Minette Walters - La Escultora

Здесь есть возможность читать онлайн «Minette Walters - La Escultora» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

La Escultora: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «La Escultora»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Rosalind Leigh, una periodista en plena crisis creativa y de identidad, se ve forzada a abordar una obra de investigación sobre un caso que conmocionó al país años antes: el de Olive Martin, condenada a veinticinco años de prisión por el asesinato y descuartizamiento de su madre y hermana. Olive se habia declarado culpable.
Olive, -gorda, desmañada, infatigable autora de muñecos de cera de carácter mágico, por lo que en la prisión es llamada La Escultora -, lo tiene todo para resultar antipática. Sin embargo, desde el principio Rosalind es capaz de intuir bajo tan poco favorecedora superficie el desamor y el desamparo. Comienza a sospechar que las protestas de culpabilidad de Olive son falsas.
Se trata de una posibilidad remota y hasta inquietante: ¿Podria ser inocente Olive? Y si así fuera, ¿a quién protege autoinculpándose? Rosalind empieza a bucear en un pasado bajo cuya apariencia de normalidad detecta un turbio remolino de pasiones, odios y desencuentros, tan brutal que sólo podía resolverse en la violencia.

La Escultora — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «La Escultora», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Roz simulaba que buscaba algo en el bolso.

– Debió quedar impresionada cuando se enteró de los asesinatos, dado que usted conocía a la familia, claro.

– No es que me conmocionara mucho. Hacía sólo seis meses que estaba aquí. Ella nunca me gustó. Solamente me usaba para chulear y se deshizo de mí enseguida que supo que el viejo estaba en el talego.

– ¿Cómo era Olive cuando era pequeña? ¿Era violenta con Gary?

La vieja dijo entre risotadas:

– Le vestía con ropa de su hermana. Dios mío, qué pinta. Como le dije, le trataba como a un muñeco.

Roz cerró el maletín y se levantó.

– ¿Se sorprendió de que se convirtiese en una asesina?

– No me sorprendió especialmente. No hay nada tan sorprendente como la gente. -La mujer acompañó a Roz hasta la puerta, y brazos en jarras permaneció esperando a que se fuera.

– Podría ser una introducción interesante para el programa -musitó Roz-. El hecho de que Gary fuera el sucedáneo de una muñeca para una asesina famosa. ¿La recuerda él?

La vieja O'Brien rió sonoramente de nuevo.

– Claro que la recuerda. Llevaba mensajes entre ella y el hombre de sus sueños cuando ella estaba trabajando en la Seguridad Social.

Roz se fue directamente hacia el teléfono más cercano. La señora O'Brien no había querido o no había podido continuar con el para ella desagradable tema y había cerrado la puerta a Roz cuando intentaba sacarle más información sobre el paradero de Gary. Roz llamó a información y preguntó por el número de la Wells-Fargo en Southampton y usó su última moneda de cincuenta peniques para llamar al número que le habían dado. Una aburrida voz de mujer al otro extremo del hilo le dio la dirección y algunas indicaciones para encontrarla.

– Cerramos dentro de cuarenta minutos -fue lo último que dijo la mujer.

Gracias a aparcar en doble fila y a saltarse el ticket del aparcamiento, Roz llegó a la Wells-Fargo diez minutos antes de que cerrasen. Era un oscuro lugar con entrada entre dos tiendas subiendo una escalera sin enmoquetar. Sólo rompía la monotonía de las amarillentas paredes algún antiguo calendario de la casa Pirelli y dos valerianas. La tediosa voz femenina partía de una mujer de aspecto aburrido de mediana edad, que contaba los segundos que faltaban para empezar el fin de semana.

– No vemos muy a menudo clientes -dijo la mujer limándose las uñas-. Quiero decir que si pueden traer los paquetes hasta aquí también podrían entregarlos ellos mismos directamente. -Era una acusación como si Roz estuviera perdiendo el tiempo de la empresa. Taró con las uñas y estiró la mano-. ¿Qué es y adónde tiene que ir?

– No soy un cliente -dijo Roz-. Soy escritora y pensaba que usted me podría dar un poco de información para un libro que estoy escribiendo. -Unos destellos de interés se adivinaron en la cara de la mujer, por lo que Roz cogió una silla y se sentó-. ¿Desde cuándo trabaja aquí?

– Demasiado tiempo. ¿Qué clase de libro?

Roz la miró fijamente.

– ¿Se acuerda de Olive Martin? Asesinó a su madre y a su hermana en Dawlington hace seis años. -Roz advirtió curiosidad en los ojos de la mujer-. Estoy escribiendo un libro sobre ella.

La otra volvió a las uñas sin decir nada.

– ¿La conocía?

– No, por Dios.

– ¿Oyó hablar de ella? Antes de los asesinatos, quiero decir. He oído que uno de los mensajeros de esta compañía le entregaba cartas.

Era absolutamente cierto, la única pega era que Roz no sabía si Gary trabajaba para la Wells-Fargo por aquel entonces.

Se abrió una puerta que daba a un despacho interior y un hombre apareció de repente. Miró a Roz.

