Joyce Oates - Ave del paraíso

Здесь есть возможность читать онлайн «Joyce Oates - Ave del paraíso» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Ave del paraíso: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Ave del paraíso»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Situada en la mítica ciudad de Sparta, en Nueva York, Ave del paraíso es una punzante y vívida combinación de romance erótico y violencia trágica en la Norteamérica de finales del siglo XX. Cuando Zoe Kruller, una joven esposa y madre, aparece brutalmente asesinada, la policía de Sparta se centra en dos principales sospechosos, su marido, Delray, del que estaba separada, y su amante desde hace tiempo, Eddy Diehl. Mientras tanto, el hijo de los Kruller, Aaron, y la hija de Eddy, Krista, adquieren una mutua obsesión, y cada uno cree que el padre del otro es culpable. Una clásica novela de Oates, autora también de La hija del sepulturero, Mamá, Infiel, Puro fuego y Un jardín de poderes terrenales, en la que el lirismo del intenso amor sexual está entrelazado con la angustia de la pérdida y es difícil diferenciar la ternura de la crueldad

Ave del paraíso — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Ave del paraíso», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Lo vi todo desde el descansillo del piso alto. Me había apresurado a subir al llegar a casa del instituto nada más prepararme el tentempié de después de las clases -un cuenco de cereales con leche y pasas- de manera que pudiera empezar a hacer los deberes mientras comía. Los cereales eran madejas de trigo de tamaño pequeño; había que comérselas deprisa o de lo contrario se empaparían, convirtiéndose en pasta, y la leche se oscurecería, y lo que tendría que haber sido delicioso se convertiría en algo vagamente repugnante, que habría que esforzarse por comer.

Estaba empezando a darme cuenta de que todo lo que me gustaba -las cosas preferidas de mi infancia como los cucuruchos de helado de Honeystone's- podía muy fácilmente convertirse en repugnante, en asqueroso.

Desde la marcha de mi padre me encontraba expuesta a disparatados ataques de hambre. En especial por las tardes, después de la tensión de las clases. Devoraba un cuenco de cereales como un animal al borde de la inanición. Me invadía un júbilo pueril, como si no me importara más que aquello: comer.

Y estoy hablando de comer a solas. No me refiero a las horas de las comidas. No con mi madre y con Ben. Desde que faltaba papá al otro extremo de la mesa, había llegado a aborrecer las horas de las comidas. Comía de pie delante del frigorífico, comía sentada en los últimos peldaños de la escalera, comía en mi habitación o incluso en el cuarto de baño, la boca inundada de saliva. Y ahora, a toda velocidad, en el pequeño escritorio de mi habitación -una mesa que papá hizo para mí con madera de roble muy pulimentada que había sobrado en uno de sus trabajos- traté de acabarme las madejas de trigo antes de que mi madre me llamara como sabía que se disponía a hacer.

Primero Ben, después Krista. Tenía que haber cierta lógica en la crueldad de nuestra madre.

Ahogándome a medias iba devorando el cereal y la leche. Mientras pensaba No sé todavía. Lo que Ben sabe ya, no lo sé yo.

– ¿Krista? Ven aquí, tengo algo que decirte.

Mi madre me llamaba desde el pie de la escalera. Su voz era tan cortante como la hoja de un cuchillo, lo veía brillar y quería salir corriendo, ¡esconderme! Pero ya no era una niña pequeña, tenía once años.

No sabría decir hasta qué punto había madurado ya para mi edad. Cabe que pareciera menor de once años, pero me sentía mayor. Era la que, en el autobús escolar, cuando las otras chicas de más edad temblaban y se estremecían mientras susurraban Esa cosa terrible que le hicieron a Zoe Kruller peor que estrangularla seguía muy quieta y en silencio y parecía no estar oyendo.

Cuando descendí a la planta baja mi madre había vuelto al comedor, para sentarse ante la mesa plegable de madera de cerezo que era una «herencia familiar», siempre cubierta por un mantel. El comedor era una habitación que se utilizaba raras veces y cuando se usaba era casi siempre con motivo de alguna fiesta. Para disfrutar de más privacidad, mamá había llevado a aquel cuarto, mediante un alargador, el teléfono de- la cocina. Era una época en la que no existían aún ni los inalámbricos ni los móviles, y necesitabas irremediablemente un enchufe y un alargador. Encontré sorprendente ver tantas carpetas archivadoras sobre la mesa del comedor: extractos de cuentas bancarias, pólizas de seguros, recibos e impresos para la declaración de la renta, diversas cartas con aspecto oficial, documentos varios.

