Liz Fielding - Vidas soñadas

Здесь есть возможность читать онлайн «Liz Fielding - Vidas soñadas» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современные любовные романы, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Vidas soñadas: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Vidas soñadas»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Willow y Mike no podían saber quién de los dos se sentía más aliviado después de dejarse plantados en el altar el uno al otro. Después de pensarlo fríamente, se decidieron por sus carreras profesionales y dejaron la boda a un lado…
Pero cuando en su huída Mike se encontró con Willow en una gasolinera de la autopista, se dio cuenta de que se amaban y de que tendrían que solucionar sus problemas en vez de salir corriendo. No sabía cómo, pero Mike tenía que recuperar a su novia, convencerla de que estaban hechos el uno para el otro… y esta vez esperarla en el altar.

Vidas soñadas — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Vidas soñadas», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Mike la estaba mirando con una expresión extraña y Willow consiguió apartar la mano, avergonzada de algo que, unas horas antes, le habría parecido lo más natural del mundo.

– Mira, Willow…

– ¿Fue horrible? ¿A tu madre le dio un ataque de histeria?

– Probablemente -contestó él, con un brillo casi de humor en los ojos grises.

– ¿No te quedaste? No te culpo, claro. Tus padres… han sido tan generosos… Nunca lo entenderán, ¿verdad?

– Nunca.

– Deben odiarme.

– Yo no me preocuparía por eso. Serás el segundo objetivo en su odio. El primero soy yo.

– ¿Estás diciendo que te culparán a ti? ¿Por qué?

– Porque soy una desilusión para mis padres.

– Pero tú no has hecho nada…

Mike volvió a tomar su mano.

– Sí lo he hecho. No sé si mi madre o la tuya se pusieron histéricas, Willow. No tengo ni idea de lo que dijo mi padre, no lo sé porque yo no estaba allí -explicó, apretando su mano-. No estaba allí, Willow.

– No te entiendo.

– Ya me lo imagino. Perdóname. No sé cómo explicártelo. Me parecía que te esperaba durante una eternidad -empezó a decir Mike, sin mirarla-. Me diste demasiado tiempo para pensar. Si hubieras llegado a tiempo a la iglesia, seguramente ahora estaríamos bailando delante de todos los invitados. Pero cuanto más esperaba, más me convencía de que estaba cometiendo un error. Empecé a preguntarme cómo me sentiría si tú no aparecieras…

– Aliviado -dijo Willow.

– ¿Tú también?

Willow lo miró, perpleja. Acababa de entenderlo todo.

– Entonces… ¿tú tampoco fuiste a la iglesia? -preguntó, casi mareada de alivio-. Los dos salimos corriendo -murmuró, poniéndose la mano en la boca para no soltar una carcajada-. Yo estuve a punto de entrar, Mike, pero al final no pude hacerlo. Mi padre le pidió al conductor que diera una vuelta a la manzana…

– Gracias a Dios. Si hubieras parado la primera vez, seguramente yo estaría allí.

– ¿Y qué hubieras hecho?

– ¿Qué hubiera hecho? -repitió él, pensativo-. Una vez que hubieras aparecido en la iglesia, no habría podido hacer nada. Excepto decir «sí quiero» y vivir con las consecuencias.

– Estuvimos a punto…

Mike apretó su mano y Willow lo miró, lo miró de verdad en muchas semanas y estuvo a punto de no poder seguir.

– A punto de cometer un terrible error.

– Al menos, nuestras familias no podrán culpar a nadie. Tienen tantas cosas en común que supongo que ahora mismo lo estarán pasando bomba. Y no tendrán que soportar tediosos discursos.

Willow respiró profundamente. Tenía la impresión de que era la primera vez que lo hacía en muchos

– Entonces, todo está bien. ¿No crees?

– No sé.

– ¿Quieres volver y enfrentarte con ellos? Yo no, desde luego.

– Yo tampoco -dijo Mike-. Lo que podríamos hacer… es llamar a Cal y pedirle que nos traiga los billetes para las Antillas. Podríamos ir de viaje de todas formas.

Willow pensó en unas vacaciones, las playas de arena blanca y el mar de un azul casi transparente. Pensó en el sonido de los insectos nocturnos y en Mike haciéndole el amor…

– Sí, podríamos.

– ¿Pero?

– ¿Tienes que preguntar?

– Supongo que ir de viaje de novios sin habernos casado haría que mucha gente se enfadara.

– Desde luego -suspiró ella-. Hemos hecho daño a mucha gente, pero algún día lo entenderán, incluso aplaudirán el que hayamos tenido valor para hacer lo que hemos hecho. Aunque no creo que irnos de viaje de novios fuera visto con tanta tolerancia -añadió, encogiéndose de hombros-. Pero sería una pena perder los billetes. No hay razón para que tú no vayas.

