Brian Keene - El Alzamiento

Здесь есть возможность читать онлайн «Brian Keene - El Alzamiento» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

El Alzamiento: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «El Alzamiento»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Nada permanece muerto mucho tiempo. Los muertos están volviendo a la vida, inteligentes, decididos… y hambrientos. Huir parece imposible para Jim Thurmond, uno de los pocos supervivientes de este mundo de pesadilla. Pero el joven hijo de Jim también está vivo y en peligro a cientos de miles de kilómetros. Pese a las terribles adversidades, Jim jura que lo encontrará… o morirá en el intento.
Junto a un anciano sacerdote, un científico devorado por la culpa y una ex prostituta, Jim se embarca en un viaje a través del país. Juntos se enfrentarán a los vivos y a los muertos vivientes… y al aún más terrible mal que los aguarda al final de su viaje.
Novela ganadora del Premio Bram Stoker.

El Alzamiento — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «El Alzamiento», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Martin se había restablecido un poco, de modo que cogió unos cartuchos del armario y empezó a recargar los fusiles.

– Cuida de tu padre -le dijo Jim a Jason-. Ya nos ocupamos nosotros.

– ¿Cuántos son? -preguntó Martin.

– Puedo ver a tres, aunque tal vez haya más escondidos, no lo sé. ¿Estás listo?

– No, pero vamos de todas formas.

Jim traspasó la puerta y abrió fuego en cuanto puso un pie sobre el porche. Disparó casi a ciegas, pero consiguió mantener a los zombis a distancia el tiempo suficiente para tomar posición, sacar los cartuchos usados, apuntar y disparar de nuevo. Apuntó al animal y apretó el gatillo rápidamente. El arma saltó en sus manos y la bala le dio de lleno a su presa en el cuello. El siguiente disparo terminó el trabajo.

Martin apuntó al humano más cercano, un paleto obeso al que la muerte había hinchado hasta alcanzar proporciones grotescas. El primer disparo le voló la rótula a la criatura. En cuanto recuperó el equilibrio, un segundo se hundió en su prodigioso estómago. El hedor que surgía de los intestinos del monstruo inundó el porche. Apuntó más alto y los siguientes dos disparos separaron la cabeza del zombi de su cuerpo. Permaneció colgada de unas tiras de pellejo y carne durante unos segundos antes de caerse de los hombros y empezar a rodar por el campo. El cuerpo se desplomó a su lado.

Martin se fijó en la cabeza: los ojos seguían observándolo y los labios se movían, formando palabras que, sin pulmones ni cuerdas vocales, no podía llegar a expresar.

Se arrodilló cerca de ella y sus mandíbulas se cerraron con un chasquido. Volvió a ponerse en pie y le introdujo el cañón en la boca. La cabeza reaccionó abriendo los ojos de par en par. Disparó.

El tercer zombi empezó a correr. Le siguió con el cañón, apuntó y disparó, haciendo que el cerebro de la criatura saliese disparado por la nuca.

Jadeando, los dos hombres se miraron el uno al otro y sonrieron. El eco del último disparo resonó por las colinas. Por fin, Martin habló.

– Clendenan está muy mal.

No era una pregunta.

– Sí, eso me temo.

– Jim -dijo antes de hacer una pausa-. No podemos dejarlo así.

– Lo sé.

Miró al sol de poniente. Nueva Jersey y Danny le parecían más lejanos que nunca.

* * *

Aplicaron dos botellas de peróxido y varias cajas de algodón sobre los mordiscos. Martin le dio una generosa dosis de aspirina y una botella de Jim Beam para mitigar el dolor mientras le vendaba las heridas. Delmas había perdido mucha sangre y tenía la piel blanca como el talco. La pierna se le había hinchado hasta casi duplicar su tamaño, por lo que Jim tuvo que cortarle la pernera. La pusieron en alto con unas almohadas y cuando Jim la tocó, sintió la carne caliente y rígida.

Por suerte, Delmas acabó por desmayarse, gimiendo de dolor.

– Tenemos que hacer algo con esa pierna -dijo Jim-. Pero no sé qué.

– Podríamos entablillársela -dijo Martin-. ¿Te enseñó tu papá a hacer algo así?

– No. Mamá me enseñó a preparar cataplasmas, pero no tenemos con qué hacerlas.

– ¿Y no tenéis vecinos que puedan ayudaros?

– No. Tom, Luke y el viejo John Joe eran los últimos.

Jim daba vueltas por la habitación mientras Martin se curaba las heridas y se aseaba en el lavabo.

– Intenta dormir -le dijo a Jason.

– No puedo, señor. No tengo sueño.

– Bueno, entonces quédate con tu padre mientras el señor Thurmond y yo pensamos qué hacer ahora.

Después de cerrar la puerta tras ellos, Martin suspiró y aflojó el cuello de la prenda.

– Bueno, ¿qué hacemos? -preguntó Jim, dejando de moverse.

