Nadine Gordimer - La Hija De Burger

Здесь есть возможность читать онлайн «Nadine Gordimer - La Hija De Burger» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

La Hija De Burger: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «La Hija De Burger»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Rosa era una niña cuando su padre, Lionel Burger, fue condenado a cadena perpetua por promover la revolución en Sudáfrica. A partir de entonces, empezará un camino que la llevará a replantearse lo que realmente significa ser la hija de Burger.

La Hija De Burger — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «La Hija De Burger», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– ¿Dónde? -si es verdad que William había decretado que Flora debía atenerse a inofensivas actividades liberales, se sentía obligado a mostrar algún interés por ellas.

Ella dejó el cuchillo y el tenedor, lo miró con los ojos muy abiertos y sonrió a su alrededor para atraer a todos al espectáculo:

– Aquí, querido mío, aquí. En tu casa -la coquetona franqueza de casada era la de una mujer que ya no tiene que ocultar el adulterio y disfruta exhibiendo un inocente flirteo. El debía agradecer que fuera una reunión que se celebraría allí, en su casa, inofensiva, demasiado inocua, tal vez, para dar algo interesante a ojos del BOSS, en la que el hombre de la casa -mejor dicho la mujer, en esta ocasión- estaría presente como cuestión rutinaria para observar cualquier reivindicación de propósitos comunes entre blancos y negros.

Y naturalmente yo también sería atraída… por eso me había hecho aparecer en el almuerzo, aunque Flora sabe perfectamente que, en mi condición de persona «nombrada», mi posición en las reuniones es muy delicada. Alguien como yo puede asistir en tanto el propósito de la reunión no tenga ningún contenido político. Una persona «nombrada» puede participar en la discusión, sí, pero su aporte es susceptible de constar en las actas o ser informado a la prensa. Entretanto Vigilancia ha tomado nota de lo que una dijo. Y si el tema alude a derechos políticos, por ejemplo a los derechos de la mujer tal como los interpretan los nuestros (los leales y sus leales acólitos, las Floras de este mundo): la opresión de las negras en primer lugar por la raza y sólo secundariamente por la discriminación sexista… mi asistencia podía llevarme a los tribunales como contraventora; Flora dijo lo suyo, preparada para mi resistencia:

– Has venido a visitar a William y no a mí. ¿No es así? ¿Por qué no? Sencillamente apareciste para verlo mientras yo celebraba una reunión en nuestro salón.

Es cierto que sus amistades -las de nuestro estilo- son veteranas en superar las trabas menores de las restricciones que pesan sobre sus vidas. Yo tenía que saber tan bien como cualquiera cómo ponerme pesada usando los tribunales como única plataforma política a la que tendría acceso, haciendo aparecer mi nombre en los periódicos, severamente elocuente de la mordaza que había heredado siguiendo la tradición familiar, puesto que sólo mi nombre -la hija de Lionel Burger, última de ese linaje- podía anunciarse, y no mis «declaraciones». Así es como lo percibe la gente que lee el nombre. Soy una presencia. En este país, entre ellos. No hablo. Excepto contigo y según un hábito que adquirí en la oscuridad de tu casita, y que llegó tarde.

William planteó objeciones, naturalmente. Rosa no correría el riesgo de que la detuvieran sólo en virtud de una condenada reunión. Reí para que no riñeran por mí. Mrs. Eunice Harwood, la cara forzada como si fuera un retrato en lugar de un rostro, para ver cómo era una persona «nombrada». Mama Mkhonza se ofendió por mí.

– ¡Terrible! ¡Francamente! ¡Qué gente! Realmente terrible. ¿Por qué se meten con una jovencita? ¿Por qué no te dejan vivir en paz?

Como cualquiera: me había comprometido con Brandt Vermeulen. Y comprendí -con el pasaporte en el ropero-, yo sola comprendí que la reunión de Flora era lo que podía interponerse en mi camino. Bastaba con mofarme afablemente de los remilgos de William, satisfacer las expectativas de Flora y permanecer en silencio entre las mujeres que asistían a los debates; a continuación incorporarme y dar mi opinión. Confío en el BOSS; uno de los rostros, no tan fácil de discernir como el de los hombres, pero sin duda alguna presente, tomaría nota de la presencia… de mi presencia. Incógnito para todos, el pasaporte que guardaba en el ropero sería invalidado por el departamento del Interior. La policía exigiría su entrega inmediata. Podría devolverlo sin haberlo usado. Probablemente no habría ninguna acusación ni comparecencia en los tribunales; la retirada del pasaporte, sencillamente, su parte en el pacto.

