José Saramago - El hombre duplicado

Здесь есть возможность читать онлайн «José Saramago - El hombre duplicado» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

El hombre duplicado: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «El hombre duplicado»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Tertuliano Máximo Afonso, viendo una película recomendada por un colega (Quien no se amaña no se no se apaña), descubre que uno de los personajes secundarios de la cinta es idéntico a él. Ni más ni menos su más fiel retrato. De ahí en adelante el protagonista de El hombre duplicado no volverá a dormir tranquilo, y hará en lo sucesivo todo lo posible para saber de quien se trata, indagando en otras cintas hasta dar con el nombre real del actor, para conocerlo y encararlo con el propósito de saber cuál de los dos es el impostor.
Esta búsqueda obsesiva del doble, puede traducirse como una clara búsqueda de sí mismo, de la identidad. Una identidad que Tertuliano, el protagonista, por su forma de actuar y de pensar, duda en tenerla, a pesar de ser un respetable profesor de historia de 38 años, y aunque divorciado de su mujer, con una novia (María Paz) que a todas luces lo comprende y lo ama. Sin embargo, esta carencia de identidad no le permite tomar decisiones, y lo llevan a vivir bajo un clima de permanente incertidumbre. En cambio, su doble, de nombre Antonio Claro, como lo confirma después de una y mil indagaciones, casado con Helena y aunque protagonista de papeles secundarios en el cine, se proyecta ante los ojos de Tertuliano como un hombre seguro de sí mismo, al punto que al comienzo no manifiesta ningún interés por conocerlo a él, a pesar de la similitud calcada en la que insiste Tertuliano que hay entre los dos. Similitud que en la novela, naturalmente, raya en la fantasía, pero alcanza el grado de verosimilitud suficiente para hacer funcionar la historia en cuestión.
En esta novela de Saramago, como en tantas otras de su misma factura, se trasluce la profundidad de la tesis psicológica que se va tejiendo paralela a las acciones delirantes e imaginativas que mueven a los personajes, haciendo de la obra una alegoría que no sólo denuncia y nos muestra el problema de la identidad, sino que también ofrece soluciones interesantes, cuando plantea en medio de los juegos de máscaras propias del arte de la novela, que la falta de consistencia de la psiquis o del alma humana, es posible enrostrarla, combatirla y vencerla con el ejercicio de la voluntad. Esa fuerza interior que lleva al hombre maduro a salir de las tinieblas, y a esgrimir su espada contra la oscuridad.
Tertuliano Máximo Afonso, por falta de esta consistencia sólida que le permita tomar partido por las cosas, dejará entrar al "caballo de Troya" en su vida, sin sospechar que la consecuencia del no hacer nada por impedirlo, será la pérdida definitiva de su identidad. Tertuliano tendrá que ser en lo sucesivo Antonio Claro, y renunciar a sí mismo, desvaneciéndose definitivamente en otra personalidad, porque para todos el tal Tertuliano Máximo Afonso, profesor de historia, murió en un accidente automovilístico junto a su novia María Paz cuando regresaban a casa desde las afueras de la ciudad.
La idea de usar el arquetipo del caballo de Troya para ilustrar las consecuencias posibles por causa de la falta de seguridad a la que se expone una persona carente de identidad, me parece brillante, y más todavía la de relacionar a Casandra con el sentido común, con esa vocecilla interior que sabe siempre mejor que nadie qué corresponde para hacer frente a tal o cual situación, pero aún así dudamos de sus juicios. Tal y como le sucede al protagonista, a quien vemos naufragar por esta razón.
Impresiona la fraseología de Saramago y el tratamiento del narrador, quien habla al lector al estilo del narrador omnisciente, pero en un juego novedoso y ágil.

