El uso de opio como anestésico no está citado en los manuscritos médicos de la época, hasta donde sé, posiblemente porque habría despertado la indignación de la Iglesia, que creía que el sufrimiento era una forma de salvación. Pero el opio se conseguía fácilmente en Inglaterra, especialmente en la zona de los pantanos, desde épocas remotas y no es improbable que los doctores menos preocupados por los preceptos de la religión y más preocupados por sus pacientes lo empleasen; también solían utilizarlo los cirujanos en los barcos.
Aunque he agregado personajes de ficción entre los niños desaparecidos y he ambientado el relato en Cambridge, la historia del pequeño Peter de Trumpington es casi la copia de un misterio de la vida real, relacionado con la muerte de un niño de ocho años, William de Norwich, en 1144. A partir de ese hecho los judíos de Inglaterra comenzaron a ser acusados de cometer asesinatos rituales.
Si bien no hay registro de que la espada del primogénito de Enrique II hubiera sido llevada a Tierra Santa, la que perteneció a su segundo hijo, también llamado Enrique, fue transportada hasta ese lugar por Guillermo el Mariscal. De ese modo se convirtió postumamente en cruzado.
Durante el reinado de Enrique II los judíos de Inglaterra fueron autorizados a tener sus propios cementerios locales; el derecho fue otorgado en 1177.
Es poco probable que haya canteras de cal en la colina de Wandlebury, pero ¿quién sabe? Los hombres del Neolítico hacían excavaciones para extraer las piedras con las que tallaban sus cuchillos y hachas. Una vez que habían agotado las existencias de un túnel lo llenaban con escombros, dejando leves depresiones en la hierba que les señalaban el lugar que ya habían explotado. Dado que en el siglo xviii Wandlebury se convirtió en un terreno de propiedad privada donde se construyeron establos para caballos de carreras -ahora pertenece a la Cambridge Preservations Society-, incluso esas depresiones habrían sido cubiertas para alisar el terreno por donde pasarían los caballos.
De modo que, en beneficio del relato, me siento justificada por haber trasladado a Cambridgeshire uno de los cuatrocientos túneles descubiertos en Grime's Graves, un lugar cercano a Thetford, en Norfolk. Esas obras asombrosas -hoy en día es posible visitar alguna aunque hay que descender una escalera de treinta pies para poder entrar- acaban de ser identificadas como lo que realmente fueron en el siglo xix, ya que hasta ahora se creía que las depresiones del terreno eran tumbas («graves»), de ahí su nombre.
Por último, en la Inglaterra del siglo xii las diócesis episcopales eran más escasas que en nuestros días y mucho más extensas. Por ejemplo, durante algún tiempo, Cambridge estuvo bajo el control de la diócesis de Dorchester, en el lejano condado de Dorset. En consecuencia, el obispado de St Albans sólo existe en la ficción.
Nació en Devon y, como su padre, se hizo periodista.
Tras participar junto con la Marina Real vestida de uniforme de combate en una de sus prácticas militares en Gales, acompañó a la reina en una visita oficial, no pudo celebrar su veintiún cumpleaños porque tenía que cubrir un asesinato y se casó, de forma casi inevitable, con otro periodista.
En ese momento decidió que permanecer casada era una buena idea, por lo que abandonó su carrera en los periódicos nacionales y se instaló en el campo a escribir para revistas, tener dos hijas y estudiar Historia Medieval.
Maestra en el arte de la muerte, su primer thriller histórico, discurre en el siglo XII, su época preferida, y fue considerada la novela mejor documentada del año por el historiador y periodista de la BBC David Starkey…
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[1]Según un antiguo mito de los pueblos germanos y britanos, distinguir en el cielo una partida de caza dirigida por almas en pena presagiaba una catástrofe o la muerte de quien la contemplaba.
[2]Virgilio, Eneida, III, 57. « ¡A qué no arrastrarás a los mortales corazones, impía sed de oro!»
[3]Se llamaban así por Trótula de Salerno (P-1085), doctora especializada en enfermedades ginecológicas. Muy célebre en su época, destacó entre el círculo de doctoras llamadas Mulieres Salernitae, las Damas de Salerno.
[4]1 Corintios 15, 51-52.
[5]Hombre sabio, poco hablador.
[6]Figuras talladas de mujeres desnudas que exhiben la vulva. Suelen verse en iglesias, conventos y castillos medievales de Irlanda e Inglaterra. Se cree que pueden simbolizar a las antiguas diosas paganas, ser icono de fertilidad, una advertencia ante el pecado de la lujuria o una protección contra el mal.
[7]Salmo 141,2.
[8]Gehena significa valle de Hinón en griego, un lugar cercano a Jerusalén en el que los judíos apóstatas sacrificaban a sus hijos a dioses paganos.
[9]En las bodas judías la ceremonia finaliza cuando se rompe la copa que los novios han compartido previamente. Esta costumbre data de los tiempos talmúdicos y simboliza la idea de que se debe mantener la destrucción del templo de Jerusalén en la mente.
[10]Expresión en egipcio que significa «¡Qué belleza!».
[11]Tradicional saludo árabe cuyo significado es «Que la paz sea contigo».
[12]Virgilio, Eneida, IV, 335-336: «Nunca me pesará acordarme de Elisa mientras conserve memoria de mí mismo, mientras anime mi cuerpo el soplo de la vida». El prior cambia el nombre de Elisa por el de Adelia.
[13]Juan 20,13
[14]Job 1,21
[15]Virgilio, Eneida, I, 364: «Una mujer capitanea la empresa».
[16]Virgilio, Eneida, IV, 624-625.
[17]Salmos 90, 5
[18]Salmos 23,2.
[19]1 Reyes, 10, 7.