Jack Benton - El Encargado De Los Juegos

Здесь есть возможность читать онлайн «Jack Benton - El Encargado De Los Juegos» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

El Encargado De Los Juegos: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «El Encargado De Los Juegos»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

El Encargado De Los Juegos — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «El Encargado De Los Juegos», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

El primer nombre en la lista era Clora Ball. Las notas de Croad la describían como «Parece vieja, huele mal, no sonríe. Exnovia de Den».

Su domicilio estaba a un paseo de veinte minutos por un camino estrecho que acababa en un desmañado edificio de dos plantas en el que el piso inferior se usaba como garaje de maquinaria agrícola. Clora vivía en el piso superior, al que se accedía por una puerta a un lado de la casa. Slim se encontró pulsando un botón de un portero automático moderno sin tener idea de qué iba a decir.

—¿Qué pasa? —oyó decir a una voz electrónica a través del receptor— ¿Sabe qué hora es?

Slim miró la pantalla de su viejo teléfono Nokia. Las diez menos cuarto de la mañana.

Le dijo la hora.

—¿Puedo hablar con usted, por favor? Me gustaría preguntarla sobre Dennis Sharp.

El receptor hizo clic y se apagó. Slim esperó unos largos segundos, pensando que ya había llegado a un callejón sin salida cuando sonó la puerta, abriéndose unos centímetros.

—¡Aquí arriba! —gritó una voz desde una puerta en lo alto de una empinada escalera.

Slim subió. Le llegó el olor a mitad de camino. La acritud familiar de una vida arruinada: comida precocinada, cigarrillos, alcohol barato. Se detuvo mientras esperaba a que su cabeza dejara de martillear, consciente de que su investigación podía resolverse este primer día y luego continuó subiendo.

Clora Ball se había retirado a una butaca con brazos en medio de un reino de basura. Los elementos de una vida normal se expresaban en elementos de cocina, aparadores, mesas y sillas, pero parecía como si hubiera pasado una ola dejando basura en todas las superficies disponibles. Ella tomó el mando remoto del televisor y apuntó a este, que no estaba inmediatamente visible al encontrarse en medio de una pila de cajas, luego se giró hacia él con gesto de desafío como si empezara un episodio de La guerra de la basura .

—No me ha dado tiempo a ordenar. ¿Quién es usted, de todos modos?

—Me llamo Slim Hardy. Soy investigador privado. Quería preguntarla sobre un viejo conocido. Dennis Sharp.

—Bueno, menuda historia, ¿verdad? Hacía mucho que no oía ese nombre, aunque no sea alguien a quien una quiera olvidar.

Clora, a pesar de su aparente carácter esquivo, parecía contenta de tener compañía. Cuando Slim no respondió de inmediato, agitó una mano gordezuela en dirección a la cocina.

—Acabo de hervir agua —dijo—. Si quiere hacerse un té, tráigame uno. Si hubiera querido matarme, supongo que ya lo habría hecho, así que supongo que no quiere hacerme daño.

Slim se abrió paso obedientemente hasta la cocina y volvió con dos tazas de té. La leche estaba agria, así que dejó el suyo negro y añadió solo un poco al de Clora.

Despejó un asiento y se sentó cerca.

—Olvidó el azúcar —dijo Clora, como si Slim hubiera debido saberlo—. Supongo que debo tomar menos, así que déjelo. Sabe que Den está muerto, ¿no?

Slim simuló sorpresa y empezó a crear la compleja mentira que había ideado para animar a la gente a hablar.

—Trabajo para un fondo de inversión con sede en Londres —dijo—-. Mr. Sharp tenía unos activos que han vencido. El gestor de fondos ha sido incapaz de contactar con él, así que me han enviado para encontrarlo y, en su ausencia, a su heredero.

—¿Cuánto dinero?

—Una cantidad de seis cifras —dijo Slim, viendo cómo ella miraba al techo, frunciendo el ceño mientras trataba de calcular cuánto seria eso—. Es una cantidad importante. Las condiciones del contrato son que deberían pasar a las manos de su pariente más cercano en caso de muerte legal. Un tipo con el que me topé en el pueblo me dio su dirección. —Se removió en su asiento, preparando el cebo para que picara—. El gestor del fondo ha autorizado pagos menores para cualquiera que pueda darnos información fiable.

