Después de daros nuestro pésame más sincero, permítenos que expresemos nuestra alegría por el final de la guerra. Ha sido la más cruenta de la historia. Aquí salieron todos los coches tocando los claxons e incluso hubo, en algunos barrios, concierto de cacerolas. Olga y yo, acompañados de algunos amigos del Círculo Catalán -sigo siendo el mandamos-, lo celebramos con champán Codorniu, que no sabemos cómo ha podido llegar hasta América. Y a última hora, con ayuda de una familia valenciana dedicada a fuegos artificiales, lanzamos al aire tres cohetes simbólicos.
Ahora sí que vemos cercano el día de nuestro regreso a Gerona. Ya sabréis -o quizá, no-, que en la reunión de Potsdam se acordó declarar "indeseable" el régimen español y recomendar a todos los países de la ONU que le hicieran el boicot al gobierno de Franco si intentaba presentarse como miembro de la Asamblea de las Naciones Unidas. Simultáneamente, se ha celebrado en el Salón de Cabildos de la ciudad de Méjico una reunión extraordinaria de las Cortes del Frente Popular. De los quinientos y pico de parlamentarios, sólo quedan noventa y siete supervivientes. Hay una lucha por el poder, como siempre ocurre en esos casos.
Que si Prieto, que si Negrín, que si Martínez Barrio, que si Giral. Finalmente creemos que el doctor Giral se llevará el gato al agua. Queremos decir que será nombrado presidente del consejo y del gobierno republicano español.
Todo el mundo está preparando las maletas. Los que tenemos maletas, claro, pues el exilio no ha sido dorado para todos. Ha habido familias que en estos años no han podido salir adelante ni a la de tres. Por ejemplo, el Responsable sigue en Venezuela entre rejas. Y nos ha escrito Antonio Casal diciendo que los alemanes le hicieron prisionero y que ha tenido que cavar muchas trincheras.
Olga tiene juanetes. Le duelen los pies. Ya era hora de que le doliera algo! Tan guapa y tan sana, era casi una agresión para todos cuantos la conocen.
Sin que ello signifique precipitar los acontecimientos, nos gustaría que sepáis que, una vez en Gerona, estaremos naturalmente a vuestra disposición. Contad con nosotros como si fuéramos de la familia. Confiamos en que Matías podrá continuar yendo de pesca y jugando al dominó y que Ignacio podrá perorar en la Audiencia cuanto se le antoje. De la actuación de Mateo sabemos muy poco; así que, sobre este punto, preferimos abstenernos.
Imaginamos los dimes y diretes que en estos días circularán por Gerona. Todo llegará por sus pasos contados, pero, como es lógico, más de prisa de lo que podéis sospechar los que vivís ahí dentro.
Desde Méjico un saludo como siempre. Y con un abrazo tan emocionado como el que hubiéramos querido daros en 1939, cuando nuestra provisional huida de España.
Firmado: David y Olga.
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Washington, 22 de agosto de 1945.
Querida familia:
Terminó la guerra! Aquí se ha iluminado hasta la estatua de la Libertad y la gente todavía anda como loca por las calles. Algunas familias lloran, claro, porque han tenido alguna víctima en Europa o en el Pacífico; pero, en una población como la de los Estados Unidos, constituyen casi como una gota de agua. Y un hurra! para los negros, que se han comportado como los mejores. La explosión de la bomba atómica ha conmovido los cerebros. Personalmente, estoy a favor. Amparo, no, porque dice que la catástrofe hubiera podido tener mucha mayor amplitud. Yo creo que, habiendo hecho previamente una prueba en Alamogordo, sabían bastante lo que se hacían. De modo que son de lamentar las víctimas, pero con la guerra convencional a buen seguro hubieran; sido muchas más.
Lo que da risa es cómo se disputan el poder los prohombres de la República. No se entienden. Discuten entre sí como lo hacían en otros tiempos en Madrid, cuando el presidente de las Cortes les concedía la palabra. Martínez Barrio es un gran tipo; en cambio, el doctor Giral es doctor en farmacia y más le valdría que continuara elaborando específicos o vendiéndolos al por menor.
Churchill se ha puesto a favor de Franco -es un decir-, y su hijo, Randolph, más aún. No quiere que en España haya otra guerra civil. Yo tampoco! Y Amparo, ya podéis figuraros… En todo caso, la cosa tiene que llegar a través de una pacífica transición. Pero Stalin es duro de pelar y se va a llevar la gran tajada. Va a ser el amo desde Vladivostok hasta la mitad de la ciudad de Berlín. Claro que en la lotería de muertos los soviéticos se han llevado el primer premio.
