Fred Vargas - Los Que Van A Morir Te Saludan

Здесь есть возможность читать онлайн «Fred Vargas - Los Que Van A Morir Te Saludan» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Los Que Van A Morir Te Saludan: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Los Que Van A Morir Te Saludan»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Claudio, Tiberio y Nerón son tres estudiantes franceses que viven en Roma. Claudio es un chico mimado, egoísta, tierno y mujeriego, Tiberio, el huérfano, el más guapo y brillante de los tres, es un apasionado del latín clásico, Nerón es amoral, esteta y se peina a la antigua. Juntos conforman un grupo curioso, divertido y entrañable. En pleno mes de junio se ven inmersos en una aventura frenética, que conmueve los pilares de sus vidas y pone en entredicho su amistad. Henri Valhubert, coleccionista de arte parisino -y padre de Claudio-, es asesinado una noche de fiesta delante del palacio Farnesio, entre antorchas y muchedumbres ebrias. ¿Qué venía a hacer a Roma? ¿Y cómo ha podido beber una copa de cicuta? Al mismo tiempo, se descubre que unos valiosísimos dibujos de Miguel Ángel han sido robados de la Biblioteca Vaticana. ¿Tiene el crimen algo que ver con estas extrañas desapariciones?.

Los Que Van A Morir Te Saludan — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Los Que Van A Morir Te Saludan», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– ¿Qué, Laura? ¿Qué? ¿Qué quieres decirle?

– ¿Eres tú, Laura? -balbució Claudio.

– Sí -susurró Tiberio-. ¿Qué quieres decir?

– Laura… no tienes que preocuparte…

Tiberio lo sacudió otra vez para obtener más palabras pero no sirvió de nada.

VI

Tiberio se había despojado de la camisa y se dejaba tostar por el sol. Se divertía vigilando, al otro lado de la antigua vía, las maniobras de una mujer que pasaba y volvía a pasar por detrás de una estela funeraria. Nerón adoraba este paseo de la via Appia, a causa de las tumbas alineadas con sus talus enhiestos. Claudio lo adoraba a causa de las prostitutas que campaban a su sombra. En cuanto a Tiberio, a él le gustaba la enorme cantidad de grillos.

Claudio y Nerón estaban desplomados sobre la hierba. Había un bicho sobre la mejilla de Nerón, y Tiberio le dio una manotada.

– Gracias -dijo Nerón-. No tenía fuerzas.

– ¿No mejoras?

– No. ¿Y Claudio?

– Claudio ni siquiera contesta. Tiene la cabeza de plomo.

– ¿Qué demonios haces con el torso desnudo?

– Atraigo a la joven de enfrente -dijo Tiberio, sonriendo.

– Pobre imbécil -murmuró Claudio.

– Deberíais presentarle vuestras excusas a Gabriella -continuó Tiberio-. Ayer por la noche estuvisteis rastreros. Verdaderos cerdos. Con la elegancia de un puñado de ladrillos. ¡Qué espectáculo, Dios mío! Y para terminar, os derrumbáis como dos seres desgraciados, pegajosos, sudorosos, amorfos. Dos bolas asquerosas que no tuve más que lanzar por las escaleras para que bajasen por su cuenta. La bola Nerón iba más rápido que la bola Claudio porque era más pesada.

– Venga, Tiberio -gruñó Nerón-. No te hagas el angelito.

– Y hoy la cosa no parece arreglarse -continuó Tiberio-. Hoy es lo que todos llaman un día después difícil. Dos paquetes de ropa sucia apestando a alcohol. La chica de enfrente no querría nada de vosotros ni por todo el dinero de papá Valhubert.

– Eso habría que verlo -murmuró Claudio.

– Ya está todo visto, compañero. Pero, a fin de cuentas, a mí me es indiferente. Yo me bronceo.

– Saludable mozo de granja, trabajador infatigable -resopló Nerón con desdén-. Qué horror.

– Tú habla, Nerón. Esta noche voy a arramblar con todas las bellezas romanas ante vuestros ojos de terneros en la cuadra. Sin ninguna competencia a la vista.

– ¡Mierda! ¡La fiesta! -gritó Claudio alzándose sobre los codos.

– En efecto -cortó Tiberio-. La fiesta decadente en la plaza Farnesio. Y tenéis exactamente cuatro horas para prepararos. Nada fácil. Cuatro horitas para metamorfosearos del estado de desecho al de seductor.

– ¡Mierda! -repitió Claudio volviéndose a atar los zapatos.

– ¿No podías habérnoslo recordado un poco antes? -dijo Nerón.

– Compañero -dijo Tiberio levantándose-, esperaba a que vuestros cuerpos volviesen a la superficie. Hay un tiempo para todo.

– ¡Menudo imbécil! -gruñó Nerón, y Tiberio estalló en carcajadas mientras volvía a ponerse la camisa.

