Jeff Lindsay - Querido Dexter

Здесь есть возможность читать онлайн «Jeff Lindsay - Querido Dexter» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Город: Barcelona, Год выпуска: 2006, ISBN: 2006, Издательство: Ubmriel, Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Querido Dexter: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Querido Dexter»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

La organizada vida de Dexter se altera de repente cuando un segundo asesino en serie, mucho más visible, aparece en Miami. Dexter se siente intrigado, e incluso encantado, al ver que ese otro asesino parece tener un estilo virtualmente idéntico al suyo. Y sin embargo Dexter no puede evitar la sensación de que ese misterioso recién llegado no se limita a invadir su terreno… sino que le lanza una invitación directa para “ir a jugar con él”.

Querido Dexter — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Querido Dexter», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

—Bien —dije esperanzado—. O sea, sabemos que este tipo trabaja muy despacio.

—El martes por la mañana —repitió Deborah—. Casi dos días. ¿Por dónde crees que empieza, Dex? ¿Amputa primero una pierna, o un brazo? ¿Se ocupa de los dos al mismo tiempo?

—No —dije—. De uno en uno. —Me dirigió una mirada penetrante—. Bien, parece lógico, ¿no?

—A mí no —replicó—. Nada de esto me parece lógico.

—Deborah, cortar brazos y piernas no es lo que este tipo quiere hacer. Es su forma de hacerlo.

—Maldita sea, Dexter, habla en cristiano.

—Lo que quiere es destruir por completo a sus víctimas. Destrozarlas por dentro, sin posibilidad de reparación. Convertirlas en saquitos de frijoles que jamás tendrán un momento que no sea de horror demencial infinito. Mutilar extremidades y labios es su forma de… ¿Qué pasa?

—Oh, Dios, Dexter —dijo Deborah.

En su rostro se dibujó una expresión que yo no había visto desde que nuestra madre murió. Dio media vuelta y sus hombros empezaron a temblar. Eso me puso un poco nervioso. O sea, no siento emociones, y sé que Deborah las experimenta muy a menudo. Pero no era la clase de persona que las manifestaba, a menos que la irritación sea una emoción. Y ahora, estaba emitiendo unos sonidos húmedos y guturales, y sabía que debería palmearle el hombro y decir, «tranquila, tranquila», o algo igualmente profundo y humano, pero no podía decidirme. Era Deb, mi hermana. Sabría que estaba fingiendo y…

¿Y qué? ¿Me cortaría los brazos y las piernas? Lo peor que haría sería decirme que parara, y volvería a ser la sargento Coñoavinagrado. Incluso eso sería mejor que su exhibición de ñoñería. En cualquier caso, era uno de esos momentos en que era precisa alguna reacción humana, y como yo sabía gracias a un prolongado estudio lo que haría un humano, lo hice. Me levanté y caminé hacia ella. Apoyé el brazo sobre su hombro, le di unas palmaditas y dije, «Tranquila, Deb. Tranquila, tranquila». Sonó todavía más estúpido de lo que había temido, pero se apoyó contra mí y sorbió por la nariz, por lo cual deduzco que hice lo que tocaba.

—¿De veras te puedes enamorar de alguien en una semana? —me preguntó.

—Creo que yo sería incapaz —contesté.

—No puedo soportarlo, Dexter —dijo—. Si matan a Kyle, o le convierten en… Oh, Dios, no sé qué haré. Se derrumbó de nuevo contra mí y lloró.

—Tranquila, tranquila —dije.

Sorbió por la nariz de nuevo, y después se sonó con una toalla de papel que había en la mesa, a su lado.

—Me gustaría que dejaras de decir eso —me recriminó.

—Lo siento —dije—. No sé qué otra cosa decirte.

—Dime qué está tramando ese tipo. Dime cómo encontrarle. Me recliné en mi desvencijada sillita.

—Creo que no puedo, Debs. No acabo de captar lo que está haciendo.

—Chorradas —dijo.

—En serio. Quiero decir, técnicamente hablando, no ha matado a nadie.

—Dexter, tú ya entiendes más a ese tipo que Kyle, y él sabe quién es. Hemos de encontrarle. Es preciso.

Se mordió el labio inferior, y tuve miedo de que se pusiera a gimotear de nuevo, lo cual me habría dejado impotente puesto que ya me había advertido de que no podía decir «tranquila, tranquila» otra vez. Pero se serenó como la dura hermana sargento que era, y se sonó de nuevo.

—Lo intentaré, Debs. ¿Puedo dar por sentado que Kyle y tú habéis hecho todo el trabajo básico? ¿Habéis hablado con los testigos y toda la pesca?

Ella negó con la cabeza.

