1 Funcionó. Funcionó, aunque la ciencia detrás del rescate había sido formulada antes de que Wilbur y Orville Wright volaran; de que los médicos se lavaran las manos para las cirugías; de que se inventaran la pluma estilográfica, la bombilla incandescente de luz y las estampillas postales. La ciencia es la física, específicamente la ley de la gravedad que Isaac Newton desarrolló en su obra Philosophic naturalis principia mathematics (Principios matemáticos de la filosofía natural), publicada en 1687.1 Luego de orbitar alrededor de la Luna, Tom Hanks, quien interpreta al comandante Jim Lovell, dice: “Acabamos de poner al señor Isaac Newton en el asiento del conductor”. Si la NASA pudiera haber transportado a Newton hasta 1970, si lo hubieran sentado en una sala y le hubieran dado una hoja en blanco, un lápiz y algunas variables, él les habría dicho qué hacer basado en lo que escribió en su obra. Sin lugar a dudas, la obra de Newton ha sido considerada no solamente uno de los logros científicos más grandes de la historia de la humanidad, sino también uno de los mayores logros intelectuales. Su trabajo se infiltró en casi todas las demás ramas del pensamiento occidental. La historia, la economía, la filosofía, la biología, la teología, la psicología, la sociología: todas han sido recalibradas a partir de las implicancias de la física newtoniana, y es una influencia que alcanza al siglo XXI (a pesar de que a principios del siglo XX esa influencia se debilitó como resultado de postulados de Einstein y la física cuántica). El logro de Newton fue tan magnífico que el poeta Alexander Pope escribió este epitafio: “La naturaleza y sus leyes yacían escondidas en la noche. Dios dijo ‘¡Que exista Newton!’ y hubo luz”.2
Isaac Newton, Mathematical Principles of Natural Philosophy, trad . I. Bernard Cohen y Anne Whitman, asistidos por Julia Budenz (Berkeley: University of California Press, 1999).
2 El logro de Newton fue tan magnífico que el poeta Alexander Pope escribió este epitafio: “La naturaleza y sus leyes yacían escondidas en la noche. Dios dijo ‘¡Que exista Newton!’ y hubo luz”.2
Sir Isaac Newton, Abadía de Westminster, https://www.westminster-abbey.org/our-history/people/sir-isaac-newton. El Papa había esperado que este epitafio se pusiera en el monumento a Newton, pero no se permitió. En vez de eso, lo siguiente, que fue inscrito aquí, aunque no era tan elocuente como las líneas del Papa, de todas formas, cumple con el propósito: “Aquí yace enterrado Isaac Newton, Caballero, quien gracias a una fuerza mental casi divina, y principios matemáticos peculiarmente propios, exploró el curso y los números de los planetas, los senderos de los cometas, las olas del mar, las diferencias en los rayos de luz y, lo que ningún otro erudito había imaginado: las propiedades de los colores así producidos. Diligente, sagaz y fiel en sus exposiciones de la naturaleza, la antigüedad y las Sagradas Escrituras, vindicó a través de su filosofía la majestuosidad del poder y la bondad de Dios, y expresó la simplicidad del evangelio en sus modales. Los mortales se regocijan en que haya existido tal adorno de la raza humana. Nació el 25 de diciembre de 1642 y murió el 20 de marzo de 1726 ( Ibíd. ).
3 Austin L. Hughes, “The Folly of Scientism”, The New Atlantis, Nº 37 (Otoño 2012), p. 32. Para una crítica poderosa reciente al cientificismo, ver Richard N. Williams y Daniel N. Robinson, eds., Scientism: The New Orthodoxy (London: Bloomsbury Academic, 2015).
4 Alex Rosenberg, The Atheist’s Guide to Reality: Enjoying Life Without Illusions (Nueva York: W. W. Norton, 2011), edición Kindle, cap. 1.
5 Atribuido a Russell en Ted Peters, Cosmos as Creation: Theology and Science in Consonance (Nashville: Abingdon Press, 1989), p. 14, con una nota de que fue “dicho en una audiencia de la BBC [hace un tiempo en este siglo]” ( Ibíd. ). La otra versión de la cita atribuida a él es “Lo que la ciencia no puede descubrir, la humanidad no puede saberlo”.
