Ellery Queen - El Cadáver Fugitivo

Здесь есть возможность читать онлайн «Ellery Queen - El Cadáver Fugitivo» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Детектив, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

El Cadáver Fugitivo: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «El Cadáver Fugitivo»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

`Heredera que huye, padre implacable, madre angustiada, novio en un aprieto. ¿Qué más se puede pedir para empezar?`. Pues aún hay más: una escritora empeñada en contar una buena historia, un hombre dedicado a la adoración del cuerpo, a quien le diagnotican un cáncer, quizás, un impostor, un cadáver fugitivo y un detective kantiano de los que piensan que la razón pura es el bien esencial para descubrir las trampas de este caótico mundo.

El Cadáver Fugitivo — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «El Cadáver Fugitivo», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Nikki pensó: «Si ahora el reloj también se para, chillaré».

Tic-tac, tic-tac.

Entonces vino.

El batido de las alas contra el aire. Era un sonido horrible, cortando el estático silencio, acercándose.

Nikki puso su mano sobre la puerta para sujetarse. Ella también miraba la ventana, fascinada.

El aleteo, aleteo, el horrible aleteo estaba ahora más cerca. Cerca. Justo detrás de las rejas de hierro las alas estaban golpeando y sacudiendo el aire, zumbando y dando en las rejas. Entonces dos garras poderosas se agarraron a ella. El aleteo se detuvo. Silencio.

El pico, la cabeza de negro ébano, se asomaron a la habitación por entre las rejas. El cuervo del viejo Amos saltó hasta el alféizar de dentro. Encrespó su barba de plumas y echó la cabeza hacia atrás.

– ¡Kra-caw! ¡Kra-caw! -graznó triunfalmente-. ¡Kra-caw!

Miró la pulsera con avidez.

Sin quitar la vista de la pulsera, saltó al escritorio, aleteó y saltó al suelo. Con cautela el cuervo se movió hacia el brazalete, sacudiendo la cabeza de un lado a otro. Luego se disparó el pico. Como un golpe de martillo, golpeó la pulsera. La pulsera se alzó, girando, destelleando en la luz. Aterrizó dos pies más allá y comenzó a rodar. Con la agilidad de un gato, el cuervo saltó. Echó sus garras sobre la pulsera, como si fuera una cosa viviente que huyera aterrorizada.

– ¡Kra-caw! ¡Kra-caw! -el cuervo cogió con su pico la pulsera. Las alas batieron al alzarse el animal pesadamente hasta la ventana, se escabulló por las rejas y se fue batiendo el aire.

Ellery se lanzó hacia la ventana, con Nikki y Flint en sus talones.

El cuervo se estaba remontando muy arriba. Navegaba en un enorme círculo; sus alas se recortaban negras contra el cielo. De pronto, se lanzó en espiral hacia abajo, caló y aterrizó sobre la rama, batiendo las alas, hasta que llegó al retorcido tronco. Luego desapareció milagrosamente.

– Bueno, si no lo veo no lo creo -dijo Flint.

Pero Nikki estaba agarrada al brazo de Ellery.

– Mira, mira -susurró-. Ya vienen. ¡Ellery! Ya vienen.

Ellery Queen vio el coche que subía por el paseo de coches. Velie conducía. El inspector estaba sentado a su lado. Mientras el coche pasaba la bifurcación de la carretera y comenzaba a rodear la elipse, Ellery agarró el codo de Nikki. La llevó rápidamente, a través del estudio y a lo largo del vestíbulo, hacia las escaleras de atrás.

– Sigue andando, Nikki -dijo mientras abría de golpe la puerta de vaivén-. Tú tienes que mantenerte alejada de esto. Rápido al coche. Espérame allí. Iré tan pronto como pueda.

Nikki siguió corriendo. Corrió a lo largo del camino, detrás del seto de boj, y entró en el bosque, donde se encontró con algo más terrorífico que todo lo que había hallado antes.

No es oro todo lo que reluce

Tras dejar a Nikki, Ellery Queen atravesó rápidamente la casa hasta la fachada principal. Abrió la puerta principal y salió a la galería al tiempo que el coche del inspector se detenía delante de ella.

– ¿Qué hay, papá? -dijo alegremente, abriendo la puerta del coche a su padre.

El inspector Queen salió con el ceño fruncido.

– Ellery -dijo-, pensé que estabas durmiendo en casa. Desearía que dejases de aparecer doquiera que voy. Ya tengo bastantes problemas tal como están las cosas.

– Supongo que te refieres al éxodo general de sospechosos.

– Exacto -el inspector sacó su pañuelo, se lo acercó a la nariz y, para un hombre tan pequeño, se sonó con mucha fuerza-. Dos polis aparentemente no son bastantes para vigilar un puñado de personas. Se necesita un pelotón entero.

