Reformando el Matrimonio
Douglas Wilson
Publicaciones Faro de Gracia P.O. Box 1043Graham, NC 27253USA
Publicado por:
Publicaciones Faro de GraciaP.O. Box 1043 Graham, NC 27253 www.farodegracia.org
ISBN 978-1-629462-11-0
© Copyright, 1995 por Douglas Wilson. Todos los derechos reservados.
Orginalmente publicado en el inglés bajo el título, Reforming Marriage.
Published by permission of Canon Press, P.O. Box 8729, Moscow, ID 83843. All rights reserved.
Ninguna parte de esta publicación se podrá reproducir, procesar en algún sistema que la pueda reproducir, o transmitida en alguna forma o por algún medio –electrónico, mecánico, fotocopia, cinta magnetofónica u otro– excepto para breves citas en reseñas, sin el permiso previo de los editores.
© Las citas bíblicas son tomadas de la Versión Reina-Valera © 1960 Sociedades Bíblicas en América Latina. © renovada 1988, Sociedades Bíblicas Unidas. Utilizado con permiso.
Desde luego, este libro es para Nancy. Foedus amorum est.
Contenido
Introducción
CAPÍTULO UNO Una Teología Práctica del Matrimonio
CAPITULO DOS La Jefatura y la Autoridad
CAPITULO TRES Deberes de los Maridos y las Esposas
CAPITULO CUATRO El Amor Eficaz
CAPITULO CINCO Llevando Cuentas Cortas
CAPITULO SEIS Misceláneas Tentaciones
CAPITULO SIETE El Lecho de Matrimonio es Honroso
CAPITULO OCHO Multiplicándose Fructuosamente
CAPITULO NUEVE El Divorcio y el Nuevo Casamiento
Epílogo
Otros títulos de Publicaciones Faro de Gracia
Y andad en amor, como también Cristo nos amó y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante . (Efesios 5:2)
¿Cómo describiría usted el aroma espiritual de su hogar? Cuando llegan visitas, antes de iniciar una conversación o de hacer algo, ¿cuál es una de las primeras cosas que ellos notan con respecto a su familia? En muchos casos, será el aroma. ¿Sienten ellos como si alguna mala actitud se hubiese metido en un rincón de su casa y hubiese muerto allí? ¿O piensan que alguien estuvo toda la tarde cocinando pan espiritual en el horno?
Tal vez la persona que vive en el hogar no sea la más indicada para responder a esta pregunta, porque los aromas suelen ser cosas a las que uno se acostumbra. Los residentes normalmente no notan lo que le impresiona al visitante. Así que, cuando hay algún olor ofensivo en el hogar, eso puede ser un problema difícil de resolver. Sin embargo, la Biblia trata esta tema. El texto que se cita arriba dice que cuando los cristianos andan en amor, están imitando a Cristo, y el sacrificio de Cristo es una fragancia agradable delante de Dios. Del mismo modo, un ambiente cristiano en el hogar produce esta clase de aroma delante de Dios y como consecuencia delante de los hombres.
En otras palabras, guardar la ley de Dios de todo corazón (lo cual verdaderamente es el amor) no se ve solamente en la obediencia. El efecto colateral de la obediencia es el aroma del amor. Esta es una fragancia que está fuera del alcance de aquellos que desean hipócritamente ser conocidos como seguidores de la ley de Dios. Muchos pueden falsificar la obediencia a las normas de Dios, guardándolas de manera externa. Lo que no se puede falsificar es el peculiar aroma que viene como resultado de agradar a Dios.
En el hogar, ¿dónde debe empezar esta obediencia devota? ¿De dónde debe originarse este aroma? Jesús nos enseñó con respecto a los individuos, que las tazas se tienen que limpiar desde adentro para afuera. Si se aplica este principio al hogar, veremos que el “interior” de una familia es, naturalmente, la relación entre marido y esposa, a medida que ellos deliberadamente imitan la relación entre Cristo y la iglesia. El pastor John Bunyan exhortó a que cada marido fuese “un marido tan creyente hacia su esposa creyente que ella pudiera decir, ‘Dios no sólo me ha dado un esposo, sino uno tal que cada día me predica con su conducta la manera en que Cristo trata a su iglesia.’ ” La salud de las demás relaciones en el hogar depende de la salud de esta relación, y la clave se encuentra en la manera que el marido trata a su esposa. O en otras palabras, cuando mamá no está contenta, nadie lo está.
