A menudo, el arco musical es prácticamente inaudible para los demás, pero su percusión reiterada resuena en el interior y permite al chamán shuar alterar su consciencia. Los arqueólogos reconocen a una figura semihumana, supuestamente un chamán fusionado con un espíritu bisonte, tocando el arco musical en las pinturas rupestres de la célebre cueva del paleolítico superior de Les Trois Frères en Francia (véase lámina 3b). Si la pintura representa lo que un chamán hacía dentro de una cueva, el silencioso arco musical puede haber sido una buena opción comparado con el tambor, a fin de evitar el desprendimiento de rocas del techo.
Mi descubrimiento personal de la eficacia de la percusión en el viaje chamánico era, evidentemente, un redescubrimiento de lo que los chamanes han sabido desde hace milenios. Por ejemplo, el tambor recibe el nombre de «caballo chamán» en el pueblo soyot en Tuva, en la frontera sur de Siberia, debido a su habilidad para ayudar a los chamanes a volar a los Mundos Superior e Inferior:36 el redoble del tambor se asemeja al sonido de los cascos de caballo.37 La percusión no solo ayuda al viaje chamánico, sino que también estimula las experiencias visionarias. Así pues, el pueblo sami («lapones») de la Escandinavia septentrional llama literalmente al tambor «la cosa de la que brotan imágenes» ( gåvadas ).38
Empecé a llamar al estado alterado que acompaña al redoble (y también a las sustancias psicodélicas) estado chamánico de consciencia (ECC). No se trata de un estado alterado de consciencia ingenuo, sino de un estado que incluye el conocimiento de la disciplina y propósito chamánicos, como aquel que resulta imprescindible para ayudar y sanar a los demás. El ECC presenta diferentes intensidades, desde la más ligera a la más profunda, y puede tener efectos diversos, especialmente si se utiliza un alucinógeno poderoso y adecuadamente preparado, como la ayahuasca (yagé).39 Desde la perspectiva chamánica, los espíritus de estas plantas no solo tienen poder, sino que también poseen sus propias personalidades y mensajes, que inciden significativamente en la naturaleza de la experiencia. En muchos sentidos, la inmersión auditiva no implica esas influencias.
En los años setenta, al buscar la literatura científica que explicara los efectos mentales de la percusión solo encontré tres publicaciones significativas en inglés. Esto resultó a un tiempo sorprendente y decepcionante, ya que en el mundo occidental, como todos sabemos, el tambor sigue usándose con vistas a alterar el propio estado de consciencia para el entretenimiento y la diversión, las procesiones de duelo y las marchas militares. Tal vez la percusión ha formado parte de nuestras vidas hasta el punto de faltarnos la distancia psicológica para preguntarnos el porqué.
Dos de las tres publicaciones eran obra de Andrew Neher, que a principios de los años sesenta fue pionero en el estudio científico de los efectos de la percusión en los patrones de las ondas cerebrales. Como resultado de su investigación de laboratorio, concluyó que la percusión produce cambios inusuales en el sistema nervioso central. Lo llamó «inmersión auditiva»,40 a la que yo doy el nombre alternativo de «inmersión sónica». Señaló dos factores especialmente importantes: 1) un redoble de tambor contiene muchas frecuencias y, por lo tanto, estimula simultáneamente diversas regiones sensoriales y motoras a nivel cerebral, y 2) un redoble de tambor está fundamentalmente compuesto por frecuencias bajas y, por lo tanto, puede sonar con gran intensidad y desencadenar una gran energía sin causar el dolor y el daño que resultaría de sonidos de alta frecuencia de similar amplitud. Neher también propuso una conexión con la experiencia ceremonial y religiosa.41
La tercera publicación era obra de un psiquiatra, Wolfgang Jilek, que había estudiado los efectos terapéuticos de las danzas espirituales chamánicas de los indios salish de Washington y la Columbia británica. Junto a un colega, descubrió que los tambores de piel de ciervo de los salish sostenían de cuatro a siete redobles por segundo durante los procedimientos de iniciación chamánica. Señaló que esto se incluía en el registro de frecuencia de la onda theta en el electroencefalograma, registro «que resulta muy eficaz en la producción de estados de trance».42 Era una velocidad superior al tempo que me había parecido eficaz para los viajes a otras realidades, pero ambas prácticas compartían un redoble intenso y monótono.
