Jenny Downham - Antes de morirme

Здесь есть возможность читать онлайн «Jenny Downham - Antes de morirme» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Antes de morirme: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Antes de morirme»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

A sus 16 años, Tessa sabe que le queda poco de vida, por eso elabora una lista con diez cosas que hacer antes de morir, como probar el sexo, las drogas, conducir un coche… y la más desgarradora de todas, enamorarse…
Un día como cualquier otro te enteras de que te quedan unos pocos meses de vida. Un golpe difícil de asimilar, sin duda, pues ¿cómo afrontas semejante realidad? ¿Qué mecanismos psicológicos se desatan ante la certeza de lo inevitable?
La historia de Tessa ofrece una mirada mucho más amplia que el dudoso espectáculo de compartir un trance doloroso. Una nueva percepción del tiempo, la redefinición de las relaciones con los padres y amigos, las primeras aventuras amorosas; en suma, un proceso de madurez acelerado que, narrado con inolvidables momentos de ironía y humor, destila una vitalidad sorprendente al tiempo que invita a la reflexión sobre el verdadero valor de las cosas.

Antes de morirme — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Antes de morirme», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– Va y viene. Algunos creen que cuando estás enfermo te vuelves valiente, no tienes miedo, pero no es verdad. La mayor parte del tiempo siento como si me acechara un psicópata, como si pudieran dispararme en cualquier momento. Pero a veces lo olvido durante horas.

– ¿Qué te hace olvidarlo?

– La gente. Hacer cosas. Cuando estuve contigo en el bosque, me olvidé durante toda la tarde. Asiente muy despacio.

Luego hay un silencio. Es pequeño pero tiene forma, como un cojín alrededor de una caja.

– Me gustas, Tessa.

Trago saliva y me duele la garganta.

– ¿En serio?

– El día que viniste a echar tus cosas al fuego, dijiste que querías deshacerte de todo. Me contaste que me mirabas desde tu ventana. La mayoría de la gente no habla así.

– ¿Te asusté?

– Al contrario. -Se mira los zapatos como si pudieran darle una indicación-. Pero no puedo darte lo que quieres.

– ¿Qué quiero?

– Yo sólo voy tirando. Si ocurriera algo entre nosotros, en fin, no nos llevaría a ninguna parte. – Cambia de posición en el banco-. No saldría bien.

Me siento extrañamente intocable cuando me pongo en pie. Siento cómo cierro una especie de ventana interna, la que controla la temperatura y los sentimientos. Me siento seca y fría, como una hoja de árbol en invierno.

– Nos vemos.

– ¿Te vas?

– Sí, tengo cosas que hacer en el centro. Perdona, no me había dado cuenta de la hora.

– ¿Tienes que irte ahora mismo?

– He quedado con unos amigos. Me estarán esperando.

Adam busca a tientas los cascos.

– Bueno, deja que te lleve.

– No, no, no hace falta. Llamaré a alguno para que venga a buscarme. Todos tienen coche.

Él me mira asombrado. ¡Ja! ¡Bien! Eso le enseñará a comportarse. Ni siquiera me molesto en despedirme.

– ¡Espera! -exclama.

Pero no pienso esperar. Y tampoco me giraré para mirarlo.

– ¡El camino podría estar resbaladizo! -me advierte-. Está empezando a llover.

Ya decía yo que iba a llover. Lo sabía.

– ¡Tessa, deja que te lleve!

Si cree que voy a montar en la moto con él, ya puede esperar sentado.

He cometido el fatídico error de creer que él podría salvarme.

Capítulo 17

Me pongo agresiva: le clavo el codo a una mujer en la espalda al subir al autobús. Ella se da la vuelta sorprendida, con los ojos desorbitados.

– ¡Eh! -gruñe-. ¡Mira por dónde vas!

– ¡Ha sido él! -replico, señalando al hombre que sube detrás de mí, demasiado ocupado con el berreante niño que lleva en brazos y hablando por el móvil para enterarse de que acabo de calumniarlo.

La mujer me esquiva.

– ¡Imbécil! -le espeto al hombre.

Eso sí lo oye.

En medio de la confusión, me cuelo sin pagar el billete y busco u asiento al fondo. Tres delitos en menos de un minuto. No está mal.

He rebuscado en los bolsillos de la chaqueta motera de Adam cuando bajaba la colina, pero sólo había un encendedor y un viejo pitillo liado, así que tampoco podría haber pagado el billete. Decido cometer mi cuarto delito y enciendo el pitillo. Un viejales se gira y me apunta con el dedo.

– ¡Apaga eso, niña!

– Váyase a la mierda -le suelto, lo que un tribunal tal vez podría tipificar como comportamiento lesivo.

Se me da bien esto. Ahora toca subir el listón: tal vez un pequeño asesinato.