Más adelante en el quinto capítulo de Efesios, Pablo dice a los maridos que amen a sus esposas así como a sus propios cuerpos. Luego, les hace notar que cada persona sustenta y cuida a su propio cuerpo. La palabra que se traduce cuida en ese pasaje literalmente quiere decir abrigar . Por eso, una de las obligaciones fundamentales del marido es la de abrigar a su esposa. Cuando eso se hace, el resto del hogar también se calienta. Pero ¿cómo puede él abrigarla? Note que nuestro texto nos dice que hemos de andar en amor. La esposa no estará abrigada en la seguridad del amor de su marido, si él es errático en su modo de amarla. Si es severo con ella o no le hace caso pero de vez en cuando le muestra amabilidad, no está andando en amor. La clase de amor que requiere Pablo aquí es constante. Así que el marido creyente y piadoso es un marido constante.
Y tal como aclara el contexto, el amor del que habla este pasaje también es imitativo . Se aprende imitando a Jesucristo. Tal como los niños aprenden al observar a sus padres, también los cristianos aprenderán de Cristo. Esto significa que el marido que ama a su esposa no es un pionero. Todo esto se ha hecho antes. Cristo ha amado a la iglesia tal como desea que los maridos amen a sus esposas. Lo ha hecho así para darnos ejemplo. El amor y el cariño de Cristo han sido dados únicamente a su pueblo. De la misma manera, los maridos deben dar su amor solamente a sus esposas. Este es el deber que quiero explicar con cierto detalle en este libro.
Todo esto debería hacernos saber que la obediencia no se limita a la conformidad externa con los requisitos de Dios. La obediencia piadosa siempre traerá con ella una multitud de cosas intangibles. Estas cosas son lo que constituye la fragancia de obediencia, y es esto lo que frustra esos métodos para enriquecer el matrimonio que pretenden funcionar como un dibujo pintado por números. Por esto, temo que este libro sirva de poco a quienes simplemente desean seguir una “fórmula” para un matrimonio feliz. En lo que se refiere a las cosas externas, el mero imitador siempre puede decir de sí mismo, lo que pudo decir Pablo cuando aún no estaba regenerado, “en cuanto a la justicia que es por la ley, irreprensible.” No importa cuán rigurosamente el externalista trate, él no podrá producir el aroma de la santidad. Esta es la razón por la que tanta gente asiste a conferencias de matrimonio y lee libros de matrimonio con tan poco resultado. La obediencia del hombre cristiano no se limita a acciones nuevas – acciones que, al fin y al cabo, se pueden copiar mecánicamente. Aparentemente este error no es raro ni inusual; muchos cuyos matrimonios son miserables, son los que han leído todos los libros.
Por supuesto, ciertos hechos que consisten en la obediencia piadosa a mandamientos externos, deben ser parte de todos los matrimonios saludables; pero para producir este aroma distintivo del amor, las acciones externas deben de proceder de corazones nuevos. Como lo dijo William Tyndale, “Cuando Dios edifica, primero derriba todo. El no hace remiendos.” Del mismo modo, el amor del marido cristiano no procede de la lectura de los “libros correctos,” incluyendo éste, o de asistir a las conferencias apropiadas. Dios no le pondrá un remiendo de su gracia a ninguna tontería psicológica y humanista – aunque esa tontería esté expresada y envuelta en terminología cristiana. Ese amor procede de un corazón obediente, y el anhelo principal del corazón obediente es la gloria de Dios, no la felicidad de la casa. Si se nos permite usar las palabras del catecismo menor de Westminster, el fin principal del matrimonio es glorificar a Dios y gozar de El para siempre. La razón por la cual que sufrimos en nuestros matrimonios es que los hemos idolatrado. Pero la gloria de Dios es más importante que nuestra felicidad doméstica.
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