¿Qué le hace enfadar?
10 pasos para transformar el enfado
y que todos salgan ganando
Una presentación de las ideas de la ComunicaciónNoViolenta y su uso escrita por
Shari Klein y Neill Gibson
© de la edición en castellano:
2014 EDITORIAL ACANTO S.A.
Comtes Alba de Liste, 8
08188 Vallromanes - Barcelona
Tel. 93 572 97 01
www.editorialacanto.com
En coproducción con la Asociación
para la Comunicación NoViolenta
www.asociacioncomunicacionnoviolenta.org
Título de la edición original: What’s Making You Angry?
© 2003 PuddleDancer Press
Traducción: José Gerardo Sánchez Lozano
Revisión del contenido: Amalasiri Murcia Pinto,
formadora certificada por The Center for
Nonviolent Communication, www.cnvc.org
Diseño y maquetación: Estudi Gràfic Vicenç Prims, s.l.
ISBN: 978-84-15053-44-6
Impresión QP Print
Impreso en España
Depósito legal: B-7663-2014
Cualquier forma de reproducción, distribución,
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obra sólo puede ser realizada con la autorización
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hacer copias digitales de algún fragmento de esta obra
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Translated from the book, What’s Making you Angry?,
ISBN 13/10: 9781892005137 / 1892005131 by Shari Klein
and Neill Gibson. Copyright © Fall 2003 PuddleDancer Press,
published by PuddleDancer Press. All rights reserved.
Used with permission. For further information about
Nonviolent Communication™ please visit the Center for
Nonviolent Communication on the Web at: www.cnvc.org.
ÍNDICE
Introducción Introducción Cuando nos enfadamos suceden tres cosas dentro de nosotros: 1. Estamos molestos porque nuestras necesidades no están siendo satisfechas; 2. Culpamos a alguien o a algo porque no hemos recibido aquello que queremos; 3. Estamos a punto de actuar o de expresarnos de una manera que más tarde lamentaremos y que casi garantiza que no obtendremos lo que necesitamos. Cuando estamos enfadados, nuestra atención se centra casi totalmente en aquello que no queremos y nuestro pensamiento se ve atrapado por imágenes que nos muestran cuán equivocados están los otros. Perdemos la perspectiva de lo que sí queremos y necesitamos. Los diez pasos siguientes nos enseñarán a cambiar este patrón y a conectar con nuestro enfado de modo que este sirva para expresar lo que está vivo en nosotros. Descubriremos de dónde viene este sentimiento de enfado y veremos formas de expresarlo de manera que nos permita satisfacer nuestras necesidades y las de los demás cuando nos encontremos en medio de un conflicto. Así, guiados por estos pasos, aprenderemos a generar resultados que sean satisfactorios para todos.
PRIMER PASO PRIMER PASO Vea el enfado como si fuera un testigo luminoso del salpicadero del coche El enfado es como un testigo luminoso del salpicadero del coche que le advierte que algo no va bien; y si le hace caso con prontitud, tendrá más probabilidades de llegar a donde quiere llegar. Recuerde, lo que queremos hacer con el enfado no es simplemente “apagar la señal”. El enfado puede ser un instrumento muy valioso para ayudarnos a comprender cuáles son nuestras necesidades y valores. Nuestras emociones y sensaciones físicas son como los testigos luminosos de nuestro coche que nos ayudan a tener conciencia sobre cuáles de nuestras necesidades están siendo satisfechas y cuáles no. Así que, cuando aparece la rabia o asoma la violencia, es útil recordar que es posible hacer la vida más placentera para nosotros mismos y para los demás si enfocamos nuestra atención en lo que necesitamos y dejamos de lado los pensamientos que nos muestran lo “equivocados” que están los demás y las imágenes que nos hacen verlos como “enemigos”. Convierta en su meta atender sus necesidades subyacentes y buscar una solución que satisfaga las necesidades de todos.
Vea el enfado como si fuera un testigo luminoso del salpicadero del coche PRIMER PASO Vea el enfado como si fuera un testigo luminoso del salpicadero del coche El enfado es como un testigo luminoso del salpicadero del coche que le advierte que algo no va bien; y si le hace caso con prontitud, tendrá más probabilidades de llegar a donde quiere llegar. Recuerde, lo que queremos hacer con el enfado no es simplemente “apagar la señal”. El enfado puede ser un instrumento muy valioso para ayudarnos a comprender cuáles son nuestras necesidades y valores. Nuestras emociones y sensaciones físicas son como los testigos luminosos de nuestro coche que nos ayudan a tener conciencia sobre cuáles de nuestras necesidades están siendo satisfechas y cuáles no. Así que, cuando aparece la rabia o asoma la violencia, es útil recordar que es posible hacer la vida más placentera para nosotros mismos y para los demás si enfocamos nuestra atención en lo que necesitamos y dejamos de lado los pensamientos que nos muestran lo “equivocados” que están los demás y las imágenes que nos hacen verlos como “enemigos”. Convierta en su meta atender sus necesidades subyacentes y buscar una solución que satisfaga las necesidades de todos.
SEGUNDO PASO SEGUNDO PASO Observe con cuidado lo que ha sucedido Si le preguntamos a alguien por qué está enfadado, lo más probable es que nos diga que otra persona ha dicho o hecho algo que no le ha gustado. Un ejemplo podría ser cuando un ejecutivo dice: “¡Qué poco profesional es! ¡Ha arruinado la presentación! ¡Qué irrespetuoso ha sido con todos!”. Tales declaraciones nos dan poca información sobre lo que realmente sucedió . En este paso tendremos que ser como detectives: solo queremos “los hechos”. Veamos la diferencia en la calidad de la información que existe entre la declaración anterior y la que sigue: “Llegó veinte minutos más tarde de lo acordado y los papeles que entregó en la presentación tenían manchas de café”. En este paso intentamos tener una visión clara de qué nos provoca una reacción. Cuando somos capaces de describir objetivamente lo que ha sucedido, es mucho más fácil para nosotros tener claro lo que necesitamos. Asimismo, es menos probable que la gente reaccione de manera defensiva porque les resultará más fácil estar de acuerdo con lo que decimos si somos objetivos. Por tanto, el segundo paso para manejar una situación que nos provoca enfado es poder hacer una observación clara y objetiva de la situación. Frases como “me has insultado”, “eres un controlador” o “siempre estás intentando manipularme” —pronunciadas por un miembro de la pareja— llevan implícito un juicio, pero no describen lo que ha sucedido. Si nuestro objetivo es hacer una observación clara, podemos preguntarnos qué habría grabado una cámara de vídeo. Con esta perspectiva podemos llegar a describir la situación de una manera muy diferente: “Te he oído decir que soy un desordenado”. “Dijiste que no saldrías conmigo a menos que me pusiera el vestido rojo”. “Dijiste que siempre llevo ropa pasada de moda”. Una vez que podamos describir de manera clara a qué estamos reaccionando, libre de interpretaciones o evaluaciones, la gente tenderá menos a reaccionar de manera defensiva cuando nos escuche.
Observe con cuidado lo que ha sucedido SEGUNDO PASO Observe con cuidado lo que ha sucedido Si le preguntamos a alguien por qué está enfadado, lo más probable es que nos diga que otra persona ha dicho o hecho algo que no le ha gustado.
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