Peter Lovesey - Sidra Sangrienta

Здесь есть возможность читать онлайн «Peter Lovesey - Sidra Sangrienta» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Sidra Sangrienta: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Sidra Sangrienta»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

`Sidra sangrienta` es la historia de un crimen «con solera». Duke Donovan, un militar norteamericano de servicio en el Reino Unido, fue ahorcado en 1945 acusado de asesinato. Él y otro soldado ayudaron en la cosecha de manzanas en una granja, en la que se produjeron algunos disturbios. El descubrimiento de un cráneo humano en un barril de sidra condujo a la detención y condena de Duke. Un niño refugiado, Theo, fue el principal testigo en el juicio. Años después, en 1964, Theo está realizando un lectorado en una universidad y una muchacha norteamericana, Alice, que se presenta como la hija de Duke Donovan le convence para regresar al lugar de los hechos y tratar de demostrar la inocencia de su padre…

Sidra Sangrienta — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Sidra Sangrienta», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Me recliné en el asiento.

– ¿Quién crees que era el responsable, entonces?

– Cliff Morton. Tú mismo me has dicho que Barbara estuvo con él.

– Yo sólo te he comentado los rumores que corrían en 1943.

Me incliné hacia adelante:

– Estaba embarazada de dos meses cuando murió a finales de noviembre. Salía con Duke desde septiembre.

Alice hizo chasquear la lengua, como si escucharme fuera una banalidad.

Yo, entretanto, mientras me llevaba a la boca unas patatas fritas blanquísimas y me dedicaba a masticarlas, dejé que reflexionara sobre lo que acababa de decir y, pasado un momento, añadí:

– Supongo que estás pensando en lo que te dije sobre el incidente de la huerta de manzanas, cuando despidieron a Morton. ¿Crees que la dejó embarazada en aquella ocasión? Es verdad que la chica estaba muy trastornada y lo mismo sus padres, que tenía señales de mordiscos en el cuello y en los hombros, pero de aquí a pensar que hubo unas relaciones sexuales completas hay una gran distancia. Todos habrían reaccionado de una manera mucho más seria. Y no sólo ellos, sino cualquiera. Pienso que hubo algunos escarceos en la hierba, unos cuantos besos robados al azar, pero no mucho más.

– ¿Con el consentimiento de Barbara?

Sentí que se me helaba la sangre.

– Por supuesto que no.

Las cejas de Alice asomaron por encima de sus gafas.

– ¿Y por qué no?

Estaba increíblemente lejos del blanco o es que simplemente trataba de pincharme. Tras decidir tomarme las cosas a la ligera, solté una risita, prácticamente inaudible.

– Porque lo despreciaba. Porque tenía mala fama. Porque no tenía un trabajo fijo. Porque se escabullía de sus deberes militares. Porque no era del gusto de la familia…

– Pero lo contrataron para que recogiera manzanas.

– Forzados por las circunstancias. Había escasez de hombres.

Alice buscó con la mano la trenza y se acarició el cabello.

– No querrás hacerme creer que Cliff Morton fue con Barbara porque ésta se dejó… -le dije.

– Ni te atreves siquiera a decirlo -dijo Alice con voz en la que se mezclaban a partes iguales la conmiseración y el desprecio-. Theo, tú habías idealizado a la chica. Era amable contigo y la convertiste en una santa. No lo critico. Cuando yo era niña también había sentido pasiones como ésta por ciertas personas. Pero hay una cosa, tú ya no eres un niño de nueve años. Por el amor de Dios, hablemos de todo esto como personas adultas, porque tengo la impresión de que estás perdiendo de vista a la verdadera Barbara. Yo creo que amaba a Cliff Morton.

– ¡Imposible!

– ¿Me dejas terminar? Empecemos por algunos hechos de la vida. Simples matemáticas. Cuando Barbara murió estaba embarazada de dos meses, ¿no es así? ¿Cuándo se suicidó exactamente?

– El domingo. El 30 de noviembre.

– Lo que quiere decir que quedó embarazada a finales de septiembre o a primeros del mes siguiente.

– Posiblemente.

– Mi padre llegó a la granja a finales de septiembre.

– Así es.

Hasta allí, por lo menos, estaban expuestos los hechos en los que ambos podíamos estar de acuerdo. Me saqué de la boca una espina de pescado y la aparté a un lado del plato. Tenía un atisbo del punto al que ella quería ir a parar, pero no era más que un atisbo. Los hombres no están tan acostumbrados como las mujeres a contar semanas y meses.

– Si tus palabras son exactas, no estuvieron nunca juntos hasta el día del concierto del Día de Colón.

Aquel atisbo, aquella chispa acababa de convertirse en una llamita.

– El Día de Colón es el 12 de octubre, pero nosotros solemos celebrarlo el segundo lunes del mes.

Después de dejarme tiempo para que asumiera aquella afirmación, añadió:

– Theo, el concierto no pudo tener lugar antes del 8 de octubre.

