• Пожаловаться

Juliette Benzoni: (Las Joyas Del Templo 04) El Rubí­ De Juana La Loca

Здесь есть возможность читать онлайн «Juliette Benzoni: (Las Joyas Del Templo 04) El Rubí­ De Juana La Loca» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию). В некоторых случаях присутствует краткое содержание. ISBN: 9788466627252, издательство: Vergara, категория: Современная проза / на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале. Библиотека «Либ Кат» — LibCat.ru создана для любителей полистать хорошую книжку и предлагает широкий выбор жанров:

любовные романы фантастика и фэнтези приключения детективы и триллеры эротика документальные научные юмористические анекдоты о бизнесе проза детские сказки о религиии новинки православные старинные про компьютеры программирование на английском домоводство поэзия

Выбрав категорию по душе Вы сможете найти действительно стоящие книги и насладиться погружением в мир воображения, прочувствовать переживания героев или узнать для себя что-то новое, совершить внутреннее открытие. Подробная информация для ознакомления по текущему запросу представлена ниже:

Juliette Benzoni (Las Joyas Del Templo 04) El Rubí­ De Juana La Loca

(Las Joyas Del Templo 04) El Rubí­ De Juana La Loca: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «(Las Joyas Del Templo 04) El Rubí­ De Juana La Loca»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Cuarto volumen de la serie Las Joyas del Templo, precedida por La Estrella Azul, La Rosa de York y El Ópalo de Sissi. En esta serie, Aldo Morosini, príncipe veneciano y anticuario, ha recibido de un misterioso personaje apodado el Cojo de Varsovia el encargo de recuperar las cuatro piedras sustraídas del pectoral del Sumo Sacerdote del Templo de Jerusalén. En esta cuarta parte, El Rubí de Juana la Loca, la búsqueda transcurre en Madrid (Aldo se aloja en el hotel Ritz), Venecia, Praga, un castillo en Bohemia y Zúrich, en una trama histórica plagada de misterios, suspense, traiciones y romances.

Juliette Benzoni: другие книги автора


Кто написал (Las Joyas Del Templo 04) El Rubí­ De Juana La Loca? Узнайте фамилию, как зовут автора книги и список всех его произведений по сериям.

(Las Joyas Del Templo 04) El Rubí­ De Juana La Loca — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «(Las Joyas Del Templo 04) El Rubí­ De Juana La Loca», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

—Acepto encantado su ayuda, aunque irme sin permiso de la reina…

—Yo lo obtendré por usted. Ella comprenderá. Venga. Voy a ordenar que se acerque uno de nuestros coches.

Unos instantes más tarde, Morosini, satisfecho de su estrategia, circulaba hacia el Andalucía Palace al trote ligero de una calesa con cascabeles y borlas rojas y amarillas que le pareció el colmo de la comodidad; después de la carrera por las callejuelas con zapatos de charol, ya no sabía de quién eran los pies. Gracias a la querida doña Isabel, era libre de dedicarse a pensar en su siguiente encuentro con el mendigo. Un encuentro del que su instinto de cazador le decía que podría abrir un camino interesante. Y en los dos últimos años, los más apasionantes eran los que conducían a una u otra de las piedras preciosas robadas tiempo atrás del pectoral del sumo sacerdote en el Templo de Jerusalén. [1] Véanse volúmenes I, II y III. Sólo faltaba encontrar una: un gran rubí cabujón. Ese rubí era la razón por la que Aldo había querido examinar tranquilamente el retrato de Juana la Loca, pues el que la madre de Carlos V llevaba en el cuello poseía todas las características de la joya desaparecida.

Desde hacía dos años, Morosini recorría Europa en compañía de su amigo el egiptólogo Adalbert Vidal-Pellicorne. Habían logrado encontrar tres de las piedras desaparecidas: el zafiro, el diamante y el ópalo. Aldo había conocido al hombre que los había comprometido en esta búsqueda en los sótanos del gueto de Varsovia. Era un judío cojo, dotado de una vasta cultura y de una gran sabiduría, que incluso poseía el don de la clarividencia. Era, además, una de esas personas que saben atraerse el afecto de la gente. La historia que Simón Aronov le contó al príncipe anticuario era de las que no se pueden escuchar con indiferencia cuando uno es joven, valiente, un apasionado de las joyas antiguas y le gusta la aventura. Según esa historia, el pueblo de Israel, dispersado por todo el mundo, sólo recuperaría su tierra natal y sus derechos soberanos si el pectoral completo regresaba a la madre patria. Eso también acabaría con el poder maléfico de las piedras sagradas, robadas por primera vez por los soldados de Tito. ¡Y Dios sabía lo malignas que eran! Su belleza y su enorme valor despertaban la codicia tanto de hombres como de mujeres, y a lo largo de los siglos su rastro estaba manchado de sangre.

El propio Aldo había sufrido las consecuencias de ese poder: su madre, la princesa Isabelle, a quien sus antepasados habían legado el zafiro, había muerto asesinada. Al igual que había sido asesinado sir Eric Ferráis, el riquísimo comerciante de cañones, asesinato planeado por su suegro —y quizás ejecutado por su mujer—, el conde Solmanski, enemigo jurado del Cojo y empeñado, como él, en localizar las joyas perdidas. Igualmente nefasta era la Rosa de York, el diamante del Temerario, el duque de Borgoña, de destino shakespeariano: media docena de cadáveres tras el anuncio de su puesta en venta en Londres. Sin contar una víctima de Jack el Destripador y algunas más. En cuanto al ópalo, ligado a la trágica leyenda de los Habsburgo, pasando por la de la deslumbrante Sissi y su hijo Rodolfo, había dejado cuatro cadáveres en tierra austríaca sólo en el transcurso del otoño anterior. En todos los casos, los dos investigadores habían encontrado la mano criminal de Solmanski.

