David Baldacci - Buena Suerte

Здесь есть возможность читать онлайн «David Baldacci - Buena Suerte» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Buena Suerte: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Buena Suerte»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Creo que con este es el tercer libro que leo de David Baldacci. Hasta ahora los libros que he leído suyos eran de intriga, pero este es totalmente distinto. En este caso es una novela que describe el cambio de vida que tienen que llevar a cabo dos hermanos, que se trasladan con su abuela a las montañas de Virginia. La novela transcurre en la época de la guerra mundial y refleja de una manera bastante realista lo dura que es la vida en las montañas, tanto para los agricultores y ganaderos como la gente que explotaba las minas de carbón.
La novela está bien escrita y disfrutas de la historia, en la que es importante meterse en la piel de los protagonistas. Como unos niños viven las circunstancias que les han tocado vivir y como se adaptan a una vida tan distinta a la que llevaban hasta ese momento en la ciudad.
Un libro entrañable, en el que las relaciones familiares tienen gran importancia. No comento nada del final para no chafar la novela.
Buen libro para descansar de la traca de novelas negras que os estaba metiendo ultimamente.

Buena Suerte — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Buena Suerte», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– ¿Había escuela cuando eras pequeña? -preguntó Oz.

Louisa sonrió.

– Había lo que se llamaba escuela de pago, Oz. Un dólar al mes durante tres meses al año, y era buena estudiante. Éramos unos cien estudiantes en una cabaña de troncos con un suelo de tablones que crujía los días calurosos y se helaba los fríos. El profesor era rápido con la correa y el que se portaba mal tenía que quedarse de puntillas durante media hora con la nariz metida en un círculo que el profesor había dibujado en la pizarra. Yo nunca tuve que ponerme de puntillas. No siempre era buena, pero nunca me pillaron con las manos en la masa. Algunos estudiantes eran adultos que habían regresado de la guerra hacía poco, muchos de ellos mutilados, y que querían aprender a leer y a escribir. Solíamos deletrear las palabras en voz alta. Hacíamos tanto ruido que asustábamos a los caballos. -Le brillaron los ojos-. Tuve un profesor que solía hacer los ejercicios de geografía en su vaca. Siempre que miro un mapa me acuerdo del dichoso animal. -Los miró-. Supongo que puedes llenarte la cabeza en cualquier lugar. Así que aprended lo que tengáis que aprender. Como hizo vuestro padre -añadió, sobre todo pensando en Lou, tras lo cual ésta dejó de quejarse sobre el queroseno que tenía en el pelo.

18

Una mañana Louisa se compadeció de ellos y les dio un sábado libre para que hicieran lo que quisieran. Hacía buen día; la brisa soplaba del oeste, el cielo estaba despejado y las ramas de los árboles, rebosantes de verde, se mecían con suavidad. Diamond J eb vinieron a buscarlos, porque el primero decía que en el bosque había un lugar especial que quería enseñarles, así que allá fueron.

Apenas había cambiado de aspecto: el mismo pantalón con peto, la misma camisa y los mismos pies descalzos. Lou pensó que seguramente tendría las plantas de los pies tan encallecidas como cascos de caballo, ya que le vio correr por encima de rocas puntiagudas, maderas e incluso por un matorral espinoso y, sin embargo, no apreció que le sangraran y su rostro tampoco denotó gesto alguno de dolor. Llevaba una gorra manchada de aceite hundida hasta las cejas. Lou le preguntó si era de su padre, pero recibió un gruñido por toda respuesta.

Llegaron hasta un roble alto que se elevaba en un claro o, al menos, donde la maleza estaba cortada. Lou vio que había varios trozos de madera serrada clavados en el tronco del árbol, formando una escalera tosca. Diamond apoyó un pie en el primer escalón y comenzó a trepar.

– ¿Adónde vas? -preguntó Lou mientras Oz sujetaba con fuerza a Jeb, que parecía deseoso de seguir a su dueño.

– A ver a Dios -repuso Diamond al tiempo que señalaba hacia lo alto. Lou y Oz miraron hacia el cielo.

Más arriba vieron varias tablas de madera de pino colocadas en dos de las enormes ramas del roble, formando una especie de plataforma. Sobre una de las ramas más sólidas y resistentes había una lona tendida cuyos laterales estaban sujetos mediante cuerdas a los pinos, formando así una especie de tosca tienda de campaña. Si bien era cierto que prometía diversión, aquel refugio se encontraba a bastante altura del suelo.

Diamond, que se movía con soltura, ya había trepado las tres cuartas partes.

– Venga, vamos -dijo.

Lou, que habría preferido morir de la manera más horrible imaginable antes que admitir que existía algo fuera de su alcance, puso una mano y un pie en sendos escalones.

– Quédate abajo si quieres, Oz -dijo-. No tardaremos mucho. -Comenzó a subir.

– Aquí tengo mis cosas -dijo Diamond para tentarles. Había llegado arriba y sus pies descalzos asomaban por el borde.

