Jeanne Kalogridis - La Cautiva De Los Borgia

Здесь есть возможность читать онлайн «Jeanne Kalogridis - La Cautiva De Los Borgia» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Историческая проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

La Cautiva De Los Borgia: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «La Cautiva De Los Borgia»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

La inocencia de la joven Sancha de Aragón, así como el honor de su linaje, se ponen a prueba cuando su matrimonio con Jofre Borgia, el hijo menor del papa Alejandro VI, la arrastra al círculo íntimo de la familia más poderosa de Europa, la más intrigante y la que mayores suspicacias despierta. Un irresistible relato de conspiraciones, intrigas, pasión, deslealtades y codicia desde el punto de vista de una noble española obligada a vivir en un mundo brillante y muy peligroso.

La Cautiva De Los Borgia — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «La Cautiva De Los Borgia», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Federico asintió.

– No endulzaré la verdad. Nápoles está amenazada como nunca hasta ahora. Los barones se han declarado en rebeldía, y admito que con buenas razones. Desoyendo todos los consejos, el rey los exprimió sin conciencia, se apropió de tierras para su propio uso y después torturó y ejecutó públicamente a aquellos que se atrevieron a protestar. Ahora que saben que los franceses están en camino, los barones se han envalentonado. Lucharán junto a Carlos para derrotarnos.

– Pero Ferrandino viene hacia aquí con nuestro ejército -señalé.

El príncipe Federico me miró con una expresión de cansancio.

– Sí, Ferrandino viene… con los franceses pegados a sus talones. Carlos tiene cuatro veces más hombres que nosotros; sin el ejército papal, estamos condenados. -Esto lo dijo sin disculparse, a pesar de que Jofre se movió inquieto al escuchar sus palabras-. Esta es una de las razones por las que te mandé llamar, Jofre. Necesitamos tu ayuda más que nunca; debes hacer buenos tus vínculos con nuestro reino y convencer a Su Santidad de que envíe ayuda militar lo más rápido posible. Comprendo que está comprometida la seguridad de tu hermano César, pero quizá se pueda encontrar una solución. -Hizo una pausa-. Hemos pedido ayuda a España, pero no hay modo de que dicha ayuda, incluso si nos la conceden, pueda llegar a tiempo. -Soltó un sonoro suspiro-. Y ahora estamos sin rey.

– Tienes un rey -replicó mi hermano en el acto-. Alfonso II ha abdicado en favor de su hijo, Ferrandino. Eso es lo que hay que decir a los barones y al pueblo.

Federico lo miró con admiración.

– Astuto. Muy astuto. No tienen ningún motivo para odiar a Ferrandino. Lo aprecian muchísimo más de lo que jamás apreciaron a tu padre. -Comenzó a asentir con las primeras señales de entusiasmo-. Al demonio con Alfonso. Tienes razón, debemos considerar su marcha como una abdicación. Por supuesto, será difícil. Los barones no confían en nosotros… quizá aún quieran luchar si creen que es una maniobra política por nuestra parte. Pero con Ferrandino, tenemos más oportunidades de ganarnos el apoyo popular.

Mi tío Francisco por fin intervino en la conversación.

– Ferrandino y los mercenarios. No tenemos más alternativa que la de contratar ayuda, y pronto, antes de que lleguen los franceses. Está muy bien que el príncipe Jofre intente convencer a Alejandro para que envíe a sus tropas, pero no tenemos tiempo para tanta diplomacia. Además, están demasiado al norte para llegar a tiempo.

Federico frunció el entrecejo.

– Nuestras finanzas están al límite. Apenas podemos mantener a nuestro propio ejército, después de los gastos de Alfonso para reconstruir los palacios y encargar toda clase de obras de arte innecesarias…

– No tenemos opción -señaló Francisco-. Es eso, o perder la guerra contra los franceses. Siempre podremos pedir dinero prestado a España después de la guerra.

Federico continuaba con el entrecejo fruncido; abrió la boca para replicar, pero la cerró de nuevo al escuchar una llamada urgente.

– Adelante -ordenó.

Reconocí al hombre de cabellos blancos y nariz ganchuda que apareció en el umbral; era el senescal, el hombre a cargo de la casa real, incluidas las joyas reales y las finanzas. Su expresión era de absoluto desconsuelo. Federico, al verlo, se olvidó de todo el protocolo real y se le acercó de inmediato; inclinó la cabeza para que el viejo pudiese susurrarle al oído.

Mientras Federico escuchaba, sus ojos se agrandaron; luego, pareció marearse. En cuanto acabaron, el senescal se apartó y la puerta se cerró de nuevo. Mi tío dio unos pasos vacilantes y se dejó caer vencido en la silla; agachó la cabeza y se llevó una mano al corazón. Soltó un gemido ahogado.

Creí, durante un aterrador instante, que iba a morir.

El tío Francisco se levantó de inmediato y acudió a su lado. Se arrodilló y apoyó una mano en el brazo del hombre sufriente.

– ¡Federico! Federico, ¿qué pasa?

