Novala Takemoto - Kamikaze girls

Здесь есть возможность читать онлайн «Novala Takemoto - Kamikaze girls» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Kamikaze girls: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Kamikaze girls»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Novela de culto de la cultura lolita japonesa. Libro escrito por Novala Takemoto. Momoko vive en Shimotsuma, un pueblo rural de Japón, y está obsesionada con la estética «lolita», un movimiento que adora el rococó francés del siglo XVIII y su forma de vestir. Su manera de ver la vida no encaja con la del lugar, que considera demasiado pueblerina para ella, por lo que decide vivir al margen de todo y pasar su tiempo dedicada a bordar, leer, escuchar música clásica y viajar a Tokio a comprar ropa lolita. Su vida cambia el día que conoce a Ichigo, una motera integrante de una banda juvenil de chicas y aspirante a sukeban que la embarca en la búsqueda de un mítico bordador de chaquetas de yakuza, al que nadie ha visto jamás, y del que necesita un trabajo muy especial. Durante esta empresa las dos vivirán lo que es la amistad, la lealtad, la bondad o el desamor. Un torbellino de emociones que anuncia un paso a la madurez al que intentan resistirse con pesar.

Kamikaze girls — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Kamikaze girls», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Lo habían despedido incluso de la yakuza, así que al poco tiempo retomó su inútil vida de siempre y cayó más bajo si cabe. Otra vez bebía por las mañanas, robaba dinero del monedero de mi madre para ir a apostar y, cuando perdía, volvía y empezaba de nuevo. Pese a todo, había una persona digna de admiración que se preocupaba por un padre tan inútil como el mío. Se trataba de un aniki que se había hecho cargo de él en la organización. Este aniki no podía mirar para otro lado ante la tremendamente inútil vida del inútil de mi padre, así que medió para encontrarle un trabajo. Este consistía en vender falsificaciones de ropa de marca. No sé muy bien los detalles, pero parece que el inútil de mi padre trabajaba subcontratado para su antigua organización. La organización le daba las órdenes, el inútil de mi padre iba a tal o cual lugar o fábrica a encargar estas falsificaciones «a estos precios y en estas cantidades, y que estén listos para este día». Cuando el pedido de falsificaciones estaba listo, el inútil de mi padre iba a recogerlo y pagaba de su propio bolsillo a la fábrica. Después, los productos se ponían a la venta a través de diversas rutas de distribución. El inútil de mi padre tenía que pagar un porcentaje determinado a la organización en concepto de cuota, tanto si las falsificaciones se vendían como si no. Por ejemplo, si la organización le pide que se fabriquen un total de cien bolsos falsificados, él los paga de su propio bolsillo a la fábrica, y si al intentar venderlos solo consigue colocar cincuenta, la organización no lo considera beneficio, sino falta de capacidad de venta por parte del inútil de mi padre, que estará obligado a pagar la cuota correspondiente a las cien unidades que le encargaron. Es un negocio ruinoso, se mire como se mire. Pero el inútil de mi padre no tenía elección posible. Primero pidió un préstamo y cuando tuvo algo de capital se instaló en el negocio de la venta de falsificaciones. La mayoría de las que le pedían eran de Versace.

Las falsificaciones, al igual que todo lo demás, están sujetas a la ley de marcas, así que la infringen. De todos modos, podemos mencionar principalmente dos sistemas de falsificación. Los periódicos y noticieros han puesto el foco en las falsificaciones que se conocen como «supercopias». Son falsificaciones muy difíciles de diferenciar del original incluso para un especialista; se hacen en Taiwán y Corea del Sur con unos materiales y un grado de detalle similares a los del original. El otro sistema consiste en hacer la marca o el logotipo de alguna maison, o algo lo más parecido posible al original, y ponerlo en copias de los productos de dicha maison e incluso en otros que esta no produce, pero que se podría pensar que, por diseño, encajan en ella. Es una forma especialmente barata de elaborar falsificaciones. El inútil de mi padre recurría a este último sistema, como no podría ser de otro modo. Las falsificaciones del primer sistema buscan por todos los medios parecerse al original, intentando venderse como si fueran el producto real. Para ello reproducen con fidelidad cosas como las etiquetas, las cajas o las instrucciones del original. Por el contrario, las falsificaciones del último tipo se venden de un modo chapucero a más no poder. De momento, con que el logo o la marca sean bien grandes, todo va bien. Después, todo vale.

Cuando el inútil de mi padre se familiarizó con el trabajo, se hizo unas placas donde ponía «Office Ryūgasaki (S.A.)» y las colocó en la puerta del apartamento y en el buzón (como no teníamos dinero, las letras iban escritas a mano, mira si es triste). Puso «S.A.», aunque no fuera una sociedad anónima, simplemente porque creía que quedaba bien. El inútil de mi padre no tenía ni idea de la diferencia entre una sociedad anónima y una sociedad limitada. El inútil de mi padre tenía la casa llena de falsificaciones que seguían metidas en sus cajas de cartón desde el día que se las entregaban. Al inútil de mi padre el trabajo le iba bien. Parece que el riesgo de no poder devolver los productos no vendidos y de tener que hacer frente a las pérdidas con su dinero se convirtió en una fuerza motora que le hizo tomarse el trabajo un poco en serio. Conseguía dar salida a los productos gracias a puestos orientados a extranjeros y tiendas que sabían que lo que vendían eran falsificaciones; pero parece que, a pesar de todo, era difícil que las vendieran todas. En esos casos, el inútil de mi padre cogía todo lo que no se había podido vender y se iba a la estación de Amagasaki, donde montaba un puesto ilegal para turistas.

