Qiu Xiaolong - Visado Para Shanghai

Здесь есть возможность читать онлайн «Qiu Xiaolong - Visado Para Shanghai» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Visado Para Shanghai: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Visado Para Shanghai»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

La nueva novela de Qiu Xiaolong retoma las andanzas protagonizadas por el Inspector Chen en su anterior gran éxito, Muerte de una heroína roja. En esta ocasión, Chen ha de investigar la misteriosa desaparición de la bailarina Wen Liping durante su regreso a China desde Estados Unidos. La vigorosa trama policial propicia la radiografía de un país en plena mutación, sirviéndose de un personaje que está ya en las antologías del género: un amante de la literatura que resuelve intrincados enigmas en tanto recita proverbios de Confucio y moderna poesía china. El estilo de Xiaolong ha hecho ya las delicias de miles de lectores en todo el mundo. A pesar de su juventud se trata de un autor contrastado, cuyo futuro se adivina enormemente brillante.

Visado Para Shanghai — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Visado Para Shanghai», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– La víctima podría pagarse lujos costosos, como esa marca de pijamas y esa droga, pero no me parece uno de esos nuevos capitalistas.

– Estoy de acuerdo -dijo el Viejo Cazador-. Mañana investigaré más.

– Gracias, tío Yu. Ni una sola palabra sobre su descubrimiento a los del departamento.

– Entiendo, inspector jefe Chen.

Eran casi las doce cuando Chen colgó el teléfono. En conjunto, el día no había terminado demasiado mal, aunque la llamada telefónica había interrumpido su sueño.

Sólo quedaba en su mente una escena fragmentada de ese sueño. Iba caminando hacia un antiguo puente sobre un foso de la dinastía Qing, solo, pisando una alfombra de hojas doradas, en algún lugar de la Ciudad Prohibida. Acudió a su mente un poema de Zhang Bi, poeta de la dinastía Tang.

El ensueño regresa lentamente al viejo lugar:

El mirador circular, la balaustrada que lo rodea.

No hay nada como la luna, reluciendo aún en los pétalos

Caídos en el patio de verano, para el solitario visitante.

El inspector jefe Chen se preparó otra taza de café, tratando de quitarse el sueño del paladar y de la mente. No era una noche para recordar poemas. Tenía que pensar.

CAPÍTULO 12

El teléfono empezó a sonar antes de que lo hiciera su despertador. Frotándose los ojos, Catherine descolgó el auricular. Oyó la voz de su jefe, clara, conocida, aunque a kilómetros de distancia.

– Lamento despertarte, Catherine.

– No importa.

– ¿Cómo van las cosas?

– Fatal -dijo ella-. La policía de Fujian no ha hecho ningún progreso. Aquí en Shanghai hemos entrevistado a los posibles contactos de Wen, pero no hemos obtenido nada.

– Ya sabes la fecha del juicio. El Servicio de Inmigración y Naturalización nos ha estado volviendo locos.

– ¿Es posible aplazar el juicio?

– Me temo que no es una idea muy popular.

– La política. También en esto. ¿Se sabe algo de la banda que amenazó a Feng?

– Feng no ha vuelto a saber nada de ellos. Hemos seguido tu sugerencia y le retenemos en el mismo sitio. Si la banda tiene a Wen, le enviarán otro mensaje más explícito.

– Los chinos creen que la tríada la está buscando pero que es posible que aún no la hayan cogido.

– ¿Qué opinas de los chinos?

– ¿El Departamento de Policía de Shanghai o el inspector jefe Chen?

– Ambos -dijo Spencer.

– El departamento está decidido a tratarme como a una invitada distinguida. El Secretario del Partido Li Guohua, el agente de más categoría en el departamento, se reunirá conmigo hoy o mañana. Pura cortesía, supongo. En cuanto al inspector jefe Chen, diría que trabaja concienzudamente.

– Me alegra saber que te tratan bien y que tu compañero chino es un tipo decente. Respecto a Chen, a la CIA le gustaría que reunieras un poco de información sobre él.

– ¿Quieren que le espíe?

– Esa palabra es demasiado fuerte, Catherine. Sólo pasar la información que tengas sobre él. ¿Con quién sale? ¿Qué casos lleva? ¿Qué libros lee y escribe? Cosas así. La CIA tiene sus propias fuentes, pero en ti se puede confiar.

Ella estaba de acuerdo pero no le gustó.

Volvió a sonar el teléfono. Era Chen.

– ¿Cómo se encuentra esta mañana, inspectora Rohn?

– Mucho mejor.

– ¿Y el tobillo?

– La pasta ha hecho efecto. No tengo ningún problema -dijo ella, frotándose el tobillo, que aún estaba un poco débil.