Un hombre que va sentado dos filas delante está alimentando al niño que lleva en el regazo con un pringoso bollo industrial. Me otorgo tres puntos por los colorantes químicos que envenenan las venas del niño.

En el lado opuesto, una mujer se ata un pañuelo a la garganta. Un punto por el bulto de su cuello, en carne viva y rojo como una pata de cangrejo.

Un punto más por la explosión que arrasa el autobús cuando frena abruptamente en el semáforo. Dos por los grandes pegotes de plástico derretido que revientan en los asientos. Una orientadora que me visitó en el hospital me dijo que no se trata de una perversión exclusivamente mía. Ella pensaba que había muchas personas enfermas que en secreto deseaban toda clase de males a las personas sanas.

Le conté que mi padre dice que el cáncer es una traición, puesto que el cuerpo hace algo sin que el cerebro lo sepa y lo consienta. Le pregunté si creía que el juego de las calamidades podía ser una manera e vengarme mentalmente.

"Posiblemente. ¿Juegas mucho?", me contestó ella.

El autobús pasa por delante del cementerio, las verjas de hierro se abren. Tres puntos por los muertos que lentamente arrancan la tapa de sus ataúdes. Quieren hacer daño a los vivos, no pueden evitarlo. Sus gargantas se han convertido en gelatina y sus dedos viscosos brillan al débil sol otoñal.

Tal vez ya baste. Ahora hay demasiada gente en el autobús. Parpadean y se mueven por el pasillo. "Estoy en autobús", responden al alegre timbre de sus móviles. Me deprimiré si los mato a todos.

Hago un esfuerzo y me pongo a mirar por la ventanilla. Ya estamos en la avenida Willis. Aquí estaba mi colegio. ¡Y ahí la pequeña tienda! Me había olvidado de que existía, aunque fue el primer sitio de la ciudad en vender los refrescos Slush Puppies. Zoey y yo nos comprábamos uno cada día cuando volvíamos a casa después de clase. También venden otras cosas: dátiles e higos frescos, halva, pan de sésamo y lokum. No puedo creer que esa tienda se me hubiese borrado de la memoria.

Giramos a la izquierda en el videoclub, y en la puerta del Barbecue Café hay un hombre con un delantal blanco afilando un cuchillo. En el escaparate, a su espalda, un costillar de cordero gira lentamente sobre sí mismo. Hace dos años, con el dinero que me daban para la comida podía comprar un kebab y patatas fritas, o en el caso de Zoey, un kebab y patatas fritas más un cigarrillo de los que vendían sueltos.

La echo de menos. Me bajo del autobús en la plaza del mercado y la telefoneo. Suena como si estuviera bajo el agua.

– ¿Estás en una piscina?

– Estoy en el baño.

– ¿Sola?

– ¡Pues claro!

– En el mensaje me decías que estabas en la universidad. Sabía que era mentira.

– ¿Qué quieres, Tessa?

– Infringir la ley.

– ¿Qué?

– Figure en el número cuarto de mi lista.

– ¿Y cómo piensas hacerlo?

Antes se le habría ocurrido una idea. Pero ahora, por culpa de Scott, ha perdido carácter. Es como si los perfiles de ambos se hubieran juntado hasta desdibujarse.

– Había pensado en matar al primer ministro. Me gustaría iniciar una revolución.

– Muy graciosa.

– O a la reina. Podríamos ir en autobús hasta el palacio de Buckingham.

Zoey suspira. Ni siquiera se molesta en disimular.

– Tengo cosas que hacer. No puedo estar contigo todos los días.

– ¡ Hace diez días que no te veo el pelo!

Silencio. Me entran ganas de mortificarla.

– Me prometiste que lo haríamos todo juntas, Zoey. Sólo he hecho tres cosas de la lista. A este paso no conseguiré acabarla a tiempo y tú tendrás la culpa.

– ¡Oh, por el amor de Dios!

– Estoy en el mercado. Ven, será divertido.

– ¿En el mercado? ¿Está Scott por ahí?

– No lo sé; acabo de bajar del autobús.

– Estaré ahí en veinte minutos.

Hay sol en mi taza de té y es muy agradable estar sentada en la terraza de esta cafetería, viéndolo brillar.

– Creo que eres una vampira -dice Zoey-. Me has chupado toda la energía. -Y empuja su plato a un lado para apoyar la cabeza en la mesa.

Me gusta esto: el toldo a rayas sobre la cabeza, la vista de la fuente a otro lado de la plaza. Me gusta el olor de la lluvia en el aire y la hilera de pájaros posados en el muro de más allá, junto a los cubos de la basura.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Antes de morirme»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Antes de morirme» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Antes de morirme»

Обсуждение, отзывы о книге «Antes de morirme» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x