El hombre duplicado — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «El hombre duplicado», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

No es frecuente que aparezcan actores por los despachos de la productora, y ésta debe de ser la primera vez que uno de ellos lo haga para preguntar sobre la carta de un admirador, aunque se distinga de las otras por el inusual hecho de no pedir ni fotografía ni autógrafo, sólo la dirección, Antonio Claro no sabe lo que dice la carta, supone que sólo pide la dirección de la casa donde vive. Probablemente, Antonio Claro no tendría la tarea fácil si no se diera la circunstancia afortunada de conocer a un jefe de servicio que fue colega suyo en tiempos de escuela y que lo recibió con los brazos abiertos, con la frase habitual, Qué te trae por aquí, Sé que una persona ha escrito una carta pidiendo mi dirección, y me gustaría leerla, Esos asuntos no los trato yo, pero voy a pedirle a alguien que te atienda. Llamó por el intercomunicador, explicó de modo sumario lo que pretendía y pocos momentos después apareció una mujer joven que venía sonriendo ya con las palabras preparadas, Buenos días, me gustó mucho su última película, Es muy amable, Qué es lo que quería saber, Se trata de una carta escrita por una persona que se llama Tertuliano Máximo Afonso, Si era pidiendo una fotografía, ya no existe, esas cartas no las guardamos, tendríamos los archivos reventando por las costuras si las conserváramos, Por lo que sé, pedía mi dirección y hacía un comentario sobre algo que me interesa, por eso he venido aquí, Cómo dijo que se llamaba, Tertuliano Máximo Afonso, es profesor de Historia, Lo conoce, Sí y no, es decir, me han hablado de él, Hace cuánto tiempo que fue escrita la carta, Hará más de dos semanas y menos de tres, pero no estoy seguro, Comenzaré mirando en el registro de entradas, aunque, la verdad, ese nombre no me suena de nada, Es usted quien se encarga del registro, No, es una colega que está de vacaciones, pero con un nombre así los comentarios no habrían faltado, los Tertulianos deben de ser pocos actualmente, Supongo que sí, Venga conmigo, por favor, dijo la mujer. Antonio Claro se despidió del amigo y la siguió, no era nada desagradable, tenía una buena figura y usaba un buen perfume. Atravesaron una sala donde varias personas trabajaban, dos de ellas esbozaron una pequeña sonrisa cuando lo vieron pasar, lo que demuestra, pese a las opiniones en contra que, en su mayoría, se rigen por añejos preconceptos de clase, que todavía hay quien se fija en los actores secundarios. Entraron en un despacho rodeado de estanterías, casi todas abarrotadas de libros de registro de gran formato. Un libro idéntico estaba abierto sobre la única mesa que allí había. Esto tiene aire de reconstitución histórica, dijo Antonio Claro, parece el archivo de una Conservaduría, Archivo es, pero temporal, cuando ese libro que está en la mesa llegue al final, irá a la basura el más antiguo de los otros, no es lo mismo que en una Conservaduría, donde todo se guarda, vivos y muertos, Comparado con la sala por donde hemos venido esto es otro mundo, Supongo que hasta en las oficinas más modernas deben de encontrarse lugares parecidos a éste, como un áncora herrumbrosa presa al pasado y sin uso. Antonio Claro la miró con atención y dijo, Desde que he entrado aquí le he oído una cantidad de ideas interesantes, Usted cree, Sí, es lo que pienso, Algo así como un gorrión que inesperadamente empieza a cantar como un canario, También esa idea me agrada. La mujer no respondió, pasó unas cuantas hojas, retrocedió hasta tres semanas atrás y, con el dedo índice de la mano derecha, comenzó a recorrer los nombres uno a uno. En la tercera semana nada, en la segunda tampoco, estamos en la primera, acabamos de llegar al día de hoy, y el nombre de Tertuliano Máximo Afonso no ha aparecido. Deben haberle informado mal, dijo la mujer, ese nombre no consta, lo