Martin Greenberg - Las Nuevas Aventuras De Sherlock Holmes

Здесь есть возможность читать онлайн «Martin Greenberg - Las Nuevas Aventuras De Sherlock Holmes» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Las Nuevas Aventuras De Sherlock Holmes: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Las Nuevas Aventuras De Sherlock Holmes»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

LAS NUEVAS AVENTURAS DE SHERLOCK HOLMES Es un homenaje de eminentes autores de misterio -Stephen King, John Gardner, Michael Harrison y otros- realizado en el año 1987 con motivo del centenario de la primera aparición pública de Sherlock Holmes en el Beeton’s Christmas Annual de noviembre de 1887, donde se dieron a conocer los hechos y la resolución del misterio conocido como Un Estudio en Escarlata

Las Nuevas Aventuras De Sherlock Holmes — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Las Nuevas Aventuras De Sherlock Holmes», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– Puede contar con mi discreción, en caso de que no haya evidencia de algún presunto delito, padre Wainwright.

– Acompáñeme entonces, señor.

Íbamos a seguir al clérigo fuera de la habitación, cuando la puerta se abrió bruscamente y entró una mujer, acompañada de un joven alto de unos dieciséis años, que nos miró con sospecha y de una forma ligeramente hostil.

– ¿Qué significa esto, Joseph? -exclamó la señora Wainwright. Era una mujer enormemente atractiva, de edad mediana, pero que conservaba mucho de lo que debió ser una belleza considerable en su juventud, con sus abundantes cabellos rubios, sus claros ojos violetas y su buena figura-. El niño está enfermo -continuó diciendo, con el pecho subiéndole y bajándole rápidamente por su evidente turbación-. Y creo que también su mente está enferma. ¿Por qué no nos dejan en paz? ¿Es que no hemos sufrido ya bastante sin tener que soportar esas preguntas impertinentes y sin corazón? ¿Es que no basta con saber que nuestro hijo morirá en breve, que tenemos que vivir con eso cada momento de cada día? ¿Acaso usted podría soportarlo? Le pregunto todo lo educadamente que puedo.

Sherlock Holmes hizo una reverencia.

– Comprendo a la perfección sus sentimientos en este infortunado asunto, señora Wainwright -dijo-. Pero tengo la responsabilidad de confirmar o desmentir la validez de la historia de su hijo. Si la encuentro bien fundamentada, el asunto podría resultar muy serio.

El joven que iba vestido con una bata y unas botas de granja manchadas de barro rompió a reír de forma burlona.

– Así que usted es el famoso Sherlock Holmes, señor-declaró-. Nunca supuse que perdería el tiempo en un simple cuento de hadas.

– Guarda silencio, Jack -se interpuso el padre Wainwright.

– No lo haré-. Jack Wainwright intercambió una mirada con su madre, que le rodeó con sus brazos.

– Jack ha estudiado mucho últimamente, señor Holmes. Quiere estudiar leyes cuando se matricule, ¿sabe? Debe perdonarle su temperamento. Todo este asunto está afectando seriamente su concentración. Sería un golpe tremendo para todos si esas tonterías sin sentido de Peter pusieran en peligro el futuro de mi Jack.

– No es más que un cuento de hadas -repitió el joven con desdén-. Conozco a mi hermano. Se pasa el día tumbado y leyendo esas historias de aventuras y todo se le ha subido a la cabeza. Sé que está enfermo, pero no parece darse cuenta de que el resto de la gente -y aquí se señaló el pecho- tiene cosas importantes que hacer. Es un egoísta, ¿verdad, madre?

La señora Wainwright plantó un beso en la mejilla de su hijo y le abrazó.

– Debes ser paciente, Jack -dijo ella-. Estoy segura de que todo esto se le pasará enseguida, es sólo una fase. Lo importante es que consigas esa beca.

– Nada me impedirá conseguirla, madre -aseguró el hijo mirando fijamente a los ojos de ella.

Sherlock Holmes clavó en el muchacho una de sus agudas y penetrantes miradas.

– Veo que has estado trabajando en una granja, Jack -dijo.

– Así es. Limpio los establos y cuido de los caballos en la finca de lord Oxley. Me deja trabajar allí durante las vacaciones.

– Y no crea que mi Jack se conformará con ese humilde empleo, señor Holmes interrumpió cortante la señora Wainwright-. Le aseguro que dentro de diez años será la comidilla de la taberna Lincoln. Recuerde mis palabras.

Concluyó este aserto con otro vehemente abrazo a su hijo, que se sonrojó mirándola con completa devoción.

