TDAH
¿Y ahora qué hacemos?
Alvarez, Natalia
TDAH ¿y ahora qué hacemos? / Natalia Alvarez. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2021.
Libro digital, EPUB
Archivo Digital: online
ISBN 978-987-87-1518-6
1. Ensayo. I. Título.
CDD 155.41
EDITORIAL AUTORES DE ARGENTINA
www.autoresdeargentina.com
info@autoresdeargentina.com
Queda hecho el depósito que establece la LEY 11.723
Impreso en Argentina – Printed in Argentina
Solo una mente educada puede entender
un pensamiento diferente al suyo,
sin necesidad de aceptarlo.
–ARISTÓTELES
Las palabras son acción y reflexión.
Según Paulo Freire, en su libro Pedagogía del oprimido no reprimido, al adentrarnos en el entorno del diálogo como fenómeno humano, se develará la palabra, la cual podemos decir que es el diálogo mismo. Esa búsqueda lleva a sorprender en dos dimensiones –acción y reflexión– en forma solidaria.
NO HAY PALABRA VERDADERA QUE NO SEA LA UNIÓN INQUEBRANTABLE ENTRE ACCIÓN Y REFLEXIÓN.
DE AHÍ DECIR QUE LA PALABRA VERDADERA SEA TRANSFORMAR EL MUNDO.
Se peguntarán por qué traje esta frase a colación, porque es sumamente importante en la comunicación en todo su sentido y con nuestros hijos, alumnos, parientes, que la comunicación sea verdadera, como lo decía Paulo Freire.
De una comunicación deberemos lograr una reflexión para poder llevar a la acción alguna situación o sentimiento de los chicos en general y de todos en particular.
Herramientas y anécdotas para una vida más sencilla y plena
Realmente este libro no es un manual, son experiencias vividas y algunas herramientas que pueden ayudarlos, como todo en la vida aprendemos de los errores y puedo decir que después de varios estoy parada plenamente en la educación de mis hijos adolescentes, felices con las implicancias que conlleva que con toda la emoción mía y la de ellos de expresarla libremente, la oportunidad de poner en palabras lo que nos sucede es lo que nos lleva a una vida más plena. Esto no significa sin dificultad. Sino que es solamente aprender a ver la vida desde otra mirada y poder resolver las circunstancias diarias de una manera más simple y sin estrés.
A mis hijos, ya que sin ellos no podría ver la vida desde esta perspectiva. Ellos llegaron a este mundo para enseñarme lo que es el amor verdadero y la educación con responsabilidad. A mi marido, pilar fundamental en la educación de mis hijos, principalmente en la etapa preadolescente y adolescente.
A mis padres, que son y serán mis ídolos eternamente, a mis hermanos y a mis amigas de toda la vida que me acompañan siempre en todos los momentos.
A mis amigos de la infancia que perduran en el tiempo.
Gracias a todos ellos hoy estoy en esta vida y más fortalecida que nunca.
Quiero contar mi historia, no porque me crea importante, sino porque puede ser fuente de inspiración y motivación para padres, docentes y familiares de un niño o niña con TDAH.
Para poder llevar una vida tranquila, con la paz y la armonía necesarias dentro del ambiente en donde se encuentre el niño o la niña. Sea en su hogar, dentro de la institución educativa o algún club. Porque estoy convencida, y me lo han demostrado la vida y la experiencia, de que si tenemos las herramientas adecuadas, y mucha paciencia, todo en la vida del niño o la niña, principalmente en el entorno familiar, se vuelve más ameno.
Porque lo importante es informarse, para saber cómo y de qué manera actuar y comprender el accionar del niño o la niña; así poder compartir y transformar la convivencia diaria, que comienza a ser caótica para transformarla en una convivencia mucho más tranquila. Genera un orden y armonía en general.
Y eso lleva a mayor felicidad familiar. Porque no es sencillo mantener la calma con un niño o niña con TDAH y eso deriva en un caos familiar generalizado. Enojos, gritos, llantos extremos y duraderos, y mucho más. Sí, no exagero. Los padres me comprenderán. A veces el día se hace eterno y no vemos la hora de que llegue el momento de relax en donde podemos relajarnos y no estar pendientes de nuestro hijo, o en el caso de los docentes que termine la hora de clase, porque solo así conseguiremos un poco de calma y viene un merecido descanso.
En mi caso particular a veces no quería que amanezca, y no exagero, es así porque no sabía qué me depararía al día siguiente. Lo que sí era seguro era que tranquilidad no habría.
Ya que son impredecibles. Pero con mucha información y comunicación todo cambia, les aseguro.
También tenemos que comprender que ellos no eligieron, nacieron así y es nuestro deber como padres o docentes acompañarlos en todo su proceso.
Imaginemos un segundo lo que debe sentir ese niño o esa niña. Todos lo retan, no para de moverse, es el que interrumpe la clase, habla de más, a cada instante emite sonidos, etc., etc. Todas esas acciones no las puede evitar. Son naturales para él, y a eso se le suman retos y enojos de todo su entorno.
Por eso es sumamente importante que logremos informarnos.
Porque a todo lo que le sucede como dije anteriormente se le suman los enojos, gritos y retos de parte de su entorno adulto. Sea docente, madre o padre. La observación de su grupo de pares, etc.
Y muchas veces a todo eso se le agregan las discusiones entre los padres por el niño o niña. Mucho peso en sus hombros, ¿no? Entonces hagamos que la vida de ese niño o niña sea un poquito más sencilla y logremos que su mundo sea mejor.
Con algo tan sencillo, como conocer más sobre este trastorno, contar con las herramientas y habilidades adecuadas para tratar a ese niño, o niña y brindándole mucho, mucho amor. Podremos hacer la diferencia, y ahí está el cambio en todo sentido.
Desde el rol del docente, contar con las herramientas adecuadas para enfrentar el día con un niño con TDAH o cualquier dificultad, todos somos diferentes y ahí esta la clave. Que logren comprender y valorar la diferencia.
Porque en la vida diaria los profesores y la familia principalmente que son el pilar en la vida de ese niño o niña.
Realmente se observan los cambios, se los aseguro. Cuando sabemos con claridad y certeza del tema todo se vuelve más sencillo.
Todo lleva un proceso, y como todo proceso lleva su tiempo, pero es posible y realmente es satisfactorio observarlo. Porque tenemos que comprender que ellos no podrán cambiar, entonces lo que debe modificar es su entorno y ahí veremos los cambios.
Por eso les voy a contar una anécdota:
Recuerdo una vez que estaba mirando una película con mi hijo, él saltaba, se movía de la cama constantemente, y yo solo quería ver la película, las madres me comprenderán, eso es como misión imposible, pero, bueno, yo intentaba. Siempre es bueno intentar…
Hasta que me acerco y le digo: “Amor, ¿podrás no moverte tanto así mamá puede ver la televisión?”. (Porque a todo eso se suman los codazos, sin querer obviamente, sacudones y demás). Él con su cara de ángel y un amor incondicional, me miró fijo y me dijo: “No lo puedo evitar, mamá”.
Esas palabras retumbaron en mi sentir, fueron como un disparador y comprendí que algo no andaba bien. Siempre tuve la sospecha. Como padres vemos más allá, observamos, miramos el entorno y vemos que algo no funciona como quisiéramos. O simplemente sentimos que algo no anda bien. O también puede ser que no nos demos cuenta. No está mal, no nacen con un libro bajo el brazo. Nuestro aprendizaje es el día a día.
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