Portadilla
Créditos Título original: Tesla Man Out of Time © Margaret Cheney, 1981. All rights reserved Edición original: Touchstone, 2001. De esta edición: © Turner Publicaciones S.L., 2009 Rafael Calvo, 42 28010 Madrid www.turnerlibros.com Primera edición: diciembre de 2009 De la traducción: © Gregorio Cantera, 2009 Diseño de la colección: Enric Satué Ilustración de cubierta: The Studio of Fernando Gutiérrez La editorial agradece todos los comentarios y observaciones: turner@turnerlibros.com ISBN EPUB: 978-84-15427-28-5 Reservados todos los derechos en lengua castellana. No está permitida la reproducción total ni parcial de esta obra, ni su tratamiento o transmisión por ningún medio o método sin la autorización por escrito de la editorial.
Dedicatoria Para Barbara Nelson y Allen Davidson
Aeronave Tesla patentó en la década de 1920 este aeroplano, cuyo funcionamiento se asemeja mucho a la aeronave de despegue y aterrizaje en vertical (V/STOL: Vertical/Short Take Off), que en la década de 1980 la Armada estadounidense consideraba “la aeronave subsónica de la próxima década”. Esta última es un jet con sofisticado equipamiento electrónico, pero el concepto básico es igual al del avión de Tesla, que nunca llegó a construirse.
Prólogo
Introducción
I Un moderno Prometeo
II El jugador
III Inmigrantes de postín
IV En la corte del señor Edison
V Empieza la guerra de las corrientes
VI La Orden de la Espada Flamígera
VII Radio
VIII Alta sociedad
IX Horas altas, horas bajas
X Un error de cálculo
XI Rumbo a Marte
XII Autómatas
XIII El hacedor de rayos
XIV Apagón en Colorado Springs
XV Ensalzado y humillado
XVI Ridiculizado, condenado, vilipendiado
XVII La gran polémica de la radio
XVIII Dificultades y madurez
XIX El asunto del Nobel
XX El horno volador
XXI Radar
XXII El invitado de honor
XXIII Palomas
XXIV Tránsitos
XXV Fiestas de cumpleaños
XXVI Corchos a la deriva
XXVII Comunión cósmica
XXVIII Muerte y transfiguración
XXIX Los papeles perdidos
Referencias
Nota final
Agradecimientos
Fotografías
Título original:
Tesla
Man Out of Time
© Margaret Cheney, 1981. All rights reserved
Edición original: Touchstone, 2001.
De esta edición:
© Turner Publicaciones S.L., 2009
Rafael Calvo, 42
28010 Madrid
www.turnerlibros.com
Primera edición: diciembre de 2009
De la traducción:
© Gregorio Cantera, 2009
Diseño de la colección:
Enric Satué
Ilustración de cubierta:
The Studio of Fernando Gutiérrez
La editorial agradece todos los comentarios y observaciones:
turner@turnerlibros.com
ISBN EPUB: 978-84-15427-28-5
Reservados todos los derechos en lengua castellana. No está permitida la reproducción total ni parcial de esta obra, ni su tratamiento o transmisión por ningún medio o método sin la autorización por escrito de la editorial.
Para Barbara Nelson y Allen Davidson
Tesla patentó en la década de 1920 este aeroplano, cuyo funcionamiento se asemeja mucho a la aeronave de despegue y aterrizaje en vertical (V/STOL: Vertical/Short Take Off), que en la década de 1980 la Armada estadounidense consideraba “la aeronave subsónica de la próxima década”. Esta última es un jet con sofisticado equipamiento electrónico, pero el concepto básico es igual al del avión de Tesla, que nunca llegó a construirse.