– Bueno, señor Holmes -dijo la voz del padre Wainwright, que parecía turbado ante semejante despliegue emocional-. Si el doctor Watson y usted quieren seguirme…

Nos encontramos subiendo una estrecha y escarpada escalera. Los mismos textos y dibujos siniestros nos acompañaron hasta que llegamos a una pequeña puerta de roble pulido que el clérigo abrió bruscamente.

Peter Wainwright, recostado en un par de enormes cojines, estaba sentado en la cama con un libro en las manos. He visto mucha gente enferma a lo largo de mi vida, pero muy pocos rostros que ilustraran tan tristemente su estado de salud. La horrible palidez de Peter Wainwright parecía mucho más terrible por sus profundos y hundidos ojos, que brillaban febriles al mirarnos.

– Sherlock Holmes -dijo boquiabierto al serle presentado mi ilustre amigo. Le bombardeó directamente con tantas preguntas que Holmes se vio obligado a posar una mano coercitiva en su brazo.

– Tengo la intención de resolver tu propio misterio, joven Peter -comentó con amabilidad-. Así que quizá mis tediosas hazañas del pasado deban esperar un rato. Cuéntame lo sucedido.

El muchacho recitó, con la admiración brillando en los ojos, todo lo que nos había contado el doctor Agar. Holmes escuchó atentamente como si lo oyera todo por primera vez. El muchacho se inclinó hacia adelante y aferró el brazo de mi amigo.

– Hay algo más, señor Holmes. Algo que usted no sabe, que nadie sabe. Sucedió anoche.

– Vamos, hijo mío. El señor Holmes es un hombre ocupado -interrumpió cortante el clérigo-. ¿Qué locura es ésta?

Peter Wainwright miró larga y penetrantemente a Holmes.

– El hombre del prado -susurró-. Estuvo anoche en esta habitación.

Todos miramos al muchacho con la misma escalofriante sensación de incomprensión y expectativa.

– ¿A qué hora fue eso? -preguntó Holmes.

– No lo sé. Pasada la medianoche. Creo que oí al reloj de la iglesia dar la una. Estaba dando vueltas en la cama, incapaz de dormir, cuando, de pronto, oí cómo giraban el pomo de mi puerta. Estaba aterrado. Pude oír una respiración ronca y pesada. Entonces, la puerta se abrió con un chirrido. Me escondí entre las sábanas. La respiración se hizo más fuerte y cercana. Podía notar junto a mí a quienquiera que fuese. Aparté las sábanas lentamente. La luna brillaba al otro lado de la ventana. En la pared, ante mí, vi la cosa que más temo, la sombra de un hombre alto con chistera y un sobretodo con el cuello alzado. Estaba tan aterrorizado que pude oír en mi cabeza cómo me castañeteaban los dientes. Entonces oí una voz cerca de mí. Estaba tan asustado que no me atreví a darme la vuelta y mirarle, pero oí esa voz.

Hizo una pausa, cogiendo y soltando la sábana, y nos miró como si suplicara nuestra ayuda.

– ¿Y qué dijo la voz? -preguntó Holmes por fin.

– Me dijo: «Peter Wainwright, soy la Muerte. Y pronto vendré a por ti.»

Y, cuando pronunció esas palabras, el infortunado muchacho se volvió y enterró el rostro en las almohadas.

– Vamos, vamos -murmuró Holmes dándole palmadas en el hombro-. No debes tener miedo. Haré todo lo posible por aclararte este asunto. -Se volvió al padre Wainwright, que se agarraba a una esquina del pie de la cama con la cabeza hundida entre los hombros. Debo informarle de que no tengo ni la más mínima duda de que la historia de su hijo es cierta.

– ¿Quiere decir que alguien entró en esta casa sin ser visto, subió estas escaleras, también sin ser visto, y entró en esta habitación?

– ¿Qué otra explicación hay? Dime, Peter, ¿recuerdas cómo era la voz de ese hombre?

– Nunca la olvidaré. Era profunda y áspera, y tenía cierto deje como el de los campesinos.

El efecto que tuvo esta afirmación sobre el padre Wainwright fue devastador. Se puso tan pálido como si hubiera visto un fantasma. Se dominó haciendo un tremendo esfuerzo, pues el sudor brillaba en su frente. Su reacción tampoco pasó desapercibida a mi amigo, que le miró con la mayor curiosidad.

– Le estaría muy agradecido si pudiera dar un paseo por el prado, padre Wainwright -remarcó-. Si no tiene objeción.

El clérigo agitó una mano hacia la puerta.

– Haga lo que deba, señor Holmes -dijo con gravedad.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Las Nuevas Aventuras De Sherlock Holmes»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Las Nuevas Aventuras De Sherlock Holmes» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Las Nuevas Aventuras De Sherlock Holmes»

Обсуждение, отзывы о книге «Las Nuevas Aventuras De Sherlock Holmes» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x