Cecelia Ahern - Si pudieras verme ahora

Здесь есть возможность читать онлайн «Cecelia Ahern - Si pudieras verme ahora» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Si pudieras verme ahora: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Si pudieras verme ahora»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

En la vida de Elizabeth Egan todo tiene su sitio, desde las tazas para café exprés en su reluciente cocina hasta los muestrario y los botes de pintura de su negocio de diseño de interior. El orden y la precisión le dan una sensación de control sobre la vida y mantienen el corazón de Elizabeth apartado del dolor que sufrió en el pasado. ejercer de madre de su sobrino de seis años al tiempo que saca adelante su empresa es un empleo a jornada completa, que deja poco margen al error y la diversión. Hasta que un día alguien muy singular aparece inesperadamente en sus vidas. El misterioso Ivan es despreocupado, espontáneo y amante de la aventura, todo lo contrario que Elizabeth. Reconoce a su verdadero amor antes de que ella le vea siquiera, y le enseña que la vida sólo merece la pena ser vivida cuando se nos presenta con todo su color y una pizca de desorden. Pero ¿quién es Ivan en realidad? Pícara y por momento profundamente conmovedora, esta novela nos permite recuperar toda la ternura y la emotividad características de la autora de Posdata: Te amo, novela que será llevada al cine con Hillary Swank como protagonista.

Si pudieras verme ahora — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Si pudieras verme ahora», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Capítulo 21

Elizabeth contemplaba cómo Ivan y Luke correteaban por el campo, saltando y zambulléndose en la hierba para atrapar las semillas de diente de león que flotaban en el aire como bolas de plumas.

– ¡Tengo una! -oyó chillar a Luke.

– Pide un deseo -le instó Ivan alegremente.

Luke la guardó en una mano y cerró con fuerza los párpados.

– ¡Deseo que Elizabeth baje del coche y juegue a Jinny Joes! -chilló. Levantó la mano regordeta, abrió lentamente los dedos menudos y soltó la bola al viento que se la llevó consigo.

Ivan miró a Elizabeth enarcando las cejas.

Luke se volvió hacia el coche para ver si su deseo se había cumplido.

Por más que Elizabeth viera su carita esperanzada no podía complacerle, ni tampoco podía bajar del coche y hacer que Luke creyera en cuentos de hadas que no eran más que mentiras disfrazadas con florituras. Y no iba a apearse. Pero volvió a ver a Luke corretear por el campo con los brazos extendidos. El niño atrapó otra semilla, la estrechó entre ambas manos y pidió a voz en grito el mismo deseo.

Elizabeth notó una opresión en el pecho y comenzó a respirar más deprisa. Ambos la miraban con los ojos tan llenos de esperanza que Elizabeth no pudo por menos de sentir el peso de la confianza depositada en ella. Sólo era un juego, se repetía tratando de convencerse; bastaba con que se apeara del coche. Pero para ella significaba bastante más. Significaba llenar la cabeza de un niño con unos pensamientos e ideas que nunca se harían realidad. Significaba sacrificar un rato de diversión por una vida entera de decepción. Agarró el volante con tanta fuerza que los nudillos se le pusieron blancos.

Una vez más un jubiloso Luke se puso a saltar tratando de atrapar otro diente de león. Repitió su deseo a voz en grito y esta vez añadió:

– ¡Por favor, por favor, por favor, Jinny Joe!

Con el brazo en alto parecía la Estatua de la Libertad y acto seguido soltó la bola de semillas.

Ivan no hacía nada. Se había quedado plantado en medio del campo observándolo todo con aquella mirada y presencia suyas que tanto atraían a Elizabeth. Esta reparó en que Luke parecía cada vez más frustrado y desilusionado mientras atrapaba otra bola, la estrujaba con rabia entre las manos y la soltaba como si quisiera darle una patada.

Su sobrino ya estaba perdiendo la fe y se detestó a sí misma por ser la causante. Inspiró profundamente y alcanzó el tirador de la puerta. El rostro de Luke se iluminó y de inmediato se puso a cazar más semillas. Mientras Elizabeth caminaba hacia el campo las fucsias bailaban alocadamente como espectadores que agitaran banderines rojos y morados para dar la bienvenida a un deportista que saliera al terreno de juego.

Mientras conducía lentamente su tractor, Brendan Egan estuvo a punto de meterse en la cuneta al fijarse en lo que sucedía en un campo lejano. Contra el telón de fondo del resplandeciente mar y el sol, dos figuras oscuras bailaban sobre la hierba. Una era una mujer cuya larga melena negra ondeaba al viento envolviéndole la cara y el cuello. Gritaba de entusiasmo y alegría al saltar de un lado a otro junto a un niño pequeño, mientras trataban de atrapar las semillas de diente de león que parecían volar en paracaídas.