Por la prensa me entero de que De Gaulle ha conmutado a Pétain la pena de muerte por la de cadena perpetua. Me alegro por el viejo mariscal, que le dio a Hitler una puñalada por la espalda.
Don Rosendo Sarro ha venido a visitarme. Anda loco con sus negocios. Aquí ha sido recibido como un "hermano". Parece ser que a su esposa, doña Leocadia, le gustaría venirse a vivir a los Estados Unidos, pero que el problema no tiene fácil solución. La pobre, en Río de Janeiro, se aburre, pese a los carnavales y tal. Lo siento, Ignacio, por tu mujer, por Ana María, a la que imagino que de un momento a otro se paseará por la Dehesa con un carrito y un bebé.
Bien, Matías! Qué tal el reuma? Yo también voy notando mis cositas, pero voy tirando y no pierdo el humor. Sobre todo ahora que la guerra ha terminado. Pienso pedir permiso al dueño del hotel para comprarme una tortuga y tenerla en mi habitación. Echo de menos a Berta, qué le vamos a hacer.
David y Olga viven en las nubes. Hablan de hacer las maletas y de tomar un billete de avión. Son unos idealistas. Lo han sido siempre. Nunca han calibrado las complejidades de la política internacional.
Lamentamos, cómo no!, la muerte de la niña de Pilar y Mateo. Esto sí que es un golpe duro. Deseamos de corazón que la próxima vez haya mejor suerte…
Dadnos detalles de lo que pasa por ahí. La prensa americana responsable dice que la Iglesia española y el Vaticano apoyan a Franco con todo su poder, que es mucho. Algunos correligionarios minimizan este detalle; yo no. Si los Estados del mundo jugaran al ajedrez., yo creo que el Vaticano se proclamaría campeón.
Esperando vuestras noticias, os decimos good-bye. Hasta siempre.
Firmado: Julio García.
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Gerona, 28 de agosto de 1945. Queridos David y Olga:
He recibido, con sorprendente rapidez, vuestra última carta. Yo también brindé con champán, en compañía de Ana María, el día en que el Japón firmó en el Missouri la rendición incondicional. Se acabó la pesadilla. Cuántos muertos? Treinta millones, cuarenta? Cuántos mutilados, inválidos, lo cual a veces es peor? Dicen que los americanos en el Pacífico han tenido lo menos siete mil desaparecidos en el mar, y que van a construir para ellos un cementerio en Manila. Siete mil cruces, sin nombre, sin cadáver. Será el único cementerio sin gusanos.
Lamento deciros que, a mi juicio, en vuestra carta pecáis de optimistas. Lleváis tanto tiempo fuera de aquí! Aquí hay una enorme, incalculable, masa neutra, que no quiere ni oír hablar de jugar de nuevo a soldaditos. Mateo cree que hay un 90 % de la población a favor de Franco; yo rebajaría un poco el listón y lo situaría en un 70 %, con un diez más de indiferencia total. Todo el mundo a su quehacer, a los toros y al fútbol, algunos con doble empleo, aunque ello sólo les sirva para comprar garbanzos y boniatos.
El gobierno republicano de que me habláis, proclamado en Méjico, aquí es llamado "gobierno fantasma". No creo que responda a ninguna realidad actual. Y encima, se pelean! La gente ha olvidado incluso los nombres que me citáis… Lamento desanimaros, pero qué podéis hacer? Franco no cederá. Es una roca… Y una invasión es totalmente inimaginable, teniendo en cuenta la postura imperialista que ha adoptado Stalin. En Gibralíar ha habido una manifestación de aquellos que Amanecer -por cierto, que aparte os envío varios números- llama "rojos". Qué ocurrió? Al cabo de una hora quedaron agotados y se volvieron a sus casas. Lo que sí ha empezado otra vez, masivamente, son las peregrinaciones a Lourdes, a dar las gracias a la Virgen por la terminación de la guerra. Curiosa guerra, a fe! El último acto, la declaración del emperador, Hiro Hito, confesando a su pueblo que él no era dios, ni tampoco descendiente de dioses… Claro que los japoneses continuarán adorándole como si tal cosa. Lo llevan en el corazón.
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