Al ser preguntado si sus fieles no se dedicaban también a trabajos caritativos o de apoyo a la comunidad, Back alegó que “lo que hacemos es en nombre de Jesús”.
Anoche, al llegar al almacén donde sus seguidores la esperaban fuera, algunos de los feligreses del reverendo Back, que llevaban pancartas y utilizaban un megáfono para llamar a la vecindada unirse a ellos, impidieron la entrada a Sherine Khalil, a su hijo y a algunos de sus amigos. La discusión en seguida degeneró en agresiones físicas, y al poco tiempo era imposible controlar a ambos bandos.
“Dicen que luchan en nombre de Jesús, pero en realidad lo que quieren es hacer que sigamos sin escuchar las palabras de Cristo, que decía “ todos somos dioses”, afirmó la conocida actriz Andrea McCain, una de las seguidoras de Sherine Khalil, Athena.
La señorita McCain recibió un corte en la ceja derecha, fue atendida inmediatamente y abandonó el lugar antes de que el periódico pudiera descubrir nada más sobre su relación con el culto.
Para la señora Khalil, que intentaba calmar a su hijo de ocho años después de que se hubo restablecido el orden, lo único que sucede en el antiguo almacén es un baile colectivo, seguido de la invocación a un ente conocido como Santa Sofía, a la cual se le hacen preguntas. La celebración termina con una especie de sermón y una oración colectiva en homenaje a la Gran Madre. El oficial encargado de tramitar las primeras denuncias confirmó sus palabras.
Por lo que hemos averiguado, la comunidad no tiene nombre ni está registrada como sociedad benéfica. Pero, para el abogado Sheldon Williams, eso no es necesario: “Estamos en un país libre, la gente puede reunirse en recintos cerrados para eventos sin fines lucrativos, siempre que ello no incentive el quebrantamiento de ninguna ley de nuestro Código Civil, como sería la incitación al racismo o el consumo de estupefacientes”.
La señora Khalil rechazó con vehemencia cualquier posibilidad de interrumpir su culto por culpa de los disturbios.
“Formamos un grupo para infundirnos valor unos a otros, ya que es muy difícil afrontar solos las presiones de la sociedad -comentó -. Exijo que su periódico denuncie esta presión religiosa que venimos sufriendo a lo largo de todos estos siglos.
Siempre que no hacemos las cosa según las religiones instituidas y aprobadas por el Estado, nos reprimen, como han intentado hacer hoy. Lo que pasa es que antes caminábamos hacia el calvario, las cárceles, las hogueras, el exilio. Pero ahora podemos reaccionar, y la fuerza será respondida con la fuerza, de la misma manera que la compasión también será pagada con compasión.”
Cuando se le preguntó por las acusaciones del reverendo Back, ella loo acusó de “manipular a sus fieles, usando la intolerancia como pretexto y la mentira como arma para acciones violentas”.
Según el sociólogo Arthaud Lenox, fenómenos como éste tenderán a repetirse en los próximos años, posiblemente con enfrentamientos más serios entre religiones establecidas. “En el momento en el que la utopía marxista demostró su total incompetencia para canalizar los ideales de la sociedad, ahora el mundo se dirige hacia un despertar religioso, fruto del pavor natural de la civilización a las fechas redondas. Sin embargo, creo que,cuando llegue el año 2000 y el mundo siga existiendo, el buen juicio prevalecerá, y las religiones volverán a ser tan sólo un refugio para la gente más débil, que siempre está buscando guías”.
La opinión es contestada por don Evaristo Piazza, obispo auxiliar del Vaticano en el Reino Unido: “Lo que vemos surgir no es el despertar espiritual que todos deseamos, sino una propagación de lo que los americanos llaman Nueva Era, especie de caldo de cultura en el que todo está permitido, los dogmas no se respetan y las ideas más absurdas del pasado vuelven a asolar la mente humana. Personas sin escrúpulos como esta señora están intentando difundir sus ideas falsas en mentes débiles y sugestionables, con el único objetivo del lucro económico y el poder personal”.
