Emilia Pardo Bazán - La quimera

Здесь есть возможность читать онлайн «Emilia Pardo Bazán - La quimera» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

La quimera: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «La quimera»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

La quimera es una novela de la escritora española Emilia Pardo Bazán, publicada en 1905. Para escribirla, se inspira en la vida del pintor retratista y amigo Joaquín Vaamonde. En la obra se lo representa como Silvio Lago, protagonista, un artista inmerso en la aspiración del éxito y conducido por el ansia hacia un fatídico desenlace.

La quimera — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «La quimera», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

YOBATES.—Ahora, refrigérate y descansa. En esa estancia hay una pila de mármol, agua clara, aceite perfumado para ungirte, túnica y sandalias para mudarte, mientras se prepara el festín. Salve, Belerofonte, mi huésped. ((Sale BELEROFONTE por una puerta lateral).

ESCENA IV DICHOS menos BELEROFONTE YOBATESYa que se ha retirado - фото 12

ESCENA IV

DICHOS, menos BELEROFONTE

YOBATES.—Ya que se ha retirado, descifraré el mensaje de Preto.

CASANDRA.—Te dirá que honres a Belerofonte como al propio Apolo.

YOBATES.—Eso será. Veamos. (Abre las tabletas; una pausa, en que descifra) ¡Dioses! ¿Qué acabo de leer? ¡Desgracia, afrenta sobre nosotros! ¡Maldición al hijo de Glauco!

CASANDRA.(Le arranca las tabletas y descifra): «Belerofonte el fratricida ha deshonrado a tu hija y mi esposa Antea. Arbitra medio de darle segura muerte apenas llegue a tu palacio». ¡Ah! (Cae desvanecida. YOBATES la sostiene y la saca afuera por otra puerta lateral, frontera a la que acaba de cruzar BELEROFONTE).

ESCENA V BELEROFONTE YOBATES BELEROFONTEHe oído un grito Era la voz de tu - фото 13

ESCENA V

BELEROFONTE, YOBATES

BELEROFONTE.—He oído un grito… Era la voz de tu hija… ¿Corre algún peligro Casandra?

YOBATES.—Ninguno. Grita de terror porque imagina ver llegar a la Quimera. Es preciso que tú seas el héroe encargado de exterminarla.

BELEROFONTE.—La exterminaré si me concedes llamarme esposo de tu hija.

YOBATES.—Después de que hayas vencido a la Quimera, puedo prometértelo todo.

Acto segundo

Los jardines del palacio de Yobates. Una estatua de Eros.

ESCENA I

CASANDRA, BELEROFONTE. Viste aún el traje de viajero.

CASANDRA.—¿Nadie nos ha seguido? ¿Nadie nos espía?

BELEROFONTE.—Nadie. Rumor de hojas agitadas por el viento de la noche es lo que escuchas, amor mío, y sombras movedizas de ramas es lo que tomas por cuerpos de perseguidores.

CASANDRA.—Tengo miedo, miedo delicioso.

BELEROFONTE.—Acércate a mí. No tiembles. Aquí hablaremos libremente. ¿Qué es lo que tanto ansías decirme?

CASANDRA.—Casi no lo recuerdo. Antes de verte componía mil discursos para recitártelos; y ahora que estoy a tu lado, ni una sola frase se me ocurre. Sin embargo, algo grave… (Dando un grito). ¡Ah! Sí, ¡ya sé, ya sé! ¡Huye, huye cuanto antes de este palacio! Mi padre tiene encargo de darte muerte.

BELEROFONTE.—¿Encargo? ¿A mí?

CASANDRA.—Las tabletas que trajiste contenían un mensaje de Preto… ¿Comprendes? (Pausa, BELEROFONTE guarda silencio). ¡Veo que comprendes! (Con horror). ¿Era cierto?

BELEROFONTE.—Sí, Casandra. No he de mentir; cierto era.

CASANDRA.—¡Mi hermana!

BELEROFONTE.—Te amé en ella antes de amarte en ti misma. Es tan hermosa como tú, pero tú, piadosa virgen, por dentro eres blanca como el vellón de las ovejas de tu aprisco; a ti, no a ella, aspiraba mi espíritu, ansioso de algo muy grande. Le propuse que siguiese mi errante destino y rehusó: no quería dejar el palacio donde es reina, el lecho de marfil, las ricas estancias con artesonados de cedro. No me quería.

CASANDRA.—Yo iré adonde tú vayas, y pisaré tu huella con los pies descalzos. Si esposa, esposa; si amante, amante; si esclava, esclava. La helada Escitia y la Libia ardorosa, infestada de áspides, me son iguales contigo. Descender al reino de las sombras reunidos, ¡qué alegría! Tu vista fue para mí como filtro de maga. Quisiera bajar a lo más secreto de tu espíritu, como bajan al fondo del océano los buzos para traerme las perlas de mis collares.

