John Harwood - El Misterio De Wraxfor Hall

Здесь есть возможность читать онлайн «John Harwood - El Misterio De Wraxfor Hall» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

El Misterio De Wraxfor Hall: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «El Misterio De Wraxfor Hall»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Londres, década de 1880. La joven Constance Langton crece en un entorno familiar marcado por un padre distante y una madre en perpetuo luto por el hijo muerto. Tras acudir a una sesión de espiritismo con trágicas consecuencias, Constance se queda sola y lo único que recibe es una misteriosa herencia: la lúgubre mansión de Wraxford Hall, envuelta en una leyenda maldita.

El Misterio De Wraxfor Hall — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «El Misterio De Wraxfor Hall», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Dudó un instante; luego, se volvió rápidamente y se fue cruzando la hierba del cementerio.

Aquella noche no llegué a casa hasta las diez; mi tío se había retirado a su habitación, como si dijera: «Yo me lavo las manos: allá tú». Pero Dora me había esperado levantada. Me dijo que Edwin había venido dos veces a verme durante mi ausencia, y que me había dejado una nota, que decía simplemente: «Estaré en el jardín Botánico de Regent's Park mañana a las dos, y esperaré allí toda la tarde. Por favor, ven. E.».

– No le diga usted a su tío que se la he dado, señorita, o perderé mi empleo -dijo Dora-. Cuando supo que había venido el señor Rhys, me dijo que no necesitaba que yo le diera ninguna explicación. Y dijo que leyera eso…

Y me señaló un periódico vespertino que mi tío había dejado muy a propósito sobre la mesa del recibidor, con enojados subrayados trazados con lápiz grueso en una columna con el titular: «Distinguido científico hallado muerto: misteriosa explosión en Wraxford Hall». Las frases se enturbiaban ante mis ojos: «El doctor Davenant, FRS [59]… en el curso de una investigación de la Sociedad para la Investigación Física… una violenta explosión… por causas desconocidas… graves daños… espantoso descubrimiento. Se entiende que la propietaria, la señorita Langton, estuvo presente en todo momento y tuvo la fortuna de poder escapar con vida del… Wraxford Hall, como todos los amables lectores recordarán, fue el escenario de un asesinato que tuvo gran repercusión, en 1868… porque el doctor Magnus Wraxford… de la señora Wraxford y su hija… desaparecidos… una sombra de sospecha…».

Dejé el periódico a un lado, y sentí el irresistible deseo de ver a Edwin. Pero a menos que pudiera probar, a sus ojos y a los míos, que yo no había matado a un hombre inocente, un gran abismo se abriría entre nosotros. A través de una bruma de cansancio, se me ocurrió que debería buscar la dirección de Davenant, tal y como había hecho con George Woodward: ¿sería posible que ese hombre no hubiera dejado ni rastro, ni una pista de su vida anterior? Y si yo visitara su casa… con el pretexto de ofrecer mis condolencias…

El número 18 de Hertford Street, en Piccadilly, era una casa incrustada en una larga hilera de viviendas sombrías levantadas en piedra gris oscura. Paseé arriba y abajo al sol -era uno de esos días raros de marzo, deslumbrantes y brillantes, con la brisa cálida de mayo-, haciendo acopio de todo mi valor, hasta que finalmente decidí subir las escaleras y llamar a la puerta.

Después de mucho rato, la puerta se abrió y apareció un hombre pequeño, con el pelo cano, vestido con traje de luto.

– Soy la señorita Langton -dije con voz trémula-. Soy la propietaria de Wraxford Hall y… pensé que debía visitarles para ofrecer mis condolencias a la familia.

– Es muy amable por su parte, señorita Langton, pero me temo que no hay familia a quien usted pueda dirigirse… El doctor Davenant era soltero, y estaba absolutamente solo en el mundo. Yo soy Brotherton, su criado.

– Oh… Me pregunto si… -dije- si podría pasar un momento… Me siento un poco mareada…

Y era la pura verdad, porque mis rodillas estaban temblando tanto que apenas me podía sostener en pie.

– Desde luego, señorita Langton. Por favor, sígame…

Dos minutos después me encontraba sentada en un salón cavernoso con un vaso de vino de Oporto en la mano y con el señor Brotherton revoloteando nerviosamente a mi alrededor.

– Esto debe de haber representado un gran golpe para usted, señor Brotherton.

Pude comprobar que agradecía notablemente que utilizara la palabra «señor» para dirigirme a él.

