Sara Paretsky - Punto Muerto

Здесь есть возможность читать онлайн «Sara Paretsky - Punto Muerto» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Детектив, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Punto Muerto: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Punto Muerto»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

El jugador de los halcones Negros de Chicago, Boom Boom Warshawski, fue una leyenda del hockey. Más de mil personas asisten a su funeral, consternados al enterarse de que ha resbalado en un muelle y se ha ahogado. La policía se apresura a declarar que ha sido un accidente. Y no les gusta la idea de que V.I. Warshawski, meta su nariz femenina en un caso tan evidente. Pero entre atentados contra su propia vida y tragos de scotch, la intrépida e ingeniosa detective, se abre camino a través de un mundo de silos de cereal y cargueros de mil toneladas. Se introducirá en una senda que le hará descubrir si se está tomando las cosas de un modo demasiado personal o si su adorado Boom Boom fue en realidad asesinado…

Punto Muerto — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Punto Muerto», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– Sí, intento averiguar dónde está. No consigo que MacKelvy, ¿lo conoce?, me suelte la información sin el consentimiento de Grafalk. Usted no lo sabrá, ¿verdad?

Cuando mi amigo quiso saber la razón, sentí el impulso de callarme y marcharme a casa. No se me ocurría nada más estúpido que mi obsesión por Boom Boom y su accidente. Era obvio que, a juzgar por el gentío que se estaba reuniendo allí, el desastre había traído un montón de gente al escenario de la catástrofe. Margolis tenía razón: si los hombres del silo hubiesen sabido algo acerca de la muerte de Boom Boom, habrían hablado de ello. Debía ser ya hora de volver a Chicago a entregar unas cuantas citaciones a sus reticentes receptores.

Mi compañero observó mis dudas.

– Mire, es hora de comer. ¿Por qué no me deja invitarla a la Salle de la Mer? Es el club privado para los funcionarios y propietarios de por aquí. Sólo tengo que quitarme este mono y coger la chaqueta.

Miré mis vaqueros y las zapatillas de correr.

– No voy muy bien vestida para un club privado.

Me aseguró que no les importaba cómo iban vestidas las mujeres; sólo los hombres tenían que observar reglas de vestuario en el moderno restaurante. Me dejó contemplando la debacle del muelle durante unos minutos mientras iba a cambiarse. Me preguntaba vagamente qué le habría ocurrido a Phillips, cuando le vi intentando abrirse camino entre la multitud hasta llegar al Leif Ericsson. Algo en sus modales dubitativos me irritaba profundamente.

5

Un vaso en la mano

– Soy Mike Sheridan, maquinista jefe del Lucelia Wieser.

– Y yo soy V. I. Warshawski, investigadora privada.

El camarero nos trajo las bebidas, vino blanco para mí y vodka con tónica para Sheridan.

– Tiene algo que ver con Boom Boom Warshawski, ¿verdad?

– Soy su prima… ¿Estaba usted en el Lucelia Wieser cuando cruzó el Bertha Krupnik y él cayó bajo su hélice la semana pasada?

Asintió y yo comenté con entusiasmo lo pequeño que era el mundo.

– He estado intentando encontrar a alguien que pudiera haber visto morir a mi primo. Para decirle la verdad, creo que no tengo muchas posibilidades, a juzgar por la multitud que el choque de antes ha reunido. -Le expliqué mis pesquisas y por qué el Lucelia Wieser estaba incluido en ellas.

Sheridan bebió un poco de vodka.

– Tengo que admitir que sabía quién era usted cuando estaba en el muelle. Alguien lo dijo y yo quise hablar con usted -sonrió disculpándose-. La gente cotillea mucho en un lugar como este… Su primo iba a venir a hablar con John Bemis, el capitán del Lucelia, aquella tarde. Decía saber algo acerca de un acto de vandalismo que nos impidió cargar durante una semana. De hecho, esa es la razón por la que estábamos amarrados allí en medio: se suponía que teníamos que recoger grano del silo de Eudora, pero acabamos con agua en las bodegas. Tuvimos que secarlas y volver a sacar un permiso antes de poder cargar.

– ¿Quiere decir que alguien metió agua deliberadamente en sus bodegas?

Asintió.

– Supusimos que lo hizo un miembro descontento de la tripulación. Le pedimos que dejase el barco. No organizó un escándalo por ello, así que creo que teníamos razón. Pero su primo parecía hablar en serio y, naturalmente, Bemis quería hablar con él. No sabrá usted lo que tenía en la cabeza, ¿verdad?

Sacudí la cabeza.

– Eso es parte de mi problema. No había visto a Boom Boom desde dos o tres meses antes de que muriera. Para decirle la verdad, estaba muy preocupada de que hubiera podido… bueno, dejarse caer deliberadamente porque estuviese muy deprimido por no poder patinar ni jugar más al hockey. Pero por lo que está usted diciendo y lo que dijo Pete Margolis en el silo, debía estar muy implicado en lo que estaba sucediendo aquí, no deprimido ni nada. Sin embargo, me encantaría saber si alguien del Bertha o del Lucelia vio en persona el accidente.