Brendan detuvo el tractor y la impresión le hizo contener un momento el aliento: le pareció estar viendo un fantasma. El cuerpo le temblaba mientras contemplaba maravillado y asustado, hasta que un bocinazo detrás de él le dio un susto conminándolo a seguir avanzando.

Benjamin conducía de regreso de Killarney a las 6:30 de la mañana del domingo disfrutando de la vista del océano cuando un tractor detenido en medio de la carretera le obligó a frenar. En la cabina del tractor había un hombre mayor que miraba a lo lejos con la cara blanca como el papel. Benjamín siguió su mirada. En su rostro se dibujó una sonrisa al localizar a Elizabeth Egan bailando con un niño en un campo lleno de dientes de león. La joven reía y gritaba mientras brincaba de aquí para allá. Iba en chándal y sus cabellos, que de costumbre llevaba severamente recogidos en la nuca, ondeaban sueltos al viento. A Benjamín no se le había ocurrido que ella pudiera tener un hijo, pero vio claramente cómo alzaba al niño en brazos, le ayudaba a alcanzar algo y después lo devolvía al suelo otra vez. El chiquillo rubio reía de puro deleite y Benjamin sonrió disfrutando del espectáculo. Podría haberse pasado toda la mañana contemplando a Elizabeth, pero un bocinazo detrás de él le sobresaltó y cuando el tractor se puso en marcha y arrancó de nuevo, ambos avanzaron a paso de tortuga sin dejar de mirar a Elizabeth.

Inventar hombres imaginarios y bailar en los campos a las 6:30 de un domingo por la mañana… Benjamin no pudo por menos de reír y admirarla por lo divertida que era y las ganas de vivir que transmitía. Nunca daba muestras de tener miedo a lo que pensaran los demás. Al avanzar por la serpenteante carretera pudo verla con más claridad. El semblante de Elizabeth lucía una expresión de pura dicha. Parecía una mujer completamente distinta.

Capítulo 22

Elizabeth se sentía ebria de placer mientras conducía de regreso al pueblo, en compañía de Luke e Ivan. Habían pasado las últimas dos horas persiguiendo y atrapando lo que Ivan insistía en llamar Jinny Joes. Después, muy cansados y sin aliento se habían desplomado en la hierba alta inspirando el fresco aire marino de primeras horas del día. Elizabeth no recordaba la última vez que se había reído tanto. De hecho, no creía que hubiese reído tanto en toda su vida.

Ivan parecía tener una energía sin límites y un apetito insaciable por todo lo nuevo y emocionante. Hacía muchísimo tiempo que Elizabeth no se exaltaba; era una sensación que no asociaba con su vida adulta. No había sentido el cosquilleo de la antelación en el estómago desde que era una niña; nunca había anhelado nada hasta el punto de sentir que iba a reventar si aquello no ocurría aquí y ahora. Pero estar con Ivan le devolvía todas esas sensaciones. El tiempo transcurría muy deprisa cuando estaba con él, tanto si andaban dando saltos por el campo como si simplemente se hacían compañía en silencio, cosa que ocurría a menudo. Siempre deseaba que el tiempo se ralentizara cuando él estaba presente y cuando la abandonaba siempre se quedaba con ganas de más. Había atrapado muchas semillas de diente de león aquella mañana y en su fuero interno muchos de sus deseos habían sido para que el tiempo que estaban pasando juntos ese día se prolongara y que el viento no amainara para poder aferrarse al momento, junto con Luke.

Elizabeth equiparó esas sensaciones tan fuertes, casi obsesivas, a las de un enamoramiento infantil, pero con más profundidad. Se sentía atraída por todo lo de Ivan; la manera de hablar, la manera de vestir, las palabras que empleaba, su aparente inocencia pese a tener un hondo conocimiento de sabios puntos de vista. Siempre decía lo que había que decir, incluso cuando ella no tenía ganas de oírlo. La oscuridad desaparecía del fondo de los túneles de Elizabeth y de súbito era capaz de ver más allá. Cuando Ivan entraba tan campante en una habitación traía consigo claridad e inteligencia. Era la encarnación de la esperanza, y entonces Elizabeth entendía que para ella las cosas podían no ser fantásticas o maravillosas o el colmo de la felicidad, pero que podían irle bien. Y eso le bastaba.

Ivan ocupaba sus pensamientos en todo momento; ella repetía sus conversaciones una y otra vez. Le hacía una pregunta tras otra y él siempre se mostraba abierto y sincero en sus respuestas, pero después, tendida en la cama, Elizabeth caía en la cuenta de que no sabía más que antes acerca de él pese a que hubiese contestado a todas sus preguntas. Aun así percibía que eran dos seres muy similares. Dos personas solitarias que volaban llevadas por la brisa como semillas de diente de león, portadores de sus respectivos deseos.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Si pudieras verme ahora»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Si pudieras verme ahora» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Si pudieras verme ahora»

Обсуждение, отзывы о книге «Si pudieras verme ahora» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x