Janet Evanovich - Dos Por La Pasta

Здесь есть возможность читать онлайн «Janet Evanovich - Dos Por La Pasta» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Иронический детектив, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Dos Por La Pasta: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Dos Por La Pasta»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

La investigadora Stephanie Plum ha vuelto, y con mucho más carácter. Esta vez, va tras la pista de Kenny Mancuso, un compañero de trabajo en Trenton, New Jersey, que ha disparado a su mejor amigo. Ha salido hace poco de la Armada y es sospechosamente rico, Mancuso también está relacionado de manera lejana con Joe Morelli, un subdirector de policía de dudosa reputación… y que le gusta mucho meterse en los asuntos de Stephanie.

Dos Por La Pasta — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Dos Por La Pasta», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Colgué mi cazadora en el armario del vestíbulo y entré de puntillas en la cocina. En mi cocina nunca se sabía si habría comida. En la de mi madre, seguro que algo había. Oí crujir los peldaños de la escalera y, por los pasos, supe que era mi madre.

– ¿Qué tal te fue en la funeraria?

– Bien. Ayudé a Stiva a cerrar y lo llevé a su casa.

– Supongo que le cuesta conducir con esa muñeca herida. He oído decir que le dieron veintitrés puntos.

Saqué jamón dulce y queso Provolone. -Deja. -Mi madre me quitó el jamón y el queso y cogió de la encimera una barra de pan. -Puedo hacerlo -dije.

Mi madre sacó el cuchillo de trinchar del cajón de los cuchillos.

– Tú no cortas las rebanadas lo bastante finas.

Una vez que hubo preparado bocadillos para las dos, sirvió un par de vasos de leche y lo colocó todo en la mesa de la cocina.

– Podrías haberlo convidado a un bocadillo. -¿A Spiro? -A Joe Morelli.

Mi madre nunca deja de sorprenderme. -Hubo un tiempo en que lo habrías sacado de la casa con el cuchillo de trinchar. -He cambiado.

Di un bocado a mi emparedado. -Eso dice él.

– Me han dicho que es un buen poli. -Ser un buen poli no es lo mismo que ser una buena persona.

Desperté desorientada y mirando el techo de una vida anterior. La voz de la abuela Mazur me devolvió al presente.

– Si no entro en ese cuarto de baño el pasillo va a acabar hecho un asco -gritó.

Oí cómo se abría la puerta. Oí a mi padre rezongar. Mi ojo empezó a saltar y lo cerré con fuerza. Con el otro enfoqué el despertador que había sobre la mesita de noche. Las siete y media. Mierda. Quería llegar temprano a casa de Spiro. Me levanté de un salto y busqué téjanos y camisa limpios en la cesta de la ropa. Me pasé el cepillo por el cabello, cogí mi bolso y salí corriendo al pasillo.

– Abuela -grité delante de la puerta del cuarto de baño-, ¿vas a tardar mucho?

– ¿Es católico el Papa? -contestó.

De acuerdo, podía esperar media hora para entrar en el cuarto de baño; a fin de cuentas, de haberme levantado a las nueve, no habría podido usarlo en una hora y media.

Mi madre me pilló con la cazadora en la mano.

– ¿Adonde vas? No has desayunado.

– Le dije a Spiro que pasaría a recogerlo.

– Spiro puede esperar. A los muertos no les molestará que llegue con quince minutos de retraso. Ven a desayunar.

– No tengo tiempo para desayunar.

– He preparado gachas de avena. Está en la mesa. Ya te he servido zumo de naranja. -Miró mis zapatos-. ¿Qué clase de zapatos son ésos?

– Doctor Martens.

– Tu padre usaba unos iguales cuando hizo la mili.

– Son fantásticos -dije-. Me encantan. Todo el mundo lleva zapatos como éstos.

– Las mujeres interesadas en conseguir un buen partido no llevan esa clase de zapatos. Son para las mujeres a las que les gustan las mujeres. No tendrás ideas raras con respecto a las mujeres, ¿verdad?

Me tapé un ojo con una mano.

– ¿Qué le pasa a tu ojo?

– Un tic.

– Estás demasiado nerviosa. Es por ese trabajo tuyo. Mírate, sales corriendo de casa. ¿Qué es eso que llevas en el cinturón?

– Gas nervioso.

– Tu hermana, Valerie, no lleva cosas así en el cinturón.

Miré mi reloj. Si comía a toda prisa podía llegar a casa de Spiro a las ocho.

Mi padre se encontraba a la mesa, leyendo el periódico y bebiendo café.

– ¿Qué tal el Buick? -preguntó-. ¿Le pones gasolina súper?

– El Buick está bien. No hay problema.

Apuré el zumo de naranja y probé la avena. Le faltaba algo. Chocolate, quizá, o helado. Le añadí tres cucharadas de azúcar y leche.

La abuela Mazur se sentó en su silla.

– Mi mano está mejor, pero me duele horrores la cabeza.

– Hoy deberías quedarte en casa. Tómatelo con calma -le pedí.

Me lo tomaré con calma en el salón de belleza de Clara. Estoy horrible. No sé por qué se me ha puesto así el cabello.

– Nadie te verá si no sales de casa.

