Erica Spindler - Fruta Prohibida

Здесь есть возможность читать онлайн «Erica Spindler - Fruta Prohibida» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Fruta Prohibida: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Fruta Prohibida»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

La historia de tres generaciones de mujeres, sus complejas vidas, sus misterios, sus pecados, y al hombre que lo sabe todo sobre ellas y puede desvelar los más ocultos secretos.
Lily Pierron es una legendaria madame que sabe que en la cálida Nueva Orleans se puede cometer cualquier pecado a cambio de un alto precio. Para ella, el precio es su hija Hope.
Hope Pierron St. Germaine es la elegante y piadosa mujer de una acaudalado hotelero y la dedicada madre de Glory durante el día, pero por la noche sucumbe a las pasiones carnales que amenazan con destruirla.
Glory St. Germaine ignora los vergonzosos secretos de su familia, pero sufre las consecuencias de una oscuridad cuya existencia desconoce. Obstinada y atolondrada, Glory encuentra el amor prohibido en el hombre que lo sabe todo sobre las Pierron.

Fruta Prohibida — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Fruta Prohibida», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Su actitud silenciosa le hizo pensar que prefería estar sola, de manera que se levantó.

– Bueno, si necesitas algo dímelo y te ayudaré en lo que pueda.

La chica levantó la mirada, y Santos notó que sus ojos estaban llenos de lágrimas. Era muy atractiva, de ojos azules y pelo castaño, más o menos de su edad, o tal vez algo mayor.

– Gracias -susurró.

– De nada -sonrió de nuevo-. Ya nos veremos.

– ¡Espera!

Santos se detuvo.

– Yo… No sé qué hacer. ¿Puedes ayudarme?

Santos imaginó que querría un lugar donde poder dormir a salvo, un hogar, y eso no podía proporcionárselo. Pero de todas formas se sentó a su lado otra vez.

– Lo intentaré. ¿Dónde quieres ir, Tina?

– A casa -respondió entre lágrimas-. Pero no puedo.

– ¿De dónde eres?

– De Algiers. Mi madre y yo…

En aquel momento la estridente sirena de un coche patrulla rompió el silencio de la noche.

– Oh, Dios mío! -exclamó Tina, aterrorizada. Se levantó de un salto y miró a su alrededor con desesperación, como un animal atrapado.

Santos la siguió.

– Eh, Tina, no pasa nada. Sólo…

Un segundo y un tercer coche de policía pasó a toda velocidad junto al colegio, en un estruendo de luz y de sonido casi insoportable.

– ¡No! -gritó la joven, tapándose los oídos-. ¡No!

– No te preocupes, Tina, no pasa nada.

Santos puso una mano sobre uno de sus hombros. Estaba aterrorizada. Se apartó de él y corrió hacia la puerta, pero consiguió detenerla antes de que huyera. Acto seguido la abrazó con fuerza.

Estaba histérica. Tina empezó a golpearlo una y otra vez.

– ¡Suéltame! ¡Tienes que soltarme!

– Te harás daño -dijo, intentando evitar sus golpes-. Maldita sea, Tina, las escaleras están en muy mal estado.

– ¡Vienen por mí! ¡El los ha enviado!

– ¿De quién hablas? -preguntó-. Tina, nadie viene por ti. Nadie te hará daño. Escucha, ¿es que no lo oyes? Ya se han ido.

La joven se derrumbó contra él, sollozando y temblando.

– Tú no lo comprendes. No lo comprendes -se aferró a su camiseta-. El los ha enviado. Dijo que lo haría.

Al cabo de un rato se tranquilizó. Santos la llevó a una esquina, hacia un colchón que estaba colocado contra una pared. La chica se sentó, desesperada, y él se acomodó a su lado.

– ¿Quieres hablar sobre ello?

A pesar de que había permanecido en silencio un buen rato, tuvo la impresión de que estaba decidida a confiar en él.

– Pensé… pensé que venían a buscarme -confesó-. Pensé que los había enviado él.

– ¿Te refieres a la policía? ¿Pensabas que venían por ti?

– Sí.

– ¿Por qué? -preguntó en un murmullo-. ¿Quién creías que los había enviado?

– Mi padrastro. Es policía. Me dijo que si alguna vez intentaba huir de él, me encontraría y me…

Santos sólo pudo imaginar lo que aquel hombre había prometido hacer con ella. Fuera lo que fuese, resultaba evidente que nada bueno.

– Te comprendo. Vivo con mi madre. Es encantadora, pero mi padre era un canalla que me pegaba. Ahora está muerto. Imagino que el tuyo debe ser de semejante calaña.

– Lo odio -declaró entre lágrimas-. Me hacía daño. Me tocaba…

– De modo que decidiste escapar.

– No tenía otra opción. Huir o suicidarme. Pero no tuve valor para quitarme la vida.

Santos supo por su mirada que estaba hablando en serio.

– ¿Has hablado con alguien sobre lo sucedido?

– Con mi madre. Y no me creyó. Dijo que era una canalla y una mentirosa.

Santos no se sorprendió lo más mínimo. Había oído historias muy similares con anterioridad.

– ¿No se lo has contado a nadie más?