Oz, con toda ceremonia, se escupió en las manos, se agarró con fuerza a un trozo de madera y trepó tras su hermana. Se sentaron con las piernas cruzadas sobre las tablas de madera de pino, que formaban un cuadrado de dos metros por dos, con el techo de lona arrojando una sombra agradable, y Diamond les mostró sus pertenencias. Primero, una punta de flecha de sílex que, según les dijo, tenía un millón de años y le había sido entregada en sueños. Luego, de una mohosa bolsa de tela, extrajo el esqueleto de un pequeño pájaro que no se veía desde los tiempos en que Dios creara el universo.

– Quieres decir que se ha extinguido.

– No, quiero decir que ya no está por aquí.

A Oz le llamó la atención un cilindro hueco de metal que tenía un fragmento de cristal encajado en uno de los extremos. Miró a través del mismo y, aunque todo se veía aumentado, el cristal estaba tan sucio y rayado que comenzó a dolerle la cabeza.

– Puedes ver a alguien a varios kilómetros de distancia -aseguró Diamond al tiempo que abarcaba con un ademán la totalidad de su reino-. Enemigo o amigo. -A continuación les enseñó una bala disparada por un fusil U.S. Springfield de 1861.

– ¿Cómo lo sabes? -preguntó Lou.

– Porque mi bisabuelo se la dio a mi abuelo y mi abuelo a mí antes de morir. Mi bisabuelo luchó por la Unión, ya sabéis.

– ¡Oh! -exclamó Oz.

– Sí, pusieron su cuadro en la pared y todo, eso hicieron. Pero nunca apuntaba a alguien que fuera desarmado. No es justo.

– Eso es admirable -dijo Lou.

– Mirad esto -dijo Diamond. De una pequeña caja de madera extrajo un trozo de carbón y se lo pasó a Lou-. ¿Qué os parece? -preguntó. Lou observó la piedra: estaba cubierta de esquirlas y era rugosa.

– Es un trozo de carbón -aventuró al tiempo que se la devolvía y se limpiaba la mano en el pantalón.

– No, no es sólo eso. Mirad, hay un diamante dentro. Un diamante, como yo.

Oz se movió lentamente y sostuvo la roca.

– ¡Oh, oh! -fue cuanto logró articular.

– ¿Un diamante? -dijo Lou-. ¿Cómo lo sabes?

– Porque me lo dijo el hombre que me la dio. Y no me pidió nada a cambio y eso que ni siquiera sabía que me llamaba Diamond. Para que veas -añadió indignado al ver la expresión incrédula de Lou. Le quitó el trozo de carbón a Oz-. Todos los días le arranco un trocito. Y llegará el día en que le daré un golpecito y ahí estará, el diamante más grande y bonito del mundo.

Oz miró la piedra con la reverencia que solía reservarse para los adultos y la iglesia.

– ¿Y qué harás entonces?

Diamond se encogió de hombros.

– No lo sé. Puede que nada. Puede que lo deje aquí. Puede que te lo dé. ¿Te gusta?

– Si ahí hay un diamante podrías venderlo por un montón de dinero -dijo Lou.

Diamond se frotó la nariz.

– No necesito dinero. En la montaña tengo todo lo que necesito.

– ¿Alguna vez te has marchado de la montaña? -preguntó Lou.

Diamond la miró de hito en hito, visiblemente ofendido.

– ¿Qué pasa, es que crees que soy un paleto? He ido muchas veces hasta McKenzie's, cerca del río. Y a Tremont.

Lou miró en dirección a los bosques que estaban más abajo.

– ¿Y a Dickens?

– ¿Dickens? -Diamond estuvo a punto de caerse del árbol-. Se tarda un día en llegar. Además, ¿para qué demonios querría alguien ir allí?

– Porque es diferente de esto. Porque estoy cansada de la tierra y las mulas y el estiércol y de cargar agua -afirmó Lou. Se dio unas palmaditas en el bolsillo-. Y porque tengo veinte dólares que me traje de Nueva York que me están quemando las manos -añadió mirándole fijamente.

La mención de semejante suma dejó pasmado a Diamond, quien no obstante pareció comprender las posibilidades que ofrecería.

– Demasiado lejos para ir a pie -dijo mientras toqueteaba el trozo de carbón como si intentara que surgiese el diamante de su interior.

– Entonces no vayamos a pie -replicó Lou.

Diamond la miró.

– Tremont está más cerca.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Buena Suerte»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Buena Suerte» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


David Baldacci - The Last Mile
David Baldacci
David Baldacci - Memory Man
David Baldacci
David Baldacci - The Finisher
David Baldacci
David Baldacci - The Forgotten
David Baldacci
David Baldacci - Zero Day
David Baldacci
David Baldacci - Hour Game
David Baldacci
David Baldacci - Divine Justice
David Baldacci
David Baldacci - A Cualquier Precio
David Baldacci
David Baldacci - Wygrana
David Baldacci
libcat.ru: книга без обложки
David Baldacci
Отзывы о книге «Buena Suerte»

Обсуждение, отзывы о книге «Buena Suerte» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x