– ¿Está señora quiere verme a mí, Marnie? -Movió las manos involuntariamente arriba y abajo de su corbata, como si se tratase de un clarinete.

La lima desapareció de la vista.

– No señor Wheelan. Es una antigua amiga mía. Ha venido a ver si tenía tiempo para ir a tomar algo antes de irme a casa.

Marnie miró fijamente a Roz con los ojos en búsqueda de complicidad. Había en su expresión una curiosa sensación como si Roz y ella compartieran ya un secreto. Roz sonrió afablemente y miró el reloj.

– Casi son las seis -dijo-. Media hora. No te retrasarás demasiado, ¿verdad?

El hombre hizo señas de que se fueran con las manos.

– Ustedes dos ya pueden irse. Cerraré yo mismo esta noche. -Se paró en la puerta, la frente se frunció ansiosamente-. ¿Supongo que no ha olvidado enviar alguien a Hasler, verdad?

– No, señor Wheelan. Eddy fue allí hace dos horas.

– Bien, bien. Que tenga un buen fin de semana. ¿Qué hay de Prestwick?

– Está todo hecho, señor Wheelan. No hay nada pendiente.

Marnie miró al cielo cuando el señor Wheelan cerró la puerta tras él.

– Me vuelve loca -murmuró-. Siempre está achuchando. Vamos, antes de que cambie de idea. Los viernes por la tarde siempre son los peores. -La mujer se precipitó hacia la puerta y empezó a bajar las escaleras-. Odia los fines de semana, éste es el problema, piensa que el negocio se va a arruinar porque tenemos dos días seguidos sin encargos. Tiene paranoia. El año pasado me tenía aquí trabajando los sábados por la mañana hasta que se dio cuenta de que lo único que hacíamos era estar sentados y aburrirnos debido a que ninguna de las oficinas con las que trabajamos están abiertas los sábados. -Salió por la puerta a la calle-. Mire, olvidémonos de lo de tomar algo. Me gustaría llegar a casa a una hora razonable un día. -Marnie miró a Roz, esperando la reacción de ésta.

Roz se encogió de hombros.

– De acuerdo. Iré a hablar con el señor Wheelan sobre Olive Martin. No parece tener prisa.

Marnie golpeó impacientemente con el pie.

– Logrará que me echen.

– Hable conmigo entonces.

Se hizo una larga pausa mientras la otra mujer consideraba sus posibilidades.

– Le explicaré lo que sé, con la condición de que no lo publique -dijo finalmente-. ¿Trato hecho? No le ayudará en absoluto, así que no tendrá que usar lo que yo le explique.

– De acuerdo -dijo Roz.

– Hablaremos mientras caminamos. Si nos damos prisa podré coger el autobús de las seis y media.

Roz cogió a Marnie por el brazo.

– Tengo el coche aquí mismo -dijo-. La llevaré. -Roz llevó a la mujer al otro lado de la calle y abrió la puerta del acompañante-. Vale -dijo Roz entrando por el otro lado y poniendo en marcha el coche-. Dispare.

– Claro que he oído hablar de ella, o al menos conocía una Olive Martin. No podría jurar que se trata de la misma porque nunca la vi, pero la descripción que dieron en el periódico coincidía. Siempre he supuesto que se trataba de la misma persona.

– ¿Quién le dio su descripción? -preguntó Roz girando hacia la carretera principal.

– No veo el porqué de hacer preguntas -chasqueó Marnie-. Simplemente estaremos más tiempo. Deje que le explique la historia a mi manera. -La mujer ordenó sus pensamientos-. Le dije antes en la oficina que casi nunca vemos a los clientes. A veces los directivos de alguna empresa vienen a ver si pueden investigar la clase de negocio que llevamos, pero normalmente todo se hace por teléfono. Alguien quiere que se entregue algo, nos llaman y enviamos un mensajero, así de sencillo. Bien, un mediodía, cuando Wheelan había salido a buscar sus bocadillos, un hombre vino a la oficina. Llevaba una carta que quería que se enviara aquella misma tarde a la señorita Olive Martin. Estaba dispuesto a pagar generosamente si el mensajero esperaba a que saliera y se la entregaba discretamente a la hora de la salida. Hizo hincapié en que no la llevaran adentro y dijo que estaba seguro de que yo entendía por qué.

Roz se olvidó del trato y le preguntó:

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «La Escultora»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «La Escultora» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


A. Walters - Lead Me Not
A. Walters
Minette Walters - Der Schrei des Hahns
Minette Walters
Minette Walters - The Ice House
Minette Walters
Minette Walters - Fox Evil
Minette Walters
Minette Walters - La Casa De Hielo
Minette Walters
Minette Walters - Donde Mueren Las Olas
Minette Walters
Minette Walters - Crimen en la granja
Minette Walters
Minette Walters - Las fuerzas del mal
Minette Walters
Minette Walters - The Devil's Feather
Minette Walters
Minette Walters - La Ley De La Calle
Minette Walters
Отзывы о книге «La Escultora»

Обсуждение, отзывы о книге «La Escultora» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x