Espero tu regreso. En medio del silencio nuevo, escucho los ruidos innecesarios del agua en el baño que corre como si fuese un río. Me avergüenza, ¡ah, sí, me avergüenza tanto ese sonido del agua que corre en el baño! Quisiera no estar allí. Esos sonidos me incomodan sobremanera. Quisiera que estuviéramos exentos. Eructos, pedos, aguas indiscretas que manan, orines como fuentes de surtidores incansables. A veces los llantos también me alteran. Pese a que nadie me ve aparento no escuchar. A veces me da por aparentar situaciones aún cuando no haya espectadores. Actúo para un público inexistente. Sé que no hay público pero sospecho del gran ojo que todo lo ve. Podría estar mirándome. Las sillas cada vez más frenéticas han vuelto a girar. No puedo mover la cabeza, los ojos anclados en un punto. No te puedo buscar ni siquiera con la mirada. No aparecés. Borrado. Será que tu presencia no era necesaria.
El lugar inesperadamente solo. Otro letrero: Prohibido pasar. Ahora sí contundente. En perfecto castellano. Una orden. Sin escapatoria. Odio las órdenes pero el mundo está lleno de ellas: Alto. No traspasar. Prohibido girar a la derecha. No girar en rojo. El aire no se mueve, el sonido tampoco. Solo las sillas desenfrenadas han vuelto a girar. Como si su misión, no declarada, enloquecerme. La vida un páramo y yo, en el centro, ahora inmóvil. Nadie alrededor. Solo las sillas que giran. Ajenas a cualquier orden, a cualquier indicación. Desobediencia total. Sé que muchas veces yo también desobedezco. Y tengo miedo.
Конец ознакомительного фрагмента.
Текст предоставлен ООО «ЛитРес».
Прочитайте эту книгу целиком, купив полную легальную версию на ЛитРес.
Безопасно оплатить книгу можно банковской картой Visa, MasterCard, Maestro, со счета мобильного телефона, с платежного терминала, в салоне МТС или Связной, через PayPal, WebMoney, Яндекс.Деньги, QIWI Кошелек, бонусными картами или другим удобным Вам способом.