Ocurrió durante el verano, cuando escasean las noticias, y un destacado editor, primo del supuesto ayudante de laboratorio, apeló al sentido común de la nación. No era la primera vez que el sentido común se oponía a los métodos de investigación. El doctor fue expulsado del país sin contemplaciones. Quizá lo mereciera, pero sigo creyendo que el tibio apoyo de sus colegas, y el abandono del que fue objeto por parte del cuerpo de investigadores científicos, resultó algo vergonzoso. Sin embargo, algunos de sus experimentos, según el relato del periodista, eran de una crueldad desmesurada. Tal vez habría podido calmar a la opinión pública abandonando sus investigaciones, pero al parecer optó por estas últimas, como habría hecho la mayoría de las personas que han sucumbido al irresistible hechizo de la investigación. Era soltero, por lo que sólo debía pensar en sus propios intereses...
Estaba convencido de que se trataba del mismo hombre. Todo así lo indicaba. Entonces caí en la cuenta de cuál era el destino del puma y de los otros animales, que para entonces ya habían sido encerrados, junto con el resto de la carga, en el recinto situado detrás de la casa. Un leve y curioso olor, el hálito de algo familiar, un olor que había permanecido hasta ahora en el fondo de mi conciencia, ocupó de pronto el primer plano de mis pensamientos. Era el olor a antiséptico del quirófano. Oí el rugido del puma al otro lado de la pared, y uno de los perros gimió como si lo hubieran golpeado.
Sin embargo, y especialmente para otro hombre de ciencia, la vivisección no era tan horrible como para justificar tanto secreto. Y por un extraño salto mental, las orejas puntiagudas y los ojos brillantes del ayudante de Montgomery volvieron a mí con la más absoluta nitidez. Clavé la mirada en el mar azul, que la refrescante brisa cubría de espuma, y dejé que éstos y otros extraños recuerdos de los últimos días corretearan por mi mente.
¿Qué significaría todo aquello? Un recinto cerrado en una isla solitaria; un vivisector de mala fama y esos hombres tullidos y deformes...
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