Qiu Xiaolong - Visado Para Shanghai

Здесь есть возможность читать онлайн «Qiu Xiaolong - Visado Para Shanghai» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Visado Para Shanghai: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Visado Para Shanghai»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

La nueva novela de Qiu Xiaolong retoma las andanzas protagonizadas por el Inspector Chen en su anterior gran éxito, Muerte de una heroína roja. En esta ocasión, Chen ha de investigar la misteriosa desaparición de la bailarina Wen Liping durante su regreso a China desde Estados Unidos. La vigorosa trama policial propicia la radiografía de un país en plena mutación, sirviéndose de un personaje que está ya en las antologías del género: un amante de la literatura que resuelve intrincados enigmas en tanto recita proverbios de Confucio y moderna poesía china. El estilo de Xiaolong ha hecho ya las delicias de miles de lectores en todo el mundo. A pesar de su juventud se trata de un autor contrastado, cuyo futuro se adivina enormemente brillante.

Visado Para Shanghai — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Visado Para Shanghai», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– Lo entiendo, señor Ma. No tiene que darme explicaciones, pero tengo que pedirle otro favor.

– Lo que quiera.

– Estamos buscando a una mujer, una mujer embarazada de Fujian. Es posible que una tríada de Fujian llamada los Hachas Voladoras la esté buscando también; hace años fue una joven educada de Shanghai. Si por casualidad se entera de algo sobre ella, hágame el favor de comunicármelo.

– Los Hachas Voladoras… Creo que no conozco a ninguno de sus miembros. Esto es territorio de los Azules. Pero puedo preguntar por ahí.

– Su ayuda nos resultará muy valiosa, señor Ma, ¿o digo doctor Zhivago?

Chen se puso en pie con intención de marcharse.

– Entonces usted será el general -el señor Ma sonrió.

Catherine estaba intrigada con su conversación, en particular por lo del doctor Zhivago. Años atrás, su madre le había comprado una caja de música que interpretaba el «Tema de Lara». Desde entonces la novela se había convertido en una de sus favoritas. La tragedia de la vida de un intelectual honrado en una sociedad autoritaria. Ahora la Unión Soviética prácticamente había dejado de existir, pero no China. Había algo fascinante en el fondo de la conversación, casi como en un rollo de una pintura tradicional china, en el que el espacio en blanco sugería más de lo que se representaba en el papel.

Cuando regresaron al hotel eran casi las seis. Ella le oyó decir a Pequeño Zhou que se marchara.

– No me espere. Tomaré un taxi para ir a casa.

En su habitación, la camarera lo había preparado todo para pasar la noche. La cama estaba abierta, la ventana cerrada y la cortina corrida. Había un paquete de Virginia Slims junto a un cenicero de cristal sobre la mesilla de noche, un lujo importado acorde con la posición que ella ocupaba allí. Todo había sido preparado para una invitada distinguida. Mientras la ayudaba a sentarse en el diván, ella dijo:

– Gracias, inspector jefe Chen, por todo lo que ha hecho por mí.

– No hay de qué. ¿Cómo se encuentra?

– Mucho mejor. El señor Ma es un buen médico -le hizo seña de que se sentara en el sofá-. ¿Por qué le llama doctor Zhivago?

– Es una larga historia.

– Hemos terminado por hoy, ¿no? Cuénteme la historia, por favor.

– Probablemente no le interesará.

– Me especialicé en estudios chinos. No hay nada más interesante para mí que una historia sobre el doctor Zhivago en China.

– Debería descansar, inspectora Rohn.

– Según su Secretario del Partido Li, se supone que tiene que ocuparse de que mi estancia sea satisfactoria, inspector jefe Chen.

– Pero si mañana se levanta enferma, el Secretario del Partido Li me hará responsable.

– No puedo dar mi paseo vespertino por el Bund -suplicó ella con falsa seriedad, pero se sentía un poco vulnerable, también, mientras hablaba-. Estoy sola, en esta habitación de hotel. Seguro que podría animarme.

Quizá él se dio cuenta de cómo se sentía, con el tobillo torcido, el sistema yin-yang desequilibrado, en una solitaria habitación de hotel, en una ciudad extraña en la que no tenía a nadie con quien hablar… excepto él.

Dijo:

– De acuerdo, pero tiene que tumbarse y ponerse cómoda.

Así que se quitó los zapatos, se reclinó en el diván y puso los pies sobre un cojín que el colocó debajo. Su postura era recatada, pensó ella, con el vestido por encima de las rodillas.

