• Пожаловаться

Günter Grass: El gato y el ratón

Здесь есть возможность читать онлайн «Günter Grass: El gato y el ratón» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию). В некоторых случаях присутствует краткое содержание. категория: Современная проза / на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале. Библиотека «Либ Кат» — LibCat.ru создана для любителей полистать хорошую книжку и предлагает широкий выбор жанров:

любовные романы фантастика и фэнтези приключения детективы и триллеры эротика документальные научные юмористические анекдоты о бизнесе проза детские сказки о религиии новинки православные старинные про компьютеры программирование на английском домоводство поэзия

Выбрав категорию по душе Вы сможете найти действительно стоящие книги и насладиться погружением в мир воображения, прочувствовать переживания героев или узнать для себя что-то новое, совершить внутреннее открытие. Подробная информация для ознакомления по текущему запросу представлена ниже:

Günter Grass El gato y el ratón

El gato y el ratón: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «El gato y el ratón»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

En El gato y el ratón encontramos el mismo escenario de obras anteriores, Danzig; un periodo de tiempo que ya había tocado, 1939-1945; un grupo de personajes que ya había aparecido en otros libros suyos. Sin embargo, hay un elemento que por primera vez trata en extensión: el amor. El gato y el ratón es la crónica apasionada de unas adolescencias quebradas por la guerra, que les hace salir de su mundo juvenil para enfrentarse con la catástrofe de un entorno en conflicto y en descomposición.

Günter Grass: другие книги автора


Кто написал El gato y el ratón? Узнайте фамилию, как зовут автора книги и список всех его произведений по сериям.

El gato y el ratón — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «El gato y el ratón», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Del cinturón, usado y negligentemente lustrado, sólo sobresalía hacia abajo como un palmo de tela: así de cortas eran las guerreras de los cazadores de tanques, a las que por lo demás llamaban chaquetas de mono. Si con la ayuda de aquella pistola que te colgaba muy atrás, casi sobre el trasero, el correaje trataba de desvirtuar la rigidez de tu porte haciéndolo oblicuo y osado, la gorra gris, en cambio, la llevabas estrictamente horizontal, sin esa inclinación hacia la derecha de moda entonces como ahora, y recordaba, con su surco en rectángulo, tu gusto por la simetría, como lo había hecho en tus años de escolar y buceador, cuando aspirabas a ser payaso, la raya central de tu peinado.

Por otra parte, ya desde antes y luego de que te curaran los dolores crónicos de la garganta con un pedazo de metal, no llevabas aquella cabellera de redentor. Te habían impuesto o te habías impuesto tú mismo el ridículo corte de cepillo que adornaba entonces al recluta y confiere hoy a los intelectuales con pipa su aire de ascetismo moderno.

Y sin embargo, conservabas la cara de redentor; el águila majestuosa de tu gorra inexorablemente derecha extendía sus alas sobre tu frente, como si fuera la paloma del Espíritu Santo. Tu piel delgada y sensible a la luz. Los granos en tu carnosa nariz. Bajos los párpados superiores, atravesados por venitas rojizas. Y cuando llegué sin aliento ante ti, con el gato disecado detrás, en su vitrina, apenas se te agrandaron los ojos.

Primer sondeo humorístico:

– ¡Buenos días, suboficial Mahlke!

– Éxito fallido.

– Espero aquí a Klohse. Está dando matemáticas en algunas de las clases.

– ¡Claro! ¡Lo que se va a alegrar!

– Quiero hablarle acerca de la conferencia.

– ¿Estuviste ya en el aula?

– Tengo ya preparada la conferencia en todos sus detalles.

– ¿Viste a las mujeres de la limpieza? Están enjabonando ya los bancos.

– Echaré luego una ojeada con Klohse y veremos cómo quedan las sillas en la tarima,

– ¡Lo que se va a alegrar!

– Insistiré en que la conferencia sea sólo para los alumnos del cuarto año en adelante.

– ¿Ya sabe Klohse que lo estás esperando?

– La señorita Hersching, de la secretaría, se lo ha comunicado.

– ¡Claro! ¡Lo que se va a alegrar!

– Será una conferencia muy breve, pero concentrada.

– Bueno, hombre, cuenta un poco cómo lo has conseguido, y en tan poco tiempo.

– Paciencia, querido Pilenz, en mi conferencia trataré de todos los problemas relacionados con la condecoración.

– ¡Hombre, sí que se va a alegrar Klohse!

– Le pediré que ni me introduzca ni me presente.

– ¿Y Mallenbrandt?

– Puede anunciar la conferencia el bedel, y basta.

– ¡Hombre, sí que…!

El timbre retumbó de un piso a otro y puso fin a todas las clases del instituto. Sólo en ese momento fue cuando Mahlke abrió completamente ambos ojos. Unas pocas pestañas, escasamente separadas unas de otras.

Su actitud había de dar la impresión de relajamiento, pero estaba listo para el salto. Inquieto por algo que parecía venir de atrás, me volví hacia la vitrina: no era un gato gris, sino más bien un gato negro el que se deslizaba hacia nosotros sobre sus patas blancas y nos mostraba su babero blanco. Los gatos disecados se deslizan de modo más real que los vivos. En una tarjeta de cartón se leía en bella caligrafía: Gato doméstico.