– Es policía, por si no lo recuerdas, y con un puesto importante. ¿Quién me creería? Ni siquiera lo ha hecho mi madre.

– Lo siento -dijo, apretando su mano.

– Yo también. Siento no haber sido capaz de tomarme esas píldoras. Las tuve en mi mano, pero no pude hacerlo.

– No digas eso. Me alegra que no lo hicieras -sonrió, de forma forzada-, Todo saldrá bien, Tina.

– Sí, claro. No tengo dinero, ni un sitio a donde ir -empezó a llorar de nuevo-. Tengo tanto miedo… No sé qué hacer. ¿Qué voy a hacer?

Víctor no lo sabía, de manera que la animó de la única forma que conocía. La abrazó y dejó que llorara sobre su hombro hasta que todos los demás se marcharon. Mientras lo hacía, no dejaba de pensar que su madre debía estar a punto de regresar a casa, y que si no lo encontraba allí le daría un buen disgusto.

– Tina, tengo que irme. Yo…

– ¡No me dejes! Tengo tanto miedo… Quédate un poco más, por favor, Santos. No te vayas todavía.

Santos suspiró. No podía dejarla allí. No tenía a nadie, ni podía dormir en ninguna parte. Su madre tendría que comprenderlo. Y estaba segura de que lo haría, pero después de enfadarse mucho con él.

Estuvieron hablando un buen rato. Santos habló sobre su padre, y mientras lo hacía pensó en lo terrible que debía ser perder a un ser amado. Había sentido tal alivio con la muerte de su padre que no había considerado la tragedia que habría supuesto la pérdida de su madre.

Compartieron sus sueños y hablaron sobre el futuro. Al final, ya exhaustos, se separó de ella y la miró.

– Tengo que marcharme, Tina. Mi madre me matará.

– Lo sé.

– Le hablaré sobre ti -declaró, mientras tomaba sus manos-. Le pediré permiso para que te quedes con nosotros una temporada. Te lo prometo. No te muevas de aquí. Vendré a buscarte mañana.

Santos se inclinó y la besó, para sorpresa de la joven. Antes de marcharse, observó de nuevo sus ojos azules y volvió a besarla de nuevo. Tina pasó los brazos alrededor de su cuello y dijo:

– Quédate conmigo, por favor, no me dejes.

Por un momento, consideró la posibilidad de quedarse allí, pero no quería que su madre se preocupara terriblemente al ver que no llegaba a casa.

– No puedo hacerlo -susurró-. Me gustaría, pero no puedo.

Esta vez se apartó de ella y se levantó.

– Volveré mañana -aseguró-. Es una promesa, Tina. Volveré.

Capítulo 6

Santos pasó por delante de una tienda que tenía un reloj de neón en el escaparate. La luz verdosa iluminaba la acera. Eran las cuatro de la madrugada.

Tomó el camino más corto de vuelta y no dejó de correr. Hasta las calles con más afluencia habitual de gente estaban desiertas.

Mientras corría pensaba en el disgusto que se habría llevado su madre y en lo que tendría que hacer para que permitiera que Tina se quedara con ellos, sobre todo después de lo que había hecho. Pero en sus pensamientos ocupaba un lugar especial el beso que habían compartido y lo que habría sucedido si se hubiera quedado con la joven.

Sólo entonces pensó que podía haberla llevado a casa. Su madre no se resistía nunca a las súplicas. Era demasiado sensible. En cuanto hubiera visto los asustados ojos de Tina habría cedido.

Torció por un callejón que salía a Dauphine Street y salió a Ursuline, a dos manzanas de su casa. Un poco más adelante, las luces de varios coches patrulla y de una ambulancia iluminaban la calle. Entrecerró los ojos y se detuvo un momento cuando comprendió que fuera lo que fuese había sucedido en su edificio.

Empezó a correr.

La policía había acordonado la zona, y a pesar de la hora se había reunido una pequeña multitud. En cuanto llegó, se dirigió a la vecina del primero y preguntó:

– ¿Qué ocurre?

– No lo sé -contestó-. Alguien ha muerto. Creo que ha sido un asesinato.

– ¿Quién? -preguntó, aterrorizado.

– No lo sé. Puede que nadie -respondió, encogiéndose de hombros.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Fruta Prohibida»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Fruta Prohibida» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Erica Spindler - Ukarać Zbrodnię
Erica Spindler
Erica Spindler - W milczeniu
Erica Spindler
Erica Spindler - Pętla
Erica Spindler
Erica Spindler - Tylko Chłód
Erica Spindler
Erica Spindler - Todo para el asesino
Erica Spindler
Erica Spindler - Cause for Alarm
Erica Spindler
Erica Spindler - Dead Run
Erica Spindler
Erica Spindler - Killer Takes All
Erica Spindler
Erica Spindler - In Silence
Erica Spindler
Erica Spindler - Forbidden Fruit
Erica Spindler
Erica Spindler - Shocking Pink
Erica Spindler
Erica Spindler - Copycat
Erica Spindler
Отзывы о книге «Fruta Prohibida»

Обсуждение, отзывы о книге «Fruta Prohibida» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x