Santa Teresa de Jesús - El libro de las fundaciones

Здесь есть возможность читать онлайн «Santa Teresa de Jesús - El libro de las fundaciones» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

El libro de las fundaciones: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «El libro de las fundaciones»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

El Libro de las Fundaciones es la historia de un entusiasmo, la crónica de una Reforma, gemela y alternativa a la luterana, llevada a cabo por santa Teresa y escrita a lo largo del decenio final de su vida. El texto ha sido rigurosamente revisado siguiendo el de la última edición crítica-facsímil del autógrafo teresiano (Tomás Álvarez, 2003), lo que ha permitido incorporar numerosas correcciones con respecto a las ediciones anteriores. Asimismo, conlleva abundantes notas de carácter filológico, histórico y doctrinal, con el fin de facilitar la lectura, la comprensión del texto y el acceso a todo tipo de lectores, conforme al deseo de la propia autora y con su misma invitación: «Las Fundaciones van ya al cabo. Creo se ha de holgar de que las vea, porque es cosa sabrosa». Teresa de Jesús es una mujer nada común que estuvo fuertemente comprometida «con un compromiso crítico, no exento de protesta» con la sociedad de su tiempo. Un compromiso que la llevó a fundar dieciséis conventos de monjas y otros tantos de frailes en un tiempo récord. Y esto en una época antifeminista y de analfabetismo generalizado. Su fuerte personalidad, su protagonismo, su fina ironía, convierten sus obras, escritas por mandato de sus confesores, en una fuente de primer orden, un observatorio excepcional, para ver al vivo numerosas realidades de aquella España de la segunda mitad del siglo XVI.

El libro de las fundaciones — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «El libro de las fundaciones», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

[13] Está claro que no puede uno dar lo que no tiene, sino que es menester tenerlo primero. Pues créanme, que, para adquirir este tesoro, que no hay mejor camino que cavar y trabajar para sacarle de esta mina de la obediencia; que mientras más caváremos, hallaremos más, y mientras más nos sujetáremos a los hombres, no teniendo otra voluntad sino la de nuestros mayores, más estaremos señores de ella para conformarla con la de Dios. Mirad, hermanas, si quedará bien pagado el dejar el gusto de la soledad. Yo os digo que no por falta de ella dejaréis de disponeros para alcanzar esta verdadera unión que queda dicha, que es hacer mi voluntad una con la de Dios. Esta es la unión que yo deseo y querría en todas, que no unos embebecimientos muy regalados que hay, a quien tienen puesto nombre de unión. Y será así, siendo después de ésta que dejo dicha. Mas si después de esa suspensión queda poca obediencia y propia voluntad, unida con su amor propio me parece a mí que estará, que no con la voluntad de Dios. Su Majestad sea servido de que yo lo obre como lo entiendo.

[14] La segunda causa[197] que me parece causa este sinsabor, es que, como en la soledad hay menos ocasiones de ofender al Señor (que algunas, como en todas partes están los demonios y nosotros mismos, no pueden faltar), parece anda el alma más limpia; que, si es temerosa de ofenderle, es grandísimo consuelo no haber en qué tropezar. Y, cierto, ésta me parece a mí más bastante razón para desear no tratar con nadie que la de grandes regalos y gustos de Dios.

[15] Aquí, hijas mías, se ha de ver el amor, que no a los rincones, sino en mitad de las ocasiones. Y creedme, que, aunque haya más faltas y aun algunas pequeñas quiebras, que sin comparación es mayor ganancia nuestra. Miren que siempre hablo presuponiendo andar en ellas por obediencia o caridad, que, a no haber esto de por medio, siempre me resumo en que es mejor la soledad, y aun que hemos de desearla, aun andando en lo que digo; a la verdad, este deseo él anda continuo en las almas que de veras aman a Dios. Por lo que digo que es ganancia, es porque se nos da a entender quién[198] somos y hasta dónde llega nuestra virtud. Porque una persona siempre recogida, por santa que a su parecer sea[199], no sabe si tiene paciencia ni humildad, ni tiene cómo lo saber. Como si un hombre fuese muy esforzado, ¿cómo se ha de entender si no se ha visto en batalla? San Pedro harto le parecía que era, mas miren lo que fue en la ocasión; mas salió de aquella quiebra no confiando nada de sí, y de allí vino a ponerla en Dios y pasó después el martirio que vimos.

[16] ¡Oh, válgame Dios, si entendiésemos cuánta miseria es la nuestra! En todo hay peligro si no la entendemos; y a esta causa nos es gran bien que nos manden cosas para ver nuestra bajeza. Y tengo por mayor merced del Señor un día de propio y humilde conocimiento, aunque nos haya costado muchas aflicciones y trabajos, que muchos de oración; cuánto más que el verdadero amante en toda parte ama y siempre se acuerda del amado. ¡Recia cosa sería que sólo en los rincones se pudiese traer oración! Ya veo yo que no puede ser muchas horas; mas, ¡oh, Señor mío!, ¡qué fuerza tiene con Vos un suspiro salido de las entrañas, de pena por ver que no basta que estamos en este destierro, sino que aun no nos den lugar para eso que podríamos estar a solas gozando de Vos![200].