– No te preocupes por ello, papá. Naturalmente, has mandado aviso para que los encuentren, y es todo lo que puedes hacer dadas las circunstancias. Lo que es más importante es que he resuelto el asesinato de Braun.

– ¿Que has qué? -el inspector Queen miró con la boca abierta a Ellery.

– Voy a llamar mi próximo libro El cuerpo de John Braun.

El sargento Velie, habiendo conseguido sacar su corpachón de detrás del volante, vino rodeando el coche.

– ¡Ja! -dijo, imitando al doctor Prouty-. ¡Ja!

– Hijo, no hablas en serio.

– Sí, querido padre. Cuelga tus ropas de la rama del nogal, pero no te acerques al agua. [6]Venid conmigo.

Les guió a través del césped.

Ellery se detuvo y miró hacia arriba. A unos veinte pies de altura el tronco del árbol se ramificaba. Justo debajo de donde salían las dos ramas retorcidas vio un gran agujero que el tiempo, la lluvia, la nieve y el viento habían hecho al pudrirse el tronco.

Ellery Queen se quitó el abrigo y lo arrojó al suelo. Saltó y se agarró a una rama. Esta crujió bajo su peso. Se incorporó sobre ella y, sujetándose al tronco, se puso de pie. Apenas si llegaba a la rama de arriba. Se estiró y la cogió. Sus piernas se balancearon hacia atrás y luego hacia delante, y arriba, entre sus brazos. Con sus rodillas enganchadas sobre la rama, tiró de sí mismo y se sentó, con las piernas, colgando.

– Le iría fabulosamente en un circo -dijo Velie, mirando hacia arriba-. ¡Ese chico tiene talento, inspector!

El inspector Queen también estaba de pie con la cabeza echada muy hacia atrás.

– ¿De qué se trata, Ellery? Por lo que más quieras.

Ellery había hundido su brazo en el agujero. Su mano sacó dos objetos brillantes y redondos y media docena de plumas negras.

– Cógelo, Velie -dijo, mirando hacia abajo al sargento, que estaba exactamente debajo-. No te muevas ¡y veré si puedo arrojar esto por tu garganta!

Velie saltó hacia atrás. Dos cascos de botellas de cerveza cayeron a sus pies. Mientras se agachaba a cogerlos, un par de pinzas, un lápiz amarillo y un pendiente de jade cayeron en el césped a su lado.

El inspector miró hacia arriba sonriendo.

– Muy hábil, hijo. Ahora saca el conejo blanco y podemos seguir con nuestros asuntos.

Pero Ellery estaba mirando algo que tenía en la palma de la mano. Lo deslizó dentro del bolsillo de su pantalón y volvió a meter su brazo en el agujero.

– ¿Qué era eso? -preguntó el inspector.

– Sólo una pulsera de dos dólares cincuenta centavos que quiero devolver a su dueño. Aquí, Velie, cógelo.

Un collar de cuentas coloreadas y un peine de concha de tortuga en forma de luna engarzado de brillantes cayeron al suelo.

El oficial Jerry Ryan, que había estado observando desde la galería, se encaminó apresuradamente a través del césped hacia el nogal.

– ¿Qué hace el señor Queen allá arriba? -preguntó a Velie.

– El pobre hombre está chiflado. Se ha vuelto absolutamente loco.

Ellery estaba otra vez examinando algo intensamente. Los hombres de abajo lo podían ver destellear y brillar a la luz del sol.

Hubo una conmoción en el follaje de más arriba Con las alas batiendo furiosamente, el cuervo se lanzó en picado y se posó sobre la rama al lado de Ellery. El pájaro miró el objeto que tenía en la mano.

– ¡Kra-caw! -protestó con enfado el cuervo.

– Vamos, vamos -dijo Ellery-. Repórtate, José.

Acarició un lado del cuello del pájaro.

– ¡Kra-caw! -volvió a decir el cuervo, negándose a ser engatusado.

– ¿Qué es lo que tienes ahora? -preguntó el inspector Queen.

Ellery alzó aquel objeto para que lo pudiesen ver todos.

– Esto -anunció desde su alto asiento en el árbol- es un cortapapeles. Más específicamente, es el cortapapeles de John Braun, y todavía mas específicamente, es el cuchillo con el que se cortó su propio cuello. Allá va, hombres. ¡Cuidado con el filo! -Ellery dejó caer el cuchillo. Golpeó la tierra con un golpe seco. La hoja quedó enterrada hasta el mango en el césped y quedó brillando a los pies de Velie.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «El Cadáver Fugitivo»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «El Cadáver Fugitivo» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «El Cadáver Fugitivo»

Обсуждение, отзывы о книге «El Cadáver Fugitivo» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x