BELEROFONTE.—Baja y solo encontrarás tu imagen celeste. Casandra, mañana a esta misma hora huiremos de aquí juntos.

CASANDRA.—¿Mañana? No; hoy mismo, ahora. ¿No ves que quieren hacerte morir? Pronto, pronto. Conozco el camino hasta la selva: he ido allí con mis rebaños. Te guiaré.

BELEROFONTE.—Antes de arrebatarte de aquí como el milano a la paloma, tengo que cumplir mi destino heroico: tengo que vencer y exterminar a la Quimera.

CASANDRA.—¡A la Quimera! Pero ¿no ves que ese es el medio que han elegido para enviarte al reino de las sombras? Nadie vencerá al monstruo. Hace pedazos a quien se aproxima. No irás: te sujetaré con mis brazos.

BELEROFONTE.—Iré y la venceré. Presiento que la sombría Diosa que me guía, la más poderosa de todas, la Fatalidad, cuyo templo se eleva frente al palacio de mi padre, ha decretado que yo extermine al endriago. La sola idea del peligro y del horrendo combate, la perspectiva del momento en que hundiré mi espada hasta el puño en el escamoso pecho de la Quimera mientras sus garras de acero pugnarán por clavarse en mi cuerpo y resbalarán sobre la tersura de la coraza, ¡ah!, estremece mi corazón de gozo y de locura, como a la virgen el abrazo del esposo. Casandra, Casandra mía, ¿de qué nos sirve haber sido concebidos en el vientre de nuestras madres y haber visto la luz de Apolo y gustado el tuétano y el añejo vino, si hemos de vivir en cobarde oscuridad? Antes morir joven, espiga segada verde aún, que envejecer en miserable inacción. Déjame ir a la Quimera. La adoro con rabia: ¡de otro modo que a ti! pero ¡también, también la adoro!

CASANDRA.—Yo siento igualmente una especie de atracción extraña por el monstruo. Quisiera conocer su aspecto terrible. ¿No sabes? Desde que apareció por estos contornos, mi padre no me permite salir al aprisco ni visitar los establos. Teme que encuentre al monstruo y sufra la suerte de otras doncellas, que arrastró a su cueva para devorarlas. Y yo, sin pavor, anhelo verla: mis ojos tienen sed de ella, como tienen sed de ti.

BELEROFONTE.—Muerta te la traeré y a tus pies arrojaré sus despojos. Y mañana, a esta hora…

CASANDRA.—¡Juntos!

BELEROFONTE.—Para siempre.

CASANDRA.—¡A pesar de todos!

BELEROFONTE.—De todos y de todo.

CASANDRA.—De aquí a mañana, ¡cuánto tiempo!

BELEROFONTE.—Acortémoslo. No me separo de ti hasta que amanezca.

CASANDRA.—De aquí al amanecer, ¡qué corto plazo!

BELEROFONTE.—Ya declina la luna.

CASANDRA.—Y el aroma del nardo es menos penetrante.

BELEROFONTE.—Todavía embriaga.

CASANDRA.—Desfallece con él mi espíritu.

BELEROFONTE.—¡Qué silencio tan dulce!

CASANDRA.—Oigo los latidos de tu corazón.

BELEROFONTE.—No; es el tuyo.

MUTACIÓN.—Sitio solitario y salvaje, donde se ve la entrada de la cueva de la QUIMERA.

ESCENA II CASANDRA MINERVA CASANDRAAquí debe de ser Veo la boca del - фото 14

ESCENA II

CASANDRA, MINERVA

CASANDRA.—Aquí debe de ser. Veo la boca del antro. Escondida detrás de aquellos peñascales asistiré al combate; y si mi amado perece, saldré a entregarme al monstruo para que me haga pedazos también.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «La quimera»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «La quimera» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Susan Donovan - Aint too proud to beg
Susan Donovan
Emilia Pardo Bazán - The Swan of Vilamorta
Emilia Pardo Bazán
Emilia Pardo Bazán - Dulce dueño
Emilia Pardo Bazán
David Sáez Ruiz - Emilia, la mirada abisal
David Sáez Ruiz
Emilia Pardo Bazán - La sirena negra
Emilia Pardo Bazán
Ana Melisa Pardo Montaño - Debates sobre transnacionalismo
Ana Melisa Pardo Montaño
Jacqueline Balcells - Emilia. Intriga en Quintay
Jacqueline Balcells
Edmée Pardo - Flor de un solo día
Edmée Pardo
Emilia Pardo Bazán - Cuentos góticos
Emilia Pardo Bazán
Gotthold Lessing - Emilia Galotti
Gotthold Lessing
Отзывы о книге «La quimera»

Обсуждение, отзывы о книге «La quimera» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x