– Sí, señorita Langton, un gran golpe. Una gran desgracia. Tengo entendido que estaba usted presente en el momento del accidente…

– Sí -dije, agradeciendo la escasa luz de la estancia-, pero me temo que no tengo ni la menor idea respecto a lo que pudo ser la causa de la explosión. Nosotros ni siquiera sabíamos que el doctor Davenant estaba en la casa cuando todo ocurrió. ¿Puedo preguntarle cuánto llevaba usted con él?

– Veinte años, señorita Langton… desde que llegó a Londres.

– ¿Y dónde vivió antes?

– En el extranjero, señorita Langton. Fue un gran viajero en su juventud.

– Tengo entendido que se vio envuelto en un incendio…

– Sí, señorita Langton. Ocurrió en Praga, no mucho antes de que yo entrara a su servicio. El hotel en el que estaba alojado se incendió… Tuvo suerte de poder escapar con vida. Desde entonces siempre llevó guantes, incluso en casa, y lentes con los cristales oscuros, y se dejó crecer la barba… Me dijo que así la piel se regeneraba mejor.

– Su muerte debe de haber sido un duro golpe para sus amigos -sugerí.

– Supongo, señorita. El señor nunca me lo dijo, pero creo que cortó cualquier relación con sus antiguas amistades, a causa de sus heridas. Y durante los primeros años que estuve con él, casi siempre estaba fuera.

Miré a mi alrededor y mi pensamiento buscaba algo a lo que aferrarse. Si Magnus había conservado algo de su pasado, pensé, ¿qué podría ser? Los cuadros, al menos los que podía distinguir en la oscuridad, eran todos paisajes.

– ¿Le gustaba al doctor Davenant la pintura? -dije, con la esperanza de que me enseñara algunas salas de la casa.

– Ya lo creo, señorita Langton. Estaba muy interesado en ello. Cuando no estaba en su estudio, se le podía encontrar en su propia galería, en la planta de arriba. El señor Pritchard, el abogado del señor, me dijo ayer que la colección pasa al Estado.

– Su señor… -dije, repentina e imprudentemente- mencionó que estaría encantado de mostrarme su colección… Desde luego, no podía imaginar que estaría aquí en semejantes circunstancias… tan trágicas…

El señor Brotherton sacó un pañuelo blanco de la manga y se enjugó los ojos. Me obligué a recordarme con dureza! todo el mal que había hecho Magnus y esperé a que el hombre recobrara la compostura.

– Discúlpeme, señorita Langton. Nunca pensé que vería este día… Estoy seguro de que el señor no habría querido que yo la incomodara… Si se encuentra usted bien, ¿le importaría seguirme al piso superior?

Me condujo por un tramo de escalera de piedra; nuestros pasos resonaban con fuerza en aquella quietud, y llegamos a una habitación grande y con paneles de madera en las paredes, mucho más luminosa que la sala de abajo. Ingenuamente, yo esperaba encontrar óleos recubriendo todas las paredes, hasta el techo, pero había sólo una fila de cuadros colgados en la pared, y era muy evidente que se había pensado mucho dónde colocar cada uno. Fui avanzando en derredor, por toda la habitación, con el señor Brotherton a mi lado y con el pensamiento desbocado. El estudio parecía el lugar más apropiado para ocultar algo, pero… ¿qué razón podía esgrimir yo para que me permitiera entrar allí? Si simulaba un desmayo, ¿me dejaría en la casa sola e iría a buscar a un médico? Seguramente no. Llamaría a un criado para que fuera a buscar a un doctor. Pero podría pedirle que me permitiera tumbarme un poco… ¿Había otros criados en la casa? Parecía demasiado tranquila.

Yo había visto que la cinta de la campanilla se encontraba exactamente junto a la puerta por la que habíamos entrado. Casi habíamos llegado al extremo de la galería y yo me estaba preparando para derrumbarme a los pies del señor Brotherton cuando me vi frente a una pintura que representaba una gran casa solariega a la luz de la luna. Yo había pasado mecánicamente de lienzo a lienzo, sin darme cuenta apenas de lo que estaba viendo, cuando el descubrimiento de algo perfectamente conocido me golpeó como una bofetada en el rostro. Estaba mirando un cuadro de Wraxford Hall.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «El Misterio De Wraxfor Hall»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «El Misterio De Wraxfor Hall» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «El Misterio De Wraxfor Hall»

Обсуждение, отзывы о книге «El Misterio De Wraxfor Hall» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x