marcharse, pero el Descifrador observaba a Antiso sonriendo:

– Dime, Antiso, ¿qué es lo que te da tanto miedo?

– ¿Miedo, señor?

Heracles, que parecía muy divertido, extrajo un higo de la alforja.

– ¿Cuál es el motivo, si no, de haber elegido servir en el ejército lejos de Atenas? Desde luego, si yo sintiese el mismo miedo que tú, también intentaría huir. Y lo haría con una excusa tan plausible como la tuya, para que, en lugar de cobarde, me considerasen justo lo opuesto.

– ¿Me llamáis cobarde, señor?

– En modo alguno. No te llamaré ni cobarde ni valiente hasta que no conozca la razón exacta de tu miedo. El valor se diferencia de la cobardía únicamente en el origen de sus temores: quizá la causa del tuyo sea de tan espantosa naturaleza que cualquiera en su sano juicio elegiría huir de la Ciudad lo antes posible.

– Yo no huyo de nada -replicó Antiso acentuando las palabras, aunque siempre en tono suave y respetuoso-. Llevaba largo tiempo deseando custodiar los templos del Ática, señor.

– Mi querido Antiso -dijo Heracles plácidamente-, acepto tu miedo pero no tus mentiras. Ni por un momento se te ocurra ofender mi inteligencia. Has tomado esa decisión hace pocos días, y teniendo en cuenta que tu padre le ha pedido a tu antiguo pedagogo que te haga cambiar de opinión, pudiendo él mismo haberse ocupado de tal menester, ¿no quiere eso decir que tu decisión le ha cogido completamente por sorpresa, que se encuentra abrumado por lo que considera un violento e inexplicable cambio en tu actitud y que, sin saber a qué achacarlo, ha acudido al único que, aparte de tu familia, cree conocerte bien? Me pregunto, por Zeus, a qué se ha debido este cambio tan brutal. ¿Quizá la muerte de tu amigo Trámaco ha influido en algo? -y sin transición, con absoluta indiferencia, mientras se frotaba los dedos con los que había sostenido el higo, añadió-: Oh, disculpa, ¿dónde podría limpiarme?

Ajeno por completo al silencio que lo rodeaba, Heracles escogió un paño cercano a la repisa de Eunío.

– ¿Acaso mi padre ha requerido también de vuestra ayuda para hacerme recapacitar? -en las suaves palabras del adolescente Diágoras advirtió que el respeto (a semejanza de una res acorralada que, por miedo, abandona su eterna obediencia y embiste con violencia a sus amos) comenzaba a transformarse en cólera.

– Oh, buen Antiso, no te enojes… -balbució, fulminando a Heracles con la mirada-. Mi amigo es un poco exagerado… No debes preocuparte, pues has cumplido la mayoría de edad, hijo, y tus decisiones, aun siendo incorrectas, merecen siempre la mejor consideración… -y, acercándose a Heracles, en voz baja-: ¿Quieres hacer el favor de venir conmigo?

Se despidieron de Antiso con rapidez. La discusión se inició antes de salir del edificio.

– ¡Es mi dinero! -exclamó Diágoras, irritado-. ¿Lo has olvidado?

– Pero se trata de mi trabajo, Diágoras. No olvides eso tampoco.

– ¿Qué me importa a mí tu trabajo? ¿Puedes explicarme a qué ha venido esa salida de tono? -Diágoras se enfadaba cada vez más. Su calva cabeza se hallaba enrojecida por completo. Inclinaba mucho la frente, como si estuviera preparándose para embestir a Heracles-. ¡Has ofendido a Antiso!

– He disparado una flecha a ciegas y he dado en la diana -dijo el Descifrador con absoluta calma.

Diágoras lo detuvo, tirando con violencia de su manto.

– Voy a decirte algo. No me importa si consideras a las personas únicamente como papiros escritos donde leer y resolver complicados acertijos. No te pago para que ofendas, en mi nombre, a uno de mis mejores discípulos, un efebo que lleva la palabra «Virtud» escrita en cada uno de sus hermosos rasgos… ¡No apruebo tus métodos, Heracles Póntor!

– Me temo que yo tampoco los tuyos, Diágoras de Medonte. Parecía que, en vez de interrogarlos, estabas componiendo un ditirambo en honor de los dos muchachos, y todo porque te parecen muy bellos. Creo que confundes la Belleza con la Verdad…

– ¡La Belleza es una parte de la Verdad!

– Oh -dijo Heracles, e hizo un gesto con la mano indicando que no quería iniciar en aquel momento una conversación filosófica, pero Diágoras volvió a tirar de su manto.

– ¡Escúchame! Tú eres tan sólo un miserable Descifrador de Enigmas. Te limitas a observar las cosas materiales, juzgarlas y concluir: esto ocurrió de este modo o de este otro, por tal o cual motivo. Pero no llegas, ni llegarás nunca, a la Verdad en sí. No la has contemplado, no te has saciado con su visión absoluta. Tu arte consiste únicamente en descubrir las sombras de esa Verdad. Antiso y Eunío no son criaturas perfectas, como tampoco lo era Trámaco, pero yo conozco el interior de sus almas, y puedo asegurarte que en ellas brilla una porción nada desdeñable de la Idea de Virtud… y ese brillo despunta en sus miradas, en sus hermosos rasgos, en sus armónicos cuerpos. Nada en este mundo, Heracles, puede resplandecer tanto como ellos sin poseer, al menos, un poco de la dorada riqueza que sólo otorga la Virtud en sí -se detuvo, como avergonzado del arrebato de sus propias palabras. Sus ojos pestañearon varias veces en un semblante completamente enrojecido. Entonces, más calmado, agregó-: No ofendas a la Verdad con tu inteligencia, Heracles Póntor.

Alguien carraspeó en algún lugar de la destrozada y vacía palestra, cubierta de escombros: [25]era Eumarco. Diágoras se apartó de Heracles, dirigiéndose impetuosamente a la salida.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «La Caverna De Las Ideas»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «La Caverna De Las Ideas» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «La Caverna De Las Ideas»

Обсуждение, отзывы о книге «La Caverna De Las Ideas» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x