– No lo sé, pero he estado pensándolo. En el mejor de los casos, podemos curarle la infección, pero aun así, será un tullido de por vida. ¿Cuánto tiempo crees que durarán si no puede andar?

Jim no contestó.

– Podríamos llevarlos con nosotros -sugirió Martin-. Podríamos encontrar una furgoneta o algo así. Tarde o temprano daremos con un médico o alguien que sepa cómo tratar la herida.

– No está en condiciones de viajar, Martin. Y hace unas horas ni siquiera yo lo estaba.

– Bueno, parece que te encuentras mejor, eso desde luego.

– Y me encuentro mejor, pero no podemos llevárnoslo en coche. No podemos moverlo con la pierna en ese estado.

– Pues esperaremos.

– Pero Danny… -ahogó sus palabras, incapaz de terminar.

– Lo siento, Jim.

Martin se dejó caer en el sofá y puso los pies en alto. Jim volvió a merodear.

– Quizá sea así como tienen que salir las cosas, Jim. Yo puedo quedarme con ellos y tú puedes seguir tu camino.

Jim pensó en ello.

– No, Martin, no puedo dejarte aquí. Elegiste venir conmigo, me ofreciste tu amistad y tu apoyo. No estaría bien.

– Puede que no esté bien, pero eso no significa que no sea parte del plan de Dios. Quizá el Señor me necesite aquí.

– Deja que me lo piense. De todos modos, no vamos a poder hacer nada hasta que amanezca.

Un chotacabras cantaba su solitaria serenata en la oscuridad, acompañada por un coro de grillos. Martin se dirigió a la ventana.

– Mi madre decía que cuando un chotacabras canta al anochecer, alguien cercano va a morir.

– Mis padres decían lo mismo -respondió Jim-. Si eso es cierto, tiene que estar matándose a cantar últimamente.

* * *

Jason se despertó en mitad de la noche, sentado en la silla que reposaba al lado de la cama de su padre. Estiró las piernas, bostezó y se acercó a su padre. Delmas estaba completamente inmóvil, tanto, que Jason sintió que le invadía el pánico. Puso la oreja cerca de la boca de su padre dormido y suspiró aliviado cuando oyó su suave respiración.

La vejiga de Jason le comunicó que tenía que orinar con urgencia. Abrió la puerta suavemente y oteó el interior del salón. El reverendo Martin descansaba en el sofá, murmurando y protestando en sueños. Jim estaba sentado de cara a la ventana, y la luz de la luna perfilaba su silueta. Contemplaba algo en sus manos.

– Señor Thurmond -susurró Jason, pero Jim no reaccionó o simplemente no llegó a escucharlo.

Jason se acercó a él por atrás. En las manos de Jim había una foto de un niño pequeño.

– Jim -volvió a susurrar Jason. Esta vez consiguió hacerse oír y Jim entornó sus ojos llorosos hacia él.

– Hola, Jason -murmuró en voz baja-. ¿No puedes dormir?

– Tengo que ir al baño. ¿Y tú?

– No puedo dormir.

– ¿Por Danny?

– Sí, por él -suspiró Jim, mirando la fotografía por última vez antes de devolverla a la cartera-. ¿Qué tal está tu papá?

– Está dormido. Supongo que eso es bueno.

– Mal no le va a hacer -dijo Jim. Jason estaba dando saltitos, apoyándose alternativamente en un pie y otro-. Ve al baño, anda. Cuidaré de tu padre mientras tanto.

– Gracias.

Jim se puso en pie y se dirigió en silencio hacia el dormitorio.

Encontró a Delmas en tan mal estado que se sorprendió. No contaba con verlo despierto y pletórico, pero estaba deteriorándose mucho más rápido de lo que había imaginado.

Su piel había adquirido una palidez fantasmal, y unos círculos oscuros rodeaban sus ojos. Pese a sus esfuerzos por curarlo, Jim podía oler la infección consumiendo a Delmas desde dentro. El hedor le recordó a unos perritos calientes cocinados en el microondas y le entraron arcadas. La pierna estaba completamente hinchada y brillaba bajo la luz de la vela. El muslo y el gemelo estaban cubiertos de oscuras manchas moradas y las venas sobresalían de la piel.

Jim oyó el sonido de la cisterna del baño y se dio la vuelta, no sin antes echar un último y lastimero vistazo a Delmas.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «El Alzamiento»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «El Alzamiento» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Brian Keene - Ghost Walk
Brian Keene
Brian Keene - Jack's Magic Beans
Brian Keene
Brian Keene - Terminal
Brian Keene
Brian Keene - Kill Whitey
Brian Keene
Brian Keene - Entombed
Brian Keene
Brian Keene - Ghoul
Brian Keene
Brian Keene - Tequila's Sunrise
Brian Keene
libcat.ru: книга без обложки
Brian Keene
Brian Keene - Dead Sea
Brian Keene
Отзывы о книге «El Alzamiento»

Обсуждение, отзывы о книге «El Alzamiento» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x