Cecelia Ahern - Si pudieras verme ahora

Здесь есть возможность читать онлайн «Cecelia Ahern - Si pudieras verme ahora» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Si pudieras verme ahora: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Si pudieras verme ahora»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

En la vida de Elizabeth Egan todo tiene su sitio, desde las tazas para café exprés en su reluciente cocina hasta los muestrario y los botes de pintura de su negocio de diseño de interior. El orden y la precisión le dan una sensación de control sobre la vida y mantienen el corazón de Elizabeth apartado del dolor que sufrió en el pasado. ejercer de madre de su sobrino de seis años al tiempo que saca adelante su empresa es un empleo a jornada completa, que deja poco margen al error y la diversión. Hasta que un día alguien muy singular aparece inesperadamente en sus vidas. El misterioso Ivan es despreocupado, espontáneo y amante de la aventura, todo lo contrario que Elizabeth. Reconoce a su verdadero amor antes de que ella le vea siquiera, y le enseña que la vida sólo merece la pena ser vivida cuando se nos presenta con todo su color y una pizca de desorden. Pero ¿quién es Ivan en realidad? Pícara y por momento profundamente conmovedora, esta novela nos permite recuperar toda la ternura y la emotividad características de la autora de Posdata: Te amo, novela que será llevada al cine con Hillary Swank como protagonista.

Si pudieras verme ahora — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Si pudieras verme ahora», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Elizabeth contemplaba el pueblo con asombro. Los tenderos habían salido a la puerta y observaban el alboroto que se había armado delante de Joe's. Los vecinos abrían las ventanas y asomaban la cabeza. Los coches aminoraban la marcha para echar un vistazo, provocando que los conductores que los seguían tocaran contrariados la bocina. En cuestión de instantes la aletargada localidad se había despertado.

– ¿Qué ocurre? -preguntó Ivan secándose las lágrimas de risa de los ojos-. ¿Por qué has dejado de reír?

– ¿Es que para ti no existen los sueños, Ivan? ¿No puedes hacer que ciertas cosas permanezcan sólo en tu cabeza?

Que ella supiera, Ivan era capaz de hacer que cualquier cosa ocurriera. Bueno, casi cualquier cosa. Levantó la vista a sus ojos azules y se le disparó el corazón.

Ivan le devolvió la mirada y se arrimó un paso más. Parecía muy serio y mayor de lo que hasta entonces se había mostrado, como si acabara de ver y aprender algo nuevo pocos segundos antes. Tocó suavemente la mejilla de Elizabeth y adelantó la cabeza despacio hacia su rostro.

– No -susurró, y la besó en la boca con tanta ternura que faltó poco para que a Elizabeth le fallaran las piernas-, todo debe hacerse realidad.

Joe miró por la ventana y rió al ver a los turistas bailando y derramando café delante de su local. Entrevió a Elizabeth al otro lado de la calle y se acercó a la ventana para verla mejor. Tenía la cabeza levantada y los ojos cerrados con una expresión de perfecta dicha. El pelo, de ordinario recogido en la nuca, lo llevaba suelto y ondeaba en la ligera brisa matutina. Parecía deleitarse con el brillo del sol que le bañaba la cara.

Joe habría jurado que el rostro de Elizabeth era el vivo retrato del de su fogosa madre.

Capítulo 23

Las bocas de Ivan y Elizabeth tardaron un rato en separarse y cuando por fin lo hicieron, Elizabeth, con un cosquilleo en los labios, recorrió dando brincos el camino hasta la oficina. Tenía la impresión de que si levantaba más los pies del suelo comenzaría a flotar. Tarareando mientras intentaba dominar su no-vuelo chocó de pleno contra la señora Bracken que, de pie en su portal, estudiaba a los turistas del otro lado de la calle.

– ¡Jesús! -Elizabeth dio un salto hacia atrás, asustada.

– Es el hijo de Dios, que entregó su vida y murió en la cruz para difundir la palabra del Señor y darnos una vida mejor, así que no tomes su nombre en vano -soltó de un tirón la señora Bracken. Señaló con el mentón en dirección a la cafetería-. ¿Qué diantre están haciendo esos extranjeros?

Elizabeth se mordió el labio y se aguantó la risa.

– No tengo ni idea. ¿Por qué no se une a ellos?

– Al señor Bracken no le habría gustado nada todo este jaleo. -Debió de percibir algo en la voz de Elizabeth, porque levantó la cabeza de golpe, entrecerró los ojos y la miró de hito en hito-. Te veo distinta.

Elizabeth hizo caso omiso de ella y se echó a reír al ver a Joe fregando con aire culpable el café derramado en la acera.

– ¿Has pasado mucho tiempo en la torre de allá arriba? -preguntó la señora Bracken en tono acusatorio.

– Pues claro, señora Bracken. Estoy diseñando el hotel, ¿recuerda? Por cierto, he encargado la tela; debería llegarnos dentro de tres semanas, con lo cual nos quedan dos meses para tenerlo todo listo. ¿Cree que podrá contratar personal de refuerzo?