VII

Bajo la tenue luz de las antorchas, el oscuro palacio Farnesio tomaba un aspecto curioso. Tiberio contemplaba su oscilación mientras se dejaba arrastrar por la húmeda muchedumbre. Llevaba tres horas bailando y tenía los muslos doloridos. Aún no había visto a ninguna criatura arrasadora y empezaba a desesperar de la vida. Con una copa en cada mano, buscaba a sus dos amigos, a los que había perdido de vista desde hacía bastante tiempo. De pronto escuchó la voz de tribuno de Nerón declamando que la escuela francesa ardería aquella noche y se convertiría en el palacio Hornesio. Se oyeron aullidos de risa. Tiberio alzó los ojos al cielo. Un día ese chiflado de Nerón acabaría por provocar algún incendio, sin duda alguna. Tiberio le agarró del hombro.

– Y tú, payaso, dime, ¿no has visto a Claudio? Acabo de cruzarme con su padre. Está aquí. Lo busca desde hace una hora.

– Por ahí -gritó Nerón-. Está en esa callejuela, rodeado de tres mujeres fáciles.

– Ve a buscarlo, ¿quieres? Yo me vuelvo a avisar a Henri.

Se notaba animación cerca de las reservas de vino. Iban a recoger bastantes cuerpos mañana por la mañana. Tiberio alzó las copas sobre su cabeza y empujó para abrirse paso hasta Henri Valhubert.

Algunos minutos más tarde, detenía violentamente a Claudio que llegaba repeinándose con la palma de la mano.

– No sigas, Claudio, te lo ruego -dijo Tiberio en un murmullo.

– ¿Está mi padre por ahí?

– Tu padre está detrás de mí. En el suelo. Está muerto.

Tiberio tiró las copas para sujetar a Claudio con los dos brazos.

– Ayúdame Nerón -llamó Tiberio gritando con voz quebrada-, Claudio se desploma.

VIII

A la mañana siguiente, en las primeras horas de un domingo, el ministro de Interior Édouard Valhubert hizo llamar de urgencia a su primer secretario.

– ¿Ha podido conseguir el primer informe de la policía italiana?

– Hace media hora, señor ministro. Es más grave de lo previsto.

– Vaya a cerrar la puerta. Dése prisa.

Édouard Valhubert puso las palmas de sus manos sobre su mesa, con los brazos estirados y bien separados el uno del otro. Paul, su secretario, conocía ese movimiento de memoria: retracción, inquietud, determinación. El ministro Valhubert no se inquietaba por su hermano que acababa de morir. Estaba inquieto por su propia suerte.

– Dése prisa, Paul.

– Su hermano Henri Valhubert murió ayer a las 23 horas, 30 minutos. Le dieron a beber una dosis enorme de cicuta. Se derrumbó en pocos minutos. Hay testigos que han visto la caída. Pero nadie ha visto la mano que le tendió la copa.

– ¿Cicuta?

– Nada menos que cicuta, sí. Una decocción artesanal de sus frutos.

– Artesanal pero eficaz. Cicuta, el veneno de los antiguos griegos, de los condenados atenienses. Una muerte como la de Sócrates, suave y rápida.

– A la policía no le gusta la elección del veneno. Hay algo de teatral en ello. La hipótesis del suicidio está completamente descartada. La cicuta fue mezclada con un cóctel muy fuerte y ofrecida a su hermano en el transcurso de una fiesta ante el palacio Farnesio a la que asistieron al menos dos mil personas. La policía puso de inmediato en estado de arresto a su sobrino Claudio Valhubert, al que dos de sus amigos trataban de hacer salir rápidamente de la plaza antes de la llegada de la policía. El joven Claudio se había desmayado al ver el cadáver de su padre. Sus dos amigos se llaman Thibault Lescale y David Larmier. Estudian los dos en Roma con su sobrino. Fue Thibault Lescale el último que habló con Henri Valhubert. Dijo haberlo dejado para ir a avisar a Claudio de que su padre lo esperaba y, según él, cuando volvió ya había un grupo alrededor del cuerpo. No puede decir si Henri Valhubert tenía una copa en la mano cuando habló con él pero asegura que él mismo llevaba dos y que todavía las tenía a la vuelta y que por lo tanto no hubiese podido darle una a Henri Valhubert. La policía no quiere tener en cuenta este argumento, pues se le antoja endeble.

– No veo quiénes pueden ser esos dos chicos.

– El informe precisa que se les conoce más bien bajo los nombres de Tiberio y de Nerón.

– ¿Ah, sí? Entonces conozco a Tiberio. Era un protegido de mi hermano, un huérfano o algo así.

– Claudio Valhubert recibió la víspera una carta de su hermano en la que le comunicaba su venida a Roma. Henri Valhubert se había encontrado envuelto por azar en un caso de robo de manuscritos italianos, y es por eso por lo que se habría decidido a hacer el viaje. Aquí tiene la copia de la carta a su hijo.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Los Que Van A Morir Te Saludan»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Los Que Van A Morir Te Saludan» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Los Que Van A Morir Te Saludan»

Обсуждение, отзывы о книге «Los Que Van A Morir Te Saludan» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x