– ¿Yo solo?

– Eso depende de ti. No pienso quejarme si quieres…

– ¡No! Quiero decir… Bueno, no estaba pensando en llamar a ninguna amiga. ¿Por qué no vas tú? Llévate a Crysse. No vas a empezar en el Globe inmediatamente, ¿verdad?

Ella negó con la cabeza.

– Empiezo el mes que viene. Aunque todavía tengo que hablar con Toby. Y aún no he dimitido del Chronicle , por cierto. Espero que avisar con quince días de antelación sea suficiente -dijo Willow. Mike no contestó-. Acabo de dejar atrás todo lo que Crysse ha soñado para ella. Pedirle que venga conmigo a un viaje de novios sería como echar sal en sus heridas.

– Imagino que Sean no quiso tomar ejemplo de nuestra boda.

– No. Al contrario, le parecía un rollo espantoso. Otra razón por la que mi prima no debe estar muy contenta conmigo.

Mike se encogió de hombros.

– Supongo que el seguro cubrirá los gastos.

– ¿Tú crees? ¿Sin que hayamos aparecido ninguno de los dos? -preguntó Willow, intentando disimular su angustia. ¿Por qué estaba angustiada y a punto de llorar si debería sentirse feliz? Ella había dejado al novio plantado en el altar, pero Mike había hecho lo mismo, de modo que debía sentirse alegre. ¿O no?-. A lo mejor hay que pagar más.

Mike se levantó.

– Voy por el café.

– No hace falta. Yo tengo que irme.

Willow se puso de pie y se quedaron uno frente al otro, incómodos, sin saber qué hacer. Un beso parecía algo inapropiado, un apretón de manos, ridículo.

– Buscaré tu columna en el Globe , Willow.

Aquello sonaba como una despedida para siempre. Y ella no quería que fuera para siempre. Si pudiera dar marcha atrás al reloj, si pudiera volver a la noche en que Mike le había pedido que vivieran juntos. Si hubiera dicho que sí…

– Me da mucha pena, Mike.

– Hemos tomado una decisión. Siempre hay que perseguir los sueños. Mi error fue olvidar eso.

– No hablamos mucho sobre nuestros sueños, ¿verdad? -preguntó ella, con tristeza. Mike dejó caer los hombros en un gesto de derrota-. Si no hubiéramos tenido tanta prisa por casarnos… ¿Dónde vas a ir?

– A alguna parte. No lo sé. Voy a perderme unos días. ¿Y tú?

– Voy a ayudar a una amiga que necesita una decoradora.

Un beso, pensó, haría que se pusiera a llorar y Willow le ofreció su mano. Mike la apretó, pero ella la apartó inmediatamente.

– Adiós, Mike. Que seas feliz.

Después, se dio la vuelta y caminó rápidamente hacia la puerta. Era demasiado tarde para tener remordimientos. «Hay que perseguir los sueños», había dicho él. Y tenía razón. Pero era una pena que en la vida solo hubiera sitio para un sueño. Willow esperaba que el suyo fuera tan satisfactorio como para llenar el hueco que le había quedado en el corazón.

Mike la observó salir del restaurante y supo que nada en su vida volvería a ser tan difícil. Hubiera deseado gritar su nombre. Ir tras ella. Decirle cuánto la quería, cuánto la necesitaba. Pero… ¿después qué? Le había dicho a Cal que ella solo estaba haciendo tiempo en el Chronicle hasta que encontrara un marido.

Se había equivocado. Se había equivocado sobre muchas cosas. Willow deseaba trabajar en el Globe en Londres. Y lo había conseguido.

En cuanto a él… la amaba, pero aparentemente no tanto como para comprometer su vida.

O quizá estaba siendo demasiado duro consigo mismo. Quizá la amaba lo suficiente como para saber que, con el tiempo, la odiaría por obligarlo a casarse, por obligarlo a vivir una vida que no quería vivir. Y que ella lo odiaría por obligarla a elegir.

Mike volvió a sentarse, dándole tiempo para salir del aparcamiento. No podría soportar las torpes sonrisas si se encontraban mientras entraban cada uno en su coche. Los bobos gestos de dos personas que se habían despedido, pero que no parecían poder apartarse el uno del otro. Decir adiós una vez había sido suficientemente duro.

De modo que Mike tomó el periódico que Willow había dejado sobre la mesa. Frente a él, un artículo sobre una residencia de verano para niños huérfanos. Niños que no tenían nada. Y eso ponía su problema, el tener mucho, en perspectiva.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Vidas soñadas»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Vidas soñadas» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Vidas soñadas»

Обсуждение, отзывы о книге «Vidas soñadas» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x