– Habrá una muchedumbre mixta compuesta por mujeres. Sabe Dios quiénes. De todas clases, espero. Pero interesadas. Más o menos lo hemos restringido a representantes de diversas organizaciones, con unas pocas individualidades sobresalientes, Daphne Mkhonza, sí… no queremos tener únicamente a un grupo de bienintencionadas y beatas, tenemos que dejar caer los valores urbanos blancos y conseguir la participación de algunas duras con agallas, las más ardientes. Ojalá vinieran las reinas de tabernas ilícitas y algunas prostitutas blancas. ¿Por qué no? No me forjo la ilusión de llegar a las negras radicales de los movimientos estudiantiles, aunque tengo un par de contactos prometedores en Turfloop y el oeste del Cabo. No importa. Aunque sólo logremos animarnos un poco… salvar la brecha entre las jóvenes políticamente conscientes, esas extraordinarias chicas negras con peinado afro… ¿No te encanta su aspecto? Las de tipo provocativo… y la mujer negra común y corriente. Lograr que se consideren como alguien que puede volver a hacer algo, tú eres demasiado joven para acordarte, pero el sector femenino del CNA fue una auténtica fuerza… y al mismo tiempo atraer a las buenas almas suburbanas blancas (básicamente están interesadas) para lograr que aborden los derechos humanos como mujeres… todas juntas… creo que es posible aprovechar nuevos recursos… Eunice Harwood es espantosamente profesional, ¿no te parece? -Flora me tuvo a solas para una fugaz información mientras untábamos bollos con mantequilla.

Me mantuve apartada mientras llegaban las asistentes; William y yo nos sentamos con las tazas de café frías del almuerzo, en el pequeño patio empedrado que Flora había hecho construir a continuación del comedor, oyendo golpear portezuelas de coches y el vehemente parloteo de bienvenida, las risas veladas y el murmullo africano con registro de órgano en las amables respuestas, la entonación enumerativa mediante la cual podían reconocerse las presentaciones sin que llegaran los nombres a nuestros oídos. Ambos demasiado cómodos -demasiado marginales- para levantarnos -él para mostrar, yo para ver con mis propios ojos- hablamos señalando desde nuestros asientos cómo había decidido qué retoños debía guiar y en qué lugar de las plantas que había emparrado contra las paredes.

– ¿Qué opinas de las granadas colgantes, ese rojo contra el encalado…? Quiero hacer un intento con un granado. Ya habrás visto kilómetros y kilómetros de melocotoneros y perales emparrados en armazones a la vera de los caminos del valle del Po -el considerado William hizo variar rápidamente su falta de tacto en la referencia a la facilidad con que él podía moverse por el mundo, transformando la cuestión en una inocente broma conyugal-. ¿Comprendes que no es más artificial guiar un granado para que crezca con un diseño regular? Flora siempre me acusa, pero en caso de tener razón resulta igualmente «artificial» podar cualquier árbol -ahora los recibimientos parecían hacerse a puertas cerradas; intercambiamos una mirada y reímos disimuladamente-. ¡Una verdadera multitud! -William imagina en mí una tolerancia afectuosa como la suya con respecto a las actividades de Flora, que según se supone él mismo ha circunscrito.

Cuando dejé mi parte del «Guardian Weekly» que compartíamos y entré, me miró por encima de las páginas que tenía en la mano pero no abrió la boca. El momento en que podría haberme preguntado adonde iba fue gestado, en realidad, por mí; me vi, un instante casi vergonzoso, en la interpretación errónea de que podía ser víctima de su inquietud. Pero yo siempre me había movido libremente en su casa; muy bien podría estar subiendo para dormir la siesta en la cama de «mi» habitación o dirigirme abajo, al lavabo con el cartel de Amnesty International al otro lado de la puerta.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «La Hija De Burger»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «La Hija De Burger» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Nadine Gordimer - The Pickup
Nadine Gordimer
Nadine Gordimer - A Guest of Honour
Nadine Gordimer
Nadine Gordimer - The Late Bourgeois World
Nadine Gordimer
Nadine Gordimer - A World of Strangers
Nadine Gordimer
Nadine Gordimer - The Lying Days
Nadine Gordimer
Nadine Gordimer - No Time Like the Present
Nadine Gordimer
Nadine Gordimer - Jump and Other Stories
Nadine Gordimer
Nadine Gordimer - Burger's Daughter
Nadine Gordimer
Nadine Gordimer - The Conservationist
Nadine Gordimer
Nadine Gordimer - Un Arma En Casa
Nadine Gordimer
Отзывы о книге «La Hija De Burger»

Обсуждение, отзывы о книге «La Hija De Burger» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x