John Katzenbach - La Sombra

Здесь есть возможность читать онлайн «John Katzenbach - La Sombra» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

La Sombra: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «La Sombra»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

En el Berlín de 1943 pocos vieron su cara. Nunca nadie supo su nombre. Entre susurros era conocido como Der Schattenmann, La Sombra, un despiadado delator judío que colaboraba con la Gestapo.
Miami, finales del siglo xx. La vida del detective retirado Simon Winter da un giro repentino cuando recibe la visita de una vecina aterrorizada. La anciana cree haber visto a un fantasma de su pasado: La Sombra. Cuando a la mañana siguiente aparece estrangulada, Winter es el único que sospecha la terrible verdad: un escurridizo asesino está exterminando a los supervivientes del Holocausto que viven en Miami.

La Sombra — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «La Sombra», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Espy no contestó. Tenía la garganta tensa y seca. En aquella pequeña habitación parecía flotar una enfermedad diferente de la que devoraba el cuerpo del viejo nazi. Experimentó una sensación de espesor, de opacidad, como si para abrirse paso por la historia que narraba el anciano le hiciera falta una cuchilla, y no tenía ninguna.

– De manera que escapó, ¿verdad? -lo animó a seguir.

– Escapó. No me cabe ninguna duda. Yo mismo escapé haciendo algo muy parecido.

Ella arrugó el entrecejo.

– De modo que así es como llegó a ser lo que es ahora -dijo, y de improviso introdujo la mano en su bolso y sacó una copia del retrato robot hecho con la ayuda de Leroy Jefferson. Se lo pasó al anciano, el cual lo sostuvo delante de sí. Al cabo de un segundo de contemplarlo, lanzó una carcajada áspera y chillona. Agitó el retrato y dijo:

Es ist so gut, dich zu sehen, mein alter Freund! [¡Cuánto me alegro de verte, viejo amigo!] -Y miró a la joven fiscal-. Está menos cambiado de lo que hubiera creído.

Ella asintió.

– Me ha hablado usted del pasado -dijo-. ¿Cómo puedo encontrarlo hoy en día.

Klaus Wilmschmidt se recostó en las almohadas sin dejar de mirarla. Alzó una mano y señaló los medicamentos, el oxígeno y su propia persona.

– Me estoy muriendo, señorita Martínez. El dolor me acosa sin cesar y sería capaz de contar las inspiraciones que me quedan.

Maria Wilmschmidt sollozó levemente al traducir.

– ¿Existe un Cielo, señorita Martínez?

– No lo sé.

– Puede que sí o que no. Hubo un tiempo en que participé en cosas terribles. Cosas que usted no puede entender siquiera. Por la noche oigo gritar, veo caras en estas paredes, fantasmas dentro de esta habitación tan pequeña, señorita Martínez. Están aquí conmigo. Y cada día más. Me llaman, y muy pronto intentaré tomar aire y no podré. Cogeré el oxígeno, pero no me servirá. Y entonces me asfixiaré y moriré. Eso es lo que me queda.

Calló unos momentos para recobrar fuerzas.

– De modo que me pregunto: ¿puedo morirme con lo que sé de ese hombre? Dígame, señorita Martínez, ¿conoceré la paz ahora que he hablado de él y de lo que ambos hicimos?

– No lo sé -respondió ella, pero sí lo sabía.

El anciano parecía menguar, como si la noche y la niebla del pasado lo envolvieran poco a poco. Su respiración se hizo rasposa, errática.

– ¿Encontrar a la Sombra? Eso no puedo hacerlo, señorita Martínez.

– Pero…

– Pero sí sé cómo se llama el hombre en que se convirtió.

– ¡Dígamelo! -exigió Martínez, como si necesitara saberlo antes de que el anciano volviera a toser.

Él sonrió, y adoptó una expresión no muy distinta de la calavera que adornaba la daga que había empuñado poco antes.

– Sí -dijo-. Puedo decirle el nombre. Y también puedo decirle algo más.

– ¿El qué?

El moribundo Klaus Wilmschmidt respondió en un susurro:

Ich weiss was f ü r eine Nummer der Schattenmann auf seinem Arm hat…

La hija del anciano calló un instante y aspiró con aspereza antes de traducir en voz baja:

– Dice que conoce el número que la Sombra se tatuó en el brazo.

24 El historiador

Simon Winter y Walter Robinson, ligeramente separados el uno del otro, observaban cómo el rabino y Frieda Kroner examinaban el retrato robot de la Sombra. Parecían dos eruditos que escudriñaran un jeroglífico antiguo y desdibujado, hasta que de pronto ambos se reclinaron en sus asientos. La anciana estaba ligeramente demudada cuando declaró:

– Es él, excepto por la barbilla, que era más rotunda…

– Las cejas no son exactas. Deberían ser más ceñudas, como si estuviera enfadado todo el tiempo -dijo con voz rígida Rubinstein-. Eso daría a los ojos más, no sé, ¿qué, Frieda? ¿Te acuerdas de los ojos?

