Gregg Hurwitz - Cuenta Atrás

Здесь есть возможность читать онлайн «Gregg Hurwitz - Cuenta Atrás» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Cuenta Atrás: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Cuenta Atrás»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Latinoamérica es víctima de constantes desastes ecológicos: los rayos solares que atraviesan los agujeros de la capa ozono pueden quemar la piel humana en cuestión de minutos, muentras que los terremotos y los huracanes están a la orden del día. Un grupo de investigadores es enviado a una isla de las Galápagos con el objetivo de instalar unos detectores de actividad sísmica que permitan prevenir futuros seísmos y paliar de algún modo sus devastadores efectos. Como refuerzo y protección, les acompaña un equipo de soldados de la marina estadounidense.

Cuenta Atrás — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Cuenta Atrás», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Diego sintió pena e ira en el pecho y disparó y volvió a cargar, disparó y volvió a cargar a pesar de el derramamiento de sangre, los gemidos de dolor, los cuerpos retorcidos que cubrían la arena. Por toda la playa se veían trozos de crías, aletas y cabezas y tiras de carne manchadas de arena. Cuando ya había disparado la mitad del cartón de municiones, se dio cuenta de que estaba llorando. Maldijo a los cerdos al disparar, maldijo las yemas y las cáscaras que caían de aquellos hocicos pegajosos, maldijo las colas de forma de espiral y las pezuñas que pisoteaban la arena. También maldijo a los granjeros que los habían abandonado para que arrasaran la isla. A pesar del sonido del rifle, de los chillidos de dolor y del olor a muerte que emanaba de la arena manchada de sangre, los cerdos se negaban a irse. Seguían pisoteando y hurgando con el hocico y cayendo estúpidamente bajo los disparos.

Había por lo menos diez cerdos muertos o heridos, pero la cantidad de ellos parecía infinita; cada vez que un cerdo caía, parecía como si dos más surgieran de su sombra, y se lanzaban a correr por la arena con excitación. Ajena a todo, una gran tortuga continuaba poniendo huevos en medio del tumulto, a pesar de que un lechón se los comía en cuanto salían de su cuerpo. Diego apuntó con un ojo borroso y disparó, pero el arma martilló en la nada. Buscó en el cartón, lo encontró vacío y lo tiró al suelo. La tortuga sacó otro huevo directamente a la boca del lechón. Diego apoyó la empuñadura del rifle sobre su hombro y, con un grito que le surgía directamente del estómago, cargó.

17

Ramón se sentía agitado y extrañamente incómodo en medio de la noche. Había sido difícil adaptarse a vivir en una isla desierta, solos él y Floreana. Se descubrió hablando a una de sus vacas y, aunque se rió, cada vez era más difícil negar que Sangre de Dios era muy solitaria.

Se dio una vuelta en el colchón y colocó una mano encima del vientre redondo de su mujer. Las paredes de bloques de hormigón de la pequeña casa estaban ligeramente iluminadas por las brasas. Se quedó tumbado de espaldas, mirando el suave naranja que teñía el techo, durante unos minutos, contando las grietas e intentando apartar la incomodidad de la mente. El corte en el dedo índice se le había curado pero le había dejado una pequeña señal.

Floreana murmuró algo en sueños y puso una mano encima de la de él, pero no se despertó. Él se incorporó un poco y la besó con suavidad en la frente, húmeda de sudor. Antes hacía más frío en esas tierras, pero desde los enormes huracanes que estropearon los cielos, cada vez hacía más calor, incluso de noche. Todavía encendían el fuego, pero sólo para cocinar y tener un poco de luz.

Ramón se puso de pie y se acercó al fregadero, los pies desnudos sobre el suelo sucio. La puerta crujía bajo el viento, suelta contra el quicio. Mojó una toalla debajo del grifo y volvió al lado de su mujer, se acostó y le limpió la frente con suavidad. El sentimiento de intranquilidad volvió y, finalmente, se sentó en la cama y miró la pequeña habitación. El fuego se estaba extinguiendo pero unas cuantas brasas tozudas persistían y parecían ojos diabólicos.

Miró el pequeño montón de leña del rincón, el hacha apoyada al lado, la humilde mesa de madera, el agujero negro que era la ventana. Algo le llamó la atención en la ventana: un puntito encendido, una de las ascuas que, desde algún lugar, se reflejaba en la casa.

Se le quedó el aire atrapado en la garganta, pero lo expulsó con suavidad intentando no hacer ningún ruido. Sintió que la sangre le subía a la cabeza. No debería haber nada fuera de esa ventana, sólo campo abierto.

A su lado, Floreana se abrazó a la almohada y el puntito reflejado se movió ligeramente, como si lo que hubiera allá fuera hubiera registrado ese movimiento. Por la mente de Ramón pasaron las innumerables historias que había oído durante los últimos meses y recordó la criatura alta y delgada que había visto aquella noche en la garúa.