que significa que esa carta, si fue escrita, no entró aquí, se perdería por el camino, Estoy dándole demasiado trabajo, abusando de su tiempo, pero, se anticipó insinuante Antonio Claro, quizá si retrocediéramos una semana más, Pues sí. La mujer pasó nuevamente las hojas y suspiró. La cuarta semana había sido abundantísima en peticiones de fotografías, se tardaría un buen rato en llegar al sábado, y a Dios gracias, levantemos las manos al cielo porque las solicitudes relacionadas con los actores más importantes sean tratadas en un sector de las oficinas pertrechado con sistemas informáticos, nada que tenga que ver con el arcaísmo casi incunabular de esta montaña de infolios reservados al vulgo. La conciencia de Antonio Claro tardará tiempo en comprender que el trabajo de búsqueda que la amable mujer estaba ejecutando podía hacerlo él, y que incluso hubiera sido obligación suya haberse ofrecido para sustituirla, teniendo en cuenta que los datos allí registrados, por su carácter elemental, nada más que una lista de nombres y direcciones, lo que cualquier persona encuentra en una banal guía telefónica, no implicaban el menor grado de confidencialidad, ninguna exigencia de discreción que impusiese mantenerlos al abrigo del fisgoneo de ajenos al departamento. La mujer agradeció el ofrecimiento con una sonrisa, pero no aceptó, que no se iba a quedar de brazos cruzados viéndolo trabajar, dijo. Los minutos pasaban, las hojas iban pasando, ya era jueves y Tertuliano Máximo Afonso no aparecía. Antonio Claro comenzó a sentirse nervioso, a mandar al infierno la idea que había tenido, a preguntarse de qué le iba a servir la maldita carta si acabara por aparecer, y no encontraba una respuesta que estuviese a la altura de la incomodidad de la situación, hasta la diminuta satisfacción que su ego, como un gato goloso, estaba buscando, se convertía por momentos en vergüenza. La mujer cerró el libro, Lo lamento mucho, pero no está aquí, Y yo tengo que rogarle que me perdone el trabajo que le he dado por culpa de una insignificancia, Si tenía tanto empeño en ver la carta no sería una insignificancia, suavizó la mujer, generosa, Me dijeron que contenía un pasaje que me podría interesar, Qué pasaje, No estoy seguro, creo que era sobre la importancia de los actores secundarios para el éxito de las películas, algo de ese estilo. La mujer hizo un movimiento brusco, como si la memoria la hubiera sacudido violentamente por dentro, y preguntó, Sobre los actores secundarios, eso ha dicho, Sí, respondió Antonio Claro, sin pensar que de ahí pudiera venir algún resto de esperanza, Pero esa carta fue escrita por una mujer, Por una mujer, repitió Antonio Claro, sintiendo que la cabeza le daba una vuelta, Sí señor, por una mujer, Y dónde está, me refiero a la carta, claro, La primera persona que la leyó pensó que el asunto escapaba a las reglas y lo puso en conocimiento del antiguo jefe de departamento, que a su vez mandó el papel a la administración, Y luego, Nunca más la devolvieron, o la metieron en la caja fuerte, o fue destruida en la trituradora de la secretaría particular del presidente del consejo de administración, Pero por qué, por qué, Las preguntas son dos, y ambas pertinentes, probablemente por el tal pasaje, probablemente porque la administración no vio con buenos ojos la posibilidad de que comenzase a circular por ahí, dentro y fuera de la empresa, por todo el país, un manifiesto reclamando equidad y justicia para los actores secundarios, sería una revolución en la industria, e imagine lo que podría suceder después si la reivindicación la asumen las clases inferiores, los secundarios de la sociedad en general, Ha hablado de un antiguo jefe del departamento, por qué antiguo, Porque, gracias a su genial intuición, fue rápidamente ascendido, Entonces, la carta desapareció, se evaporó, murmuró Antonio Claro, desanimado, El original, sí, pero yo ya había guardado una copia para mi