VARIACIONES SOBRE EL VERBO AMAR
MARÍA JESÚS MEDINA CANO
VARIACIONES SOBRE EL VERBO AMAR
EXLIBRIC
ANTEQUERA 2018
VARIACIONES SOBRE EL VERBO AMAR
© María Jesús Medina Cano
Diseño de portada: Dpto. de Diseño Gráfico Exlibric
Iª edición
© ExLibric, 2018.
Editado por: ExLibric
c/ Cueva de Viera, 2, Local 3
Centro Negocios CADI
29200 Antequera (Málaga)
Teléfono: 952 70 60 04
Fax: 952 84 55 03
Correo electrónico: exlibric@exlibric.com
Internet: www.exlibric.com
Reservados todos los derechos de publicación en cualquier idioma.
Según el Código Penal vigente ninguna parte de este o
cualquier otro libro puede ser reproducida, grabada en alguno
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previa y por escrito de EXLIBRIC;
su contenido está protegido por la Ley vigente que establece
penas de prisión y/o multas a quienes intencionadamente
reprodujeren o plagiaren, en todo o en parte, una obra literaria,
artística o científica.
ISBN: 978-84-17334-39-0
Nota de la editorial: ExLibric pertenece a Innovación y Cualificación S. L.
MARÍA JESÚS MEDINA CANO
VARIACIONES SOBRE EL VERBO AMAR
Índice de contenido
Portada
Título VARIACIONES SOBRE EL VERBO AMAR
Copyright VARIACIONES SOBRE EL VERBO AMAR © María Jesús Medina Cano Diseño de portada: Dpto. de Diseño Gráfico Exlibric Iª edición © ExLibric, 2018. Editado por: ExLibric c/ Cueva de Viera, 2, Local 3 Centro Negocios CADI 29200 Antequera (Málaga) Teléfono: 952 70 60 04 Fax: 952 84 55 03 Correo electrónico: exlibric@exlibric.com Internet: www.exlibric.com Reservados todos los derechos de publicación en cualquier idioma. Según el Código Penal vigente ninguna parte de este o cualquier otro libro puede ser reproducida, grabada en alguno de los sistemas de almacenamiento existentes o transmitida por cualquier procedimiento, ya sea electrónico, mecánico, reprográfico, magnético o cualquier otro, sin autorización previa y por escrito de EXLIBRIC; su contenido está protegido por la Ley vigente que establece penas de prisión y/o multas a quienes intencionadamente reprodujeren o plagiaren, en todo o en parte, una obra literaria, artística o científica. ISBN: 978-84-17334-39-0 Nota de la editorial: ExLibric pertenece a Innovación y Cualificación S. L.
Índice
Dedicatoria
Prólogo
EL VERANO DE LA LIBÉLULA
POR LA PLAYA
EL CANTO DEL CISNE
UNA TARDE DE COSTURA, EL AJUAR
LA HORA FELIZ
LA MEDIUM
LA FIESTA
AMOR INTER-ESPECIAL
SOMBRA NEGRA SOBRE FONDO AZUL
ESTE EQUIPO\DOCUMENTOS\CUADERNO DE BITÁCORAS
EL PÓSTER
EN EL USO DE MI VIDA
CALOR
EL ENCUENTRO
UNA HISTORIA DE AMOR
Dedicatoria:
A mis fans más incondicionales, mis hijos Juan Carlos y Eduardo. El regalo más precioso que la vida me ha dado.
Había pensado muchos títulos para este libro y tras deliberar en profundidad, me vino a la cabeza o a la intuición, quién lo sabe, la palabra variaciones. En realidad, era el concepto que había estado buscando desde que me decidí a reunirlos bajo un tema común. Unir esta expresión a la palabra amor, para mostrar algunas de las infinitas combinaciones que pueden surgir cuando las personas nos encontramos con este sentimiento, de cómo se tatúa esta emoción en la experiencia. Personas que aman, han amado, o sencillamente han sido olvidadas. Variaciones del amor sería pues un tema común en cada relato, la distinción la ponen ellos, mis queridos personajes, hartos conocidos y amados por mí, en sus amores, desengaños, o abandonos. Cuando concluyas este libro, quizás los ames también, quizás los aborrezcas, lo que sí desearía, es que no te dejasen indiferentes. Para terminar, solo añadiré, que hacía tiempo que tenía este libro entre mis manos con el deseo de que en algún momento viera la luz; pues bien, aquí está ahora entre las tuyas amable lector.
