Morgan Rice - Una Corona para Los Asesinos

Здесь есть возможность читать онлайн «Morgan Rice - Una Corona para Los Asesinos» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Una Corona para Los Asesinos: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Una Corona para Los Asesinos»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

La imaginación de Morgan Rice no tiene límites. En otra serie que promete ser tan entretenida como las anteriores, UN TRONO PARA LAS HERMANAS nos presenta la historia de dos hermanas (Sofía y Catalina), huérfanas, que luchan por sobrevivir en el cruel y desafiante mundo de un orfanato. Un éxito inmediato. ¡Casi no puedo esperar a hacerme con el segundo y tercer libros!--Books and Movie Reviews (Roberto Mattos)¡La nueva serie de fantasía épica #1 en ventas de Morgan Rice!En UNA CORONA PARA LOS ASESINOS (Un Trono para Las Hermanas—Libro Siete), Sofía, Catalina y Lucas por fin tienen la oportunidad de viajar en busca de sus padres, que hace tiempo perdieron. ¿Los encontrarán?¿Están vivos?Pero el viaje exige un precio. Ashton se queda sin gobernante y el Maestro de los Cuervos todavía está a la espera, preparado para atacar. Cuando el destino del reino está en la cuerda floja, la ayuda puede venir del lugar más improbable de todos: el Hogar de Piedra.UNA CORONA PARA LOS ASESINOS (Un Trono para Las Hermanas—Libro Siete) es es el libro #7 de una nueva y sorprendente serie de fantasía llena de amor, desamor, tragedia, acción, aventura, magia, espadas, brujería, dragones, destino y un emocionante suspense. Un libro que no podrás dejar, lleno de personajes que te enamorarán y un mundo que nunca olvidarás.Pronto saldrá el libro #8 de la serie. poderoso principio para una serie mostrará una combinación de enérgicos protagonistas y desafiantes circunstancias para implicar plenamente no solo a los jóvenes adultos, sino también a admiradores de la fantasía para adultos que buscan historias épicas avivadas por poderosas amistades y rivales.--Midwest Book Review (Diane Donovan)

Una Corona para Los Asesinos — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Una Corona para Los Asesinos», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

—Violeta —dijo Catalina con una sonrisa, mientras le daba un dedo al diminuto bebé para que lo cogiera—. Ya es fuerte, como su madre.

—Tal vez como su tía —respondió Sofía. Su sonrisa se apagó un poco—. No le digáis nada de esto a Sebastián, por favor, ninguno de los dos. No debe llevar la carga de este conocimiento. De en lo que puede convertirse ella.

—Yo no se lo contaré a nadie si tú no quieres que lo haga —le aseguró Lucas.

—Yo tampoco —dijo Catalina—. Si alguien puede educarla para que sea buena persona, esa eres tú, Sofía. Y nosotros estaremos aquí para ayudar.

—Así es —dijo Lucas. Sonrió para sí mismo—. Tal vez yo tenga la oportunidad de hacer el papel del Oficial Ko y transmitirle algunas de las cosas que él me enseñó.

Parecían tan seguros de que las cosas irían bien, que Sofía quería creerlo. Aun así, una parte de ella no podía olvidar las cosas que había visto. Su hija le sonreía con completa inocencia. Sofía debía de asegurarse de que continuaría así.

CAPÍTULO OCHO

Enrique d’Angelica, hijo mayor de Sir Hubert y Neeme d’Angelica, tenía el que suponía que era el trabajo más duro del reino ahora mismo: intentar ablandar a sus padres en relación a todo lo que había sucedido en el reino en las últimas semanas.

—Ianthe está desconsolada, por supuesto —dijo su madre, entre lágrimas, como si fuera una noticia que su tía estuviera triste por la muerte de su hija.

A su padre se le daba mejor enfurecerse que estar triste y dio un puñetazo a la madera de la chimenea con su mano arrugada.

—Qué cosas le hicieron esos bárbaros… ¿sabíais que pusieron la cabeza de la chica en un pincho?

Enrique había escuchado el rumor, junto con cientos de otros, en su mayor parte repetidos por sus padres. Poco más había consumido la casa desde la invasión. Habían acusado de traición a Angelica equivocadamente. Una multitud la había destrozado, o colgado, o decapitado. Los invasores habían corrido por las calles, masacrando a todo aquel que vistiera los colores reales. Se habían puesto del lado del hijo que había asesinado a la vieja reina…

—Enrique, nos estás escuchando, ¿verdad? —preguntó su padre.

En teoría, Enrique no debería de haberse encogido de miedo. Tenía diecinueve años, era un hombre hecho y derecho. Era alto y fuerte, era bueno con la espada y aún mejor disparando. Aun así, había algo en la voz de su padre que lo convertía de nuevo en un niño pequeño.

—Lo siento, Padre, ¿qué decía? —preguntó Enrique.

—Dije que debemos de hacer algo —repitió su padre, con evidente mala gana.

—Como usted diga, Padre —dijo Enrique.

Su padre le lanzó una mirada furiosa.

—Sinceramente, he hecho de ti un hombre con una coraza insulsa. No como tu prima.