uso, un duplicado, Se guardó una copia, repitió Antonio Claro, sintiendo al mismo tiempo que el estremecimiento que acababa de recorrerle el cuerpo había sido causado no por la primera sino por la segunda de las dos palabras, La idea me pareció hasta tal punto extraordinaria que decidí cometer una pequeña infracción contra los reglamentos internos de personal, Y esa carta, la tiene con usted, La tengo en casa, Ah, la tiene en casa, Si quiere un duplicado, no tengo ningún problema en dárselo, a fin de cuentas el verdadero destinatario de la carta es el actor Daniel Santa-Clara, aquí legalmente representado, No sé cómo agradecérselo, y ya ahora, permítame que le repita lo que antes he dicho, ha sido un placer conocerla y hablar con usted, Tengo días, hoy me ha encontrado de buen talante, quizá sea porque me he sentido en la piel del personaje de una novela, Qué novela, qué personaje, No tiene importancia, volvamos a la vida real, dejémonos de fantasías y ficciones, mañana hago una fotocopia de la carta y se la mando por correo a su casa, No quiero que se moleste, yo vendré por aquí, Ni por asomo, imagínese lo que se pensaría en esta empresa si alguien me viese entregándole un papel, Peligraría su reputación, preguntó Antonio Claro comenzando a dibujar una sonrisa discretamente maliciosa, Peor que eso, cortó ella, peligraría mi empleo, Perdone, debo de haberle parecido inconveniente, pero no he tenido intención de molestarla, Supongo que no, sólo ha confundido el sentido de las palabras, es algo que siempre está sucediendo, lo que nos salva son los filtros que el tiempo y la costumbre de oír van tejiendo en nosotros, Qué filtros son ésos, Son una especie de coladores de la voz, las palabras, al pasar, siempre dejan posos, para saber lo que de verdad nos han querido comunicar hay que analizar minuciosamente esos posos, Parece un proceso complicado, Al contrario, las operaciones necesarias son instantáneas, como en un ordenador, aunque nunca se atropellan unas a otras, todas llevan un orden, derechas hasta el final, es una cuestión de entrenamiento, Si es que no es don natural, como tener un oído absoluto, En este caso no es necesario tanto, basta con ser capaz de oír la palabra, la agudeza está en otro sitio, pero no piense que todo son rosas, a veces, y hablo de mí, no sé lo que les sucede a las otras personas, llego a casa como si mis filtros estuvieran obstruidos, es una pena que las duchas que tomamos por fuera no nos puedan asear por dentro, Estoy llegando a la conclusión de que no es un gorrión cantando como un canario, sino como un ruiseñor, Dios mío, la cantidad de posos que van ahí, exclamó la mujer, Me gustaría volver a verla, Supongo que sí, mi filtro me lo acaba de decir, Estoy hablando en serio, Pero no con seriedad, Ni siquiera sé su nombre, Para qué lo quiere, No se irrite, es costumbre que las personas se presenten, Cuando existe un motivo, Y en este caso no lo hay, preguntó Antonio Claro, Sinceramente, no lo veo, Imagine que necesite otra vez su ayuda, Es sencillo, le pide a mi jefe que llame a esa empleada que le ayudó la otra vez, aunque lo más probable sea que lo atienda mi colega que ahora está de vacaciones, Entonces me quedaré sin noticias suyas, Cumpliré lo prometido, recibirá la carta de la persona que quiso saber su dirección, Nada más, Nada más, respondió la mujer. Antonio Claro fue a dar las gracias a su antiguo colega, charlaron un poco, y finalmente preguntó, Cómo se llama la empleada que me ha atendido, María, por qué, Realmente, pensándolo bien, por nada, no sé ahora más de lo que ya sabía, Y qué has sabido, Nada.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «El hombre duplicado»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «El hombre duplicado» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «El hombre duplicado»

Обсуждение, отзывы о книге «El hombre duplicado» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x