—¿Cuánto?

—Depende. ¿Cómo de bien conocía a Mr. Sharp?

Clora se agitó. La silla chirrió bajo ella, así como el suelo. Sus brazos regordetes se levantaron como si contuvieran información y sonrió.

—Éramos amantes.

—¿Tenía una relación con Mr. Sharp?

Clora se encogió de hombros.

—Algo así. Ese Den era un rufián. Yo no era la única y lo sabía, pero no me importaba. —Volvió a sonreír, mirando a la lejanía—. Era uno de esos tíos duros a los que una mujer no podía resistirse. No me hubiera importado que se tirara a la mitad del pueblo mientras volviera a mí de vez en cuando. —De repente, su semblante se apagó—. Pero cuando oí hablar de Eleanor, pensé que se había pasado.

—¿Eleanor? ¿Ellie Ozgood? ¿La hija de Oliver Ozgood?

—Usted ya ha investigado —dijo Clora—. La hija y heredera de Ozgood.

—¿Tenían una relación?

—Eso decían. A mí me resultaba difícil creerlo. Den tenía menos de cuarenta años. Podía resultar atractivo para cierta edad, pero una chica rica de un colegio privado… no lo podía entender. Entonces se supo lo de la violación. Eso tenía más sentido.

—Por supuesto, a usted le sorprendió lo que hizo.

—¿La violación? —Clora rio—. Un montón de mierda, eso es lo que era. Den no era un violador, no tenía ese carácter. —Sonrió con suficiencia—. Con esa mirada, no lo necesitaba. No, era la palabra de ella contra la suya. El caso se habría sobreseído incluso si ella no hubiera retirado los cargos. Den habría sido absuelto de cualquier delito, como cualquiera con medio cerebro habría sabido. No, traspasó una línea desde el principio al acercarse a ella. Por ir con el enemigo.

10

Capítulo Diez Slim esperaba más detalles pero Clora anunció abruptamente que - фото 12

Capítulo Diez

Slim esperaba más detalles, pero Clora anunció abruptamente que iba a empezar un concurso televisivo que le gustaba y que debía volver en otro momento si quería hablar más.

De vuelta en el exterior, caminó por el sendero hasta la encrucijada, tomando la dirección que llevaba al pueblo de Scuttleworth, con la cabeza bullendo de nuevas ideas. Cuando se suponía que tenía que encontrar a quien podía haber tenido el conocimiento para hacerse pasar por Dennis Sharp, se encontraba con acusaciones veladas de conducta inapropiada por parte de Ollie Ozgood y su familia.

Scuttleworth constituía un cruce de caminos y se agrupaba como una tela de araña, aunque solo el camino del norte podía considerarse utilizable para el tráfico. Todas las carreteras al sur de la iglesia se degradaban formando un camino de un solo carril, recorriendo montañas y cerros como si alguna vez un gigante hubiera creado una red descuidada de caminos a lo largo del paisaje. La carretera hacia el norte incluía los pocos edificios comerciales: dos tiendas pequeñas, una oficina de correos y una tienda de materiales de construcción. La iglesia estaba en una depresión rodeada por árboles y al otro lado de la calle había un pub. El camino que pasaba de este a oeste consistía en dos hileras enfrentadas de granjas con muros de piedra que gradualmente daban paso al campo.

No había nadie. Una de las dos tiendas estaba cerrada, con un cartel en el escaparate que se había ido borrando por la luz solar hasta quedar ilegible. Slim entró en la otra, a través de una puerta medio bloqueada por una gabardina verde tirada en el suelo y encontrándose en un cuarto largo y apretado lo suficientemente estrecho como poder alcanzar simultáneamente las paredes de ambos lados por encima de las estanterías. Aparte de un estante bien provisto de botellas de dos litros de agua mineral, la tienda tenía poca cosa. Slim tomó una lata de alubias, le dio la vuelta y vio que su consumición preferente se había sobrepasado en dos meses. Lo mismo pasaba con un paquete de pasta deshidratada, mientras una barra de pan de cereales en una cesta al lado de la caja estaba dura, según pudo apreciar al tocarla con el dedo.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «El Encargado De Los Juegos»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «El Encargado De Los Juegos» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «El Encargado De Los Juegos»

Обсуждение, отзывы о книге «El Encargado De Los Juegos» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x