– Oh, he olvidado todas las instrucciones del señor Ma -dijo el-. Déjeme echar un vistazo a su tobillo.

– Ahora está mejor.

– Tiene que quitarse la pasta.

Cuando le apartó la venda se quedó atónita al ver que su tobillo se había vuelto de color negro y azul.

– En el despacho del señor Ma no se veía el cardenal.

– Esta pasta amarillenta se llama Huangzhizhi. Tiene el poder de hacer salir a la superficie el daño interno, para que se pueda curar más deprisa.

Fue al cuarto de baño y volvió con un par de toallas mojadas.

– Ahora la pasta ya no sirve para nada -se arrodilló junto al diván para limpiarle los restos de pasta y frotarle el tobillo-. ¿Todavía le duele?

– No -hizo gestos de negación con la cabeza, observando a Chen examinar la magulladura para asegurarse de que no quedaba pasta.

– Mañana podrá volver a correr como un antílope.

– Gracias -dijo ella-. Bueno, es la hora del cuento.

– ¿Le gustaría tomar una copa?

– Una copa de vino blanco sería perfecto. ¿Y usted?

– Lo mismo.

Ella le observó abrir el frigorífico, sacar una botella y regresar con los vasos.

– Está usted convirtiendo esto en una velada especial -se incorporó un poco apoyándose en un codo y tomó un sorbo de vino.

– La historia se remonta a principios de los años sesenta -empezó Chen; se sentó en la silla que había acercado al diván y se quedó contemplando el vino-, cuando yo aún era un alumno de la escuela elemental…

A principios de los años sesenta, los Ma eran propietarios de una tienda de libros usados, un negocio familiar. De niño, Chen compraba cómics allí. De repente, el gobierno local declaró que la librería era «un centro clandestino de actividad antisocialista». La acusación se basaba en la prueba de que había un ejemplar en inglés de Doctor Zhivago en las estanterías. Encerraron en la cárcel al señor Ma, adonde sólo le permitieron llevarse, de todos sus libros, un diccionario médico. Hacia finales de los años ochenta, le soltaron y fue rehabilitado. La anciana pareja no quiso volver a abrir la librería. Al señor Ma se le ocurrió abrir una herboristería con los conocimientos que había adquirido en la cárcel. Su solicitud de la licencia para abrir una tienda fue de un escritorio de burócrata a otro, sin avanzar.

Chen en aquella época era un policía de nivel básico, no el que estaba a cargo de la «rectificación de casos equivocados». Sin embargo, cuando se enteró de la situación del señor Ma, se las arregló para enviar un mensaje a través del Secretario del partido Li y obtener la licencia para el anciano.

Después, Chen habló por casualidad con una periodista del Wenhui, insistiendo en la ironía de que el señor Ma se había hecho médico gracias a Doctor Zhivago. Para su sorpresa, ella escribió un artículo para el periódico titulado «Gracias a Doctor Zhivago». Su publicación aumentó la popularidad de la práctica médica del señor Ma.

– Por eso la anciana pareja le está tan agradecida -dijo ella.

– Yo hice poca cosa, si tenemos en cuenta lo que ellos pasaron en aquellos años.

– ¿Se siente usted más responsable ahora que es inspector jefe?

– Bueno, la gente se queja de los problemas que tiene nuestro sistema, pero es importante hacer algo… para la gente como los Ma.

– Con los contactos que tiene usted… -se interrumpió para tomar un sorbo de vino-, incluida una periodista que escribe para el Wenhui Daily…

– Incluida -dijo él, apurando su copa de un trago-. Ahora está en Japón.

– Ah.

Sonó el móvil de Chen.

– ¡Ah, Viejo Cazador! ¿Qué ocurre? -escuchó varios minutos sin hablar y luego dijo- O sea que debe de ser algo importante. Le llamaré más tarde, tío Yu.

Colgó y dijo:

– Es el Viejo Cazador, el padre del inspector Yu.

– ¿Su padre también trabaja para usted?

– No, está jubilado. Me ayuda en otro caso -dijo, poniéndose en pie-. Bueno, es hora de que me marche.

No podía quedarse más tiempo. No sabía nada de su otro caso. Y no se lo comentaría a ella. No era asunto suyo.

Cuando intentó levantarse, él le puso una mano en el hombro.

– Tranquila, inspectora Rohn. Mañana tenemos mucho trabajo. Buenas noches.

Cerró la puerta al salir de la habitación.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Visado Para Shanghai»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Visado Para Shanghai» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Visado Para Shanghai»

Обсуждение, отзывы о книге «Visado Para Shanghai» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x