«¡Versace! ¡Jerséis de la famosísima marca por solo dos mil yenes! ¡Esta cartera por cinco mil yenes! ¿Qué le parece, señorita? ¡Versace! ¡Si lo compra en la tienda oficial le cobrarán diez veces más! Me lo traen por canales de distribución alternativos, de ahí este precio. ¡Auténtico, importado de Francia!» El idiota de mi padre vendía sus propias falsificaciones de Versace completamente convencido de que era una maison francesa, sin saber que es italiana. A pesar de esta forma tan cutre de vender, como era barato la gente compraba. En cualquier ciudad menos en Amagasaki, si te pones a gritar cosas como: «¡Versace, importado de Francia!» la gente se va a reír en tu cara; pero en Amagasaki se acepta. Los habitantes de Amagasaki saben que Versace es importado, hasta ahí llegan, pero no les importa lo más mínimo si es una maison inglesa, francesa o italiana. Los de Amagasaki son muy abiertos. Aunque en el reverso del jersey hubiera bordado un inmenso logo de Versace, al fijarse con atención se podía leer «G. V. Eresace» en la etiqueta. Por si acaso, el inútil de mi padre tenía preparada una excusa muy pobre: «O sea, no es un producto de Versace, aunque se le parece mucho. Es de G. V. Eresace (¿cómo se leería? ¿ge-uve-eresache?». Por mucho que intentara utilizar semejante excusa, se trataba de un producto claramente ilegal, y aunque la policía no se movilizaba por cada pequeño caso de venta ilegal, si lo hicieran terminaría obviamente arrestado.

Mi madre desapareció súbitamente de casa cuando el inútil de mi padre estaba desesperado por vender la mercancía que le sobraba. Recuerdo la primavera en que comencé la escuela primaria. Poco antes había llegado con el correo una notificación de divorcio con el sello y firma de mi madre. Cuando el inútil de mi padre comenzó a decir: «¿Qué demonios es esto? ¿Una broma de mal gusto?», mi madre llamó por teléfono. El inútil de mi padre se puso a vociferar de manera muy amenazante por el auricular. Después de colgar, se volvió hacia mí y me dijo: «Tu madre se ha largado con otro hombre. Me ha soltado que no siente nada por mí y me ha pedido el divorcio. Resulta que tenía relaciones con ese hombre a mis espaldas desde hace unos siete años. Y ahora que ya estás en el colegio, parece que ha decidido divorciarse. Se supone que al otro le va bien en lo económico, es más rico que yo, tiene un buen trabajo, es un tipo con futuro y le da confianza. Y eso que el trabajo empezaba a ir como la seda… ¿Qué habrá salido mal? Dice que no soy capaz de darte una educación, así que quiere hacerse cargo de ti con su nuevo marido. La muy miserable quiere quitármelo todo». El inútil de mi padre, que antes me había parecido el dios Niō de la ira, me contaba ahora la conversación con un rostro y una voz penosos: «No puedo entender algo así, tan de repente. Pero ella lo tenía bien planeado desde hace mucho, así que seguro que no volverá. Y tú ¿qué vas a hacer? ¿Te irás a casa de tu madre? Se supone que el otro es médico. ¡Toma ya! Con un trabajo tan bueno, normal que tenga más dinero que yo».

¿Por qué no abandoné al inútil de mi padre en ese momento y me fui a vivir con mi madre? Incluso siendo una niña, sabía que el inútil de mi padre no se había convertido en inútil porque hubiera ocurrido alguna circunstancia especial. En este mundo algunos reciben el gen de la inutilidad, y no les queda más remedio que vivir y morir como personas inútiles. Era evidente. Estaba claro que si me quedaba cerca como su familia, seguramente me pasaría algo, así que lo mejor habría sido alejarme de él. La infelicidad es contagiosa. Cuando me preguntan si de niña sentía algo parecido al cariño o la cercanía hacia el inútil de mi padre como padre, lo paso muy mal. A ver, aunque pueda parecer una insensible, no creo sentir ningún tipo de añoranza familiar hacia este padre tan inútil. Así soy yo. «Me quedo contigo, papá». Indudablemente, no me salió por compasión. Desde que tengo uso de razón, hay una parte de mí muy fría, no sé por qué. Nunca me dejé llevar por las emociones y rara vez me veían derramar una lágrima. Si me enseñan imágenes de bandadas de pájaros cayendo muertos por culpa de la contaminación del aire, yo pienso: «¿Y qué?»; si veo que un compañero de clase está llorando porque se burlan de él por ser hijo de madre soltera, pues me molesta que se metan con alguien por semejante tontería, pero siento que el llorica también podría ser más valiente. Me he dado cuenta de que en ocasiones soy bastante inhumana, pero como esa es mi naturaleza, sería inútil intentar cambiarla. No tengo corazón.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Kamikaze girls»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Kamikaze girls» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Kamikaze girls»

Обсуждение, отзывы о книге «Kamikaze girls» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x