– Sí -dijo ella afirmando con la cabeza-. Rasgados, como los de un perro agresivo.

– ¿Y el resto? -inquirió Robinson.

– El resto es el hombre que conocimos hace cincuenta años -contestó Frieda, tajante. Se giró hacia el rabino-. Sólo que más viejo. Ha dejado de ser joven, igual que nosotros.

– Sí. Ese hombre es la Sombra -coincidió el rabino. Puso una mano en el brazo de Frieda. Luego le dijo al inspector-: Lo reconocería al momento.

– Yo también -agregó la anciana. Respiró hondo-. Y también lo habrían reconocido Irving y Sophie, los pobres. Si nuestros recuerdos nos decían que alto o bajo, gordo o flaco, claro u oscuro, era porque había tantas cosas allí que resultaba difícil acordarse. Pero ahora, al ver el retrato, puedo decir que es él. -Se estremeció, pero prosiguió con tono firme-. Así que usted, detective, y usted también, señor Winter, creen que anda por ahí esta noche -señaló con un gesto hacia la calle-, buscándonos, como hizo con los demás.

Simon asintió.

La mujer dejó escapar una risita, como si aquello resultara divertido.

– De modo que es posible que nos cueste dormir. Recuerdo haber vivido esta misma situación hace mucho tiempo.

Robinson se había controlado con dificultad hasta el momento.

– He cambiado de idea -dijo-. Ahora creo que el riesgo es demasiado grande. Ese hombre es casi un asesino profesional. Más que eso, un psicópata homicida. Pienso que lo más sensato sería que ustedes se fueran por separado a ver a algunos familiares hasta que pueda atraparlo. Así estarán a salvo y yo no tendré que preocuparme de protegerlos. Podemos sacarlos de la ciudad y tenderle una emboscada a la Sombra cuando se acerque a este apartamento o al suyo, señora Kroner. Pero lo importante es que no tengamos más muertes.

El rabino enarcó una ceja, sorprendido. Simon fue a decir algo, pero se contuvo. Frieda resopló.

– No -se adelantó Robinson levantando una mano-. Lo prioritario es velar por su seguridad.

El rabino miró al joven inspector y dijo:

– Una vez más, detective, tengo la sensación de que no está diciendo todo lo que sabe. ¿Que nos vayamos? ¿Que nos vayamos ahora? ¿Por qué se muestra tan insistente de pronto?

– Lo único que pretendo es ponerlos a salvo.

El rabino meneó la cabeza.

– No es eso -dijo.

Frieda había observado a Robinson mientras hablaba. Y de repente sonrió.

– Ajá -dijo, como el niño que adivina en qué mano se esconde el caramelo-. Ya sé por qué el detective dice estas cosas.

Robinson la miró.

– Señora Kroner, simplemente quiero…

Ella meneó la cabeza como si pretendiera reemplazar la sonrisa con una actitud inflexible.

– Ha sabido algo, ¿verdad? Ha sabido algo acerca de la Sombra, y no quiere contárnoslo para no asustarnos. ¡Como si hubiera algo más terrible de lo que ya hemos vivido! Yo he visto más muerte que usted, detective, aunque llegue a vivir doscientos años. Sigue sin entendernos, ¿verdad?

Robinson se quedó sin palabras.

Entonces tomó la palabra el rabino.

– Yo creo que a veces eso me asusta más que nada.

La anciana se mostró de acuerdo.

– Usted nos mira y ve a dos viejos porque usted es joven, y por tanto está lleno de todos los prejuicios de los jóvenes… -Alzó una mano al ver que Robinson iba a protestar-. No me interrumpa.

Él calló.

– Está bien -añadió Frieda con voz firme-. Dígalo. ¿Qué ha sabido?

Robinson se encogió de hombros antes de contestar. Pensó que, del mismo modo que era una insensatez subestimar a la Sombra, también podía ser una insensatez subestimar a aquellos dos ancianos.

– No tengo pruebas fehacientes… -empezó.

– Pero… porque hay un pero, ¿verdad? -terció el rabino con una sonrisa ligeramente sardónica-. Siempre hay un pero.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «La Sombra»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «La Sombra» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


John Katzenbach - Profesor
John Katzenbach
John Katzenbach - La Guerra De Hart
John Katzenbach
John Katzenbach - Juegos De Ingenio
John Katzenbach
libcat.ru: книга без обложки
John Katzenbach
John Katzenbach - Juicio Final
John Katzenbach
John Katzenbach - Just Cause
John Katzenbach
John Katzenbach - The Wrong Man
John Katzenbach
John Katzenbach - W słusznej sprawie
John Katzenbach
John Katzenbach - La Historia del Loco
John Katzenbach
John Katzenbach - El psicoanalista
John Katzenbach
John Katzenbach - Opowieść Szaleńca
John Katzenbach
John Katzenbach - The Madman
John Katzenbach
Отзывы о книге «La Sombra»

Обсуждение, отзывы о книге «La Sombra» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x