A pesar del trabajo de Neher y Jilek, el efecto de la percusión en la alteración del estado de consciencia continúa siendo objeto de controversia entre los estudiosos, y últimamente se ha puesto de moda criticar los hallazgos de Neher, como ha hecho Gilbert Rouget, cuya postura ha sido criticada a su vez por Gabe Turow.43 La nueva investigación científica de Melinda Maxfield y Sandra Harner apoya la idea de que la percusión chamánica desencadena significativos efectos psicológicos y fisiológicos.44
En cualquier caso, las personas interesadas en practicar el chamanismo no necesitan esperar el resultado de los debates académicos y la investigación científica. Solo tienen que escuchar la percusión chamánica en sus viajes para descubrir su importancia por sí mismos. La eficacia de la inmersión auditiva o sónica para acceder a otras realidades fue solo uno de los innumerables descubrimientos realizados por los chamanes y otros indígenas. Más tarde volveremos sobre el uso de la percusión en el viaje chamánico.
Si el chamán se mueve libremente, a veces se utiliza otro tipo de herramienta en el viaje chamánico; es lo que llamo la cortina ocular siberiana. Se trata de una corona o tocado con flecos que cubren los ojos de los chamanes de Siberia y zonas adyacentes y les permiten contemplar ambas realidades simultáneamente. Cuando se sumergen en su tarea, los chamanes que visten estas cortinas oculares balancean la cabeza a la izquierda y a la derecha, provocando así que la oscuridad interrumpa constantemente las percepciones de la realidad ordinaria.
Estas interrupciones de la visión refuerzan las interrupciones regulares del silencio producidas por la percusión, tal como descubrí.
Así como la percusión chamánica produce la conocida inmersión auditiva, especialmente para el viaje a otras realidades, los fluctuantes flecos de la cortina ocular parecen constituir una suerte de inmersión óptica complementaria. Las dos juntas derivan en lo que podríamos llamar inmersión «auditiva-óptica» o, por economía silábica, «sónica-óptica». Los redobles y oscilaciones de los flecos de la cortina ocular «rompen» la realidad ordinaria, lo que ayuda a los chamanes a alcanzar otros mundos. (Véase lámina 4.) Sin embargo, para que esto funcione la luz externa ha de ser tenue, a fin de que no interfiera con la imaginería visual que alcanza al chamán.
Tras décadas de experimentación práctica, investigación intercultural y trabajo de campo, he logrado tamizar progresivamente los principios y prácticas comunes, universales y cuasi universales subyacentes al chamanismo. En especial, en los años setenta desarrollé métodos para practicar y enseñar estos principios, refinándolos y avanzando constantemente. En parte, esta labor se llevó a cabo en el desarrollo de mi práctica privada de sanación y adivinación chamánica, y en parte se realizó como respuesta a personas que me pedían instrucción en los métodos del chamán.
Estos principios transculturales subyacentes de la práctica chamánica ofrecen la base para lo que he denominado chamanismo esencial. Como señalé en la Introducción, el chamanismo esencial se fundamenta en los aspectos comunes, universales y cuasi universales del chamanismo, junto a viajes a otros mundos, aspecto distintivo de esta práctica. Para la mayoría de los occidentales, aprender y practicar el chamanismo esencial, incluyendo el viaje chamánico, es una perspectiva mucho más productiva que imitar las prácticas del chamán en una cultura única, porque cada cultura posee su propio simbolismo, mitología y elaboraciones conceptuales. Si no es tu propia cultura, esas elaboraciones, especificidades y significados no serán apropiados para la persona como sí lo son para ese pueblo indígena. De acuerdo con esto, la antropóloga Joan Townsend distinguió cuidadosamente entre chamanismo esencial y neo-chamanismo.45
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