– ¿Y si viene alguien? ¿Y si viene ese guaperas de Morelli? ¿Crees que quiero que me vea así? No todos los días la atacan a una en la panadería.

– Tengo cosas que hacer a primera hora de la mañana, pero regresaré y te llevaré al salón de belleza -le dije-. ¡No salgas sin mí!

Engullí lo que quedaba de la avena y bebí rápidamente media taza de café. Cogí la cazadora y el bolso y estaba a punto de salir cuando sonó el teléfono.

– Es para ti -dijo mi madre-. Es Vinnie.

– No quiero hablar con él. Dile que ya me he ido.

En cuanto llegué a la calle Hamilton sonó el teléfono móvil.

– Debiste hablar conmigo cuando estabas en casa -dijo Vinnie-. Habría resultado más barato.

– No te oigo bien…

– No me vengas con ese cuento.

Hice sonidos como de interferencias.

– Tampoco voy a creerme eso de las interferencias. Más te vale presentarte aquí esta mañana.

No vi a Morelli en el aparcamiento de Spiro, pero supuse que estaría allí. Había dos furgonetas y un camión cubierto con una lona. Aquello era prometedor.

Recogí a Spiro y me dirigí hacia la funeraria. Cuando me detuve en el semáforo de Hamilton y Gross, ambos volvimos la mirada hacia la gasolinera de Delio.

– Tal vez debiésemos entrar y hacer unas preguntas -sugirió Spiro.

– ¿Qué clase de preguntas?

– Preguntas sobre el camión de la mueblería. Por puro gusto. Creo que sería interesante ver si Moogey fue el que cogió los ataúdes.

En mi opinión tenía dos opciones: podía decirle que no serviría de nada, que más valía que siguiéramos con nuestras vidas, sólo para torturarlo, y pasar de largo. O podía seguirle la corriente para ver el resultado. Definitivamente, la idea de torturar a Spiro era tentadora, pero mi instinto me dijo que lo mejor sería seguir con su jueguecito.

El taller estaba abierto. Seguro que Sandeman se encontraba allí. ¿Y qué? Comparado con Kenny, Sandeman empezaba a parecer un delincuente de tres al cuarto. Cubby Delio trabajaba en la oficina. Spiro y yo entramos despreocupadamente.

Cubby se cuadró al ver a Spiro. Por muy capullo que fuese, Spiro representaba la funeraria de Stiva, y Stiva tenía muchos negocios con la gasolinera, ya que ésta se encargaba del mantenimiento de todos sus vehículos.

– Me he enterado de lo de tu brazo -le dijo Cubby-. Una pena. Sé que tú y Kenny erais amigos. Supongo que se ha vuelto loco. Eso dice todo el mundo.

Con un gesto de la mano, Spiro dio a entender que no era sino una molestia. Volvió la cabeza hacia la ventana y señaló con la barbilla en dirección al camión, aparcado todavía frente al taller.

– Quería hacerte unas preguntas acerca de ese camión de Macko. ¿Os encargáis del mantenimiento? ¿Viene con regularidad?

– Sí. Macko es cliente nuestro, como tú. Tienen dos camiones y nos encargamos de ambos.

– ¿Quién los trae normalmente? ¿La misma persona?

– Normalmente es Bucky, o Biggy. Llevan un montón de años conduciendo para Macko. ¿Hay algún problema? ¿Quieres comprarte unos muebles?

– Me lo estoy pensando.

– Es una buena empresa. Administrada por la familia. Mantienen sus camiones en muy buenas condiciones.

Spiro metió la mano herida entre la americana y la camisa. Parecía Napoleón.

– Por lo que veo aún no has encontrado a nadie que sustituya a Moogey.

– Creí haberlo encontrado, pero el tipo no funcionó. Cuando Moogey se encargaba de la gasolinera yo casi no tenía que venir. Libraba un día por semana e iba al hipódromo. Aun después de recibir la bala en la rodilla podía confiarse en él. Siguió trabajando.

Sospeché que Spiro y yo pensábamos lo mismo, o sea que en uno de los días en que se suponía que estaba en el hipódromo, Moogey podía haber tomado el camión prestado. Claro, si cogía el camión, otra persona estaría encargada de la gasolinera. O bien otra persona conducía el camión.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Dos Por La Pasta»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Dos Por La Pasta» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Janet Evanovich - Hot Stuff
Janet Evanovich
Janet Evanovich - The Grand Finale
Janet Evanovich
Janet Evanovich - Amor Comprado
Janet Evanovich
Janet Evanovich - Bastardo numero uno
Janet Evanovich
Janet Evanovich - Full Scoop
Janet Evanovich
Janet Evanovich - Full Blast
Janet Evanovich
Janet Evanovich - Full Speed
Janet Evanovich
Janet Evanovich - Wicked Appetite
Janet Evanovich
Janet Evanovich - Visions Of Sugar Plums
Janet Evanovich
Janet Evanovich - Motor Mouth
Janet Evanovich
Janet Evanovich - Wytropić Milion
Janet Evanovich
libcat.ru: книга без обложки
Janet Evanovich
Отзывы о книге «Dos Por La Pasta»

Обсуждение, отзывы о книге «Dos Por La Pasta» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x