Merete miraba con intensidad a su hermano ahora. No había la menor duda de que sabía a quién tenía enfrente. Sus ojos estaban húmedos.
Carl jadeó en busca de aire. La enfermera jefe se llevó las manos a la boca.
– Mmmmmeerete -soltó Uffe por fin, tras un enorme esfuerzo.
Uffe se asustó por el flujo de sonidos. Jadeaba y por un momento dejó caer la mandíbula, mientras junto a Carl la mujer rompía a sollozar y su mano buscaba el hombro de Carl.
Entonces el brazo de Uffe volvió a levantarse y topó con la mano de Merete.
La apretó y la besó, temblando de cintura para arriba, como si lo acabaran de sacar de un agujero en el hielo.
Entonces de repente Merete echó la cabeza hacia atrás con los ojos como platos y el cuerpo en tensión, con los dedos de la mano libre contraídos en la palma de la mano como si tuviera un calambre. Hasta Uffe percibió algo funesto en el cambio, y finalmente la enfermera jefe dio un paso y apretó el interruptor.
Entonces Merete emitió un sonido profundo, oscuro, y todo su cuerpo se relajó. Seguía teniendo los ojos abiertos y captó la mirada de su hermano. Después emitió otro sonido sordo, como cuando se echa aliento sobre un cristal frío. Ahora sonreía. Parecía que el sonido de su interior la estimulaba.
Se abrió la puerta, y una enfermera seguida de un médico joven con mirada inquisitiva se precipitaron dentro. Se detuvieron frente a la cama y vieron a una Merete Lynggaard relajada, agarrada a la mano de su hermano.
Escrutaron con detenimiento los diversos aparatos y no pareció que encontraran nada alarmante, tras lo cual dirigieron la mirada hacia Carl y la acompañante de Uffe. Estaban a punto de preguntar algo cuando volvió a oírse el sonido de la boca de Merete Lynggaard.
Uffe pegó el oído a los labios de su hermana, pero todos los presentes pudieron oírlo.
– Gracias, Uffe -dijo Merete, dirigiendo la mirada hacia Carl.
Y Carl sintió que la presión del pecho remitía gradualmente.
Muchísimas gracias a Hanne Adler-Olsen, Henning Kure, Elsebeth Waehrens, Soren Schou, Freddy Milton, Eddie Kiran, Hanne Petersen, Micha Schmalstieg y Karsten D. D. por sus indispensables y minuciosos comentarios.
Gracias a Gitte & Peter Q. Rannes y al Centro para Escritores y Traductores de Hald por el necesario ambiente de sosiego que me ofrecieron en momentos decisivos de la redacción.
Gracias a Peter Madsen por las ilustraciones de la edición especial y a Peter H. Olesen y Jorn Pedersen por la inspiración.
Gracias a Jorgen N. Larsen por su trabajo de investigación, a Michael Needergaard por su conocimiento de los efectos de una cámara de descompresión, y gracias a K. Olsen y al comisario de policía Leif Christensen por sus correcciones relacionadas con la policía.
Y, finalmente, muchas gracias también a mi editora Anne Christine Andersen por su especial colaboración.
Jussi Adler-Olsen nació el 2 de agosto de 1950 en Copenhague. Hijo de un reconocido psiquiatra, pasó la mayor parte de su infancia en diferentes hospitales para enfermos mentales de Dinamarca. Estudió Medicina, Sociología, Historia Política y Comunicación Audiovisual. Antes de empezar a escribir en 1995, realizó trabajos muy variopintos: redactor para revistas y cómics, coordinador del movimiento por la paz de Dinamarca, editor jefe de una revista semanal de televisión y presidente del consejo de administración de distintos consorcios empresariales. Su hobby es restaurar casas antiguas.
Gracias a las novelas protagonizadas por Carl Mørck, se ha convertido en el autor de novela negra más vendido de Dinamarca. No es de extrañar, porque esta son unas novelas absolutamente irresistibles para cualquier aficionado al thriller. Se tratan de historias terribles y muy cercanas a la actualidad reciente, con unos personajes creíbles y complejos, y un sentido del ritmo y de la tensión que mantienen el suspense hasta el final. La trilogía del Departamento Q se ha convertido en un imparable best seller en Dinamarca y Alemania, antes de iniciar la conquista del resto del mundo.
Jussi Adler-Olsen ha recibido el prestigioso premio Glass Key a la mejor novela policíaca del 2010.
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[1]En el sistema electoral danés cada partido viene identificado por una letra a efectos de propaganda y papeletas de voto. (N. del T.)
[2]En Dinamarca suele decirse que, si el día de tu cumpleaños hace buen tiempo, es señal de que te has portado bien el año anterior . (N. del T.)