—Ya está, mi amor… —empezó su madre, pero con el poco entusiasmo que normalmente lo hacía.

—Está bien, es cierto —dijo bruscamente su padre, paseando ante la chimenea como un guardia ante la puerta del castillo. No porque un hombre tan importante como Sir Hubert hubiera entendido la comparación—. El chico no puede ceñirse a nada. ¿Por cuántos tutores ha pasado de niño? Después vino el cargo con aquella compañía militar que de la que tuve que comprar su parte y el asunto de que se uniera a la Iglesia de la Diosa Enmascarada…

Enrique no se molestó en señalar que todo eso se había debido a sus padres. Había habido tantos tutores porque su padre tenía la costumbre de despedirlos cada vez que le enseñaban algo con lo que él no estaba de acuerdo, así que Enrique se había educado a sí mismo principalmente en la biblioteca de su casa. Por otro lado, su padre había sido el que decidió que un cargo en una compañía libre no era un lugar para su hijo, mientras que el asunto con la iglesia incluso había sido idea del anciano, hasta que entendió que eso significaría que Enrique nunca podría dar a la familia el heredero que esta necesitaba.

—Estás soñando despierto otra vez —dijo su padre bruscamente—. Tu prima no lo haría. Ella hizo algo con su vida. ¡Ella se casó con un rey!

—Y casi se casa dos veces con un príncipe —dijo Enrique, sin poder reprimirse.

Vio que su padre se ponía blanco por el enojo. Enrique conocía esa expresión y sabía lo que auguraba. Había visto esa expresión muchas veces mientras se iba haciendo mayor y tuvo que quedarse sin hacer nada, sin encogerse ante las bofetadas o los golpes que venían a continuación. Se armó de valor para hacer lo mismo hoy.

En lugar de eso, cuando su padre intentó golpearle, Enrique movió la mano casi de forma automática para cogerle el brazo y apretó tan fuerte que le hizo un moratón al inmovilizarle la muñeca a su padre, mirándole fijamente. Dio un paso atrás y dejó caer el brazo de su padre.

Sir Hubert se frotó la muñeca.

—¡Quiero que te vayas de mi casa! ¡Aquí ya no eres bienvenido!

—Creo que tiene razón —dijo Enrique—. Debo irme. Si me disculpa…

Se sentía extrañamente tranquilo cuando dejó la habitación y se dirigió hacia su habitación, la que había tenido desde niño. Allí, empezó a recoger cosas, pensando en lo que necesitaría y en qué haría a continuación.

Enrique conoció muy poco a su prima en vida. Había quien decía que con su pelo dorado, sus profundos ojos azules y sus hermosos rasgos realmente se parecía un poco a ella, pero Enrique nunca lo había podido ver. Tal vez solo fuese que Angelica siempre había sido el ejemplo que él había estado esperando. Ella era más inteligente, o sabía entenderse mejor con la gente, o tenía más éxito en la corte.

Enrique no estaba seguro de que ninguna de esas cosas fuera cierta. Normalmente, antes de que su padre se deshiciera de ellos, a los tutores de Enrique les había sorprendido lo rápido que aprendía, además de que siempre había tenido facilidad para hacer que la gente hiciera lo que él necesitaba. Su falta de éxito en la corte había sido causada principalmente por su falta de interés.

—Esto tendrá que cambiar —se dijo Enrique a sí mismo.

Había escuchado rumores sobre su prima, pero también había sido lo suficientemente inteligente como para buscar información por su cuenta, pagando a hombres por lo que sabían y bebiendo con los viajeros en la taberna de la ciudad. Por lo que había entendido, Sebastián, el hijo del que se decía que había matado a su madre, había dejado de lado a su prima no una vez, sino dos. Entonces Angelica se había apoyado en Ruperto, seguramente para asegurarse de que llegaba al trono, para descubrir que la invasión de Sofía Danse convertía en objetivo a cualquiera que estuviera conectado con la familia gobernante.

—Y eso fue lo que la mató —murmuró Enrique mientras cogía ropa y dinero, pistolas y su vieja espada ropera de duelo.

Él no tenía ninguna duda de que Angelica se había metido en un montón de prácticas perversas para llegar donde acabó. Una parte de Enrique deseaba no entender cómo funcionaban estas cosas, pero no era así, e incluso alguien como ella no creció para ser reina por accidente. De niña, siempre había sido rápida haciendo trampa o mintiendo en los juegos, siempre que parecía que le podía aportar algún beneficio.

Pero las cosas de las que se le acusaba… parecían más la revisión de la historia por parte de alguien para parecer ellos inocentes. Eran una excusa para matarla, despejar el camino hacia el poder.

Si fuera como su padre, Enrique enfurecería por la rabia e impotencia ante ello. Si fuera como su madre, rompería a llorar ante ese horror a la vez que difundía el chisme. Pero no era como ninguno de los dos. Era un hombre que hacía lo que era necesario y eso era lo que tenía que hacer.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Una Corona para Los Asesinos»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Una Corona para Los Asesinos» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Una Corona para Los Asesinos»

Обсуждение, отзывы о книге «Una Corona para Los Asesinos» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x