– Ayer me asustó -se notaba alivio en su voz-. ¿Está preparada para ir hoy a otra entrevista?

– Claro. ¿Cuándo?

– Esta mañana tengo una reunión. ¿Le va bien esta tarde?

– Sí. Aprovecharé la mañana para investigar un poco en la Biblioteca de Shanghai.

– ¿Sobre las sociedades secretas chinas?

– Así es -además, iba a recabar información sobre Chen, no sólo para la cía.

– La biblioteca también está en la calle Nanjing. En taxi llegará en meno$ de cinco minutos.

– Iré a pie si está tan cerca.

– Eso es cosa suya. Me reuniré con usted a las doce en un restaurante que hay frente a la librería. La Aldea del Sauce Verde. Es el nombre del restaurante.

– Hasta luego, pues.

Tras una rápida ducha se fue del hotel. Paseó por la calle Nanjing, un gran centro comercial, no sólo con tiendas a ambos lados sino también con hileras de vendedores ambulantes frente a las tiendas. Cruzó la calle varias veces, atraída por los atractivos escaparates. No había comprado nada desde su llegada.

En el cruce con la calle Zheijan tuvo que resistir la tentación de entrar en un restaurante de color bermellón con pilares tallados que sostenían un tejado de tejas vidriadas de color amarillo, imitación del antiguo estilo arquitectónico chino. Una camarera vestida con el traje de la dinastía Qing se inclinaba de forma atractiva ante la gente que pasaba por delante. Pero Catherine compró un pedazo de pegajoso pastel de arroz a uno de los vendedores de la acera, y lo fue comiendo por la calle como las muchachas de Shanghai que iban delante de ella. Estaba de moda hablar de los chinos como capitalistas por naturaleza, chanchulleros natos, y explicar de ese modo el desarrollo económico, pero ella creía que la energía colectiva liberada después de tantos años de control económico por parte del Estado, el tener la oportunidad de hacer algo por sí mismos por primera vez era lo que les había llevado a la transformación que veía a su alrededor.

Y no tropezaba con más miradas curiosas de las que habría recibido en St. Louis. Tampoco tuvo ningún accidente salvo golpes con el hombro y codazos mientras se abría paso por delante de unos abarrotados grandes almacenes. Los accidentes sufridos en los últimos dos días la habían inquietado, pero quizá era porque ella estaba torpe debido al jet lag. Aquella mañana había descansado bien. Pronto vio la biblioteca a lo lejos. Dio unas monedas a los mendigos que había en los escalones como habría hecho en St. Louis.

Al entrar en la Biblioteca de Shanghai se le acercó una bibliotecaria que hablaba inglés para ayudarla. Tenía dos temas, los Hachas voladoras y Chen. Para su sorpresa, Catherine no encontró prácticamente nada sobre las tríadas en su literatura. Quizá en la China contemporánea estaba prohibido hablar de esas actividades delictivas.

Encontró varias revistas que contenían poemas y traducciones de Chen, y también algunas traducciones de novelas de misterio firmadas por Chen, algunas las había leído en inglés. Lo que le fascinaba era el estereotipado «prefacio del traductor» en cada libro. Consistía en una introducción que daba detalles sobre el autor, un breve análisis de la historia y una invariable conclusión con frases hechas de tipo político: «debido a los antecedentes ideológicos del autor, los decadentes valores de la sociedad capitalista occidental no pueden sino reflejarse en el texto, y los lectores chinos han de estar alerta a semejante influencia…».

Absurdo, y también hipócrita, pero esta hipocresía podía explicar su rápido ascenso.

La bibliotecaria entró en la sala de lectura con una nueva revista.

– Hay una entrevista reciente con Chen Cao.

Había una fotografía en color en la que aparecía vestido con traje y una corbata conservadora, lo que le daba aspecto de académico. En la entrevista, poniendo a T. S. Eliot como ejemplo, Chen declaraba que la poesía debería escribirse sin la presión de tener que ser poeta. Mencionó a Louis MacNeice, que había tenido que ganarse la vida con otro trabajo. Chen reconocía la influencia de ambos en su poesía y mencionaba el título de un poema imbuido de melancolía. Encontró «La luz del sol en el jardín», lo leyó e hizo copias. El fin de la CIA era político, pero la obra de Chen podía arrojar tanta luz sobre su compañero chino como un ser humano. Eliot y MacNeice; Chen utilizaba sus historias para justificar su propia carrera. Devolvió el material a la bibliotecaria.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Visado Para Shanghai»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Visado Para Shanghai» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Visado Para Shanghai»

Обсуждение, отзывы о книге «Visado Para Shanghai» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x