A pesar de la oscuridad, forzó la vista para distinguir la silueta de lo que había en la ventana. Nunca había creído en los monstruos, ni siquiera de niño, pero en aquel momento, en la noche, sus creencias parecían muy lejanas.

La última ascua se apagó y Ramón esperó a que la habitación quedara sumida en la oscuridad. Adaptó la vista y pudo entrever una enorme cabeza triangular ligeramente inclinada a un lado. El ascua se había reflejado en un enorme y vidrioso ojo, un ojo que parecía fijo en él y en su esposa dormida. Ramón aguantó la respiración y rezó para que su mujer no se moviera. Clavó la mirada en el hacha del rincón sin mover la cabeza y calculó la distancia que había desde la cama hasta ella. Volvió a mirar a la ventana y se perdió en ese ojo negro y líquido.

La cosa giró un poco la cabeza, observando la habitación con una larga y lenta mirada, y luego se apartó de la ventana y se sumergió en la oscuridad.

Ramón esperó un momento y luego dejó salir el aire. Se pasó una mano por el pecho, que le quedó empapada de sudor. A su lado, su mujer se dio la vuelta y se apartó de él. Ramón se inclinó un poco y le besó suavemente la espalda, entre los omóplatos, con labios temblorosos.

Se tumbó y se quedó quieto unos minutos, pero cada vez que empezaba a caer en el sueño abría los ojos de golpe y los clavaba en la ventana. Finalmente, se levantó y fue en busca del hacha.

Se durmió con el filo mellado del hacha contra la mejilla.

18

26 dic. 07, día 2 de la misión

Al anochecer, la ooteca empezó a moverse. Las cámaras individuales se retorcieron hasta que el techo del túnel de lava parecía vivo.

Los ruidos de la ooteca contorsionándose y temblando resonaban por el interior del túnel. Una pequeña cabeza de color verde atravesó la cáscara exterior como si fuera papel maché por la válvula de salida de la cámara. Envuelta en una membrana, se retorcía y avanzaba como un gusano al que seguía un delgado cuerpo.

En lugar de caer al suelo, la larva bajó lentamente suspendida en un fino hilo de seda producido por una glándula de su abdomen. Mientras descendía, otras larvas empezaron a salir y a bajar, como paquetes viscosos que se retorcían en su descenso desde el techo de la cueva. Sus cuerpos eran visibles a través de la membrana traslúcida que las envolvía. Tres de ellas bajaban pegadas, colgadas de los hilos y rotando.

La presión de la sangre en la cabeza de la primera larva provocó el rompimiento de la membrana. La larva se retorció y se libró de la cobertura, cayendo al suelo. De unos sesenta centímetros de largo, parecía un enorme gusano u oruga. El cuerpo era cruciforme y gordo, compuesto de un largo abdomen y un tórax más pequeño, y la cabeza estaba bien desarrollada. Presentaba un aspecto cilíndrico y liso. Tenía seis patas: unas extensiones diminutas, cada una de ellas terminada en un gancho apical, que salían en pares de los tres segmentos del tórax, el pronoto, el mesonoto y el metanoto. El abdomen también estaba segmentado, en nueve partes, pero en lugar de patas tenía falsas patas, unos apéndices carnosos con apariencia de muñón. La larva utilizaba esas patas falsas para desplazarse torpemente.

Lo más asombroso del aspecto de la larva era su cabeza, que parecía extrañamente animada debido a su tamaño y a la precisa colocación de sus partes. A diferencia de la mayoría de las larvas, que tenían ocelos en lugar de ojos verdaderos, ésta tenía unos grandes ojos vidriosos, uno a cada lado, y una boca que se abría en una línea debajo de la curva de una protuberante nariz. A pesar de que el tórax medía quince centímetros ante los veinticinco del abdomen, la cabeza ocupaba veinte centímetros de la longitud total de la larva.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Cuenta Atrás»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Cuenta Atrás» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Gregg Hurwitz - The Survivor
Gregg Hurwitz
Gregg Hurwitz - We Know
Gregg Hurwitz
Gregg Hurwitz - The Tower
Gregg Hurwitz
Gregg Hurwitz - The Crime Writer
Gregg Hurwitz
Gregg Hurwitz - Minutes to Burn
Gregg Hurwitz
Iris Johansen - Cuenta atrás
Iris Johansen
Gregg Hurwitz - Comisión ejecutora
Gregg Hurwitz
Gregg Hurwitz - Troubleshooter
Gregg Hurwitz
Gregg Hurwitz - The Program
Gregg Hurwitz
Gregg Hurwitz - Prodigal Son
Gregg Hurwitz
Отзывы о книге «Cuenta Atrás»

Обсуждение, отзывы о книге «Cuenta Atrás» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x