—No fue necesario. Kyle sabía… —Calló al darse cuenta de que había utilizado el pretérito, y después prosiguió, muy decidida—. Kyle SABE quién lo hizo, y SABE quién debería ser el siguiente.

—Perdón. ¿Sabe quién será el siguiente?

Deborah frunció el ceño.

—No es así. Kyle dijo que hay cuatro tíos en Miami que están en la lista. Uno ha desaparecido, Kyle imaginó que lo había secuestrado, pero eso nos concedía un poco de tiempo para someter a vigilancia a los otros tres.

—¿Quiénes son esos cuatro tíos, Deborah? ¿De qué los conoce Kyle?

Ella suspiró.

—Kyle no me dijo sus nombres, pero formaban parte de un comando. En El Salvador. Junto con este… doctor Danco. Así que… —Extendió las manos con aspecto impotente, una expresión nueva en ella. Y si bien le prestaba cierto encanto de niña pequeña, lo único que consiguió fue que me sintiera más extorsionado. El mundo va dando vueltas alegremente, metiéndose en los líos más horrorosos, y le toca a Dexter el Apuesto arreglarlo todo. No parecía justo, pero ¿qué le vas a hacer?

Más aún: ¿qué podía hacer ahora? No se me ocurría ninguna forma de encontrar a Kyle antes de que fuera demasiado tarde. Y aunque estoy bastante seguro de que no lo dije en voz alta, Deborah reaccionó como si lo hubiera hecho. Dio una palmada sobre la mesa.

—Hemos de encontrarle antes de que empiece con Kyle. Antes de que EMPIECE, Dexter. Porque… Quiero decir, ¿puedo confiar en que Kyle sólo haya perdido un brazo antes de que lleguemos, o una pierna? En cualquier caso, Kyle está…

Dio media vuelta sin terminar, y clavó la vista en la oscuridad a través de las puertas cristaleras que había junto a la mesita.

Tenía razón, por supuesto. Daba la impresión de que podíamos hacer muy poca cosa para recuperar intacto a Kyle. Porque con toda la suerte del mundo, hasta mi brillantísimo intelecto no podría conducirnos hasta él antes de que el trabajo empezara. Y entonces… ¿Cuánto podría aguantar Kyle? Imaginaba que le habían entrenado para afrontar este tipo de cosas, y sabía lo que se avecinaba, así que…

Pero espera un momento. Cerré los ojos e intenté meditar sobre ello. El doctor Danco sabía que Kyle era un profesional. Y como ya había dicho a Deborah, el propósito era destruir a la víctima, convertirla en piezas dispersas aulladoras. Por consiguiente…

Abrí los ojos.

—Deb —dije. Me miró—. Me encuentro en la rara situación de poder ofrecerte cierta esperanza.

—Escupe —contestó. —Sólo es una suposición —dije—, pero creo que el doctor Demente mantendrá entero a Kyle un tiempo, sin trabajar con él. Frunció el ceño.

—¿Por qué iba a hacerlo?

—Para prolongar la agonía, y para ablandarle. Kyle sabe lo que se avecina. Está preparado para ello. Pero imagina que lo deja tirado en la oscuridad, atado, de modo que su imaginación se pone a trabajar. Por eso pienso que, tal vez —añadí cuando me vino la idea—, hay otra víctima antes. El tipo que ha desaparecido. De modo que Kyle le oye: las sierras y los escalpelos, los gemidos y susurros. Hasta lo huele, sabe lo que se avecina, pero ignora cuándo. Se volverá medio loco incluso antes de perder una uña.

—Jesús —dijo mi hermana—. ¿Esa es tu versión de la esperanza?

—Desde luego. Nos concede más tiempo para localizarle.

—Jesús —repitió.

—Podría estar equivocado —dije.

Miró por la ventana.

—No te equivoques, Dex. Esta vez no —dijo.

Meneé la cabeza. Esto iba a ser un trabajo de lo más aburrido, nada de diversión. Sólo se me ocurrían dos cosas, y ninguna era posible hasta la mañana. Busqué un reloj a mi alrededor. Según el vídeo, eran las 12:00. 12:00. 12:00.

—¿Tienes un reloj? —pregunté.

Deborah frunció el ceño.

—¿Para qué quieres un reloj?

—Para saber qué hora es —contesté—. Creo que es el propósito habitual.

—¿Qué más da, joder?

—Deborah. Aquí hay muy poco que hacer. Tendremos que volver a repetir toda la rutina de la que Chutsky apartó al departamento. Por suerte, podremos utilizar tu placa para husmear por ahí y hacer preguntas. Pero hay que esperar hasta mañana.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Querido Dexter»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Querido Dexter» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Querido Dexter»

Обсуждение, отзывы о книге «Querido Dexter» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x