6 John W. Loftus, ed., The Christian Delusion: Why Faith Fails (Nueva York: Prometheus Books, 2010), edición Kindle, cap. 4.
7 Newton, Principia, 943. “Todavía no he sido capaz de deducir a partir de los fenómenos la razón para estas propiedades de la gravedad, y no compongo ninguna hipótesis. Porque lo que no se deduzca de los fenómenos debe ser llamado hipótesis; y las hipótesis, ya sean metafísicas o físicas, o basadas en cualidades ocultas, o mecánicas, no tienen lugar en la filosofía experimental. En esta filosofía exprimental, las proposiciones se deducen a partir de los fenómenos y generalmente se hacen por inducción” ( Ibíd. ).
8 Newton a Richard Bentley, 189.R.4.47, ff. 7, 8, Trinity College Library, Cambridge, RU, publicado en octubre de 2007, http://www.newtonproject.sussex.ac.uk/view/texts/normalized/THEM00258
9 Alexander Bird, Philosophy of Science, Fundamentals of Philosophy (Routledge, 2006), edición Kindle, cap. 4. Algunos argumentan que llamarlo “falso” es demasiado fuerte; sería mejor decir que estaba incompleto, o viable solo bajo ciertas condiciones.
10 Massachusetts Institute ofTechnology, “Toward Quantum Chips: Packing Single-Photon Detectors on an Optical Chip Is Crucial for Quantum-Computational Circuits”, Science Daily , 9 de enero de 2015, https://www.sciencedaily.com/releases/2015/01/150109101047.htm
11 W. T. Stace, “Science and the Physical World”, en Introductory Readings in the Philosophy of Science, ed. E. D. Klemke, Robert Hollinger y David Wyss Rudge, con A. David Kline (Amherst, Nueva York: Prometheus Books, 1998), p. 355 (cursiva en el original).
12 Alister McGrath y Joanna Collicutt McGrath, The Dawkins Delusion? Atheist Fundamentalism and the Denial of the Divine (Downers Grove, Illinois: IVP Books, 2007), p. 38 (cursiva en el original).
13 Arthur Schopenhauer, The World as Will and Representation, t. 2 (Londres: J. M. Dent, 2001), p. 3.
14 Ian G. Barbour, When Science Meets Religion: Enemies, Strangers, or Partners? (Nueva York: HarperSanFrancisco, 2000), p. 14 (cursiva en el original).
15 Del Ratzsch, Science and Its Limits: The Natural Sciences in Christian Perspective (Downers Grove, Illinois: IVP Academic, 2000), p. 11 (cursiva en el original).
16 Paul VeyetafoenA., Against Method, 3rd ed. (Londres: Verso, 1993), p. 1; (cursiva en el original).
17 Czeslaw Milosz, “Meaning”, New and Collected Poems, 1931-2001 (Nueva York: Harper-Collins, 2003), p. 569.
18 Michael Polanyi y Harry Prosch, Meaning (Chicago: University of Chicago Press, 1977), p. 25 (cursiva en el original).
19 Leon Wieseltier, “Crimes Against Humanities”, New Republic, 3 de septiembre de 2013, https://newrepublic.com/article/114548/leon-wieseltier-responds-steven-pinkers-scientism?a&utm_campaign=tnr-daily-newsletter&utm_source=hs_.
20 Gary B. Ferngren, ed., Science and Religion: A Historical Introduction (Baltimore: Johns Hopkins University Press, 2002), p. xiii.
21 Michael Shermer, The Moral Arc: How Science and Reason Lead Humanity Toward Truth, Justice, and Freedom (Nueva York: Henry Holt, 2015), p. 15 (cursiva en el original).
22 Thomas Nagel, The View From Nowhere (Nueva York: Oxford University Press, 1986), edición Kindle, cap. 5, sec. 1. La cita completa, en contexto, vale la pena leer, porque también se aplica a los desafíos de la ciencia: “La pregunta es cómo seres limitados como nosotros pueden alterar su concepción del mundo para que ya no sea la visión desde dónde están sino, en un sentido, una visión desde ningún lado, que incluya y comprenda el hecho de que el mundo contiene seres que lo poseen, explique porqué el mundo les parece como lo hace antes de la formación de esa concepción y explica cómo pueden llegar a la concepción en sí misma” ( Ibíd. ).
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