[17] Aquí se ve bien que somos esclavos suyos, vendidos por su amor de nuestra voluntad a la virtud de la obediencia, pues por ella dejamos, en alguna manera, de gozar al mismo Dios. Y no es nada, si consideramos que Él vino del seno del Padre por obediencia a hacerse esclavo nuestro. Pues, ¿con qué se podrá pagar ni servir esta merced? Es menester andar con aviso de no descuidarse de manera en las obras, aunque sean de obediencia y caridad, que muchas veces no acudan a lo interior a su Dios. Y créanme, que no es el largo tiempo el que aprovecha el alma en la oración, que, cuando le emplean tan bien en obras, gran ayuda es, para que en muy poco espacio tenga mejor disposición para encender el amor que en muchas horas de consideración. Todo ha de venir de su mano. Sea bendito por siempre jamás.

Capítulo 6

Avisa los daños que puede causar a gente espiritual no entender cuándo ha de resistir al espíritu. Trata de los deseos que tiene el alma de comulgar. El engaño que puede haber en esto. Hay cosas importantes para las que gobiernan estas casas[201].

[1] Yo he andado con diligencia procurando entender de dónde procede un embebecimiento[202] grande que he visto tener a algunas personas a quien[203] el Señor regala mucho en la oración, y por ellas no queda el disponerse a recibir mercedes. No trato ahora de cuando un alma es suspendida y arrebatada de su Majestad, que mucho he escrito en otras partes de esto[204], y en cosa semejante no hay que hablar; porque nosotros no podemos nada, aunque hagamos más por resistir, si es verdadero arrobamiento[205]. Hase de notar que en éste dura poco la fuerza que nos fuerza a no ser señores de nosotros. Mas acaece muchas veces comenzar una oración de quietud, a manera de sueño espiritual, que embebece el alma de manera que, si no entendemos cómo se ha de proceder aquí, se puede perder mucho tiempo y acabar la fuerza por nuestra culpa y con poco merecimiento.

[2] Querría saberme dar aquí a entender, y es tan dificultoso, que no sé si saldré con ello; mas bien sé que, si quieren creerme, lo entenderán las almas que anduvieren en este engaño. Algunas sé que se estaban siete u ocho horas, y almas de gran virtud, y todo les parecía era arrobamiento; y cualquier ejercicio virtuoso las cogía[206] de tal manera, que luego se dejaban a sí mismas[207], pareciendo no era bien resistir al Señor; y así, poco a poco, se podrán morir o tornar tontas, si no procuran el remedio. Lo que entiendo en este caso es que, como el Señor comienza a regalar el alma y nuestro natural es tan amigo de deleite, empléase tanto en aquel gusto, que ni se querría menear, ni por ninguna cosa perderle. Porque, a la verdad, es más gustoso que los del mundo, y cuando acierta en natural flaco o de su mismo natural el ingenio (o, por mejor decir, la imaginación) no variable, sino que, aprehendiendo en una cosa, se queda en ella sin más divertir, como muchas personas que comienzan a pensar en una cosa (aunque no sea de Dios), se quedan embebidas o mirando una cosa sin advertir lo que miran: una gente de condición pausada[208], que parece de descuido se les olvida lo que van a decir; así acaece acá, conforme a los naturales o complexión o flaqueza, o que si tienen melancolía, harálas entender mil embustes gustosos.

[3] De este humor hablaré un poco adelante[209]; mas aunque no le haya, acaece lo que he dicho[210], y también en personas que de penitencia están gastadas, que, como he dicho, en comenzando el amor a dar gusto en el sentido, se dejan tanto llevar de él, como tengo dicho[211]. Y a mi parecer, amarían muy mejor no dejándose embobar, que en este término de oración pueden muy bien resistir; porque, como cuando hay flaqueza se siente un desmayo que ni deja hablar ni menear, así es acá si no se resiste, que la fuerza del espíritu (si está flaco el natural) le coge y sujeta.

[4] Podránme decir que qué diferencia tiene esto de arrobamiento, que lo mismo es, al menos al parecer. Y no les falta razón, mas no al ser[212]. Porque en arrobamiento o unión de todas las potencias, como digo, dura poco y deja grandes efectos y luz interior en el alma, con otras muchas ganancias, y ninguna cosa obra el entendimiento, sino el Señor es el que obra en la voluntad. Acá[213] es muy diferente, que, aunque el cuerpo está preso, no lo está la voluntad ni la memoria ni entendimiento, sino que harán su operación desvariada, y por ventura[214], si han asentado en una cosa, aquí darán y tomarán[215].

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «El libro de las fundaciones»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «El libro de las fundaciones» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


José María Fernández Lucio - Momentos con santa Teresa
José María Fernández Lucio
José Vicente Rodríguez Rodríguez - Los papiros de la madre Teresa de Jesús
José Vicente Rodríguez Rodríguez
Santa Teresa De Lisieux - Historia de un alma
Santa Teresa De Lisieux
Santa Teresa
Неизвестный Автор
María Fernanda Porfiri - El Libro de las Revelaciones
María Fernanda Porfiri
Отзывы о книге «El libro de las fundaciones»

Обсуждение, отзывы о книге «El libro de las fundaciones» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x