Harlan Coben - La promesa

Здесь есть возможность читать онлайн «Harlan Coben - La promesa» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

La promesa: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «La promesa»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Han pasado seis años desde que el agente Myron Bolitar hizo de superhéroe. En seis años no ha dado ni un puñetazo. No ha tenido en la mano, y mucho menos disparado, una pistola. No ha llamado a su amigo Win, el hombre más temible que conoce, para que le ayude o para que le saque de algún lío. Todo eso está a punto de cambiar… debido a una promesa. El año académico está llegando al final. Las familias esperan con ansia noticias de las universidades. En esos últimos momentos de tensión del instituto, algunos chicos cometen el muy común y muy peligroso error de beber y conducir. Pero Myron está decidido a ayudar a los hijos de sus amigos a mantenerse a salvo, y hace que dos chicas del vecindario le hagan una promesa: si alguna vez están en un apuro pero temen llamar a sus padres, le llamarán a él. Unas noches después, recibe una llamada a las dos de la madrugada, y fiel a su palabra, Myron recoge a una de las chicas en el centro de Manhattan y la lleva a una apacible calle sin salida de Nueva Jersey donde ella dice que vive su amiga. Al día siguiente, los padres de la chica descubren que su hija ha desaparecido. Y que Myron fue la última persona que la vio. Desesperado por cumplir una promesa bien intencionada convertida en pesadilla, Myron se esfuerza por localizar a la chica antes de que desaparezca para siempre. Pero su pasado no es tan fácil de enterrar, porque los problemas siempre le han perseguido. Ahora Myron debe decidir de una vez por todas quien es y a que va a enfrentarse si quiere conservar la esperanza de salvar la vida de una jovencita.

La promesa — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «La promesa», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– En Livingston Avenue. Aimee iba en el asiento del pasajero de un Toyota Corolla. El conductor se ajusta a la descripción de Drew Van Dyne .

Myron frunció el ceño.

– ¿Está segura?

– Eso es lo que ha dicho .

– Está muerto, Muse.

– ¿Quién?

– Drew Van Dyne.

Erik se acercó, colocándose a su lado.

Y entonces fue cuando sucedió.

Sonó el móvil de Erik.

Él lo levantó. Cuando vio el número en el identificador de llamadas, casi gritó.

– Oh, Dios mío…

Se llevó el móvil a la oreja. Tenía los ojos húmedos. Le temblaba tanto la mano que apretó una tecla equivocada. Lo intentó otra vez y volvió a llevarse el móvil a la oreja. Su voz era un grito asustado.

– Diga.

Myron se acercó más y escuchó. Hubo un momento de interferencias. Y entonces una voz, una voz llorosa, una voz conocida dijo:

– ¿Papá?

A Myron se le paró el corazón.

La cara de Erik se desmoronó, pero su voz era paternal.

– ¿Dónde estás cariño? ¿Estás bien?

No… Estoy bien, creo. ¿Papá?

– Tranquila, cariño. Estoy aquí. Dime dónde estás.

Y ella se lo dijo.

54

Myron conducía. Erik iba sentado a su lado.

El trayecto no fue largo.

Aimee había dicho que estaba detrás de Little Park, cerca del instituto adonde Claire la llevaba a los tres años de edad. Erik no le dejó colgar.

– Tranquila -no paraba de decir-. Ya voy.

Myron acortó el camino cogiendo la rotonda en dirección contraria. Saltó por encima de dos aceras. Le daba igual, lo mismo que a Erik. Lo importante era la velocidad. El aparcamiento estaba vacío. Las luces de los faros bailaban en la noche y, entonces, cuando cogieron el último desvío, iluminaron a una figura solitaria.

Myron apretó el freno.

– Oh, Dios mío, oh, Dios todopoderoso… -dijo Erik.

Ya estaba fuera del coche. Myron bajó también a toda prisa. Los dos echaron a correr. Pero a medio camino, Myron se quedó atrás. Erik se adelantó. Así era como debía ser. Erik levantó a su hija en sus brazos. La cogió cariñosamente de la cara, como si temiera que fuera sólo un sueño, un soplo de humo, y que pudiera desvanecerse de nuevo.

Myron se detuvo y observó. Después cogió el móvil y marcó el número de Claire.

– Myron. ¿Qué está pasando?

– Está bien -dijo.

– ¿Qué?

– Está a salvo. Te la traemos a casa.

En el coche, Aimee estaba grogui.

Erik se sentó detrás con ella. La abrazó. Le acarició los cabellos. Le dijo una y otra vez que todo había acabado, que todo se iba a arreglar.

– ¿Qué ha pasado? -preguntó Myron.

– Creo… empezó Aimee. Tenía los ojos muy abiertos y las pupilas dilatadas-. Creo que me han drogado.

– ¿Quién?

– No lo sé.

– ¿No sabes quién te secuestró?

Ella meneó la cabeza.

– Quizá deberíamos llevarla al médico -dijo Myron.

– No -dijo Erik-. Primero necesita ir a casa.

– Aimee, ¿qué ha pasado?

– Ha pasado un infierno, Myron -dijo Erik-. Dale tiempo para recuperarse.

– No pasa nada, papá.

– ¿Qué hacías en Nueva York?

– Tenía que reunirme con alguien.

– ¿Quién?

– Es… -Se le quebró la voz y después dijo-: Es difícil hablar de esto.

– Sabemos lo de Drew Van Dyne -dijo Myron- y que estás embarazada.

Ella cerró los ojos.

– Aimee, ¿qué ha pasado?

– Iba a deshacerme de él.

– ¿Del bebé?