– El se los ha llevado -jadeó Federico-. Los tesoros de la Corona. Él se lo ha llevado todo… -El tesoro de la Corona constituía la mayor riqueza de Nápoles.

Pasó un momento antes de que comprendiese que con la palabra «él» se refería a mi padre.

Siempre había imaginado que el regreso a casa para visitar a mi hermano sería uno de los momentos más felices de mi vida, pero durante los días siguientes en el Castel Nuovo todos estábamos hundidos en una profunda tristeza. Mi marido y yo pasábamos mucho tiempo en compañía de Alfonso, pero no éramos felices; el daño que nuestro padre había causado al reino nos había dejado atónitos y sombríos. No podíamos hacer otra cosa que esperar y desear que Ferrandino y sus tropas llegasen a Nápoles antes que los franceses.

Incluso más doloroso fue descubrir que mi madre también había desaparecido. Era un hecho duro de aceptar: «Tienes el corazón leal de tu madre», había dicho el tío Federico, pero yo no podía aceptar que la lealtad de Trusia a su amante superase a la lealtad hacia Nápoles y sus propios hijos. La idea era tan espantosa que mi hermano y yo no soportábamos comentarla; así que la traición de mi madre pasó sin mencionar.

La mañana siguiente a nuestra llegada al castillo, doña Esmeralda hizo pasar a Alfonso a mis aposentos. Esbocé una sonrisa en señal de saludo, pero mi hermano no me correspondió. Sostenía una caja de madera un poco más larga que mi mano y la mitad de ancha; me la ofreció como si fuese un regalo.

– Para tu protección -dijo con gravedad-. No podemos predecir qué pasará, y no descansaré hasta saber que eres capaz de defenderte a ti misma.

Me eché a reír, en parte por el deseo de descartar ese temor.

– No te rías -dijo Alfonso-. No es una broma; los franceses se están acercando a Nápoles. Ábrela.

A regañadientes, obedecí. En el interior de la caja, colocada sobre un terciopelo negro, había una larga daga con una delgada empuñadura de plata.

– Un estilete -explicó mi hermano, mientras yo la sacaba de la vaina. La empuñadura era bastante corta; la mayor parte del arma estaba formada por la hoja triangular, de un fino acero pulido que terminaba en una punta muy afilada. Ni siquiera me atreví a tocarla con el dedo para probar su agudeza; sabía que de inmediato me haría sangrar-. La escogí para ti porque puedes ocultarla fácilmente en tus vestidos -añadió Alfonso-. Tenemos modistas que pueden ocuparse del trabajo en el acto. He venido ahora porque no tenemos tiempo que perder. Te enseñaré a manejarla.

Solté un chasquido de escepticismo.

– Aprecio tu previsión, hermano, pero no creo que un estilete pueda batirse contra una espada.

– No -señaló Alejandro-, y ahí está la gracia. Cualquier soldado creerá que estás desarmada, y por lo tanto se acercará a ti sin temor. Cuando tu enemigo se acerque, tú lo sorprenderás. Mira. -Cogió el arma de mi mano, y me enseñó a sujetarla correctamente-. Con un estilete, el mejor modo de causar el mayor daño es golpeando desde abajo hacia arriba. -Me lo demostró con un movimiento que rajó a un imaginario oponente desde el vientre a la garganta, y después me entregó el pequeño puñal-. Ten. Inténtalo.

Copié sus movimientos con extraordinaria perfección.

– Bien, bien -murmuró con aprobación-. Eres una luchadora nata.

– Soy hija de la casa de Aragón.

Una débil sonrisa asomó en su rostro, tal como era mi intención.

Observé el acero en mi mano.

– Esto puede ser útil contra un angevino -afirmé-, pero en absoluto será letal contra un francés acorazado.

– Ah, Sancha, ahí reside su poder. Es lo bastante delgada para atravesar la cota de malla, para deslizarse entre los espacios de una armadura; y lo bastante aguda y fuerte, si se la empuña con la suficiente determinación, para atravesar el metal liviano. Lo sé porque era mía. -Hizo una pausa-. Solo ruego que nunca tengas que usarla.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «La Cautiva De Los Borgia»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «La Cautiva De Los Borgia» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Jeanne Stein - Cloud City
Jeanne Stein
Jeanne Stein - The Becoming
Jeanne Stein
Jeanne Kalogridis - The Borgia Bride
Jeanne Kalogridis
Jeanne Kalogridis - El secreto de Mona Lisa
Jeanne Kalogridis
Jeanne Kalogridis - Il Signore dei Vampiri
Jeanne Kalogridis
Jeanne Kalogridis - Il patto con il Vampiro
Jeanne Kalogridis
Jeanne Kalogridis - Painting Mona Lisa
Jeanne Kalogridis
Jeanne Kalogridis - The Scarlet Contessa
Jeanne Kalogridis
Jeanne Kalogridis - The Devil’s Queen
Jeanne Kalogridis
Отзывы о книге «La Cautiva De Los Borgia»

Обсуждение, отзывы о книге «La Cautiva De Los Borgia» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x