PRÓLOGO
EL PADRE OLVIDADO DE LA TECNOLOGÍA MODERNA
La figura de Nikola Tesla fue tan intrincada y compleja como sus inventos. Muchos de sus estudios y planteamientos no pueden entenderse sin conocer su historia, su personalidad y trastornos, sus viajes, su época y a sus coetáneos. Eso es lo que aquí se recoge. No se trata de un recorrido por su prolífico trabajo, sino de un profundo viaje a su extraordinaria mente. Casi cualquier texto documentado que se ha escrito sobre Tesla destaca el olvido tan injusto que sufrió en vida y la falta de reconocimiento que recibe aún hoy por la mayoría de su inventos, incluso de los cientos que le son reconocidos en sus patentes. Este olvido es todavía mayor si lo decimos en español. Apenas hay literatura en este idioma que dé a conocer al investigador que más ha influido en el desarrollo de la tecnología moderna.
Por eso la publicación de esta biografía de Nikola Tesla no podría ser más oportuna y acertada. Esperada y necesaria, alimenta esa sensación de que poco a poco el mundo comienza a reconocer la figura de tan genial inventor, que en muchas ocasiones se anticipó a un tiempo que él mismo estaba haciendo progresar.
La historia de Tesla trata de una fascinante transformación, de cómo el mundo pasó a sustentarse en la tecnología. Enseña cómo el empeño y los sueños pueden llevar la voluntad humana más allá de los contratiempos y las desgracias.
Y sobre todo es una lección. De cómo muchos grandes avances de los que disfrutamos hoy, casi sin apreciarlos, surgen de un pequeño número de mentes geniales, curiosas, sacrificadas y trabajadoras –muchas veces diferentes– que las sociedades, lejos de olvidar, deben cuidar como regalos valiosos que, de vez en cuando, dan un buen impulso a nuestro avance como civilización.
Una reciente exposición sobre los inventos de Nikola Tesla se refería a él como “el genio que iluminó el mundo”. Es cierto: a él le debemos que una habitación a oscuras se llene de luz con sólo pulsar un interruptor, aunque se encuentre a cientos de kilómetros de donde se produce la electricidad.
Genio asombroso, visionario e inteligente como pocos, Tesla fue sin embargo un personaje misterioso, oscuro y controvertido. A lo largo de su vida como inventor hizo posible ingenios tales como las transmisiones inalámbricas que dieron lugar a la radio, las bobinas para el generador eléctrico de corriente alterna, el motor eléctrico de inducción, el alternador, el control remoto...
Aunque pocos de estos ingenios son reconocidos como suyos por el público, sus inventos prácticos y funcionales son los cimientos de las civilizaciones tecnológicamente avanzadas de una manera tan decisiva que de Tesla se ha llegado a decir que fue “el inventor del siglo XX”.
Sin embargo, la personalidad de Tesla, cándida y llena de ideales, obsesiones y trastornos –la misma genialidad que impulsaba su enorme talento y su inagotable capacidad de trabajo–, propició que otros se aprovecharan de su esfuerzo y le privó de obtener beneficio de sus creaciones hasta el punto de acabar arruinado y viviendo de créditos que era incapaz de pagar.
Hoy muchos de quienes se interesan por la figura de Tesla descubren cómo fue robado y maltratado por supuestos respetables de la época –como Edison, Westinghouse o J. P. Morgan– y hacen suya la frase “a Tesla le robaron”, para reivindicar un mayor reconocimiento a su figura. Esa frase puede leerse hoy en camisetas, pintadas, firmas de internet e incluso aparecía escrita en una pizarra de la popular serie de televisión House.
La época más productiva de Tesla –y dolorosa en varios aspectos– comenzó en 1884 cuando, después de estudiar ingeniería mecánica y eléctrica en Austria y física en Checoslovaquia y de trabajar en varias compañías eléctricas y telefónicas de Europa, llegó a Nueva York. Tenía veintiocho años, unos pocos centavos y una carta de recomendación para Thomas Edison escrita por uno de sus socios que decía: “Querido Edison: conozco a dos grandes hombres y usted es uno de ellos. El otro es este joven”.
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