Sheridan sacudió la cabeza.

– Es cierto que estábamos amarrados allí, pero el Bertha Krupnik se encontraba entre nosotros y el muelle. No creo que nadie del Lucelia pudiese ver nada.

El camarero volvió a tomar nota; le dijimos que necesitábamos unos minutos para estudiar el menú. Volvió a los treinta segundos, tosiendo para disculparse.

– El señor Grafalk pregunta si la señora y usted no querrían reunirse con él y el señor Phillips en su mesa.

Sheridan y yo nos miramos sorprendidos. Yo no me había dado cuenta de que hubiese entrado ninguno de los dos. Seguimos al camarero por la alfombra rosa y violeta hasta una mesa en una esquina al otro extremo. Grafalk se levantó para estrecharle la mano a Sheridan.

– Gracias por interrumpir la comida para unirte a nosotros, Mike. -Para mí añadió-: Soy Niels Grafalk.

– Encantada, señor Grafalk. Soy V. I. Warshawski.

Grafalk llevaba una chaqueta de suave tweed hecha a medida y una camisa blanca con el cuello abierto. No hacía falta que me dijeran que había nacido con dinero para saber que era un hombre acostumbrado a controlar las cosas que pasaban a su alrededor. Exhalaba un aire marinero con su pelo blanqueado y la cara roja de viento y sol.

– Phillips me ha dicho que estuvo usted haciendo unas preguntas a Percy MacKelvy. Ya que estoy yo aquí, puede que quiera usted decirme por qué está interesada en la Grafalk Steamship.

Me embarqué en una historia que ya parecía un poco trillada.

– El señor MacKelvy pensó que tendría que preguntarle a usted antes de decirme dónde está el Bertha Krupnik -terminé.

– Ya veo -Grafalk me observó con mirada penetrante-. Phillips me ha dicho que era usted investigadora privada. Pensé que tal vez hubiera decidido andar fisgoneando un poco por mi compañía.

– Cuando la gente se encuentra con un policía inesperadamente, a menudo se sienten culpables: crímenes innombrables aparecen para enfrentarse a ellos. Cuando se encuentran con un investigador privado, suelen ponerse a la defensiva: no venga a meter las narices en mis asuntos. Estoy acostumbrada -dije.

Grafalk echó la cabeza hacia atrás y dejó oír un estallido de risa. Sheridan me echó una sonrisa sardónica, pero Phillips parecía tan tenso como siempre.

– Si tiene usted un minuto libre después de comer, acompáñeme de vuelta a la oficina. Pediré a Percy que investigue las andanzas del Bertha para usted.

El camarero vino a tomar nota. Pedí una alcachofa rellena de gambas. Grafalk pidió trucha del lago a la plancha, igual que Phillips. Sheridan pidió un filete.

– Cuando te pasas nueve meses del año en el agua, la carne tiene un atractivo sólido y terrenal.

– Así que dígame: ¿Qué hace una joven como usted metida a detective? ¿Trabaja para una compañía o para usted misma?

– Llevo unos seis años trabajando por mi cuenta. Antes era abogado en la oficina del fiscal del Estado en Cook County. Me cansé de ver a pobres tipos inocentes yendo a parar a Stateville porque la policía no iba a continuar sus investigaciones y encontrar a los verdaderos responsables. Y me cansé aún más de ver a listos culpables sinvergüenzas salir libres porque podían permitirse pagar a abogados que sabían cómo saltarse las leyes a la torera. Así que pensé, quizá a la Doña Quijote, que iba a ver lo que podía hacer yo por mejorar la situación.

Grafalk sonreía divertido por encima de un vaso de Niersteiner gutes Domthal.

– ¿Quién suele contratarla?

– Hago bastante trabajo de investigación sobre delitos financieros. Es mi especialidad. La Compañía Transicon; ese asunto del año pasado con Seguros Ajax y los afiladores… Acabo de terminar un trabajo que tenía que ver con un fraude por ordenador en transferencias telegráficas en un pequeño banco en Peoría. Relleno los huecos buscando a testigos desaparecidos y entregando citaciones a gente que no quiere perder un día en el juzgado.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Punto Muerto»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Punto Muerto» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Sara Paretsky - Body Work
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Golpe de Sangre
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Marcas de Fuego
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Indemnity Only
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Deadlock
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Sin previo Aviso
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Medicina amarga
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Sisters on the Case
Sara Paretsky
Sara Paretsky - A Woman’s Eye
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Windy City Blues
Sara Paretsky
Sara Paretsky - Fire Sale
Sara Paretsky
Sandra Brown - Punto Muerto
Sandra Brown
Отзывы о книге «Punto Muerto»

Обсуждение, отзывы о книге «Punto Muerto» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x