Morosini había pagado también su parte. Solmanski, no contento con haber convertido en una asesina a Adriana Orseolo, la prima preferida de Aldo, había conseguido, mediante un innoble chantaje, obligarlo a él, el príncipe Morosini, a casarse con su hija, la arrebatadora pero inquietante Anielka, viuda de sir Eric Ferráis, probablemente envenenado por ella pese a que el tribunal de Old Bailey no había podido demostrar su culpabilidad.

Ironía del destino: Aldo se encontraba casado con una mujer por la que estaba loco antes de descubrir que ya no la amaba. Suponiendo que la hubiera amado realmente alguna vez. Es tan fácil confundir el deseo con el amor…

Cuando llegó al Andalucía, Aldo fue a tomar una última copa al bar. Una buena manera de ahuyentar las ideas sombrías que se le ocurrían cuando pensaba en la mujer que llevaba su apellido. Con gracia, eso sí. Su belleza rubia, frágil y delicada atraía a los hombres como un tarro de miel atrae a las moscas. Algunos envidiaban a Morosini y nadie entendía que el matrimonio no se consumara, pero él jamás faltaría al juramento hecho a los manes de su madre asesinada, jamás le daría a la hija del criminal la satisfacción de continuar el linaje de una de las familias más nobles y antiguas de Venecia. Sabía que no podría mirar a sus hijos a la cara si tuvieran a Román Solmanski por abuelo.

Para esa situación, existía una solución: la anulación en los tribunales de Roma de un matrimonio contraído bajo coacción y no consumado. Aldo había tomado ya una decisión: iba a iniciar el procedimiento.

Si no lo había hecho al día siguiente de la boda, era sobre todo por compasión hacia la que había tenido que jurar ante Dios que amaría y protegería. Y ello precisamente porque la había amado hasta el punto de arriesgarlo todo para poseerla.

La situación de la joven era, en efecto, poco envidiable pese a la presencia de su fiel doncella, Wanda, que se ocupaba de ella desde la infancia. Soportada más que aceptada en un palacio que se negaba a ser su hogar, mantenida a distancia por un marido al que aseguraba amar, debía de sufrir la angustia producida por la suerte de su padre, encarcelado en Inglaterra y en espera de un juicio por asesinato que podía llevarlo a la horca. El hecho de que el conde Solmanski fuera un ser abyecto no cambiaba en absoluto la imagen que de él tenía su hija, y si bien Morosini se alegraba de ver a su enemigo vencido, no se podía pedir a Anielka que compartiera ese sentimiento. Así pues, mientras no se dictara sentencia, el esposo forzado no presentaría la solicitud de anulación. Era una simple cuestión de humanidad. Pero después, estuviera Solmanski muerto o vivo, Aldo hacía todo lo que tuviera que hacer para recuperar su libertad.

¿Qué haría con ella? Seguramente poca cosa. La única mujer por la que la habría sacrificado con entusiasmo se había alejado de él para siempre. Debía de despreciarlo, de detestarlo, y eso también era por su culpa. Había descubierto demasiado tarde lo mucho que quería a la ex Mina van Zelden, transformada en una adorable Lisa Kledermann.

Al darse cuenta de que el coñac despertaba los recuerdos en lugar de ahogarlos, Morosini salió del bar, subió a su habitación y, sin siquiera dedicar una mirada al mágico paisaje nocturno de Sevilla, se metió en la cama con la firme intención de dormir. Era la mejor manera de invertir el tiempo hasta su encuentro con el mendigo.

El hombre había acudido a la cita. Al llegar a la plazuela, Morosini lo vio en cuclillas en la entrada de la capilla con su blusón de color coral. El lugar estaba desierto, así que no mendigaba; incluso parecía dormir. Sin embargo, en cuanto apareció el que esperaba se levantó y le indicó por señas que se dirigiera hacia la casa, donde se reunió con él.

A la luz cruda de un sol ya abrasador, la suciedad y las heridas del edificio exhibían su miseria sin restarle un ápice de una especie de belleza arisca, pero Morosini sabía que en ninguna parte del mundo se llevan los andrajos con más orgullo que en España.

Sin pronunciar palabra, el mendigo sacó una llave de entre sus harapos y abrió con ella una puerta más sólida de lo que parecía.

—Como ve, a menos que uno sea un espíritu, no se entra tan fácilmente —dijo el mendigo—. Pero Catalina no necesita llaves.

—Y los que la siguen, ¿cómo se las arreglan?

Читать дальше
Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «(Las Joyas Del Templo 04) El Rubí­ De Juana La Loca»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «(Las Joyas Del Templo 04) El Rubí­ De Juana La Loca» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё не прочитанные произведения.


Juliette Benzoni: El Ópalo De Sissi
El Ópalo De Sissi
Juliette Benzoni
José Olaizola: Juana la Loca
Juana la Loca
José Olaizola
Margaret Weis: El templo de Istar
El templo de Istar
Margaret Weis
libcat.ru: книга без обложки
libcat.ru: книга без обложки
Juliette Benzoni
Juliette Benzoni: Le diamant de Bourgogne
Le diamant de Bourgogne
Juliette Benzoni
Отзывы о книге «(Las Joyas Del Templo 04) El Rubí­ De Juana La Loca»

Обсуждение, отзывы о книге «(Las Joyas Del Templo 04) El Rubí­ De Juana La Loca» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.