– ¿Mamá? ¿Qué son todas esas cosas?

– Siéntate, Krista. Olvídate de esas cosas.

– Pero…

– Límpiate la boca, Krista, ¡por el amor de Dios! Se diría que has estado lamiendo leche. He dicho que te sientes.

No me gustaban nada las sillas del comedor, que eran tan singulares. Cojines duros y respaldos de mimbre muy incómodos, nada comparable con las sillas de la cocina, de escay gastado. Las comidas familiares se hacían siempre en la cocina y el comedor se usaba sólo para ocasiones especiales, celebraciones obligatorias organizadas por mi madre y su familia con motivo de cumpleaños y otras festividades. Había un calendario inamovible de acuerdo con el cual Nochebuena, Navidad, Acción de Gracias y Pascua se rotaban entre mi madre y sus parientes.

Papá solía tomar el pelo a mamá con motivo del mantel: ¿de qué sirve la madera de cerezo si no la ve nadie? Y mamá replicaba que no estaba dispuesta a correr el riego de que alguien dejara un círculo con un vaso, o echara una mancha o le hiciera una quemadura.

Desde que papá se había ido a vivir con su hermano Earl, mamá estaba más ocupada que nunca. No paraba de moverse por la casa, de subir y bajar escaleras; hablaba de continuo por teléfono. Parientes de su lado de la familia venían a verla todos los días, y hablaban en el comedor con las puertas corredizas cerradas. También se presentaban varias amigas que me sonreían con tristeza y daban la sensación de que les gustaría estrecharme contra sus pechos caídos si no fuera porque yo me escabullía.

A Ben y a mí también nos presentó mamá, como «mi contable», a un individuo con cara de halcón que llevaba traje y corbata de lazo. Y a otro tipo con traje y corbata: «El señor Nagel, mi abogado».

Abogado. Prefería no pensar en lo que aquello podía significar.

Distanciado. Separado. Divorciado…

– ¿Krista? Quiero que escuches con atención…

En una torpe manifestación de ternura, mi madre se apoderó de mis manos, frías y escurridizas. Me hablaba con una voz tranquila que me resultaba perturbadora, una voz que sonaba falsa, una voz forzada, una voz en la que se agitaba un algo suplicante, aunque menos de una hora antes la había oído por teléfono hablando con tono cortante, salpicando sus palabras con estallidos de algo que sonaba como risas. Quería taparme los oídos contra ella, mientras pensaba con testarudez infantil Papá volverá y cambiará todo esto. Cualquier cosa que se esté haciendo, papá lo volverá a cambiar para dejarlo como debe estar. Tanto Ben como yo habíamos notado que los ojos de nuestra madre tenían un brillo extraño porque últimamente había estado tomando medicinas recetadas por los médicos para ayudarla a dormir y para calmarle los nervios. Como no quería ver los ojos de mamá, miré nuestras manos, tan extrañamente entrelazadas. Como si estuviéramos en algún sitio peligroso, una altura rocosa por ejemplo, y nos agarrásemos de manera instintiva, empujadas por el miedo. Y sin embargo el miedo que sentía era por mi madre. Por aquellos ojos vidriosos de párpados enrojecidos y por los labios embadurnados de carmín que quizá fuesen a decirme algo muy feo que no deseaba oír.

Una cosa sorprendente: mi madre se había quitado las joyas que solía llevar en las manos.

El anillo de compromiso de «oro blanco» con un pequeño brillante tallado en cuadrado y la alianza a juego, de la que decía que ya no podía sacársela del dedo, tanto era lo que había engordado. Los dos habían desaparecido y antes nunca había visto sin ellos los dedos de mi madre.

El recuerdo de algo trataba de abrirse camino y una sonrisa me curvó los labios.

Un juego muy antiguo»Ir papá cuando era una niña muy pequeña. Papá había escondido mis manos dentro de las suyas, enormes, fingiendo que se habían perdido, que no las encontraba.

¿Dónde están las patitas de mi Gatita? ¿Quién ha visto las patitas de mi Gatita? ¿Alguien ha visto dos patitas perdidas?

– ¿Por qué sonríes, Krista? ¿Es que pasa algo divertido?

Rápidamente le dije a mi madre que no. No pasaba nada divertido.

– Me alegro de que alguien piense que algo es divertido. Sí; es bueno saberlo.

Cuando mi madre se enfadaba fingía estar dolida. Si no te disculpabas de inmediato y repetías tus disculpas varias veces, mi madre se enfadaba más.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Ave del paraíso»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Ave del paraíso» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Ave del paraíso»

Обсуждение, отзывы о книге «Ave del paraíso» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x