La señora Bracken entrecerró los ojos con recelo.

– Te has soltado el pelo.

– ¿Y? -preguntó Elizabeth entrando al taller de tapicería para ver si había llegado su pedido.

– Y el señor Bracken solía decir: «cuidado con las mujeres que cambian drásticamente de peinado».

– Yo no diría que soltarse el pelo sea un cambio muy drástico.

– Elizabeth Egan, en tu caso particular, sostengo que soltarse la melena es un cambio drástico. Por cierto -agregó a renglón seguido sin dar pie a que Elizabeth replicara-, tenemos un problema con el pedido que ha llegado hoy.

– ¿Qué sucede?

– Es muy colorido. -Pronunció la palabra como si fuese una enfermedad y, abriendo mucho los ojos, lo puso aún más de relieve-: Rojo.

Elizabeth sonrió.

– Es frambuesa, no es rojo, y ¿qué tiene de malo un poco de color?

– Que qué tiene de malo un poco de color, dice. -La señora Bracken subió la voz una octava-. Hasta la semana pasada tu mundo era marrón. Es esa torre lo que te está afectando. El tipo americano, ¿verdad?

– Oh, no me venga usted también con el cuento de la torre. -Elizabeth puso cara de fastidio-. He estado allí arriba toda la semana y no es más que una muralla que se está viniendo abajo.

– Una muralla que se viene abajo, desde luego -dijo la señora Bracken sin quitarle el ojo de encima-, y es el tipo americano quien la está derribando.

Elizabeth puso los ojos en blanco.

– Adiós, señora Bracken.

Subió a la carrera la escalera de la oficina.

En la entrada la recibió un par de piernas que salían de debajo del escritorio de Poppy. Eran piernas de hombre: pantalones de pana marrón con zapatos marrones que se agitaban y retorcían.

– ¿Es usted, Elizabeth? -gritó una voz.

– Sí, Harry. -Elizabeth sonrió. Cosa curiosa, estaba encontrando extrañamente adorables a las dos personas que acostumbraban sacarla de quicio a diario. Desde luego Ivan estaba superando muy airoso la prueba de la sonrisa tonta.

– Le estaba apretando los tornillos a esta silla. Poppy me ha contado que les montó un buen numerito la semana pasada.

– Así fue, Harry, gracias.

– De nada.

Las piernas del hombre se deslizaron bajo el escritorio y desaparecieron mientras se ponía trabajosamente a gatas. Después de darse un coscorrón contra el tablero del escritorio, asomó por fin la cabeza mostrando una calva que intentaba disimular peinando los escasos cabellos de un lado a otro del cráneo.

– Ah, ahí está usted -dijo Harry levantándose, llave inglesa en mano-. Ahora el asiento no tendría que girar por su cuenta. Qué raro que hiciera eso. -Efectuó una última comprobación y luego miró a Elizabeth con la misma expresión que había adoptado para examinar la silla-. La veo distinta.

– Pues soy la misma de siempre -respondió Elizabeth dirigiéndose a su despacho.

– Es el pelo. Se lo ha soltado. Yo siempre he dicho que a las mujeres les queda mejor la melena y…

– Gracias, Harry. ¿Ya ha terminado? -preguntó Elizabeth con firmeza, poniendo fin a la conversación.

– Sí, sí, claro.

Harry se sonrojó, y después de despedirse de ella con la mano se fue escaleras abajo, sin duda para cotillear con la señora Bracken sobre la melena suelta de Elizabeth.

Elizabeth se sentó a su escritorio e intentó concentrarse en el trabajo, pero impensadamente se pasó las yemas de los dedos por los labios, reviviendo el beso que acababa de darle Ivan.

– Vale -dijo Poppy entrando sin llamar al despacho de Elizabeth para dejar una hucha encima del escritorio-. ¿Ves esto de aquí?

Elizabeth asintió mirando al cerdito. Becca estaba en la puerta del fondo.

– Bueno, pues se me ha ocurrido un plan. -Poppy hizo rechinar los dientes-. Cada vez que te pongas a tararear esa maldita canción tuya, tendrás que poner dinero en el cerdo.

Elizabeth enarcó las cejas con expresión divertida.

– Poppy, ¿has hecho tú este cerdito? -preguntó sin quitar ojo al cerdo de papel maché que tenía en el escritorio.

Poppy intentó disimular su sonrisa.

– La de anoche fue una noche muy tranquila. Pero, en serio, ya está empezando a ser algo más que irritante, Elizabeth, tienes que creerme -suplicó Poppy-. Hasta Becca está hasta la coronilla.

– ¿Es eso cierto, Becca?

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Si pudieras verme ahora»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Si pudieras verme ahora» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Si pudieras verme ahora»

Обсуждение, отзывы о книге «Si pudieras verme ahora» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x