La contemplé con aire estupefacto. ¿Por qué no lo había deducido sin su ayuda? Aspirando una profunda bocanada de aire, hube de admitir con toda la dignidad de que fui capaz:

– Duke no pudo dejarla embarazada.

– Gracias -dijo y, mirando por encima de las gafas, comentó-: Pero fue otro.

Con la voz teñida de desprecio, no pude por menos de decir:

– ¡Morton, hijo de puta! ¡Fue él, en el huerto!

Pero ella, sarcásticamente, comentó:

– Acabas de decirme que no encaja con los hechos.

– Tiene que encajar -proferí-. Estaba equivocado.

– ¡No! -dijo Alice-. No estabas equivocado. No va a gustarte lo que voy a decirte, Theo, pero Barbara y Cliff eran novios.

Y avanzando la mano como para calmarme, dijo:

– Antes de que pongas el grito en el cielo, ¿vas a contestarme lo que voy a decirte? ¿Cuándo viste por primera vez a Cliff?

– Supongo que aquella mañana, en el huerto.

– ¿Quieres tratar de recordar con toda exactitud?

Lancé un suspiro de impaciencia. Aquella manera suya de hablarme se parecía demasiado al interrogatorio exhaustivo al que había sometido, hacía poco, a Harry Ashenfelter. Muy bien, si lo que buscaba era llevarme al estrado de los testigos, se enteraría de la escasa consideración que sentía por la última de sus teorías. Fríamente, le recordé:

– Me parece que ya te lo he contado. Fue durante el descanso, cuando la señora Lockwood nos trajo el té. Había unas cuantas personas que me eran desconocidas, pero advertí a Morton porque vi que recogía una taza de té para Barbara y después se sentaba a su lado. Esto no demuestra nada.

– Aquello te desconcertó un poco, porque burlaba tus planes de casamentero. Fue por esto por lo que te diste cuenta de su presencia, ¿no es verdad?

No estaba dispuesto a dejar aquella observación sin respuesta:

– Nada de casamentero. Nunca hice nada para fomentar la relación entre Duke y Barbara.

Alice volvió a formular la frase:

– Para ti eran personas que se apartaban de lo común y por esta razón esperabas que entre los dos surgiera algo.

Lo acepté.

– Vayamos a lo ocurrido aquella tarde -dijo Alice-. Si entendí bien tus palabras, parece ser que Barbara desapareció a la chita callando en un lugar oculto de la huerta.

– ¿Cómo a la chita callando? -objeté-. Esta expresión da un sesgo diferente a lo ocurrido, como si se tratara de algo furtivo.

– Está bien, fue llevada a rastras y gritando hasta lo más profundo del bosque, ¿fue así?

– Bueno, no exactamente…

– Después tampoco se escucharon gritos. ¿No es posible que se escabullera discretamente y por propia voluntad para encontrarse con Cliff?

– Es posible -admití, aunque dando a entender que se trataba de una posibilidad extremadamente remota.

Pero ella no se dejó arredrar.

– ¿Estás completamente seguro de que a los Lockwood no les gustaba Cliff?

– En las dos ocasiones que lo mencionaron, lo hicieron en tono de desprecio.

– Lo que quiere decir que si Barbara se hubiera encaprichado con él, la cosa no les habría encantado.

– ¿Adónde quieres ir a parar? -le dije, frunciendo el ceño.

– A una explicación plausible de lo ocurrido aquella tarde. Corrígeme si me equivoco pero, ¿no es así como tú lo describiste? La señora Lockwood se dio cuenta de que, a la hora de tomar el té, Barbara había desaparecido, por lo que encomendó a su marido que la buscara. Al poco rato apareció Cliff, que tuvo que marcharse compungido, con el rabo entre piernas y, sin hablar con nadie, se encaminó al lugar donde tenía la bicicleta, en dirección a poniente. Al poco rato apareció Barbara, arrasada en lágrimas y con el cabello suelto, desde la misma dirección, seguida de su padre. Se marchó, al lado de su madre, en dirección a la granja.

Alice, después de una pausa, dijo:

– ¿No te parece que el comportamiento de Barbara es más propio de alguien cogido en falta que el de una persona víctima de una agresión?

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Sidra Sangrienta»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Sidra Sangrienta» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Peter Lovesey - Abracadaver
Peter Lovesey
Peter Lovesey - Waxwork
Peter Lovesey
Peter Lovesey - A Case of Spirits
Peter Lovesey
Peter Lovesey - The Tick of Death
Peter Lovesey
Peter Lovesey - Rough Cider
Peter Lovesey
Peter Lovesey - Cop to Corpse
Peter Lovesey
Peter Lovesey - Wobble to Death
Peter Lovesey
Peter Lovesey - The House Sitter
Peter Lovesey
Peter Lovesey - Upon A Dark Night
Peter Lovesey
Peter Lovesey - The Summons
Peter Lovesey
Отзывы о книге «Sidra Sangrienta»

Обсуждение, отзывы о книге «Sidra Sangrienta» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x