Si quieres conocerme un poco más, aquí tienes mi blog:
majemeca.blogspot.com
EL VERANO DE LA LIBÉLULA
(Un hecho real)
Estaba en la piscina y el agua me cubría hasta el cuello. Movía brazos y piernas lo suficiente para no hundirme. De vez en cuando, inhalaba un poco más de aire y me sumergía en el agua, entonces el silencio se hacía opaco y me separaba de la realidad.
En estado casi de ingravidez me dedicaba a mis pensamientos que poco a poco se hacían más melancólicos. De veranos ajetreados con niños alrededor; de cubitos, palas, toallas y bañadores llenos de arena, había pasado a un estado de “calma”.
Todo el tiempo deseando que los niños crecieran para tener un poco de tiempo para mí y ahora que lo tenía no sabía qué hacer con él. Me sentía sola aun cuando no lo estaba.
En este estado que podría decirse de simbiosis con el agua, miraba el entorno al que estaba tan acostumbrada y lo observaba con ojos extraños. Me parecía un entorno nuevo; silencioso.
Uno de aquellos días se presentó una libélula de cuerpo rojo y brillante, y de alas maravillosas, y se posó en el bordillo de la piscina. Nos miramos, guardando las distancias, no sé cuánto tiempo.
Todas las mañanas, al entrar en la piscina, aparecía; la sobrevolaba y se posaba en el mismo margen del bordillo, en el mismo sitio del primer día, lo más cerca del agua.
Poco a poco, semisumergida me acercaba un poco más, y con agua silenciosa, me movía hacia ella, que no mostraba signos de salir volando. A los pocos días pude satisfacer mi curiosidad como si de un reportaje del National Geographic se tratase. La observaba; sus ojos, patas y aquellas delicadas y poderosas alas. Ella también me observaría; me miraba con sus múltiples ojos y yo trataba de imaginar cómo me percibiría. Para ella sería un monstruoso animal. Mutuamente nos descubríamos y nos contemplábamos.
Nuestros encuentros se hicieron a diario. Con solo sumergir un dedo del pie en el agua de la piscina, aparecía volando grácilmente, no sé de dónde. Se colocaba en su lugar, el de siempre y pasábamos el rato mirándonos. Todos los días esperaba su visita cierta, ni un solo día dejó de venir y yo volcaba en ella mis pensamientos. Sé que si le hubiese ofrecido mi mano en algún momento se hubiese posado en ella, pero soy miedosa y no me atreví.
Pasó julio y llegó agosto, entonces me dediqué a mi marido. Llegó septiembre con sus ajetreos y obligaciones y llegó un octubre algo lluvioso y frío. Un día de ese mes abrí la puerta de casa para salir y allí, en la alfombra de bienvenida, estaba ella, muerta. En ese momento sentí, supe con certeza, que había estado buscándome y que si la puerta hubiese estado abierta habría entrado para morir entre mis manos.
Aquella libélula había aliviado mi soledad. Nos comunicamos más allá de los sonidos. La intuición y los sentimientos nos sirvieron de comunicación entre dos especies tan distintas.
Desde entonces soy incapaz de matar a ningún insecto, y siento más que nunca que es verdad, que cada ser es único en su especie, si una libélula fue capaz de comprender mi estado, dejarlo todo y volar para estar cada día un poco conmigo. Ella me ofreció su amistad y yo la mía.
Gracias a ella pensé que una etapa de mi vida había concluido. Que al igual que una larva, y como una libélula, debía resurgir y usar aquel tiempo que se me ofrecía para crecer y hacer aquello que hacía tanto tiempo tenía olvidado; escribir.
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