Viendo que después del timbre se había hecho el silencio y que el ratón se despertaba y el gato iba adquiriendo cada vez mayor importancia, me puse a mirar a la ventana e hice un par de chistes; dije asimismo algo acerca de su madre y de su tía, hablé, para animarlo, de su padre, de la locomotora de su padre, de la muerte de su padre en Dirschau y de la medalla del valor concedida a su padre con carácter póstumo:

– ¡Cómo se alegraría tu padre, si viviera!

Pero antes de que hubiera yo acabado de conjurar al padre y de tranquilizar al ratón respecto del gato, el director Waldemar Klohse se introdujo con voz firme y sonora entre nosotros.

Klohse no pronunció una sola palabra de felicitación, ni dijo "suboficial y portador del abretesésamo", o "señor Mahlke, me alegro mucho", sino que, como de paso y después que hubo manifestado especial interés por mi estancia en el Servicio del Trabajo y por las bellezas naturales de la Landa de Tuchel -allí se formó Löns, ¿recuerdas?-, lanzó sobre la gorra de Mahlke unas cuantas palabritas aseadas:

– Ve usted, Mahlke, después de todo lo ha logrado usted. ¿Ha ido ya a la Escuela Superior Horst Wessel? Mi estimado colega, el señor director doctor Wendt, se alegrará mucho. Supongo que no dejará usted de dar a sus antiguos condiscípulos una pequeña conferencia encaminada a fortalecer la fe en nuestras armas. ¿Quiere usted hacerme el favor de pasar un momento a mi despacho?

Y el Gran Mahlke, con los brazos en arco a manera de asas, siguió al director Klohse al despacho de la dirección, y al llegar a la puerta se quitó la gorra, dejando al descubierto su peinado descuidado: el bulto del cogote. Un alumno en uniforme camino de una solemne entrevista cuyo resultado no esperé, no obstante mi interés por saber lo que el ratón, ya muy despierto y emprendedor, le diría después a aquel gato disecado, sin duda, pero que seguía deslizándose.

¡Miserable triunfo! Una vez más sacaba yo ventaja. Bueno, espera y verás. Pero él no podrá ni querrá ni podrá ceder. Le echaré una mano. Puedo hablar con Klohse. Buscaré palabras que le vayan derecho al corazón. Lástima que se llevaran a Papá Brunies a Sutthof. Con su Eichendorff en el bolsillo, habría podido ayudarlo. Pero a Mahlke no había quien pudiera ayudarlo. Tal vez si yo hubiera hablado con Klohse. Así lo hice: por espacio de media hora me dejé echar palabras mentoladas a la cara, para acabar en una lamentable retirada: -Conforme a los criterios humanos, es probable que tenga usted razón, señor director. Pero, ¿es que teniendo en cuenta, quiero decir, en este caso particular, no se podría tal vez? Por una parte lo comprendo a usted perfectamente.

El factor incontrovertible: la disciplina del establecimiento. Lo que se ha hecho una vez no puede deshacerse, pero, por otra parte, como perdió tan tempranamente a su padre… Hablé también con el reverendo Gusewski, y con Tula Pokriefke, para que ella hablara a Störtebeker y su banda.

Fui a ver a mi antiguo jefe de grupo de la Nueva Promoción. A resultas de Creta, tenía una pierna de madera, estaba sentado detrás de un escritorio en la dirección regional de la Winterplatz, se entusiasmó con mi propuesta y se puso a echar pestes contra los maestros:

– ¡Claro que lo haremos! Que venga a verme, ese Mahlke. Lo recuerdo vagamente. ¿No fue él quien? Bueno, eso es otro cuento.

Convocaré a todos los que pueda. Inclusive la Federación de Muchachas Alemanas y la Asociación Femenina. Organizaré una sala frente a la Administración de Correos, con trescientos cincuenta asientos… Y el reverendo Gusewski quería reunir en su sacristía, ya que no disponía de otra sala pública, a las damas de la parroquia y a una docena de trabajadores católicos. -Para que la conferencia encaje en el marco eclesiástico -propuso el reverendo Gusewski-, su amigo podría tal vez empezar con algo sobre San Jorge y terminar señalando la eficacia y la fuerza de la plegaria en los momentos de grandes peligros y calamidad. -Daba por descontado un gran éxito.

Lo mismo con aquel sótano que los adolescentes de Störtebeker y de Tula Pokriefke querían poner a disposición de Mahlke.

Un tal Rennwand, al que yo conocía ya superficialmente -era monaguillo en la iglesia del Sagrado Corazón- me fue presentado por Tula, hizo una serie de alusiones misteriosas y dijo que le extenderían a Mahlke un salvoconducto, pero que tendría que depositar su pistola:

Читать дальше
Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «El gato y el ratón»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «El gato y el ratón» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё не прочитанные произведения.


Отзывы о книге «El gato y el ratón»

Обсуждение, отзывы о книге «El gato y el ratón» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.