El historiador alemán Franz Herbert, que actualmente está haciendo una tesis en el Instituto Goethe de Londres, tiene una idea diferente: “Las religiones establecidas han dejado de responder a las cuestiones fundamentales del hombre, como su identidad y su razón para vivir. En vez de eso, se han concentrado sólo en una serie de dogmas y normas moldeadas para una organización social y política. De esta manear, la gente que busca una espiritualidad auténtica parte hacia nuevos rumbos; eso significa, sin ninguna duda, una vuelta al pasado y a los cultos primitivos, antes que esos cultos se contagien de las estructuras de poder”.
En el puesto policial en el que registró el suceso, el sargento William Morton informó de que en el caso de que el grupo de Sherine Khalil decida realizar su reunión el próximo lunes y se sienta amenazado, debe solicitar por escrito protección oficial, para evitar que los incidentes se repitan. (En el reportaje ha colaborado Andrew Fish. Fotos de Mark Guillhem).
Heron Ryan, periodista.-
Leí el reportaje en el avión cuando volvía de Ucrania hecho un mar de dudas. Todavía no sabía si la tragedia de Chernóbil había sido realmente desastrosa o si había sido utilizada por los grandes productores de petróleo para inhibir el uso de otras fuentes de energía.
Me asustó el artículo que tenía en la mano. En las fotos se veían algunos escaparates rotos, a un reverendo Back colérico, y -allí estaba el peligro- a una hermosa mujer, con ojos de fuego, abrazada a su hijo. Entendí inmediatamente lo que podría ocurrir. Fui directamente del aeropuerto a Portobello, convencido de que mis previsiones se iban a hacer realidad.
Desde el lado positivo, la reunión del lunes siguiente fue uno de los eventos de mayor éxito en la historia del barrio: acudió muchísima gente, algunos con curiosidad por ver a la entidad mencionada en el artículo, otros con pancartas que defendían la libertad de culto y de expresión. Como no había sitio más que para doscientas personas, la multitud permaneció apretujada en la calle, esperando por lo menos una mirada de aquella que parecía la sacerdotisa de los oprimidos.
Cuando ella llegó, fue recibida con aplausos, notas, peticiones de auxilio; algunas personas le tiraron flores, y una señora, de edad indefinida, le pidió que siguiese luchando por la libertad de las mujeres, por el derecho a adorar a la Madre.
Los feligreses de la semana anterior debieron de sentirse intimidados con la multitud y no aparecieron, a pesar de las amenazas que habían proferido los días anteriores. No hubo ninguna agresión, y la ceremonia transcurrió como siempre: baile, Santa Sofía manifestándose (en ese momento yo ya sabía que no era más que un lado de la propia Athena), celebración (aspecto que había sido añadido recientemente, cuando el grupo se cambió al almacén cedido por uno de los que primero empezaron a frecuentarlo) y punto final.
Noté que durante el sermón Athena parecía poseída;
Todos tenemos un deber para con el amor; permitir que se manifieste de la manera que crea mejor. No podemos y no debemos asustarnos cuando las fuerzas de las tinieblas, aquellas que instituyeron la palabra “pecado” sólo para controlar nuestros corazones y nuestras mentes, quieren hacerse oír. ¿Qué es el pecado? Jesucristo, al que todos nosotros conocemos, se volvió hacia la mujer adúltera y dijo: “¿Nadie te ha condenado? Pues yo tampoco te condeno”. Curó los sábados, permitió que una prostituta le lavase los pies, invitó a un criminal que estaba crucificado a su lado a gozar de las delicias del Paraíso, comió alimentos prohibidos, nos dijo que nos preocupásemos sólo del día de hoy, porque los lirios del campo no tejen ni hilan, pero se visten de gloria.
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