Ella asintió.

– Fui a la esquina de la Calle 52 y la Sexta, como me dijeron. Iban a ayudarme. Llegó un coche negro. Me dijeron que sacara dinero del cajero.

– ¿Quién?

– No los vi -dijo Aimee-. Las ventanas estaban veladas. Siempre iban disfrazados.

– ¿Disfrazados?

– Sí.

– ¿Había más de uno?

– No lo sé. Oí una voz de mujer, de eso estoy segura.

– ¿Por qué no fuiste al St. Barnabas?

Aimee dudó.

– Estoy muy cansada.

– ¿Aimee?

– No lo sé -dijo-. Me llamó alguien del St. Barnabas. Una mujer. Si iba allí, mis padres se enterarían. Por algo referente a las leyes de protección, y yo… había cometido tantos errores. Sólo quería… Pero luego ya no estaba tan segura. Cogí el dinero. Iba a subir al coche pero me entró el pánico. Por eso te llamé, Myron. Quería hablar con alguien. Quería hablar contigo, pero… no sé, sé que lo intentaste, pero decidí que sería mejor hablar con otra persona.

– ¿Harry Davis?

Aimee asintió.

– Conozco a una chica -dijo-. Su novio la dejó embarazada. Me dijo que el señor D la había ayudado.

– Es suficiente -dijo Erik.

Estaban llegando a casa de Aimee. Myron no quería dejarlo así.

– ¿Y qué pasó?

– El resto es un poco borroso -dijo Aimee.

– ¿Borroso?

– Sé que subí a un coche.

– ¿De quién?

– El mismo que me había esperado en Nueva York, creo. Me sentía tan desanimada cuando el señor D me dijo que me marchara… Pensé que era mejor que me fuera con ellos, acabar de una vez, pero…

– ¿Pero qué?

– Es todo borroso.

Myron frunció el ceño.

– No lo entiendo.

– No lo sé -dijo-. He estado drogada casi todo el tiempo. Sólo recuerdo haberme levantado algunos minutos. No sé quien era, pero me tenía en una especie de cabaña de madera. Es lo único que recuerdo. Tenía una chimenea de piedra blanca y marrón. Y de repente estaba en el campo detrás del patio. Te he llamado, papá, no sé bien… ¿cuánto tiempo he estado fuera?

Se echó a llorar. Erik la rodeó con sus brazos.

– Tranquila -dijo Erik-. Sea lo que sea, ya ha pasado. Estás a salvo.

Claire estaba fuera. Corrió hacia el coche. Aimee salió, pero apenas se sostenía. Claire soltó un grito primitivo y se aferró a su hija.

Se abrazaron, lloraron, se besaron los tres. Myron se sentía como un intruso. Se dirigieron a la puerta. Myron esperó. Claire miró hacia atrás, miró a Myron a los ojos. Volvió corriendo hacia él.

Le besó.

– Gracias.

– La policía tendrá que hablar con ella.

– Has mantenido tu promesa.

Él no dijo nada.

– Nos la has devuelto.

Y se fue corriendo a la casa.

Myron se quedó mirando como desaparecían dentro. Aimee estaba en casa. Estaba bien. Lo celebraba.

Pero no se sentía de humor.

Fue al cementerio que daba al patio de la escuela. La verja estaba abierta. Buscó la tumba de Brenda y se sentó. Cayó la noche. Oía el trajín del tráfico de la autopista. Pensó en lo que acababa de ocurrir. Pensó en lo que acababa de decir Aimee y en que estaba a salvo en casa, con su familia. Brenda estaba enterrada.

Myron se quedó allí hasta que paró otro coche. Casi sonrió al ver a Win. Él mantuvo la distancia un momento. Después se acercó a la lápida y miró abajo.

– Es agradable añadir a alguien a la lista de éxitos, ¿no? -dijo Win.

– No estoy tan seguro.

– ¿Por qué no?

– Todavía no sé qué ha pasado.

– Está viva, en casa.

– No estoy seguro de que eso baste.

Win hizo un gesto hacia la lápida.

– Si pudieras volver atrás, ¿necesitarías saber todo lo sucedido? ¿O sería suficiente que estuviera sana y salva?

Myron cerró los ojos e intentó imaginárselo.

– Sería suficiente que estuviera sana y salva.

Win sonrió.

– Ahí está. ¿Qué más quieres?

Se puso de pie. No sabía la respuesta. Lo único que sabía es que ya había pasado suficiente tiempo con los fantasmas, con los muertos.

55

La policía tomó la declaración a Myron. Hicieron preguntas. No le dijeron nada. Myron durmió en Livingston aquella noche. Win se quedó con él, aunque lo hacía muy pocas veces. Los dos se despertaron temprano. Vieron Sports Deck en la tele y comieron cereales fríos.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «La promesa»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «La promesa» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Harlan Coben - Don’t Let Go
Harlan Coben
Harlan Coben - W głębi lasu
Harlan Coben
Harlan Coben - Motivo de ruptura
Harlan Coben
Harlan Coben - Tiempo muerto
Harlan Coben
Harlan Coben - Play Dead
Harlan Coben
Harlan Coben - Caught
Harlan Coben
libcat.ru: книга без обложки
Harlan Coben
Harlan Coben - The Innocent
Harlan Coben
Harlan Coben - Just One Look
Harlan Coben
Harlan Coben - Bez Skrupułów
Harlan Coben
Harlan Coben - Tell No One
Harlan Coben
Harlan Coben - Jedyna Szansa
Harlan Coben
Отзывы о книге «La promesa»

Обсуждение, отзывы о книге «La promesa» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x